¡Hasta Cuándo!
Navidad de hoy
pabloaure@gmail.com
@pabloaure
Mañana es 24 de diciembre. Con nostalgia recuerdo esta fecha.
Venezuela ya no es ni la sombra de lo que era antes. Y no mucho tiempo
atrás -quizá catorce o quince años- en que había un ambiente de
confraternidad. Si retrocedemos un poco más, la nostalgia se hace mucho
mayor. Era impresionante cómo estas fechas marcaban nuestras vidas.
Recuerdo que se solían componer las tradicionales gaitas alusivas a
acontecimientos del momento y a los personajes políticos que eran su
principal fuente de inspiración. No había quejas, todo era alegría.
Nadie lo tomaba como ofensa, sino como tradición jocosa propia de la
idiosincrasia del venezolano que de todo saca un chiste. Por lo general,
cuando había elecciones presidenciales los primeros días de diciembre
cada cinco años, venían cambios de gobiernos, pero eso no afectaban las
tradiciones. Íbamos a los mercados y se encontraban productos abundantes
para las divinas hallacas. Para las misas de aguinaldo, las iglesias
han tenido que modificar su horario por la gran inseguridad que nos
azota y ya no vemos las patinatas. Era una alegría comprar los estrenos y
regalos para la familia y los amigos. Las tiendas estaban repletas de
gente comprando del 24 al 31. Eso era la costumbre. Diciembre era fiesta
y alegría, independientemente quién estuviera en Miraflores. No sé qué
nos pasó de pronto. Pareciera que una peste llegó a Venezuela desde que
los rojos tomaron el poder con su carga de odio y resentimiento. Se
separaron muchas familias y ya las celebraciones no son igual. Están
acabando con las tradiciones. Los mensajes que salen desde el Alto
Gobierno son de pugnacidad y amenazantes en el sentido de que todo
estará peor. Aumentará la gasolina, lo cual podría provocar una
explosión social. Se habla de una inminente maxidevaluación. Nada de
reconciliación, ni de paz y ni amor. Parecieran gozar cuando pasa el
tiempo y se dan su punto de mantener a los presos políticos detrás de
las rejas. Los imagino salivar regocijándose de ver cómo la salud de
Simonovis se viene deteriorando. Nunca me canso de pensar qué cosa hace
que se aglutine tanta gente mala en un país que siempre fue solidario.
Amigos, repito, mañana es 24 de diciembre, fecha de la llegada de
nuestro Niño Dios. Tiempo del perdón y esperanza, de reconciliación.
Días para el reencuentro. Desgraciadamente quienes gobiernan no buscan
la paz ni la inclusión sino, por el contrario, la separación.
Dos polos opuestos
Maduro no quiere la unidad. Tan es así que no reúne a todos los
alcaldes legítimamente electos en un mismo acto, sino a los que él
considera de él, por un lado, y luego a los extraños, como que si ambos
grupos no fueran representantes del pueblo que los eligió.
A los del PSUV los trata con mano de seda, mientras que a los de la
MUD no. Por el contrario, los recibe arrebatándole competencias. Los
deja sin recursos para que no hagan una buena gestión. Les importa poco
el beneficio del pueblo. En Valencia lo estamos padeciendo. Bajo el
impulso del gobernador Francisco Ameliach se elaboraron unos decretos
provocadores que no solamente despojan a Valencia de algunos de sus
monumentos, sino que traslada su competencia a personeros de la
Gobernación del estado, ya conocidos por sospechosas gestiones
anteriores, precisamente durante el inefable gobierno de Acosta Carles.
Intentan engañar al pueblo con el nombramiento de una “autoridad única”
para la -dizque- construcción de 40 mil casas en tres parroquias
populosas valencianas. Como para decir Miguel Cocchiola, elegido por
abrumadora mayoría, no resolverá nada; sino que el hombre fuerte será el
producto de un dedazo: Saúl Ameliach. Nepotismo en su máxima
expresión.
Pienso que una verdadera muestra de reconciliación, por ejemplo sería
decretar la excarcelación de Iván Simonovis que muere preso y víctima
de este régimen inhumano. No hablemos de formalismos, ni de estrategias
jurídicas, que al régimen poco le importa cuando caprichosamente se
proponen hacer algo. Todos sabemos que quien decide la libertad o la
prisión de los ciudadanos en este país como en todas las dictaduras, es
quien dirige el Gobierno, o sea, Nicolás Maduro, en este caso, bajo las
órdenes directas del Gobierno cubano.
