lunes, 28 de febrero de 2011

Las revueltas del 27 y 28 F


El Carabobeño 28/02/2011
¡Hasta cuándo!

Las revueltas del 27 y 28 F

Pablo Aure

A veintidós años de aquellos espeluznantes días en que los cerros "bajaron", todavía quedan muchos acertijos por descifrar. Por ejemplo: ¿fue espontánea aquella reacción popular?, ¿se debió en verdad al alza de los precios de la gasolina, o al alto costo de la vida? Dijera Orlando Urdaneta: no vale... yo no lo creo. Si aquellas causas fueron en realidad las que originaron a lo que después se acuñó el nombre de "Caracazo", pues entonces hoy más que nunca hay que decir que están dadas las condiciones para que el país no sólo se subleve sino que, literalmente, estalle. Hoy no es que la vida esté solamente cara sino que, además, hay escasez. Ni siquiera algo que pensábamos imposible de desaparecer, como son las toallas sanitarias, o los pañales desechables (que, dicho sea de paso, son productos de primera necesidad utilizados por mujeres ricas y pobres) hoy vemos a los venezolanos penando por su ausencia. Ni hablar de las medicinas, que ni siquiera antigripales se consiguen. Tampoco los servicios públicos funcionan y las vías públicas, hospitales y escuelas, se encuentran en franco deterioro. El pobre hoy es más pobre, y aquéllos a quienes antes les faltaba poco para ser pobres, ahora lo son sin vacilación alguna. Por eso, hoy no podemos menos que afirmar que, lo vivido en Venezuela durante los días 27 y 28 de febrero de 1989 fue producto de una verdadera conspiración urdida desde algunos sectores antidemocráticos para derrocar un gobierno legítimo que comenzaba a dar demostraciones de querer enrumbar al país hacia un modelo de progreso. Tirios y troyanos se confabularon contra lo que despectivamente llamaron el paquete económico, utilizando como carne de cañón a los débiles de siempre. Pero hay que decirlo con responsabilidad también que, muchas personas notables, medios de comunicación y sectores económicos del país, irresponsablemente abonaron a esa lamentable salida. Demasiado sospechoso que antes sí había motivos para que el país se levantara, y, ahora, no los haya. Hoy muchos patrocinadores y promotores de aquella tragedia se dan golpes de pecho, añorando con sus defectos la antigua democracia. El 27 y el 28 de febrero fue una revuelta inducida por quienes asaltaron posteriormente el poder en Venezuela, y algunos otros que contribuyeron. Ojalá estos tropezones nos enseñen a levantar los pies, sobre todo, porque en este momento en el mundo hay una onda expansiva de sublevaciones contra regímenes opresores, corruptos y violadores de los derechos humanos que no guardan mucha distancia con el régimen venezolano. Cuando Chávez exalta sublevaciones como esos movimientos callejeros, pudiera estar como el que enciende fósforos en un pajal.

La gran diferencia

Quienes hoy están gobernando son capaces de todo. Poco o nada les importa sacrificar vidas con tal de que sus objetivos se cumplan. Ellos sabían que provocar saqueos no era del todo despreciable para saciar a las personas que se estaban comiendo un cable (que, por cierto, se lo siguen comiendo). Pero la oposición al actual régimen no se manifiesta con ese grado de irresponsabilidad y jamás se le ocurriría promover saqueos para desestabilizar a un gobierno que cada día tiene menos arraigo popular, como lo demostraron las elecciones parlamentarias. Si algo se nota en los partidos de oposición (a pesar del vertiginoso deterioro de la economía y el costo de la vida por la elevada inflación) es que hoy se busca darle aliento y largas a la situación para que el gobierno comunista llegue hasta el final del período y sacarlo a punta de votos. Nada que nazca de la miseria humana puede dar buenos frutos. Ninguna venganza es saludable para reconstruir una nación depauperada, y menos, si son los vengadores los que están en los puestos de mando. Pero es que también nada que germine producto del odio podrá tener una vida feliz. Es innegable, la concepción de este monstruo que dirige los destinos del país es producto de aquellos macabros días de febrero de 1989, a poco tiempo de la toma de posesión del segundo mandato de Carlos Andrés Pérez, quien años atrás había nacionalizado las industrias del hierro y del petróleo. Es cierto, había libertad y se denunciaron grandes escándalos de corrupción. Pero si de comparación hablamos, serían insignificantes comparándolo con este desfalco de Hugo Chávez Frías.

