domingo, 30 de abril de 2017

Un llamado de alerta a la FAN

¡Hasta cuándo!
Un llamado de alerta a la FAN
@pabloaure
Señores, lo que escribo no es que lo veo venir, sino lo que ya está pasando. He allí mi llamado desesperado a la Fuerza Armada Nacional, que no es para que den un golpe de Estado, sino para que reestablezcan el hilo constitucional. Que no permitan que un mismo pueblo se mate entre sí por un capricho dictatorial. Ellos -la FAN- no deben obedecer órdenes contrarias a los derechos humanos. Sabemos que en la Guardia Nacional se alcahuetean las directrices tiránicas al ser cómplices de los sicarios (mal llamados colectivos). Hay fotos, grabaciones y testimoniales que revelan la convivencia entre jefes de la GN y colectivos (sicarios). Todos en la FAN, indistintamente al componente que pertenezcan, deben estar claros de que por acción o por omisión, el brazo de la justicia les alcanzará, porque ningún gobierno es a perpetuidad. Algunos escaparán momentáneamente, pero a otros los apresarán inmediatamente. Los que han acatado las órdenes serán los primeros presos, mientras quienes han sido sus autores intelectuales quizá se fuguen con los dólares que han robado. Pero en cuestión de tiempo los sentarán en el banquillo de los acusados, si se salvan de alguna turba enloquecida buscando venganza en lugar de justicia. Nuevamente, he allí mi preocupación. La FAN puede evitar males mayores. Tanto los asesinatos por encargo, como las reacciones enloquecidas por arrebatos de intenso dolor en los que pueda estar incursos ciudadanos que han perdido a un familiar por mandatos dictatoriales.
Que no se equivoquen los voceros.-
La gente está molesta e inquieta, y lo que es más peligroso: está dispuesta a todo. Algunos se molestan por las “guarimbas” cuando son cerca de sus casas o cuando tienen que salir para alguna parte. Mientras no tengan que utilizar las vías que suelen trancarse, dicen “la cosa está fea en tal sitio”,  pero fea no para los que quieren salir del régimen, sino para quienes tienen que destrancar las autopistas, o controlar a los manifestantes, cuya naturaleza no es la misma que la de los sicarios que emplea el régimen en la represión. Recordemos las muertes de los manifestantes y de otros que no manifiestan pero una bala perdida disparada por los mercenarios “colectivos” los alcanza. Hay funcionarios policiales y militares que ahora no se conforman con lanzar “gas del bueno”, sino que previamente apuntan la bomba al cuerpo de algún joven involucrado o no en las protestas, produciéndose desenlaces fatales. Que lo tengan claro, esas muertes y heridas no quedarán impunes, y los más bolsas (el que accionó el arma) serán los que pagarán en las primeras de cambio esos crímenes, luego, cuando se extraditen, se juzgarán a los que dieron la orden. Júrenlo que eso va a ocurrir.
Mi preocupación actual.-
Cuando digo que hay personas que están dispuestas a todo, o a muchas cosas, es porque lo siento así. Presumo que el desespero puede desencadenar en una tragedia de magnitudes inimaginables. En Caracas ocurrió aunque con poca divulgación. Enfrentamientos entre sicarios (colectivos) y representantes espontáneos de un pueblo hambriento (ambos armados) decenas de muertos que dijeron se electrocutaron, aunque otra versión afirma que fueron ejecutados. Eso es una realidad, aquí en Venezuela cualquiera tiene un arma. Miles de veces escuchamos hablar de planes de desarme y nunca se cumplieron. La violencia irracional o anarquizada puede desencadenar en algo terrible. Desgraciadamente pagarán justos por pecadores. Hermanos contra hermanos. Unos defendiendo una ideología, que no es otra cosa que el mantenimiento en el poder de personas detestadas por los ciudadanos, y otros defendiendo su legítimo derecho a protestar, o simplemente algo más elemental: buscando alimentos o medicamentos.
