domingo, 28 de enero de 2018

Estamos en guerra

¡Hasta cuándo!
Estamos en guerra
@pabloaure
En Venezuela estamos en guerra pero no hemos querido reconocerlo.
No es una guerra contra otros países, es una confrontación interna. En efecto, el régimen considera como enemigo interno a todo aquel que se resiste aceptar su política cuyo objetivo fundamental es perpetuarse en el poder.
Chávez llegó con aspiraciones de quedarse para siempre, lo mismo Nicolás Maduro, para ellos y sus mentores, esto es tierra conquistada.
El modelo que representa el Socialismo del Siglo XXI establece la manera de controlar la sociedad, no es el convencional, ese que está regido por el principio de la separación de poderes, donde debería prevalecer la independencia plena entre el ejecutivo, legislativo y judicial para que de esa manera se garanticen las libertades ciudadanas. No amigos, aquí hay un solo poder, que lo encarna “la revolución” y entiéndase bien: la voluntad de la revolución se expresa a través de su ventrílocuo llamado Nicolás Maduro.
En las guerras se destruye al enemigo.
Así como lo leen, en la guerra el objetivo es destruir al enemigo, por eso hemos visto ataques sistemáticos contra todo lo que considere “la revolución” como un peligro para lograr su permanencia.
Devastó los medios de comunicación libres, solo permanecen activos muy pocos que le llegan a poca gente, eso lo tiene bajo control. Lo mismo con las fuentes de producción. Deliberadamente inició una cruzada de expropiaciones de empresas en plena actividad que generaban empleos y ganancias, fincas, acabó con el sistema de salud prefiriendo contratar pólizas de seguros para que los trabajadores del sector público acudan a los centros de hospitalización privados antes que invertir en las centros hospitalarios del Estado, lo que ha causado un colapso en las clínicas privadas.


Todos tienen que depender del Estado.-
La estrategia del régimen es muy clara: minar todos los caminos que conduzcan a las libertades. El control es absoluto. No puede haber un solo venezolano que pueda considerarse libre. Todos, absolutamente todos, deben depender del Estado para subsistir.
Acaba con el efectivo y proporciona libretas de tickes, destruye las fuentes de trabajo y asigna pensiones, desaparece los alimentos y proporciona las cajas “Clap”. Promueve las elecciones pero define cuáles deben ser sus contendores.
En las guerras el fuerte exhibe su fortaleza para infundir el miedo y paralizar al enemigo. Un buen estratega escoge el terreno donde pelear. “La revolución” siempre lleva a sus enemigos al campo de batalla. Debemos decirlo: hemos sido tímidos para calificar al régimen. Nuestros temores nos impiden reconocer que estamos en guerra y querámoslo o no, todos estamos involucrados.
El régimen nos ve como soldados y dependiendo de nuestro comportamiento seremos considerados como aliados o como enemigos. Lo sabemos y preferimos callar quizá porque pensamos que nuestro silencio nos apartará de cualquier desenlace. Queremos libertad pero nos da miedo transitar por el camino de la liberación. Deseamos prosperidad pero preferimos que otros luchen. Queremos salir del régimen pero aceptamos sus estrategias para combatirlo.
Elecciones anticipadas.-
Considero una necedad abordar el tema electoral, constituye una garrafal ingenuidad imaginarnos que las guerras se acaban con eventos electorales. En las guerras gana el más fuerte, el mejor armado, el que diseñe mejor su estrategia de lucha  y no necesariamente el que tenga más soldados.
Adelantar las elecciones no es un mensaje para la oposición, ese adelanto obedece a una clara estrategia del régimen, que consiste en ratificar al “comandante de los ejércitos revolucionarios”. Maduro seguirá siendo el comandante presidente y nadie más de sus filas. No tiene ningún sentido lógico realizar unas elecciones presidenciales con nueve (9) meses de anticipación a la toma de posesión. Recordemos, de acuerdo a la Constitución los presidentes deberán tomar posesión de su cargo el 10 de enero, es decir, en este caso, Nicolás Maduro asumiría para iniciar su segundo periodo, el 10 de enero de 2019.
Tiempo de alianzas.-
Si admitimos sin ambages que estamos en guerra, tendríamos solo dos opciones: involucrarnos para enfrentar al enemigo o simplemente huir.
Ambas son absolutamente entendibles y respetables.
Lo que jamás pudiéramos entender es la conducta de muchos que piensan que siendo indiferentes es la mejor manera de subsistir, vaya que están equivocados, porque a ellos también les llegará su hora. Seguir tolerando esta situación es resignarnos a vivir como esclavos. Dejaremos de ser ciudadanos para convertirnos en individuos sin derechos y estaremos condenados a permanecer a merced de los designios del régimen.
En las guerras deben definirse estrategias, las más importantes son buscar alianzas y escoger el terreno de las confrontaciones.
En este sentido, quienes han tenido la necesidad de huir, no por miedo o por ser indiferentes sino para moverse con mayor facilidad en el terreno de las alianzas, han hecho buen trabajo. Varios países están dispuestos a ayudarnos y a unirse a las ideas libertarias. No desaprovechemos ningún espacio, la batalla no será electoral será mucho más grande que eso, esa batalla la ganará quien demuestre más poder y más armas; quien posea mayores herramientas para someter al enemigo. En lo interno hemos perdido  las batallas. El enfrentamiento siempre lo ha provocado y ganado el régimen, en lo sucesivo es indispensable evitar enfrentamientos en tanto y en cuanto no estemos seguro de nuestra victoria.
Del mismo modo como el régimen ha logrado paralizarnos infundiéndonos terror, ellos también pueden ser neutralizados si están conscientes del poderío de nuestros aliados.
Dejemos la ingenuidad y dediquémonos a buscar alianzas.       