Preaviso

A partir de los sucesos del 27 y 28 de febrero, al gobierno de Carlos Andrés se le cantó el preaviso, y grandes proyectos de política económica liderados por Miguel Rodríguez se echaron al cesto de la basura. Luego comenzó a instruírsele el expediente por corrupción al primer mandatario nacional por la acusación de Ramón Escovar Salom, a la sazón Fiscal General de la República. La Corte Suprema de Justicia separará del cargo al Presidente constitucional de Venezuela. Diríamos hoy: ¡qué tiempos aquellos! En que a pesar de sus defectos y múltiples errores, teníamos poderes independientes capaces de contradecir y enjuiciar al mismísimo Presidente de la República. La Venezuela de hoy, que anhela cambios y volver a vivir en democracia, donde se respeten los derechos humanos y haya esperanzas de progreso de paz y de prosperidad, debe trabajar para que jamás se repitan sucesos como los del 27 y 28 de febrero del año ochenta y nueve, lo cual significa, conquistar la confianza del pueblo por medio del voto. Si me preguntan cuándo le entregaremos el preaviso a Hugo Rafael, respondería de una manera muy sencilla: él ya está en preaviso. Esperemos que se vaya, no por una revuelta, con pérdida de vidas sino con el mecanismo civilizado del voto. Como dijo María Corina Machado: le quedan 645 días.

Veintidós años más tarde

Creo que hoy hemos aprendido algo, quizá no todo lo indispensable, pero sí hemos tenido grandes avances. Debemos apostar a la unidad, y sacar provecho de nuestros errores del pasado. Que a pesar de los desafueros de la cuarta república, los gobiernos de entonces tienen hoy una obra que exhibir, lo que este régimen no ha podido lograr. Recordamos con melancolía los hospitales, las escuelas, las carreteras, el Metro de Caracas, las represas, Pdvsa, el programa de becas Gran Mariscal de Ayacucho y la descentralización. Hoy vemos el contraste de lo que éramos y en lo que el chavismo nos ha convertido. Quienes están contentos con esto es porque no saben que pueden estar en mejores condiciones. Allí el trabajo de los líderes, de los maestros, de los profesores, de todos quienes apuestan a un país mejor donde no mande un hombre sino la Ley. Pero con un modelo de progreso y de bienestar. Hemos aprendido que para ganar elecciones se debe trabajar todos los días, que los pobres no esperan la visita de los candidatos o gobernantes solamente durante épocas electorales sino que los necesitan permanentemente para poder creer en ellos. Hemos aprendido que para reconstruir las ruinas que nos dejará Hugo Chávez, se debe invertir muchísimo en educación y en restaurar el sistema judicial. Y algo que también creo hemos aprendido, es que los cogollos no deben seleccionar a los candidatos sino la base a través de las primarias.


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lunes, 21 de febrero de 2011