La calle no se enfriará.
A los que piensan que la MUD puede estar cocinando un pacto para enfriar las calles y oxigenar a Maduro, solo me queda decirles, que no se preocupen, porque los ciudadanos comprometidos con los cambios rebasaron cualquier decisión de los que han pretendido ser sus voceros. El pueblo decidió sacar al régimen y también a sus colaboradores, sean del PSUV o estén mimetizados dentro de la MUD. Por lo pronto, a seguir participando en las marchas que convoque la MUD o por el contrario, las pretenda obstaculizar, como ha sucedido con las dos últimas marchas de Valencia, convocadas tanto por la Universidad de Carabobo -que llegó hasta el Fuerte Paramacay- o la que convocó el movimiento Compromiso Ciudadano, Vente Venezuela, algunos sectores estudiantiles, y GANA denominada “Marcha de las mujeres aguerridas”. Con esas dos marchas se demostró que el poder de la convocatoria no es exclusivo de alguna determinada organización sino de los ciudadanos.
También quiero aprovechar este espacio para recordar que las marchas no son la única forma de protestar, debemos retomar la experiencia positiva del plantón y multiplicarla, es más seguro y además permite que los manifestantes se conozcan entre si y se cree una resistencia más organizada.  Es contagioso el entusiasmo juvenil, les confieso mi admiración por la fe  y la esperanza que transmiten personas de la tercera edad que se han lanzado a las calles. Dicen los que otros discretamente comentan: “esto no sale con elecciones”. Estoy convencido, al igual que ellos, de que el tema electoral en este momento debe ser apartado de las agendas de protestas. Cuando se introduce ese asunto de las elecciones comienzan las sospechas hacia quienes creen hablar en nombre de la oposición. Lo he dicho muchas veces, pero quiero que les quede claro: la gente no marcha pidiendo elecciones, sino cambio de régimen. Ustedes se preguntarán: ¿cómo puede ser eso posible sin que existan elecciones? También lo hemos conversado: no necesariamente el sufragio es un mecanismo constitucional. Es el ideal en democracia, pero en dictadura es una falacia.
Remar hacia el mismo horizonte
La idea es unificar criterios, que la MUD y todas las organizaciones ciudadanas tengan coincidencia en los propósitos de lucha. Este debe ser contra la tiranía y no del apoyo a tal o cual candidato a gobernador o alcalde. Repito esta batalla no es para tenderle alfombras al régimen y cohabitar con él acordando unas elecciones regionales inoficiosas. Un gobernador o un alcalde opositor, tendrá el mismo final que los actuales: de manos atadas. Porque no existe la descentralización, los estrangulan presupuestariamente y los amenazan con la inhabilitación o la cárcel. De esa cabuya tenemos un rollo; alcaldes sumisos a gobernadores rojos rojitos.   
Que cada quien marche con su consigna preferida. La mía es, ABAJO LA DICTADURA.
Nota final.-
Secuestros exprés en las guarimbas.
Hay Policías y Guardias Nacionales que imposible no estén en connivencia con sus jefes que han visto en las “guarimbas” una importante fuente de ingresos económicos. Secuestran (esa es la palabra) a los manifestantes o curiosos, para extorsionarlos, los ruletean, les siembran artefactos explosivos, cauchos, bombas molotov y le dan discursos de psicoterror hasta que el muchacho -o no tan muchacho- detenido (secuestrado) ofrece una cantidad de dinero (les cobran en dólares tal cual lo que son: ladrones) y les dan la libertad. Cuentos como esos he escuchado muchísimos.

