lunes, 31 de mayo de 2010

Viva Colombia

El Carabobeño 31/05/2010
¡Hasta cuándo!
Viva Colombia
Pablo Aure


Queda demostrado que cuando los pueblos maduran y se curten no pierden la cabeza por cantos de sirena. Los colombianos ayer hicieron primar la sensatez y desoyeron la demagogia, quizá viéndose en el espejo de sus vecinos. Prevaleció el interés del país y Santos ganó cómodamente las elecciones. Ojalá eso tenga repercusiones en Venezuela. Colombia ha dado una gran demostración. Elecciones claras, sin abuso del poder del Estado a favor de un candidato y con instituciones confiables y seguras. La registraduría colombiana ha dado los resultados con prontitud y sin ningún misterio. Por otra parte, no se ve la intimidante presencia militar que en Venezuela caracteriza los procesos electorales, desde luego sin menoscabo de la seguridad a la que han volcado su atención discretamente, como debe ser. Viva Colombia y su democracia. Dios contribuya a que ese hermano país liquide la absurda guerra que todavía algunos aberrados sostienen.
Cocchiola los tiene locos
El panorama electoral en Carabobo tiende a perturbarse por la interpretación que algunas personas le han pretendido dar a las normas contenidas en el “Sistema automatizado de postulaciones” aprobado por el CNE. En efecto, con base a dicho instructivo pareciera que se intenta modificar el artículo 188 de la Constitución que previene las condiciones que deben cumplir los ciudadanos que aspiren a ser elegidos diputados a la Asamblea Nacional: “1.- Ser venezolano o venezolana por nacimiento o por naturalización con quince años de residencia en territorio venezolano. 2.- Ser mayor de veintiún años de edad; y 3.- Haber residido cuatro años consecutivos en la entidad correspondiente antes de la fecha de la elección”. Las normas de postulación a las cuales me refiero, en su disposición XIV, intentan regular las condiciones de elegibilidad para los aspirantes en los estados fronterizos, señalando que: “para ser candidata o candidato a Diputada o Diputado de la Asamblea Nacional de un estado fronterizo, se requiere ser venezolano por nacimiento, no tener otra nacionalidad y cumplir con los requisitos del 188 de la CRBV. Con esta norma sublegal lo que procurarán es sacar del juego electoral a Miguel Cocchiola (como lo han hecho echando mano del sumiso Poder Judicial con los comisarios Forero, Vivas y Simonovis) bajo la absurda especie Carabobo es un estado fronterizo. ¡Vaya manipulación! Con esos mismos argumentos, en su oportunidad, prácticamente inhabilitaron a Francisco “Paco” Cabrera. Recordemos que “Paco” sonaba muchísimo como candidato a gobernador de Carabobo, pero a alguien se le ocurrió acudir al Tribunal Supremo de Justicia para que se aclarara la condición de estado fronterizo, no de Carabobo, sino de un municipio en Miranda; y con una Sentencia infeliz se aprovechó de extender a Carabobo ese carácter fronterizo y “Paco” cejó en sus intenciones de lanzarse como gobernador cuando no tenía rivales. Así, el TSJ, sin fundamentos jurídicos, satisfizo a los truhanes de la política regional que querían -y lo lograron- sacar del juego a “Paco” Cabrera. Es posible que tan macabra interpretación quieran hacerla valer para impedir que un líder de gran calado, como lo es Cocchiola, vaya al Parlamento nacional. Así las cosas, los mismos que hicieron posible aquella aberrada decisión, hoy mueven sus piezas para aplicarle la misma dosis de veneno al carismático candidato Miguel Cocchiola, que demostró en las elecciones primarias su indiscutible arraigo popular que lo proyecta como el diputado más seguro del estado Carabobo. La única imposibilidad constitucional que tiene el señor Miguel Cocchiola, una vez electo diputado, sería para ocupar la presidencia o cualquiera de las vicepresidencias de la Asamblea Nacional, ya que eso sí está expresamente señalado en el artículo 41 constitucional. Pero en ninguna parte su condición de venezolano por naturalización le impediría ocupar una curul en el parlamento nacional. De paso, hay que decir, que en el Derecho constitucional moderno hay la tendencia a eliminar esas fofas limitaciones referidas a la nacionalidad.