Pablo Aure

domingo, 21 de enero de 2018

Tiro de gracia/ @pabloaure

¡Hasta cuándo!
Tiro de gracia
@pabloaure
El acta de defunción de Oscar Pérez, ex inspector del CICPC señala como causa de su muerte “traumatismo cráneo encefálico severo por herida de arma de fuego en la cabeza”. Parecido informe plasmó el forense para detallar la causa de la muerte de quienes lo acompañaban en el momento monstruoso de la ejecución de El Junquito. Se lee: “hemorragia subdural, fractura de cráneo, herida por arma de fuego con proyectil único a la cabeza” Las siete personas (incluido Oscar Pérez) murieron por un tiro en la cabeza. Ninguno se salvó en esa masacre. La orden fue clara: “mátenlos a todos”. Y para que la orden se cumpliera al pie de la letra se recurrió a mercenarios experimentados en el arte de asesinar y extorsionar, a los tristemente famosos y mal llamados “colectivos”.
La sola presencia de los irregulares armados en las inmediaciones de El Junquito es suficiente para corroborar que Venezuela es dirigida por una especie de “pranato” al margen de la ley. Llegaron al sitio los colectivos pero se le impidió al CICPC tener acceso al lugar de los acontecimientos. No se resguardaron las evidencias, sino por el contrario, han hecho todo lo posible para desaparecerlas.  
El régimen exhibió con desnudez espantosa su naturaleza asesina. No tiene escrúpulos, ni el más mínimo respeto hacia la vida del rendido. Maneja códigos ajenos a la civilidad.
El pasado lunes 15 de enero Venezuela retrató el verdadero rostro del “Socialismo del siglo XXI”; un rostro que no mata en defensa sino como lección. El mensaje de escarmiento o medida ejemplarizante fue ratificado por funcionarios del régimen pocas horas después del ajusticiamiento: quien se atreva a hacer lo mismo que Oscar Pérez, correrá con idéntica suerte.
El sadismo de quienes desgobiernan no se conformó con ejecutarlos salvajemente, al mismísimo estilo de aquellos verdugos fundamentalistas que filman el momento de quitarle la cabeza a los infieles como señal de poder. Sino que también después de darle muerte, profundizan el dolor ya causado a sus familiares, demorando la entrega de los cadáveres. Amenazándolas con incinerarlos y finalmente estableciendo el lugar, fecha y asistentes al sepelio. No hay otra palabra para calificar a los capitostes del régimen: ¡son unos monstruos! Pero como ya lo he dicho en estas mismas líneas, no son unos monstruos cualquiera, pues en su haber tienen un variado culto a la muerte: Han asesinado a jóvenes manifestantes disparando metras, perdigones en los ojos, bombas lacrimógenas directo al corazón y a la cabeza, han dejado morir a miles de ciudadanos por no conseguir medicamentos, le prohíben a los médicos del sistema público de salud diagnosticar desnutrición para ocultar las cifra de los venezolanos que no pueden comer más de una vez al día, y como si esto  fuera poco, parece que le han agarrado el gusto que sus ejecuciones sean transmitidas por redes sociales.
De defensor a verdugo.-
Tarek William Saab, funcionario designado como fiscal general de la república por la espuria asamblea nacional constituyente, ha sido sordo, ciego y mudo en esta masacre.
Él que se ufanaba de ser un gran defensor de los DDHH, hoy con su silencio se convierte en encubridor de muchos delitos y, hasta en el cómplice necesario para que los mismos se cometieran. ¿Qué pasó la madrugada de aquel 15 de enero en El Junquito? ¿Hubo autorización expedida por un juez? ¿Dónde está el acta “policial” levantada para llevar a cabo esa operación? ¿Se le participó al ministerio público? ¿Por qué Tarek William Saab no envió a ningún fiscal para garantizar el respeto a los más elementales DDHH? Desde muy temprano estaban circulando en las redes mensajes de Oscar Pérez y de muchos de sus seguidores donde anunciaban la operación. El fiscal general de la república, que otrora simulaba ser defensor de los DDHH ahora se hizo el loco, y por desatender sus responsabilidades como “fiscal general”, la historia lo obligará más temprano que tarde a sentarse en el banquillo de los acusados por no haber impedido esos asesinatos.
El legado de Oscar Pérez
Muchos ignoraban lo que en realidad quería Oscar Pérez, estoy seguro que él nunca se imaginó el legado que dejaría. Si estaba sustrayendo armas de los cuarteles para usarlas en defensa del pueblo cuando así lo considerara necesario, difícil entender entonces, que no las haya utilizado para defenderse durante esa salvaje operación. Su lenguaje jamás fue de odio, él invitaba a sus compañeros y a las FAN a unirse al pueblo. Hoy, a una semana de su acribillamiento, podemos decir que Oscar murió con las botas -de la resistencia- puestas. Pero además, documentó paso a paso el desenlace de la operación que acabó con su vida convirtiéndolo en el mártir que tuvo el valor de filmar su ejecución. Esas transmisiones en las que manifestaba que estaba rendido, tengan la seguridad que serán de vital importancia en la inminente acusaciónn contra Nicolás Maduro ante la Corte Penal Internacional.