Pablo Aure  

lunes, 24 de abril de 2017

Horas finales

¡Hasta cuándo!
Horas finales
@pabloaure
Nunca antes me había sentido tan optimista como en estos últimos días. Desde luego han sido momentos trágicos, difíciles, sumamente dolorosos para quienes creemos en el derecho a la protesta y en el respeto de los derechos humanos. He visto la represión muy de cerca. He olido “gas del bueno”,  escuchado el accionar de las armas de los organismos represores –léase,  de los contemplados en la ley- y de los paramilitares, que involucran a los colectivos y milicianos. No me lo han contado, lo he vivido. Me solidarizo y me uno al duelo que aflige a la familia de los caídos por esas manos criminales patrocinadas por el régimen del oprobio. Esas muertes no quedarán impunes. Ningún ser humano con principios y valores puede ser indiferente ante lo que ocurre. Me siento orgullosísimo de los estudiantes. De esa juventud valiente que con arrojo defiende sus derechos. Que no le tienen miedo ni a “animal ni policía”, que desgraciadamente, con contadas excepciones -los represores del régimen-, se confunden o dejan mal parado al reino animal,  que nunca atacan sin motivo. No puedo dejar de comentar la actuación encomiable de nuestros alumnos de medicina de la Universidad de Carabobo, que sin estar en las protestas de manera activa, han conformado un equipo de socorro situados muy cerca de donde se desarrollan las protestas, para atender a los que son víctimas de la brutal represión. Para ellos nuestro eterno agradecimiento.
Inmensamente optimista
A pesar de la brutal represión (bueno, no esperemos algo distinto de la naturaleza de los represores), nadie retrocede, al contrario, cada día son miles los ciudadanos que se unen a las manifestaciones y movilizaciones. Ya no hay diferencias odiosas entre clases sociales. Somos un solo país, los del norte y los del sur, los del este y los del oeste. Ricos y menesterosos gritan ¡libertad!
Somos optimistas. Quizá por primera vez en estos largos 18 años vemos el sentimiento venezolano que le hace honor al himno nacional,  Gloria al bravo pueblo. Quienes hoy protestan lo hacen convencidos de que si no es ahora no será nunca. Los laboratorios del régimen pretenden confundir con falsos audios y bolas de rumores, los cuales son opacados o desmentidos –a pesar del cerco mediático- por lo que vemos a diario con nuestros propios ojos. Todos los rincones del país están alzados. Así como lo leen: alzados contra la tiranía, y están dispuestos a no abandonar las calles hasta verla caer. Muchos pensaban que los ciudadanos no aguantarían tantos días en la calle, pero se equivocaron esos pronósticos, pues en una suerte de inspiración natural se multiplican y están dispuestos a todo. Luchar hasta vencer, con las únicas armas que son la fortaleza espiritual y la inspiración de miles de jóvenes literalmente en el campo de batalla. Por cierto, una batalla espiritual la que motiva a nuestra gente: la batalla del bien contra el mal.
Y los militares qué.-
La gran pregunta es esa. Siempre he dicho y lo mantengo que sin el apoyo de la Fuerza Armada Nacional, es imposible desalojar a estos vagabundos del poder. Muchos me han respondido que no contemos con ellos, porque todos están muy bien. Les contesto: ¡falso de toda falsedad! No son todos, apenas es un mínimo porcentaje de los cuatro componentes. Sobre todo de la Guardia Nacional. Pero ya las cosas están cambiando. Porque al igual que lo decían cuando Pérez Jiménez, también recuerdan, como lo dijeron la víspera del 23 de enero del 58, que: “el pescuezo no retoña”.
Transición sin elección.-
Aquí no es el momento de estar pidiendo elecciones, ni mucho menos de pretender apagar las calles ante un eventual anuncio de doña Tibisay  de un cronograma electoral. Amigos el tema ya dejó de ser electoral para convertirse en una estrategia de cambio, distinta a esa modalidad. Con responsabilidad de lo que veo en las calles y de mi convencimiento, que algún sector opositor intente aceptar esa sugerencia de quienes siempre han estado a espaldas de los ciudadanos, será tildado de entreguista. Por eso mucho cuidado. Cierto, Venezuela reclama unidad, pero nuevamente recurro a lo que he dicho siempre, esa unidad es de propósito y no de alcanzar parcelitas de poder. Es la hora de los ciudadanos y los ciudadanos gritan ensordecedoramente ABAJO LA DICTADURA. Les digo a los que se pudieran ver tentados a aceptar ir a elecciones, los ciudadanos están ganando la batalla, y no me refiero a la batalla de haber vencido el miedo, sino la más importante: haber vencido la indiferencia, no se equivoquen con burlarse del sentimiento popular, pues éste también los arrollará.
Presencia en la calle es indispensable
Tengan la plena seguridad de que de esto vamos a salir, y muy pero muy pronto. Los muñecos se mueven más rápido de lo que se imaginan. Maduro está rodeado porque no cuenta con pueblo que lo proteja. Solo le queda una caterva de mercenarios, un grupete muy reducido de Guardias Nacionales, y uno que otro infante de marina. Sabe que en los cuarteles hay un ambiente de insubordinación general, que únicamente están esperando el momento adecuado para hacerlo. Créanme que estamos en las horas finales, habrá transición, y si somos sensatos debemos actuar con sentido de la oportunidad manejando escenarios difíciles para los radicales (me cuento en ese lote, con el entendido que ser radical no es ser irracional). No es cuestión de pactos irresponsables, sino para la tranquilidad del país. No nos sorprendamos de una eventual huida de Maduro y de sus principales colaboradores y luego de un breve gobierno de transición donde la Asamblea Nacional, no como la que quería Maduro, con él en Miraflores sino una que, sustituya los poderes constituidos (incluido Nicolás Maduro) se convoque un proceso constituyente como vía jurídica y ciudadana de reinstitucionalizar el país. Uno de los acuerdos deberá ser, luego del fin de la tiranía, nombrar una Comisión de la Verdad para atender el resarcimiento a las víctimas de esta cruenta dictadura y desde luego para hacer justicia, porque la justicia siempre comienza con conocer la verdad de los hechos sin disfraces mediáticos. Esa Comisión de la Verdad debe estar conformada por personas creíbles y de elevada condición moral.
Finalmente hay que tener claro algo: NO PODEMOS ABANDONAR LAS CALLES. Hoy más que nunca es muy importante que estemos activos. La calle ha sido factor determinante para lograr que el régimen esté en sus estertores. Solo falta darle la estocada final.