Los contenedores de la indolencia
No es la primera vez que la ineptitud e indolencia gubernamental saltan a la vista de todos. En marzo del año pasado, el gobernador de Carabobo denunció que en los almacenes de Puerto Cabello habían ocho mil contenedores con alimentos pertenecientes a Pdval con comida podrida. Para ese momento Henrique Fernando Salas Römer dijo: “Autoridades del Puerto de Puerto Cabello: abran los ocho mil contenedores que tienen los alimentos a nombre de Pdval frente a los medios de comunicación. Todos tienen entre cuatro meses y un año, muéstrenlos, no los vayan a sacar por el mar, no busquen sacarlos escondidos”. En aquella oportunidad ningún organismo oficial le paró a las denuncias del gobernador Salas. Ahora, la semana pasada, se informa oficialmente que el Sebin halló 1.197 contenedores en la almacenadora Cealco en Puerto Cabello. Nos preguntamos: ¿estos contenedores encontrados la semana pasada con arroz, pasta, leche, carne, sal y aceite, entre otros rubros, serán los mismos que denunció Salas Römer, o son otros distintos? Cualquiera que sea la respuesta es grave, pues corrobora la indolencia del gobierno para tratar el tema alimenticio. Seguramente, a alguien se le encomendó que importara tantas toneladas de alimento, y lo hizo; se ganó lo que tenía previsto, y hasta allí su misión; lo demás está a la vista de todos: veinte mil toneladas de alimentos podridos. Que contrariedad: mientras que por una parte a la Polar, o a otros empresarios privados, les abren procedimientos por acaparamiento, allanándoles y ocupándoles militarmente sus empresas, buscando lo que jamás encontrarán, por otra parte, en las narices de ellos -de los militares- y en espacios custodiados y administrados por los entes públicos, se les pudren veinte mil toneladas de alimentos. ¡Vergüenza revolucionaria!
En la calle están los votos
Me preocupa que a cuatro meses de las elecciones parlamentarias a los aspirantes del sector democrático no los veamos en las comunidades. No es que los oficialistas sí estén recorriéndolas, porque a ellos tampoco nadie los ha visto, pero lo que pasa es que a mí me preocupan los míos y no los que se guindan de la chaqueta de un dictador para que los ubique en la Asamblea Nacional. Las elecciones del 26-S (si es que las hay) serán para escoger entre dos visiones de país: la democrática o la dictatorial. Qué están esperando para salir a las calles y visitar casa por casa, dando el mensaje de cambio y para denunciar lo malo que es este gobierno, lo ineficiente, mentiroso y corrupto. He visto a los vecinos manifestar que no quieren nada con sus gobernantes locales a quienes responsabilizan de sus problemas. Ellos mantienen cierta identificación todavía con el verdadero causante de la tragedia nacional, es lastimoso decirlo, pues todavía no lo culpan. Los candidatos y los partidos políticos tienen una misión demasiado importante que hasta ahora han apartado: recorrer las comunidades todos los días, decirles que las cosas pueden mejorar con el concurso de todos; demostrarles que ellos -los pobres- son importantes y merecen mejor trato.
Demócrata a carta cabal
Chávez ha demostrado internamente, es decir, dentro de su propio partido, su verdadero talante dictatorial al desconocer la voluntad mayoritaria de los electores de ese partido que se expresaron por medio de primarias. En algunos estados, entre ellos Lara, a pesar de haberse expresado libérrimamente la base del partido gobernante, el comandante sustituyó a los elegidos calificándolos de bandidos, y puso a dedo a otros dirigentes, demostrando hacia adentro también lo que con creces ha proyectado hacia el mundo: que no cree en la democracia. Esto es bueno que suceda adentro del mismo PSUV: que se cuezan en su propia salsa.

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lunes, 24 de mayo de 2010

¿Constituyente universitaria?

El Carabobeño 24/05/2010
¡Hasta cuándo!
¿Constituyente universitaria?