Pablo Aure     

sábado, 20 de enero de 2018

Con la mano en el pecho/ @DimitryBelov

Con la mano en el pecho: Entre criminales, indiferentes y negligentes
@DimitryBelov
«Aquel de ustedes que esté libre de pecado, que tire la primera piedra» (Juan 8: 7). Al día de hoy, todo el gentilicio venezolano entra en alguna de tres grandes categorías:
Los criminales: aquellos que por acción u omisión forman parte y participan del Estado fallido, del defalco del presupuesto público o de las organizaciones criminales que hoy desgobiernan a Venezuela. En este grupo, por supuesto está la cúpula de la alianza corrupta mal llamada “Polo Patriótico”, están todos los funcionarios civiles y militares que viven de comisiones y contrabandos. Contamos también a aquellos funcionarios que viven de la extorsión a empresarios y ciudadanos. No pueden faltar los políticos que se han hecho con la posición de “oposición oficialista” – ¡Sí! ¡Hay que nombrarlos!-  Esos que viven de ser candidatos eternos, quienes se jactan de ser cabezas de partidos “democráticos”, pero ellos son nombrados a dedo, en procesos nada democráticos donde se valen de artimañas y ollas podridas para anular a sus contrincantes dentro de sus fórmulas. Criminales son también los hampones comunes, los narcotraficantes, ladrones, violadores, capos, asesinos, estafadores, violadores. Así como -y para completar esta clasificación- se encuentran los criminales que son aquellos que con pleno conocimiento del comportamiento de todos estos grupos, se quedan callados o son cómplices porque reciben algún regalo, subsidio o participan de determinados cargo.
El segundo grupo, que no causa menos repugnancia, son los indiferentes. Estos se pueden explicar en menos líneas que el grupo anterior. Aquellos, a quienes no les importa nada y no creen en nada. A veces coquetean o hacen negocios con los criminales. Ese tipo de individuo que hace fiesta porque en medio de un incendio donde se quemaron 10 casas de su cuadra, la de ellos no sufrió, y aunque escucharon los gritos, no salieron a ayudar a nadie. Dentro de los indiferentes están los incrédulos, aquellos que no creen,  no les importan las cifras de fallecidos por armas de fuego en los últimos 18 años, no les afecta los niveles de corrupción del país, ni la mala calidad de vida. Esos, que no creen que existan en Venezuela un grupo de ciudadanos que hoy son torturados en las cárceles por el solo hecho de aspirar un estado libre, con separación de poderes y oportunidad de bienestar individual y colectivo. Los indiferentes son los  “venezolanos” que jamás han ayudado, y dudo que lo hagan, ni intelectual, ni con recursos, ni tiempo, ni esfuerzo, a que Venezuela sea un país libre y próspero .
El tercer grupo, -y donde lamentablemente se sitúa quien escribe estas líneas-, son los negligentes. No tenemos menos culpa que los otros grupos, pero paradójicamente nos enaltecemos nosotros mismos como moral y éticamente puros. Aceptémoslo, hemos sido negligentes en concretar la consolidación de la senda libertaria. Hemos sido negligentes en la planificación, en la estrategia y en la acción. Y donde más hemos fallado es en nuestra capacidad de unirnos. De identificarnos entre todos aquellos que anhelamos la república de estado del derecho y separación de poderes. Sí, hemos fracasado hasta ahora en mostrarnos al mundo como una fuerza con un objetivo y plan de rescate claro. Pedimos intervención internacional como un cheque en blanco sin sustentar como vamos a hacer viable y valedera esa ayuda en el tiempo. Fallaron los valientes del Junquito, falló Caguaripano, fallamos quienes creímos en la vía de la resistencia y la salida. Falló la gente del petróleo y los militares de abril del 2002 y los de ahora. Han fallado los estudiantes, los políticos, los gremios, los religiosos y demás grupos civiles. Como reza la cita al inicio, quien esté libre de pecados, que tire la primera piedra