Pablo Aure 

martes, 18 de abril de 2017

Comunicado de Compromiso Ciudadano a la opinión pública


Comunicado de la agrupación de Acción Política Compromiso Ciudadano.

Ciudadanos Comprometidos Carabobeños, durante el día de hoy, la opinión publica de nuestro estado se ha visto envuelta en una serie de intrigas auspiciadas desde el despacho de la gobernación que buscan empañar y desvirtuar nuestra lucha de calle. 
Queremos comunicar a la población, en nuestro acostumbrado estilo frontal, llano y sincero, que nuestro objetivo inmediato es uno sólo, la salida del régimen golpista, criminal, que llena de hambre a la población y represivo que hoy está enquistado en Miraflores. Dicha salida, la consideramos urgente y necesaria, como primer paso a una ruta clara de transición hacia una Venezuela libre, desarrollada, próspera, armónica, justa, democrática, segura y de bienestar.
Es por ello que hacemos un llamado a todos los ciudadanos a seguir acompañando las actividades de protesta y calle que organizan diferentes sectores opositores en Carabobo. Independientemente de sus preferencias, algunos más moderados y otros de tono un poco más elevado, lo que importa es seguir haciendo, todos juntos, oposición real al régimen de Nicolás Maduro y sus conserjes regionales. Hemos demostrado nuestra voluntad de ser incómodos a través del reclamo no violento, constitucional y enérgico en todas las vías públicas del país y en las instituciones que se han separado del Estado del derecho.
Insistimos, la protesta debe llevarse a cabo, de manera estratégica, como lo afirmáramos en nuestro comunicado la semana anterior, donde signifiquemos una gran piedra en el zapato a la administración regional,  cuyo papel más allá de gobernación, se ha desempeñado como administrador de la corrupción, la opresión la repartición de la miseria a los pies de la cúpula nacional.  
A ese poder regional, representantes locales de un presidente ilegítimo, declarado legalmente en abandono del cargo y que además apoya a los magistrados golpistas del tribunal supremo. Tenemos el deber ciudadano de decirles ¡Ya basta! Los ciudadanos democráticos y libres no permitiremos que sigan gobernando.
Por lo anterior, reiteramos nuestra voluntad de acompañar y hacer fuerza en  la protesta este 19 de Abril del 2017, de manera conjunta y fraterna con todos los sectores opositores de nuestro estado. En perfecta Unidad de Calle, cuya exigencia involucre la vuelta inmediata a restaurar el hilo constitucional roto, significando esto la salida del poder de Nicolás Maduro.
A los compañeros políticos opositores del estado, nuestra forma de llamar a las cosas por su nombre, así como modo de ser frontales, busca un despertar en la conciencia de todos, enriquecer el debate y las ideas. Este momento es para la unión de objetivos. Llegará el día, cuando volvamos a la república democrática, donde los ciudadanos libres nos evaluarán con sus votos. Hoy nos toca caminar juntos como  hermanos venezolanos para devolver la libertad a nuestro país. Venezuela cuenta hoy y siempre con todos nosotros sin distingo de partidos.
Compromiso ciudadano dice presente el día 19 de Abril en perfecta unidad de calle y objetivos.