Pablo Aure
Se acercan las vacaciones de agosto y nuevamente los rojos rojitos enfilan la artillería contra las universidades. Tal y como ocurrió con la Ley Orgánica de Educación, que en pleno receso estudiantil aprobaron ese inconstitucional mamotreto, ahora nos intentarán meter un disparate que el “proceso” ha dado en llamar la “constituyente universitaria”. El ministro del Poder Popular para la Educación Universitaria, Edgardo Ramírez, lo anunció el viernes pasado. Algunos de los argumentos para proponer esa llamada constituyente se basan en que supuestamente “es un paso necesario para avanzar en el modelo de universidades Inclusivas y democráticas”; también expresan que: “requieren que las universidades estén conectadas con la realidad del pueblo y que tengan un nivel teórico y práctico conectado con el modelo socialista en construcción”. El ministro Ramírez declaró la semana pasada que están impulsando la referida constituyente universitaria en las 15 universidades que integran la Asociación de Rectores Bolivarianos (Arbol), así como en los 30 tecnológicos y colegios universitarios. O sea, en las casas de estudio en las cuales ellos mediante el dedo rojo (para nada democrático) imponen a las autoridades. “Ya llegó la hora. Estamos realizando esta convocatoria a profesores, empleados, obreros y estudiantes, porque este es un contexto político que asume la participación en la construcción del proyecto país y del socialismo bolivariano” (sic). Ahora bien, ¿quién ha dicho que las universidades deben adecuarse a una ideología política? ¿A qué proyecto de país pretenden involucrarlas para su construcción? Es decir, en lugar de que las universidades le aporten las ideas al gobierno para la construcción del país que todos queremos, es el gobierno quien intenta dar las líneas a las universidades para que nos adecuemos a sus propósitos. Si el gobierno desea ver transformadas nuestras universidades, debería pensar primero en los sueldos del personal que en ellas labora, en el monto de las becas que los bachilleres reciben; pensar que la inflación no solamente afecta a los militares (a quienes les aumentaron el 40%) sino que también afecta a los universitarios. Que las universidades necesitan mayores recursos para invertirlos en la docencia, en la investigación, en la extensión y en el servicio comunitario que por responsabilidad social realizamos a diario en nuestras comunidades. Que necesitan más y mejores unidades de transporte. Si el gobierno en realidad cree que nuestras universidades son excluyentes, por qué, por ejemplo, no se fija hacia dónde van los autobuses (de la UC) para recoger o llevar estudiantes. No van precisamente hacia las urbanizaciones de clase media o alta. Nuestros autobuses buscan y llevan a los muchachos de zonas populares.
Verdaderas intenciones
No tengo dudas de que las universidades deben adecuarse a las exigencias de los tiempos, lo que no es igual a las exigencias de los gobiernos. Y la realidad de esto es que el gobierno lo que desea es tener el control. También es cierto que dentro de nuestras instituciones existen problemas internos, que tenemos que corregir con el concurso de todos. Pero esos problemas, que los hay, jamás deben opacar las infinitas acciones que en beneficio del país las universidades junto a los universitarios han realizado. Ya basta de seguir ahogando presupuestariamente a las universidades. Lamento que ese discurso intervencionista sea acogido por algunos miembros de la comunidad universitaria; son pocos, es verdad, pero a ellos también hay que recordarles que no pueden empeñarse en destruir lo que tanto ha costado construir. Que entiendan que el afecto de sus compañeros o de sus colegas no se conquista promoviendo la intervención. Que jamás serían reconocidos por la comunidad si son impuestos a dedo para dirigirlas. Ellos, los que apuestan a la intervención, saben que con todos los defectos que puedan tener las universidades autónomas siguen siendo las mejores, y prueba de ello es que los hijos de los ministros o cualquier otro de los gobernantes rojos rojitos cuando no estudian en el exterior o en alguna universidad privada, no los vemos inscribirse en la Bolivariana o en la Unefa sino en la UCV, UC, LUZ, ULA o en la UDO. Esa es la verdad. Podrán inventar las constituyentes que se les ocurra, pero jamás una verdadera universidad estará de rodillas, ni a este, ni a ningún gobierno. Universidad es sinónimo de universalidad, de pluralidad, de discrepancias, pero sobre todas las cosas, de tolerancia; donde debemos respetarnos los unos a los otros bajo un clima de convivencia, aceptando nuestras diferencias y procurando convencer con las ideas. Pobre aquel universitario que obedezca a un líder a sabiendas de que es ignorante pero lo concibe capaz de imponer sus pretensiones con la capucha, con los fusiles o con el dinero. Por desgracia, en la historia de nuestra Alma Máter nos hemos topado con minúsculos grupos que realizan ese tipo de prácticas, pero siempre son y seguirán siendo derrotados por la fuerza de la razón, única fuerza que debe ser reconocida en nuestras instituciones de enseñanza en las que con orgullo tenemos que decir que la fuerza de la sensatez es inmensamente superior a la fuerza de los malévolos.
Eliminar pruebas internas ¿para qué?