En vez de perder el tiempo señalándonos, dediquemos el tiempo a poner la mano en el pecho, a ser sinceros al asumir errores. Aprovechemos cada segundo en consolidar la unión de los movimientos, en despertar de nuevo esa fuerza en los activistas, a reactivar los planes libertarios y mostrarnos como una fuerza coordinada. Cuando el mundo escuche el rugir de éste ejército de soldados libertarios, ningún ejército de la tierra o el cielo dudará en acompañarnos.

*Dimitry Belov

*Coordinador internacional de Compromiso Ciudadano

viernes, 19 de enero de 2018

Pablo Aure: Universidades deben pronunciarse sobre ejecuciones extrajudiciales


Valencia, 18-01-2017.- Pablo Aure, secretario de la Universidad de Carabobo se pronunció este jueves durante el Consejo ampliado de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas sobre el papel de la universidad venezolana en la grave crisis que atraviesa el país.
“La universidad venezolana entiende que estamos ante una decadencia institucional de proporciones escandalosas, por eso, con más razón debemos pronunciarnos y advertirle al país y al mundo sobre todo lo que está mal, no podemos callar, y menos ante la presencia de ejecuciones extrajudiciales”, dijo.
“El año pasado por iniciativa del decano David Rutman junto a un grupo de profesores y estudiantes denunciamos en las comunidades el fraude de la Asamblea Nacional Constituyentes con el programa “Aula y Constitución”, este año debemos seguir con diferentes temas de preocupación nacional”, comentó.
En este orden de ideas precisó “esta semana han sucedido cosas muy graves, en primer lugar tenemos el asesinato del inspector del CICPC, Oscar Pérez y su grupo, y por otra parte la persecución a los obispos que dedicaron unas palabras sobre la crisis del país en la procesión de la Divina Pastora”.
“Aprovecho este derecho de palabra ante el Consejo ampliado de esta Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas porque de alguna manera tenemos que pronunciarnos sobre estos hechos, en primer lugar porque el derecho a la vida es sagrado, en nuestro país no existe la pena de muerte y mucho menos sin juicio previo. ¿En que se ha convertido este gobierno? Todos vimos como el inspector Oscar Pérez y su grupo, que son ejemplo de valentía, grabaron su disposición de entregarse a las autoridades, de rendirse, pero lo que realmente estaban grabando era su ejecución, pues fueron vilmente asesinados.”, aseguró.
Asimismo continuó “entre los hechos que agravan más las cosas, está la presencia de miembros de colectivos armados irregulares en esta operación que se supone era exclusiva de cuerpos de seguridad del Estado, eso genera muchas dudas y el país merece una explicación, tanto así que amenazan con violar aún más las leyes procesales al rehusarse entregar el cuerpo a sus familiares y amenazar con cremar los cadáveres, cosa que está legalmente prohibido cuando la muerte deviene por hechos susceptibles a ser objeto de investigaciones o juicios”.
En su intervención Aure también se refirió a la persecución contra los obispos Antonio López Castillo de Barquisimeto y Víctor Hugo Basabe de San Felipe, por su intervención durante la procesión de la Divina Pastora.