Otro gesto de reconciliación, lo pudiéramos observar con la
revocatoria de los decretos que despojan de bienes a las alcaldías donde
los rojos no obtuvieron la mayoría de votos o también revocando el
decreto de creación de autoridad única para sabotear la gestión de los
alcaldes legítimamente electos.
Demostración de patriotismo
Viendo que se ha interesado por las autoridades únicas para ciertos
sectores, sería una estupenda idea que Nicolás Maduro diera
demostraciones de nacionalismo o patriotismo, nombrando una autoridad
única en la “Zona en Reclamación de la Guayana Esequiba” ¡allí sí hace
falta una autoridad única! No en Valencia donde están perfectamente
concebidas en la Constitución de la República y en las Leyes las
competencias del alcalde y del gobernador.
Los veo mal. Nos vemos mal
Seguiremos escribiendo para alertar a la comunidad. Quienes tenemos
esta trinchera de lucha gracias a “El Carabobeño” tenemos que decirles
que el 2014 será quizá el año más difícil de estos últimos 15 años.
Nicolás Maduro, con ese mamotreto del “Plan de la Patria” no convencerá a
nadie, porque la gente ni lo conoce ni mucho menos cree en ningún plan
socialista. Todos sabemos que la patria no se construye con discursos
disfrazados o importados de Cuba. La patria se construye día a día, con
diálogo verdadero y sincero. Con este modelo deplorable de gobierno
estamos asistiendo a la destrucción de lo que un día fue una gran patria
en la que adecos, copeyanos, comunistas e independientes eran
solidarios y se preocupaban por el dolor ajeno. Cosa que hoy está muy
lejos de la realidad.
¿Pedirá clemencia?
Le recomiendo a Maduro, y a todos quienes lo adversan como yo, que
debemos apartar algunas diferencias chocantes y ponernos al servicio de
nuestra sufrida patria. Confieso que Maduro necesitará más apoyo de la
oposición que de sus propios camaradas. El 2014 será el año de las
megaprotestas, eso pueden escribirlo. Maduro tambaleará y no sé si se
mantenga aislado o con sus radicales que cada vez son menos, y muchos
juegan a salvarse. No digo que vendrán hacia la oposición, pero no
arriesgarán su pellejo por salvar una pantomima de revolución, que como
todos saben ha dejado al país en ruinas y desolación. Quizá como todos
los acorralados pedirá clemencia o sufrirá el desplome provocado por
quienes él piensa ser sus aliados.
¿Qué estás dispuesto a hacer?
Siempre me dicen que no basta con denunciar lo malo, sino que también
hay que proponer soluciones, digo: cierto. La primera solución es
apartar los intereses personales para construir o rescatar al país ¿Cómo
lo hacemos? Desde nuestras urbanizaciones, calles o vecindades. Por
ejemplo, el tema de la seguridad tenemos que abordarlo, y aunque parezca
duro decirlo, ante la ineficacia de los servicios policiales, debemos
los vecinos contribuir creando mecanismos de apoyo. Establecer mecanismo
de comunicación y contrataque a los malhechores, que de acuerdo a
algunas investigaciones, muchos pertenecen o pertenecieron a cuerpos
policiales.
Eso en cuanto al tema de la seguridad. Sobre otros temas, como la
basura en Valencia, y sabiendo que el gran saboteador es el gobernador
Francisco Ameliach, que cual David Copperfield desapareció los camiones
recolectores pertenecientes a la alcaldía de Valencia un día antes de la
toma de posesión de Miguel Cocchiola, luego aparecieron algunos
rotulados con el emblema de la gobernación. Pienso que los vecinos
debemos hacer un esfuerzo y, si persiste la desidia, y la burla de
Ameliach tenemos que a lo Gandhi desafiar al régimen gubernamental y
utilizar como depósito de basura los espacios que están frente al
palacio de gobierno en el centro de Valencia o frente a la Quinta
Carabobo residencia oficial del gobernador en El Trigal, para que
ustedes vean cómo aparecen los camiones rápidamente y se soluciona el
problema de la basura.
Con acciones sencillas pero de resistencia los valencianos nos
podemos hacer sentir. Eso es válido para todos los venezolanos. Que
probablemente tomen algunas represalias, nadie lo duda pero salir de
estos comunistas sin esperar represalias no solo es infantil, sino que
es sumamente ingenuo. De esto saldremos cuando de verdad nos decidamos a
salir cuéstenos lo que nos cueste, y amigos míos lo que sí les aseguro
es que comiendo flores no saldremos.
@pabloaure
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