A Chávez le sale un fantasma: Brito


El Carabobeño 21/02/2011
¡Hasta cuándo!
A Chávez le sale un
fantasma: Brito

Pablo Aure

Con este gobierno no es sencillo hacer cálculos, ni mucho menos predecir su reacción definitiva para tratar de sofocar el candelero encendido por los jóvenes que iniciaron una huelga de hambre en reclamo de la libertad para los presos políticos, sobre todo si echamos memoria del reciente pasado con Brito. Con el coraje que los caracteriza nuestros muchachos decidieron emprender lo que han denominado "Operación libertad" en defensa del pueblo venezolano y su democracia. En realidad, el mundo está lleno de jóvenes valientes, y, en Venezuela en todas las épocas opresivas hemos visto a la juventud enfrentar corajudamente a los dictadores. La conocida generación del 28, constituida en su mayoría por estudiantes universitarios, fue la fuerza motriz que nos abrió las puertas del siglo XX durante la dictadura de Juan Vicente Gómez. Treinta años más tarde, en el 58, también fueron los jóvenes quienes se enfrentaron con gallardía al dictador Marcos Pérez Jiménez. Ahora, en la era de las redes sociales -que tanto irritan a los déspotas- el ingenio y la creatividad de los jóvenes emerge para poner contra la pared al mismísimo Hugo Rafael y develar ante el mundo que en la patria de Bolívar los derechos humanos se violentan de manera frontal. Sin disparar una sola bala, sin guarimbas que ocasionen daños o incomoden a los vecinos, vemos en todo el país a valientes universitarios pasando hambre como protesta contra un régimen que emplea la estructura judicial para la persecución política y perpetra desafueros de toda índole contra hombres y mujeres que por el sólo hecho de contrariar ideológicamente al proceso socialista se les mantiene encarcelados. O el gobierno libera a los presos políticos, o ellos morirán de hambre. Por Dios: ¿quién puede poner en dudas la nobleza de la juventud? Chávez, aunque poco habla del tema, sí manda a sus marionetas a chequear de cerca. Sabe que la erupción de un volcán es inminente. La huelga de hambre de los estudiantes ya es del conocimiento internacional. Ya es noticia de apertura de todos los periódicos importantes; la radio y la televisión le dedican atención. En las redes sociales se transmite con suprema rapidez cualquier detalle que tenga que ver con nuestros orgullosos huelguistas. Si pudiéramos copiar alguna consigna chavista, diríamos "la huelga lo tiene loco". Insisto, Chávez está preocupado. Ya no es un solo Brito, sino muchos, y por todas partes. A Chávez le sale Brito en sus pesadillas. Nuestro deber de ciudadanos es colaborar con estos jóvenes que tienen un sueño de libertad. Debemos darle el mayor impulso a sus luchas y divulgar lo que están haciendo. Démosle publicidad a esto y levantemos la voz para que lo que persiguen los muchachos se logre: que vengan comisiones de la OEA sobre derechos humanos y constaten la situación de los cientos de perseguidos políticos que pagan cárcel, sin el menor respeto a los principios del derecho procesal. Desde los comisarios enfermos condenados a pena máxima, como diputados electos que gozan de inmunidad.

Atrevimiento juvenil

Hace algunos años el régimen trató de fomentar los tribunales populares para juzgar y condenar a muerte a los "contrarrevolucionarios". Hoy, en una especie de suerte invertida, la juventud venezolana juzga y obliga a Chávez a tomar decisiones contra su voluntad. Los jóvenes llevan a Chávez a un terreno desconocido, y no sabe de qué manera defenderse. Quizá lee y relee "El arte de la guerra" de Sun Tzu, y no encuentra la estrategia para escudarse. Insisto en la dificultad de predecir la reacción de Chávez, pero, no creo que el "comandante-presidente" se arriesgue a que a esos muchachos les pase algo. Si bien es cierto que la muerte del mártir Franklin Brito no produjo una reacción más enérgica, no tengo la más mínima duda de que si a uno de los valientes jóvenes -¡ni Dios lo quiera!- le llegare a ocurrir algo, pudiéramos decir, como los árabes, que ése será el día de la ira en Venezuela. Creo que con el silencio Chávez y sus asesores estudian la respuesta. Sabe que lo que está en juego es un botín demasiado grande: el que engulle en el poder. Ya él está en campaña para su inconstitucional postulación para el próximo año. Y los muchachos le están aguando la fiesta. No pueden frenar su empuje. No nos extrañemos "ordenar" la libertad de los diputados y de la juez, inclusive, y si es inevitable, la de los comisarios, aunque luego vuelva a encarcelarlos. Su objetivo, repito, es mantenerse en el poder. Desde luego, Chávez quedará ante algunos cándidos como un gobernante que respeta a la gente y que escucha a la juventud, pero se le originarán de aquí al día de las elecciones miles de acciones similares. Por eso, Chávez calla y está preocupado. Por hoy, no hubo Aló Presidente.
¿Por qué lo jóvenes?