“En el caso de estos obispos estamos viendo lo que en su momento muchos pensaron no iba a ocurrir, ya no solo hay censura a los medios de comunicación, sino también en lugares tan sagrados como los templos y actividades del libre culto religioso que se supone tenemos los venezolanos, eso es inaceptable”, concluyó.

domingo, 14 de enero de 2018

Universidad: trinchera de lucha

¡Hasta cuándo!
Universidad: trinchera de lucha
@pabloaure
Asumo estas líneas con el inmenso amor y pasión que le profeso a mi Universidad de Carabobo. Es la realidad que observo y que nunca me resignaré a aceptar con indiferencia. 
Esta semana se reinician las actividades luego del receso vacacional decembrino. Sinceramente no fueron las vacaciones tradicionales del mes de diciembre, aquellas donde los trabajadores disfrutaban de los aguinaldos porque les alcanzaban no solo para las hallacas, sino que también les rendía entre otras cosas, para pintar o remodelar la casa, cambiar el carro, comprar los regalos del Niño Jesús y hasta para viajar de paseo fuera del país. Ya todo cambió. El personal universitario así como todos los trabajadores de Venezuela deambula en una suerte de supervivencia. La primordial preocupación de cualquier venezolano es cubrir las necesidades básicas que la mayoría de las veces es imposible.      
Nos encontraremos con un panorama nada satisfactorio.
Todos los servicios que presta nuestra casa de estudios comenzarán con muchas deficiencias, inclusive algunos dejarán de prestarse, del mismo modo como han venido paralizándose otros en estos últimos tiempos. Las carencias son de tal magnitud que pudiéramos discutir sin complejo alguno, si con las actuales condiciones de funcionamiento el concepto de Universidad es aplicable o no. Esta misma realidad no escapa a ninguna de las universidades del país.
Emigración estudiantil y laboral.-
Tan afectados se ven los estudiantes como los trabajadores. Ambos observados desde las ocupaciones inherentes a sus actividades. El estudiante desea culminar su carrera para cumplir esa etapa, pero le atormenta saber la poca o ninguna oportunidad de trabajo que tendrá en este país, o si las consigue, sería para ganar menos de diez (10$) dólares al mes, por eso es una constante escucharlos hablar en los pasillos sobre sus intenciones de emigrar, bien sea después de graduarse o inclusive abandonando sus estudios, y en efecto, lo han venido haciendo en cantidades inimaginables.
Esto lo digo con propiedad, porque soy el secretario de la UC y me corresponde legalizar junto a la rectora los documentos que les exigen en aquellos países que los recibirán.
Lo mismo ocurre con los docentes, administrativos y en menor cantidad, pero ocurre, con el sector obrero. Piden un permiso no remunerado o renuncian porque ven que Venezuela agoniza como país, con lágrimas en los ojos provocadas por el dolor que significa para ellos tener que dejar años de entrega a la UC y aunque les falte poco tiempo para su jubilación agarran sus maletas y parten a probar suerte en otras latitudes.
Sé lo que significa el “beneficio” de la jubilación, que en este caso los trabajadores no lo entenderían como un beneficio, sino como el honor propio de la satisfacción por el deber cumplido. Desde luego que no es por la pensión de jubilación que les da tristeza, porque a lo sumo y en promedio pudiéramos  estar hablando de doce (12) dólares mensuales, que no es nada económicamente. El dolor es por tener que escapar desesperadamente de los tentáculos de un régimen que se ha empeñado en esclavizar a los ciudadanos. 
Algunos se van a trabajar en universidades de otros países, donde sí reconocen como fundamental para el progreso, la función del educador y del investigador, asignándoles remuneraciones acordes con su preparación.  
Con sentimiento debo también decir que, la mayoría no emigra sino que huye de Venezuela en búsqueda de oportunidades, pero lamentablemente en esas tierras lejanas a la mayoría de la diáspora venezolana le corresponde realizar trabajos que no son propios de su profesión, arte u oficio, ya que se dedican a otras tareas. No digo que sean degradantes las faenas que les toca realizar para ganarse la vida, porque el trabajo no degrada, pero aflige que no son empleados en sus áreas del conocimiento, que con mucho esfuerzo y dedicación adquirieron acá.