La falta de cupo en las universidades no es debido a la existencia de la modalidad de ingreso a través de las pruebas internas, ya que no solamente en nuestras universidades se le asigna un cupo a quienes obtienen mayor puntuación en dichas pruebas; pues, por ejemplo en la Universidad de Carabobo, existen diversas modalidades de ingreso, tales como: Ingreso por Méritos Académicos, Ingreso por Méritos Deportivos, e ingreso por Méritos Culturales, y actualmente se propone la reforma del Reglamento de admisión, para ampliar aún más, el abanico de modalidades de ingreso que ofrece la UC. En tal sentido, ingresan los que asigna directamente el CNU, que en ningún caso son menos del 30% del plan matricular. Asimismo, tienen derecho a ingresar en un 10% los mejores alumnos de los liceos públicos a través de sus méritos académicos, y de igual forma, la Universidad de Carabobo, reserva un 2% del plan matricular de cada escuela, para aquellos bachilleres que tengan una destacada actuación en el deporte, lo mismo -es decir un 2%- para los que tengan talento en el mundo de la cultura. Así también se garantiza y reserva el 1% de la matrícula a personas que tengan alguna discapacidad y estamos proponiendo que también tengan derecho a ingresar el 2% aquellos bachilleres que tengan bajos recursos económicos. De tal manera, que las pruebas internas no representan de ninguna forma exclusión o límites al derecho al estudio de los bachilleres que aspiran ingresar a la educación universitaria, pues en el caso de nuestra Casa de Estudios, existe una gama de modalidades de ingreso para beneficiar a todos los jóvenes aspirantes sin distinción o discriminación alguna. El gobierno critica que en nuestras universidades exista la modalidad ingreso por convenio, lo cual no llega al 10% de los ingresos totales. Cuando hablamos de convenios, nos referimos al derecho que le asiste a todos los trabajadores de la Universidad de Carabobo, como beneficio social adquirido por obreros, empleados y profesores, -sin distinción, preferencia o discriminación- el mismo derecho para todos sus trabajadores bajo relación de subordinación, que se les pueda asegurar un cupo a sus hijos previo cumplimiento de otros requisitos; por cierto, los hijos de los obreros y de los empleados estadísticamente son quienes han disfrutado en mayor parte de esta modalidad de ingreso, y no así los profesores. Si sacamos cuentas por las pruebas internas ingresan menos del 40%, el resto es por otro tipo de modalidad. Ahora bien, el gobierno sugiere eliminarlas con el trasnochado argumento de excluyentes, y que las mismas supuestamente tienden a privatizar la educación superior. ¡Que necedad! La verdadera intención gubernamental es eliminar cualquier tipo de modalidad que no sea la asignación directa desde el Ministerio. ¿Para qué? Bueno, ya tenemos experiencias con algunas listas (Tascón, Maisanta), quién sabe si se requerirá una afiliación política para tener derecho a estudiar. Requisito necesario por ejemplo para poder conseguir trabajo en Pdvsa, y/o todas las empresas estatales.
Negociando con el dictador
A los universitarios cada día les alcanza menos lo poco que ganan. Es más, la mayoría recibe un salario menor al costo de la canasta básica, y no contento con eso, el Ejecutivo nacional con saña le reduce las partidas para la seguridad social; y ahora, en una suerte de macro negocio revolucionario ha dispuesto que la empresa aseguradora será la que ellos designen desde Caracas; y, de acuerdo a lo que se nos ha informado, detrás de ese negocio estarían algunos militares dirigidos por aquel banquero que se hizo famoso con la frase “aquí estoy y aquí me quedo” que luego vimos purgando condena por desfalco en EEUU. Pues bien, los pocos recursos que llegan hay que saberlos invertir y cuidar, para que de alguna manera se nos garantice, en la medida de lo posible, nuestra seguridad. Sepan muy bien los representantes de los gremios que nada de lo que el gobierno le ha puesto la mano funciona. Al contrario: lo destruye. Amigos que hoy se visten de rojo: piensen en la Universidad y en los 116 años de historia antes de pactar su entrega a un dictador. No es el momento de hacerle carantoñas al régimen, creo que es tiempo de reaccionar con firmeza ante sus pretensiones. Si no nos hacemos respetar, la dictadura seguirá avanzando hasta asaltar nuestras universidades. Finalmente les digo que el respeto al cual me refiero no se conquista en las aulas de clases solamente. Les hablo del respeto que se logra en las calles reclamando democracia, cuéstenos los que nos cueste: ¡Sangre, sudor o lágrimas!