Venezuela, te queremos libre, democrática, cívica, justa, en armonía y desarrollada!


En Valencia –Ciudad que volverá a ser Industrial- a los 17 días del mes de Abril del año 2017

domingo, 16 de abril de 2017

19 de abril: ¿para la Defensoría?

¡Hasta cuándo!
19 de abril: ¿para la Defensoría?
@pabloaure
“Nunca tantos debieron tanto a tan pocos” Winston Churchill

Cuando el sábado pasado leí la convocatoria que algunos sectores congregados en la MUD hicieron para marchar el 19 de abril hasta la Defensoría del Pueblo, créanme que sentí una profunda decepción. No puedo entender como en una fecha tan importante, se convocara a marchar hasta una institución tan desacreditada por su regente. Le pregunto a quienes me leen: ¿qué tiene que ver la Defensoría del Pueblo con el acta del Cabildo que originó la renuncia de Vicente Emparan por los sucesos de aquel 19 de abril de 1810? ¿Qué valor simbólico puede tener marchar hasta un parapeto que con su silencio ataca al pueblo en lugar de defenderlo y que está palmariamente parcializado para proteger los desmanes de la dictadura? El objetivo debe estar claro, y cómo he dicho antes, si estamos ante un régimen milico-judicial, ¿no sería más coherente exigir de forma pacífica pero masiva, en las sedes de los cuarteles militares del país, que dejen de sostener a la dictadura? No se trata de buscar confrontación, por el contrario, sería enviar un mensaje de apoyo a todos quienes estando adentro de la institución castrense, saben que seguir protegiendo a Nicolás Maduro y sus cómplices, será el peor error de toda la historia contemporánea de Venezuela.
El grito libertario debe sentirse en las calles, esto es, en todos los lugares del país. Mucho cuidado con caer en la estrategia de desmovilización que se ha dejado correr, la cual consiste en la aceptación de un cronograma electoral regional, como si el problema fuera únicamente por malos gobernadores y no por culpa del sistema comunista y hambreador que ha devastado la nación. Señores, aceptar unas elecciones regionales y dejar intactas las cúpulas gubernamentales enquistadas en Miraflores, en el Tribunal Supremo de Justicia y los malolientes Poderes Moral y  Electoral, es simplemente oxigenar a Maduro y correr la arruga hasta otra oportunidad que será incontrolada y con resultados impredecibles.
Claridad de los jóvenes.-
Durante la mañana de este domingo 15 de abril me reuní con varios grupos estudiantiles y me decían que ellos tendrán su propia planificación para ejecutarla durante la jornada del 19 de abril. Están definiendo el punto de llegada, pero me decían que existen muchísimos espacios que sí representan un lugar para exigir libertad y para reclamar justicia. Tienen muy fresco el allanamiento a la Universidad de Carabobo, decenas de compañeros que aún permanecen convalecientes con heridas graves que les dejarán cicatrices e inmovilidad de alguna de sus extremidades de por vida y hoy, sienten que no ha habido justicia.
Me identifico con los jóvenes que tienen claro que la calle es la salida. Esos muchachos que defienden su patria como el que más, que los tildan de anárquicos o revoltosos que se tapan las caras en determinados momentos para evitar ser identificados porque en un país donde no hay estado de Derecho serían presa sencilla para ser detenidos y torturados por los organismos de represión, esos organismos dizque de seguridad que suelen confundirse entre los regulares e irregulares bajo el edulcorado nombre de colectivos” cuando en realidad son unos asesinos a sueldo.
He visto el arrojo de sus protestas; ellos son blanco fácil porque sus armas están en la pasión que emerge de su corazón y de la mente y, como escudos, por qué no decirlo: una que otra piedra o caucho quemado para evitar el avance de la represión.