Sin embargo, también hay que reconocer la grandeza de aquellos venezolanos –que son bastantes- que han sabido superar cualquier dificultad y han sobresalido ante la difícil barrera que significa ser extranjero. En esto hago un paréntesis para decir que Venezuela es única en el trato hacia el inmigrante. Otros países no son tan afables como el nuestro.
Exportamos talento y nos llegan expoliadores. 
A través de la historia hemos demostrado que recibimos con los brazos abiertos a quienes han inmigrado a estas bellas tierras. No le tenemos ojeriza a quien viene a trabajar sanamente. Por cierto, eso no es lo que vemos hoy día, porque la mayoría de los extranjeros que han llegado a Venezuela  durante este disparate llamado “Socialismo del Siglo XXI” no ha venido para trabajar sanamente, sino para constituirse en ejército de ocupación en unos casos y, en otros, llegan para expoliar las riquezas naturales a cambio de mantener este modelo político que a paso de vencedores ha destruido nuestra nación. Así vemos a estas nuevas colonias de inmigrantes, que en nada se parecen a los que llegaron durante la mal llamada “IV república”. No son portugueses que vienen a trabajar, a montar una panadería; tampoco son libaneses que llegan para recorrer las calles vendiendo “cortes baratos” o, italianos para montar una zapatería o servir de maestro de obra en alguna construcción. Señores, la oleada de “inmigrantes” que ha llegado es nada productiva, no genera empleos ni riquezas, al contrario, los extermina. Comenzaron los cubanos (castristas) para desplazar a nuestros galenos y trabajadores de la salud con la misión “Barrio adentro”, pero también para diseñar un sistema de identificación y seguimiento entregándole los registros y notarias; más tarde, sin aportar ni siquiera un (1) dólar, se les adjudicó la mitad del capital accionario en la empresa “Bolipuertos” para controlar todo lo que entra y sale por los puertos y aeropuertos, se les transfirió buena parte de la soberanía alimentaria. Luego, llegaron los chinos y los rusos para acabar con otros tesoros, entre ellos el arco minero. A la industria petrolera le han dado hasta con el tobo.
 La Universidad como trinchera.-
Hoy los sindicatos discuten las condiciones de trabajo en nuestras casas de estudio, se escuchan propuestas de rebajar la cantidad de horas y de días de trabajo. Sus angustias tienen eco en todas partes, imposible no estar identificados con sus preocupaciones. El sueldo no les alcanza para mantener operativos sus carros (de aquellos que aún lo tienen), no hay transporte público, deben buscar la alimentación de su familia, y en fin deben hacer muchas cosas para sobrevivir, y si después de superar esos obstáculos si logran llegar a la Universidad se encontrarán con las carencias que impiden prestar un servicio adecuado.
Que nadie lo dude, el régimen quiere que abandonemos nuestros sitios de trabajo, que saquemos el “carnet de la patria” y asignarnos un pago mensual por no hacer nada. Nos controla y nos mantiene en el ocio, tal cual hizo Castro en Cuba.
Amigos míos, compañeros estudiantes y colegas trabajadores, la Universidad debemos convertirla en trinchera de lucha, desde allí debemos impulsar ideas. No basta “aclimatarnos” a las condiciones que impone el régimen, por ejemplo con el horario, es indispensable y urgente ser creadores para revertir esta terrible situación. Somos millones de universitarios que pudiéramos provocar los cambios, hacer el giro necesario para reconstruir el país. Asumir los riesgos. Basta de lamentos, es la hora del accionar, que cada profesor se reúna con sus alumnos, que cada jefe de cátedra con sus profesores, cada director y autoridad con su personal y se defina la estrategia. Si la Universidad no reacciona ya, pues entonces seguirá agravándose la situación y el tiempo nos juzgará como aquellos timoratos que no estuvimos a la altura para enfrentar la tiranía roja que devastó a Venezuela.
Vamos universitarios, no es momento de retroceder ni doblarnos, llegó la hora de constituirnos en la vanguardia de la lucha, porque nos asiste la fuerza de la razón y el coraje heredado de la participación en la derrota de otras dictaduras. ¡O luchamos, por nuestra UC y por Venezuela, o las perdemos definitivamente!