Semilla de los cambios siempre han sido los jóvenes, porque ellos piensan en el futuro más que nadie, porque les pertenece. No quieren un futuro incierto y humillante como el que hoy avizoramos. Este gobierno no representa bienestar, porvenir ni progreso, Desaparecen día a día las fuentes de trabajo. Los jóvenes perciben la preocupación de sus padres que no pueden ya mantener el hogar con los bajísimos sueldos y la inflación. Saben que cada día les cuesta más mantenerlos, educarlos, comprarles ropa y libros. Muchos se niegan a emigrar y renunciar al país que los vio nacer y en el que sus padres han vivido y trabajado. Se resisten a rendirse ante un gobierno opresor que los quiere ver condenados o reducidos en pedigüeños y malabaristas. No quieren ser parásitos de ninguna revolución. Anhelan superación y poder vivir sin depender de limosnas del gobierno, quieren casarse y tener familia, sentirse orgullosos de vivir y morir en Venezuela.

Las primarias

Aunque el tema principal que nos ocupa es la huelga de hambre, no podemos olvidar que el próximo año habrá elecciones presidenciales. Y Chávez está en campaña. De este lado no tenemos candidato para que nos represente. Algunos señalan que por ahora no conviene definir el nombre, que es mejor dejarlo para mediados del año que viene. La razón que arguyen no es otra que no alejarnos de la agenda social, y no distraer al pueblo en asuntos preelectorales, ya que la crisis económica debe ser explotada al máximo para seguir desvaneciendo la popularidad del régimen. Otros, creen que la selección debe ser lo más pronto posible. Por mi parte, creo necesario dar una gran demostración de madurez para anteponer el interés mayoritario de los venezolanos de dar al traste con este proceso que nos conduce al comunismo y a la destrucción de todos los valores. Sea cuando sea, demandamos un acuerdo prístino de donde pueda salir un hombre o mujer con la suficiente templanza y sabiduría para reconducir los destinos del país hacia la integración de todos, sin distinción, y el rescate de la decencia y la libertad. A todas estas, mientras de este lado nos ocupamos de la huelga de los valerosos jóvenes y de definir nuestro candidato, a Chávez, en sus cortas horas de sueño le sale un fantasma que lo atormenta: Franklin Brito.


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lunes, 14 de febrero de 2011

Reforma universitaria


El Carabobeño 14/02/2011
¡Hasta cuándo!
La reforma universitaria
debemos hacerla nosotros,
no otros
Pablo Aure

Después del veto presidencial a la Ley de Educación Universitaria, que, a nuestro juicio, no fue otra cosa que un recule táctico del Ejecutivo en sus inocultables intenciones de ponerle la mano a las universidades para convertirlas en batallones del proceso, el oficialismo sigue haciendo esfuerzos para hacer creer que la transformación universitaria debe ser el producto de grandes debates (como si ellos fueran muy amigos de la confrontación y los acuerdos) en que se incorporen todos los sectores del país. Si ese es el verdadero propósito gubernamental, nadie pudiera objetarlo. Pero, no tengo dudas de que muy lejos está eso en los deseos revolucionarios. Que conste: estoy convencido que el gobierno sí quiere transformar nuestras casas de estudios superiores; pero que nadie dude tampoco que, desde la trinchera opuesta al pensamiento único oficialista, también queremos transformarla. El régimen, para hacerlas ingobernables, y, nosotros, para convertirlas en todo lo contrario: instituciones profundamente democráticas, donde las reglas estén claras, para recuperar de ese modo su naturaleza, su razón de ser: "la Casa que vence las sombras" de la barbarie.

Modelo insoportable

Dos visiones muy claras de la Universidad venezolana. La primera, sostenida por los que hoy gobiernan y desarrollada en la Ley vetada que pretendía expropiar el conocimiento y el saber para ponerlos al servicio de una ideología; y, la segunda, que decididamente ha dicho que si bien es cierto que la Universidad amerita honda reforma -debido a que el modelo actual es insoportable-, no es menos cierto que esas transformaciones deben ser para hacerlas más productivas y competitivas, respetando la autonomía y que tengan verdaderas posibilidades de gestionar su financiamiento. Claro que sí. Que sean auditables por funcionarios responsables. Nadie puede oponerse a rendir cuentas cuando se administran bienes ajenos, y menos si son públicos. Yo sí quiero que la Universidad venezolana adopte reformas radicales que las modernice a la altura de los nuevos tiempos. No puedo estar conforme con lo que hoy ocurre dentro de nuestras casas de estudio. Desde luego, han contribuido enormemente con el desarrollo del país, y siguen haciendo inmensos aportes para el bienestar de las comunidades. Ese no es el punto. Lo que ocurre es que hacemos muy poco para lo que en realidad pudiéramos hacer. No basta abrir cada día más las puertas y graduar más gente. La Universidad debe ser el motor constante que día y noche esté produciendo la fuerza motriz del desarrollo y los cambios tecnológicos, todo ello con una gran inspiración y elevada convicción. Y para ello, sin dudas, no hace falta innovar sino copiar modelos ejemplares que sobran de Universidades que nunca se paran y que su gente se muestra orgullosa de pertenecer a ellas.