Su lucha no es contra la Policía ni contra la Guardia Nacional, ellos protestan para que se escuche su inconformidad su descontento. Ellos están convencidos que Venezuela puede ser un país mejor, claman por justicia, libertad, seguridad. Entienden muy bien lo que algunos políticos no han entendido: a los bandidos no hay que darle más oportunidades para dialogar” Esos muchachos que hoy protestan nacieron y crecieron con la plaga roja en Miraflores, quieren construir un país donde provoque quedarse en lugar de estar pendo en emigrar.
Mi oficio como docente, hoy Secretario de la Universidad de Carabobo, hace que mantenga contacto permanente con los jóvenes, los escucho y no tengo ninguna duda de que están demasiado claros en lo que quieren. Se cansaron de que desde un partido o un ente externo traten de imponerles lineamientos y, están dispuestos a jugársela el todo por el todo. A ellos siempre les digo: nunca se enfrenten cuerpo a cuerpo, porque en las luchas contra policía, Guardia Nacional y malandros no se ganan con las ideas que ustedes cargan en las alforjas, que recuerden que en el momento del combate” quienes dan las ordenes no están en escena pero, además, es imposible ganar una confrontación cuando hay armas de fuego y bombas lacrimógenas accionadas criminalmente por órganos represores. No me cansaré de aconsejar a mis alumnos: cuando vean que la policía y la GN vienen a reprimirlos, es obligatorio que salgan de allí y se vayan a otro sector para continuar sus protestas pacíficas
Fuerzas del orden ¿Cuál orden?
En la conversación con bachilleres de la UC, que luego se transformó quizá en una clase de derecho constitucional y penal, les hablaba de las funciones de los cuerpos de seguridad del Estado, salió a relucir el artículo 68 constitucional donde se establece de manera inequívoca el derecho a la protesta, donde está escrito que en ningún caso las fuerzas del orden público pueden utilizar armas de fuego ni sustancias toxicas para reprimirlas; o sea, ni balas ni gas del bueno. Conversamos de lo establecido en el artículo 55 constitucional que cuyo texto deja muy claro la protección de los derechos de las personas por parte de los organismos de seguridad, esto es, que se les debe proteger y garantizar el derecho a protestar, cosa contraria a lo que esos organismos han venido haciendo, pues sino son los efectivos militares o policiales que evitan las protestas son los colectivos” quienes intentan disolverlas con la inaceptable tolerancia de los que están obligados a garantizarlas y además, a detener a esos mercenarios catalogados de “colectivos”.
Cuán hablamos del orden público, es menester saber quién es el que ha alterado el orden público. La sociedad civil y los estudiantes cuando se oponen al golpe de Estado -o la ruptura del orden constitucional en boca de la Fiscal general- o quienes han mancillado la Constitución. A los militares y la policía decente –que son la mayoría-, debemos decirle que antes de reprimir y creer que están reestableciendo el orden público, analicen primero cuál fue la causa que lo provocó. En este sentido solo bastaría leer el artículo 333 para que actúen apegados a la Constitución y repriman a quienes verdaderamente deben reprimir.  Art 333 Esta Constitución no perderá su vigencia si dejare de observarse por acto de fuerza o porque fuere derogada por cualquier otro medio distinto al previsto en ella. En tal eventualidad, todo ciudadano investido o ciudadana investida o no de autoridad, tendrá el deber de colaborar en el restablecimiento de su efectiva vigencia”