Pablo Aure                         

domingo, 7 de enero de 2018

Incertidumbre o coherencia/ @pabloaure

¡Hasta Cuándo!
Incertidumbre o coherencia
@pabloaure
Este 2018 nos ofrece dos opciones: o nos mantenemos bajo el manto oscuro de la incertidumbre o asumimos el reto de ser coherentes, y en consecuencia tomar las decisiones correctas. Desde hace varios años hemos venido escribiendo sobre el acontecer político venezolano. No lo hacemos con el propósito de complacer peticiones, ni mucho menos para congraciarnos con determinados sectores políticos, sean opositores, oficialistas o indiferentes. Escribir para el público, les confieso, representa riesgos, tanto por el escrutinio de nuestros lectores, como por la intolerancia de la satrapía gobernante.
El riesgo con los lectores es interesante asumirlo porque hay un justo y sabio juez -que es el tiempo- encargado de dictar sentencia. Durante esta locura que se empeñan en llamar Socialismo del siglo XXI” he sido sentenciado muchas veces por ese juez. En todo caso siempre es preferible la sinceridad.
No pretendo hacer ver aquella expresión chocante: se los dije”, solo invoco el sentido común para tratar de unirnos más en los propósitos y apartarnos de las posturas caprichosas o lo que es peor, negociadas con el barniz y el despliegue publicitario de una cacareada unidad que es inexistente y que lamentablemente la han utilizado como chantaje para encallejonar a los ciudadanos de buena fe por un camino que nunca conducirá a hacia libertad. 
En cuanto a la satrapía, les digo que de ella si he recibido condenas –y muchas veces-, me ha perseguido y todavía me mantiene expedientes fabricados en el burdel de la infamia para cuando lo considere intentar depositarme en el calabozo del honor. ¡Si del honor! porque quien está tras las rejas por luchar por ideales libertarios no puede sentirse de otra manera sino honrado. Desde luego, no solo es preferible, sino indispensable sobre todas las cosas, combatir fuera de los calabozos, y en esto debo ser enfático: no importa si hay que hacerlo desde la clandestinidad porque para los esbirros del régimen también es un honor exhibir enjaulados a los disidentes.
Si te portas bien tendrás comida.-
Llegó el 2018 con innumerables focos de protestas. El año pasado fue despedido por el enojo ante las promesas incumplidas de perniles, cajas clap” y tickeras.
Este año que recién comienza debe haber no solo cautela sino sentido común para involucrarse en las protestas que habrá en número y en lugares insospechables. No hay que ser un experto para afirmarlo: hay mucha hambre y creo que todavía no hemos llegado al llegadero, no hemos visto llaga sino peladura”.
El régimen consciente de esa situación, a como dé lugar manipulará el empobrecimiento extremo de la gente, la hiperinflación y la escasez hasta más no poder. Jamás reconocerá su responsabilidad en esta maldad inducida. Porque este estado calamitoso en el que se ha convertido Venezuela ha sido promovido por un sistema cuyo objetivo principal, además de robar y traficar, es sumir en la pobreza a toda la población para hacerla dependiente del tirano. El hambre es un mecanismo de control. Por eso el carnet de la patria y las cajas clap para los censados.  Si te portas bien tendrás comida”