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lunes, 17 de mayo de 2010

La unidad lo tiene más loco

El Carabobeño 17/05/2010
¡Hasta cuándo!
La unidad lo tiene más loco
Pablo Aure

Estamos a cuatro meses para la elección de la Asamblea Nacional, desde luego, si antes no se produce un acontecimiento que pueda impedirlas, lo cual no me extrañaría dado lo impredecible que resultan las cosas judiciales con magistrados del Tribunal Supremo de Justicia que, más que jueces, la mayoría opera como mercenarios de un dictador. Pero bueno, para hablar de acciones importantes en procura del rescate democrático desde la oposición, no podemos dejar pasar por debajo de la mesa lo que presenciamos el sábado pasado. Un acto formidable el que se dio en el parque Miranda de Caracas con la presentación de los candidatos de la unidad. En ese momento, a pesar de las diferencias, existía un inmenso deseo de trabajar de manera acoplada con un solo fin: ganar la mayor cantidad de escaños en las elecciones del 26-S. Ramón Guillermo Aveledo fue el encargado de hablar por la Mesa de la Unidad Democrática y, sinceramente, nos dio una verdadera lección democrática. Las diferencias en cuanto a la conformación de las listas y la designación o elección de los circuitos, quedarán en el pasado, y aquel que promueva candidatos distintos a los acordados estará en la misma acera del chavismo y, por lo tanto, será nuestro adversario. Cuidado con alimentar opciones distintas a la de la Mesa de la Unidad Democrática. Nada de estar fijándose en las garrochas rojas con cachuchas azules que hasta ayer se arrastraban a las órdenes de Esteban y hoy pretenden presentarse como una tercera vía. Ni aquí en Carabobo, ni en Venezuela entera, ellos pueden ser la opción para enfrentar al régimen; tendrán que pasar mucho tiempo en el purgatorio para poderlos ver como una opción dentro de la oposición. Chávez comienza a dar muestras claras del miedo que le entra cuando revisa los sondeos de opinión y nota que se fragua una verdadera unidad que lo puede derrotar en las venideras elecciones parlamentarias.
Lobo bipolar
El viernes vimos al comandante presidente disfrazado de caperucita, exactamente es la misma careta que se ha venido poniendo en épocas electorales. Con la que aparecía en aquella propaganda tan cursi del año 2006 cuando se enfrentó a Rosales: “Siempre, todo lo he hecho por amor. Por amor al árbol, al río, me hice pintor. Por amor al saber, al estudio, me fui de mi pueblo querido a estudiar. Por amor al deporte me hice pelotero. Por amor a la Patria me hice soldado. Por amor al pueblo me hice Presidente, ustedes me hicieron presidente. He gobernado estos años por amor.....Todo lo hemos hecho por amor. Aún hay mucho por hacer. Necesito más tiempo...”. Me gustaría saber qué piensan de ese amor que tanto dice profesar el presidente, aquellas personas que han perdido un familiar víctima del hampa, o los que han perdido el empleo porque el gobierno expropió la empresa donde trabajaba, o aquellos dueños de fincas que le han invadido las tierras. ¿Creerán en ese amor la gente que va a los hospitales y no los pueden atender porque no hay medicinas? Me gustaría saber también si él entiende por amor insultar y transpirar odio constantemente en contra de sus adversarios. Los que sí deben estar muy contentos y amarlo con frenesí son los que están enchufados con la tiranía cubana, o los que están haciendo negocios desde los gobiernos de Nicaragua, Bolivia o Ecuador, entre muchos de otras naciones. No sé quién le creyó ese lenguaje moderado con el que se presentó en la instalación del Consejo Federal de Gobierno. No sé qué esperaba de los gobernadores del sector democrático, que aprovecharon la ocasión para hacerle las respectivas solicitudes de recursos para sus regiones. Pero esa apariencia amigable le duró poco, ya que al día siguiente enfiló su artillería pesada en contra del gobernador del estado Miranda. Y ayer, en su programa “Aló presidente” transmitido desde Cojedes, manifestó que la “última vez que la oligarquía entró a Miraflores fue sobre un charco de sangre”. “El pueblo y los soldados venezolanos les dieron una lección a la burguesía”. No tengo dudas de que durante estos 4 meses de campaña para elegir a los diputados de la Asamblea Nacional, inaugurará mercales en las distintas zonas del país. Tampoco tengo dudas de que serán muchos los incautos que se comerán el cuento de la supuesta vocación amorosa hacia el pueblo. Pero no será como en tiempos pasados, pues ese disfraz de caperucita ya lo conoce todo el mundo y ya la mayoría del pueblo se da cuenta de la verdadera identidad del lobo que se encuentra debajo de la capucha.