Pablo Aure              

miércoles, 12 de abril de 2017

Victimismo

Victimismo (Wikipedia)

El victimismo o victimización es la tendencia de una persona a considerarse víctima o a hacerse pasar por tal.1 Una víctima es quien sufre un daño personalizable por caso fortuito o culpa ajena.2 El victimista se disfraza por tanto de víctima, consciente o inconscientemente, simulando una agresión o menoscabo inexistente; y/o responsabilizando erróneamente al entorno o a los demás.
En Lógica el victimismo es una retórica demagógica que busca desprestigiar de una forma falaz la argumentación del adversario denotándola como impuesta o autoritaria. Para ello, el sujeto victimista posiciona a su adversario de forma implícita como atacante al adoptar una postura de víctima en el contexto de la discusión.3
En Psicología una personalidad victimista4 o tendencia psicológica victimista que puede llegar a desembocar en una conducta patológica4 como trastorno paranoide5 consiste en una tendencia a culpar a otros de los males que uno padece y resguardarse en la compasión ajena. Esta tendencia se caracteriza por una deformación pesimista de la realidad en la que el sujeto se regodea en el lamento y queda incapacitado para realizar cualquier tipo de autocrítica. Es uno de los pilares de la cultura de la queja.6

Retórica victimista[editar]

La retórica victimista es una técnica demagógica que consiste en descalificar al adversario mostrándolo como atacante en lugar de refutar sus afirmaciones. Para ello el sujeto adopta el rol de víctima dentro del contexto de la discusión, de tal forma que el otro interlocutor queda posicionado implícitamente frente a terceros como un impositor autoritario y su argumentación como mera imposición o ataque. En ocasiones se realiza junto con la retórica del punto medio y se relaciona estrechamente con la conducta megalomaníaca.
De esta forma sus argumentos son difícilmente refutables, pues cualquier contraargumentación queda transformada en prueba de la omnipotencia o sutileza de los ofensores. Por el contrario, cualquier ataque que realice queda envuelto en un manto de candidez ya que supuestamente se está defendiendo justificadamente.6
Ejemplo
«El Sol está a menos de 10 kilómetros de la Tierra».
«Eso no es cierto, el Sol se encuentra a 149.597.871 kilómetros de la Tierra, es un hecho probado».
  • Retóricas victimistas
«Esta persona siempre me está atacando, ahora afirma que miento. Trata de imponer su punto de vista, es injusto».
«Haga el favor de disculparse, mi opinión merece ser respetada. No puede imponer la suya sobre la de los demás. Usted claramente tiene animosidad en contra mía».

Retirada victimista[editar]

En ocasiones, esta retórica va encaminada a no reconocer los errores propios, eludiendo la responsabilidad o la rectificación. De esta forma, el orador victimista logra escabullirse de la discusión desprestigiando el argumento vencedor sin reconocer que estaba equivocado, o como último recurso cuando finalmente se ve incapacitado para exponer un argumento racional.
Ejemplo
«El Sol está a menos de 10 kilómetros de la Tierra».
«Eso falso porque [...] Por todo ello queda probado que el Sol se encuentra a 149.597.871 kilómetros de la Tierra. ¿Podría dejar de afirmar que está a 10 kilómetros? Su filibusterismo y conducta troll está creando confusión entre quienes nos leen».
  • Retóricas victimistas
«¡Y ahora me culpa de confundir a los demás! Desde luego usted no tiene un mínimo de educación. Dejo la discusión, está claro que discutir con usted es inútil, finalmente impondrá su versión».
«Esta persona no para de decir que todo lo que digo es falso. No me queda otra alternativa que desistir ya que se dedica a atacar antes de escuchar siquiera. De todos modos dejo asentado que, el hecho de no expresar más mi opinión, no se debe a que comparta la opinión arriba expresada, sino a que no me queda otro remedio que ceder ante su acoso».
«Que hagan lo que quieran, está visto que desean imponer su opinión. ¿Qué puedo hacer yo, si casi me comen en la última discusión? Está visto que hay quien aprovecha cualquier ocasión para acusar a los demás de mentirosos y trolls