Saquear no es protestar.-
Muchos pudiéramos pensar que el hambre lo justifica todo, por esa razón a quien le toca la puerta con intención de quedarse, es capaz de hacer lo que sea para espantarla. He visto a algunos supuestos opositores involucrarse en acciones planificadas por el régimen para sacarle provecho a las perversas regulaciones de los precios. El domingo 7 de enero los automercados Plaza y Central Madeirense de Valencia sufrieron la embestida de la tiranía, y “escuálidos vivarachos” participaron también en el delito. Que desgracia cuando hay que combatir una tiranía y grupos de personas irracionales que dicen ser demócratas, a estos, no les pasa por la cabeza que los saqueos siempre se voltean contra los ciudadanos porque el régimen toma mayor control de la calle y logrando avivar uno de sus principales objetivos: el hambre.  
Robar o saquear -que es lo mismo- es lo primero que se le ocurriría a alguien que solo quiere comer hoy sin pensar en mañana. Podrás tener comida para algunos días pero luego volverás a sentir necesidad de alimentarte, y entonces no podrás saquear porque ese negocio al cual fuiste ya lo quebraste.
En estas acciones vandálicas de comienzo de año ha estado involucrado hasta los tuétanos el régimen quien utiliza el SUNDDE como agente instigador. El modus operandi es alevoso y criminal. Le informa a un grupo de oficialistas que en determinado establecimiento se efectuará un operativo, luego, trasladan a los “saqueadores” al negocio, quienes comienzan a llenar sus carritos con mercancía, en eso se presentan los justicieros” hamponiles del SUNDDE y obliga a los gerentes a bajar el precio de la mercancía para que sean vendidos a precio justo”, en ese momento se produce la desbandada, la locura, todos los productos a precio de hace más de un año lo que lógicamente ocasiona una gran pérdida al establecimiento condenándolos al cierre, lo que implica que sus trabajadores quedarán desempleados.
No  caer en peines.-
También se han producido y seguirán apareciendo ciertas protestas focalizadas y estimuladas por el régimen, para que sean fácilmente controladas. ¿A ustedes no les ha parecido extraño que quienes aparecen hablando en las protestas ilógicamente son “maduristas” y le echan la culpa a algún funcionario de poca monta? Bueno la respuesta es sencilla: apartar de cualquier responsabilidad a Nicolás Maduro y a su caterva de colaboradores causantes de esta tragedia por la cual estamos atravesando que ejecutan al pie de la letra la receta hambreadora, para mantener ocupado a los ciudadanos buscando comida.
Culpable es el régimen.-
Cualquier acción debe estar dirigida contra el régimen. No hay comida por el régimen, no hay medicina por culpa del régimen, el régimen nos quiere controlar todo y por eso tampoco hay dinero en efectivo. Con los militares no hay que meterse, porque solo es su cúpula la que está en el juego macabro de la sumisión popular. Ellos ricos en dólares y en euros, pero el resto de la institución castrense pasando las de Caín porque tampoco tienen sus necesidades básicas  cubiertas. Un ejemplo, si algún soldado se enferma, inmediatamente le dan la baja porque no tienen seguro que cubra los gastos de su enfermedad.
El desenlace está en ti.-
Que pase lo que tenga que pasar, pero sépanlo: nada ocurrirá mientras no impulsemos la protesta pacífica, y esta debe darse de manera organizada y coordinada. Recuerden: jamás confrontar a las fuerzas públicas.
Al final deberá existir no solo un pronunciamiento sino la ejecución del restablecimiento del Estado de derecho en el país, con el apoyo militar y de organismos internacionales. Los civiles solos jamás lo lograremos, porque el régimen se sustenta a través de la fuerza bruta que le imprime la cúpula militar, grupos irregulares armados, incluidas las bandas fuertemente armadas de organizaciones delincuenciales internacionales. El 2018 debe ser el año de la coherencia, de la perseverancia y del coraje. Que nadie se equivoque en el lugar donde estamos parados. Estamos viviendo momentos difíciles y todo parece indicar que se profundizarán. Mientras más conscientes estemos de eso más cerca estaremos de la solución.
Esto no será eterno, pero hay que enfrentarlo con decisión y sin ambages. No caigan en la trampa de las elecciones, eso es alargar la agonía. Las tiranías no salen por votos.

Pablo Aure