El indomable dólar
Si hay algo que tiene loco a Chávez es precisamente el dólar que él cree tener controlado. Él lo acapara, pero no controla su precio. Dice buscar y castigar a los especuladores, cuando en realidad los tiene en su mismo gobierno. ¿Quiénes son los que tienen acceso a la moneda estadounidense? “Los boliburgueses” militares y civiles bien conectados con el régimen que se encargan de distribuir y colocar cuantiosas sumas en el mercado negro. Quizá el ministro Ramírez sepa muy bien quienes pueden ser los que manejan los dólares en este gobierno. Valdría la pena saber si los dólares producto de la renta petrolera entran directamente al Banco Central de Venezuela o hacen ciertas paradas en las alcabalas apostadas en las inmediaciones de Pdvsa. Recuerden: los militares conocen mucho de alcabalas. Aparte de la monumental corrupción que envuelve el negocio de los dólares paralelos, podríamos afirmar que el gobierno no ha podido controlar el precio del dólar por dos razones fundamentales: primera, no hay confianza en los actores económicos y, segunda, Cadivi no liquida suficientes cantidades para el normal flujo de importaciones. Al no haber confianza nadie sensato mantiene sus bolívares en bancos nacionales cuando lo que puede ganar por esos depósitos es el 14% de interés mientras que la inflación sobrepasa el 30%; y si a eso le sumamos a un Presidente que constantemente amenaza al capitalismo y a la empresa privada, por Dios: ¿quién carrizo que tenga platica va a dejar de asegurar su dinero en una moneda que le garantice mayor rentabilidad y seguridad de no ser devaluada?
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lunes, 3 de mayo de 2010

Sufriendo con sufragio

El Carabobeño 03/05/2010
!Hasta cuándo!
Sufriendo con sufragio

Pablo Aure
Hay una práctica muy dañina que tiene a la gente enferma: ya sea por miedo a admitir que no se encuentran bien, o por orgullo (pues hay quienes no se permiten ser vulnerables), simplemente se resisten a admitir que no están bien. Esto sucede especialmente por motivos más razonables en caso de enfermedades casi o seguramente incurables, donde se sobrepone el pensamiento positivo frente a la desesperanza. De una manera completamente similar, pueblos enteros pueden caer en ejercicios de negación, cerrando los ojos y tapándose los oídos para creer que están bien, que no pasa nada, y que siguen en democracia. ¿Cómo puede pedírseles que entiendan que están en dictadura, especialmente cuando la idea implica que no hay nada -o muy poco- que puedan hacer para remediarlo? Pero es un hecho: Venezuela está enferma de una bacteria inoculada desde hace años en nuestra sociedad. Sin embargo, por mucho que tenga sentido desde un punto de vista psicológico tal escape de la realidad, el primer caso para superar cualquier condición, física, mental o política es aceptar que existe un problema. Es un error de los venezolanos seguir engañados, y no reconocer con nombre y apellido el sistema político que padecemos, y para desgracia, tener una especie de adormecimiento en las figuras líderes de oposición, que no les deja hablar claro al país. Saben que vivimos una dictadura y también están conscientes de que los dictadores utilizan las elecciones para legitimar su permanencia en el poder, sin que les importe nada los verdaderos resultados. Los tiranos hacen simulacros y acomodan la voluntad de los electores de acuerdo a su conveniencia.