Estrategias victimistas[editar]

En base al recurso del victimismo, cuando la personalidad paranoide desea influir en la toma de decisiones ajena suele acudir a dos estrategias:5

Trastorno victimista[editar]

El victimismo es un trastorno paranoide de la personalidad5 muy común en la que el sujeto adopta un rol de víctima a fin de, por un lado, culpar a otros de conductas propias, y por otro, enarbolar la compasión de terceros como defensa a supuestos ataques.
Mediante una proyección, en el sentido de Sigmund Freud, el victimista recurre a la estrategia mental de colocar fuera de sí la responsabilidad o los males que realmente le pertenecen. En este sentido, la personalidad de víctima o victimismo, consiste entonces en defenderse de posibles situaciones de malestar a través del no reconocimiento y la proyección externa de una determinada situación. Estos se muestran débiles y maltratados para encontrar el apoyo de otros y evitar tener que realizar los esfuerzos que su situación de vida, natural o adquirida les requiere.4
Como esta mentalidad no siempre logra alcanzar los objetivos ésta conduce a su vez con facilidad a la desesperación, el conformismo ante el infortunio e incluso el resentimiento, la ira o el deseo de venganza contra lo que le rodea; formando un victimismo agresivo,6 una forma rabiosa de victimismo que consiste en molestarse por que otros no son como nosotros o como deseamos que sean. En estos casos la tendencia es a atacarlos, acusarlos, etiquetarlos para dañarlos moral, emocional o físicamente en una demostración de intolerancia excluyente.4 Por ello en ocasiones surge junto con la megalomanía, ya que el sujeto, donde no se ve continuamente elogiado y aceptado, se ve víctima de supuestas conspiraciones y hostilidades6 (victimismo integrupal).5

Características[editar]

Deformación de la realidad[editar]

El sujeto cree que es sólo una víctima del entorno o los demás, por lo que la culpa en todo caso es del entorno o los demás.
El sujeto muestra un pesimismo exacerbado frente a la realidad que le rodea, sobredimensionando lo negativo, recelando de lo que surge a su alrededor y presumiendo mala fe. De esta actitud surge un morboso afán por descubrir agravios nimios para sentirse discriminado o maltratado con el fin de achacar a instancias exteriores una supuesta actitud perversa y agresiva que representa todo lo malo que le sucede. De esta forma, su susceptibilidad les lleva a reaccionar con crispación ante la más mínima crítica, elevada inmediatamente a la consideración de grave ofensa.7

Consuelo en el lamento[editar]

El sujeto cree que es sólo una víctima del entorno o los demás, por lo que no merece sentirse culpable.
El sujeto encuentra placer en manifestarse como una víctima ante los demás. Esta cultura de la queja en realidad es una forma de llamar la atención, mendigando protagonismo mediante una estrategia de lamentos y forzando la compasión de los que le rodean.6 De esta forma, en vez de luchar por mejorar las cosas el sujeto compite en la exhibición de sus supuestas desdichas.7

Incapacidad de autocrítica[editar]

El sujeto cree que es sólo una víctima del entorno o los demás, por lo que no tiene la culpa de nada de lo que hace.
El sujeto victimista es incapaz de extraer una crítica constructiva de lo que le rodea, tendiendo a considerar como enemigo a cualquiera que se atreva a hacerle alguna corrección. A lo sumo será capaz de aceptarla cuando provenga de alguien que le resulte afín. De esta forma, el victimista se autocontempla con indulgencia, eludiendo su verdadera responsabilidad, sintiendo que su posición de víctima justifica todos sus actos. Para las personas que caen en esta actitud, todo lo que les hacen a ellos es intolerable, mientras que sus propios errores o defectos son sólo simples futilezas sin importancia que sería una falta de tacto señalar.7

Véase también[editar]