La farsa electoral.-
“¡Es mentira que esto es una dictadura! Si fuera así, ¿por qué ha habido tantas elecciones?”, suelen repetir a los cuatro vientos los dictadores. Un argumento que utilizan los personeros del chavismo para mantener íntegro su manto de aparente legitimidad es que las elecciones y las dictaduras no existen simultáneamente, o que no se puede sostener que un gobierno es totalitario y tiene control del poder electoral, cuando se participa en elecciones. El concepto de totalitarismo de Friedrich y Brzezinski (1956) define un gobierno totalitario como aquel que: (1) tiene una ideología oficial dirigida a llevar a la humanidad a una meta que justifica cualquier sacrificio necesario (lo que más o menos se encuadra donde se encuentran las frases “otro mundo es posible si es socialista” y “socialismo o muerte”), (2) tiene un partido de gobierno al que se somete toda la institucionalidad, (3) existe un terror policial instituido desde el poder político central, (4) hay un monopolio estatal de la información, (5) de las armas, y (6) que tiene a la economía sometida a la burocracia gubernamental. En ningún lugar se sostiene que este sistema carece de elecciones. Todo lo contrario: la teoría del sistema totalitario se fundamenta en lo que se observó en la Alemania Nazi y particularmente en la Rusia de Stalin. La Unión Soviética, de hecho, se valió de numerosas elecciones para legitimar su dominio sobre países vecinos, todas, por supuesto, arregladas, como admitirían los mismos comunistas polacos en su último año en el poder, cuando revelaron que habían manipulado los procesos de 1946 y 1947, en la última de las cuales sostuvieron que alcanzaron un triunfo abrumador con un 80.1% de los votos, cuando en realidad duramente llegaron al 50%, aun habiendo infundido un terror generalizado y limitando la población votante y la disidencia. Pero veamos otros ejemplos: en los años cuarenta, Estonia, Latvia y Lituania observaron elecciones que pavimentaron su ingreso a la URSS, con 92.8%, 97.6% y 99.2% de apoyo a la opción comunista -todos estos números irrisorios y eventualmente quedando demostrado que ninguno de estos eventos electorales fue realizado de manera limpia. Así tenemos la farsa de ayer en la que a los funcionarios públicos los obligaban acudir a votar para aparentar el decidido interés del pueblo revolucionario en seleccionar a sus candidatos. Los candidatos rojos rojitos no ganaron ayer, pues ya habían sido escogidos hace rato por Esteban. Esa elección no fue más que una burla al pueblo que inocentemente pensaba que en realidad estaba escogiendo un nombre para que lo representara como candidato a diputado en la Asamblea Nacional a elegir el próximo 26 de septiembre. Los candidatos definitivos del PSUV, nadie debe dudar que desde el mismo día de su postulación fueron señalados por el dedo de Esteban, y ayer sólo bañó esos nombres de una supuesta legitimidad.
“Contigo todo, sintigo nada” (sic)
La parodia de la consigna oficial, así estructurada por el caricaturista Weil del periódico Tal Cual, contiene en sí uno de los elementos más siniestros del comunismo: estos sistemas no admiten, ni permiten, la idea de un mundo después de ellos. El mismo Marx proponía que el comunismo era “la fase final de la historia”, la culminación del desarrollo de la población. ¿Cómo podemos interpretar esto, sino como una amenaza? ¿Qué debemos sobrentender de las constantes arengas de Esteban sobre como “si ganan los opositores, aquí habrá una catástrofe”, sino como una táctica para consolidar el terror de un supuesto apocalipsis post-chavista? Esta práctica es algo que funciona en la misma manera como ciertas religiones utilizan un supuesto fin de mundo para mantener a la población dentro de un código de conducta adecuado. Los antiguos egipcios vivían bajo la filosofía de que el orden del mundo (que mantenía fuera el caos primordial) se mantenía y fortalecía con el respeto de cada súbdito del reino a complejos códigos de conducta, cuya inobservancia podía facilitar catástrofes como eclipses solares (vistos como la muerte momentánea del Dios solar Ra) o la sequedad del Nilo, que traía hambre y mortandad. Pues ya este gobierno nos ha dictado qué viene antes del apocalipsis: ellos. Sutil pero ciertamente han condicionado a los venezolanos para que crean que salir de este gobierno llevará a una pesadilla de proporciones nunca antes vistas. Más allá de toda la manipulación del CNE, ¿cómo se puede hablar de elecciones libres cuando el pueblo teme cambiar? ¿Cómo podemos tolerar que haya un gobierno que insinúa, y hasta abiertamente proclama, que después de ellos no hay nada, cuando el verdadero corazón de la democracia está en la pluralidad de opciones, en la posibilidad de la gente de elegir gobiernos distintos, y cuando un Jefe de Estado afirma que la reconciliación entre los venezolanos es imposible? Es demasiada la arrogancia de Esteban creer que su régimen será lo último en la historia de Venezuela, si bien hasta puede considerarse una afrenta a toda la población. ¿Quién le dio el derecho a marcar su gobierno como el último capítulo de nuestra historia?
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