Nuestra reforma

Es una verdad indiscutible que el presupuesto universitario es alto en relación con su producción, lo cual dice de un pobre rendimiento. Insisto: la lucha es para hacerlas más productivas, pensando en el futuro. Creo que todos debemos coincidir en buscar salidas para que las generaciones que nos relevarán tengan universidades de categoría. Unos y otros sabemos de la crónica crisis presupuestaria que las afecta. Desde hace varios años el gobierno aprueba lo que le da la gana, siempre muy por debajo de las exigencias de la institución, y eso lógicamente nos amarra aún más y nos obliga a concentrar el esfuerzo en cómo sobrevivir. No quiero hacer comparaciones, ni sacar cuentas de, por ejemplo, cuánto le ha ingresado al país por renta petrolera, o cuánto se gasta en aparatos militares y cuánto se ha dado a las universidades. Pero, tampoco ése es el punto medular que hoy quiero abordar. La transformación de la Universidad no depende ni de Chávez ni de ningún otro gobierno. Depende de nosotros mismos, de los universitarios, entendiendo que la Universidad va mucho más allá de las simpatías de izquierda o de derecha, de ser rojos o incoloros. La Universidad venezolana ha crecido y se ha alimentado con el populismo y con mucha comodidad. Eso las ha envenenado. Repito, para que no se entienda algo incorrecto: la Universidad ha hecho muchísimas cosas buenas, pero no ha sido suficiente. Creo que debemos hacer mucho más. Estoy convencido de que la Universidad si amerita de una verdadera revolución. Hay muchos vicios, y para corregirlos necesitamos ponernos de acuerdo todos los que apostamos a una Universidad moderna y comprometida con el país, dispuestos a corregir los errores que reconocemos. Desde hace tiempo, dentro de ellas hemos alimentado un monstruo por hacer cómputos electorales. Jugamos al cálculo: no ponemos correctivos para que no nos pasen factura en elecciones futuras. Creo que ha llegado el momento de renunciar a ese populismo si queremos salvar la institución. Es más, estoy convencido de que la inmensa mayoría de los que verdaderamente sienten lo que hoy digo, estarían de nuestro lado para ponerle freno de una vez por todas a los desafueros en nuestras casas de estudio. Tenemos una visión muy egoísta: reclamamos y pedimos lo que nos debe dar la Universidad, pero, con algunas valiosas excepciones, no pensamos en lo que ella requiere de nosotros para mejorarla.

Adentro, y no afuera, está la solución

Nuestros errores han sido el arma del gobierno para tratarnos como mendigos cada día más empobrecidos. Los estudiantes saben que necesitamos transformarnos, pero no como quiere el gobierno. Ellos quieren libertad para actuar, para pensar y para elegir qué estudiar. Por eso prefieren defender lo que tenemos antes de caer en las garras del pensamiento único. Pero si no actuamos pronto y cambiamos el rumbo, caeremos por el precipicio de la anarquía, del que estamos muy cerca. La Universidad vive un dilema: si no somos capaces de engendrar su transformación corremos serios peligros de una deformación que nos quite todo signo de los que universalmente son las modernas instituciones universitarias. pabloaure@hastacuando.com

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lunes, 7 de febrero de 2011

Vicisitudes, sueños y logros


Vicisitudes, sueños y logros
*A mi compadre Pablo Aure. /Lubin Labrador

Cuenta una vieja leyenda
del siglo próximo pasado,
en la ciudad de San Carlos
un día de sol cuajado,
en Tierra cojedeña
nació un niño llorón,
a quien pusieron Pablo
para acercarse al Señor,
y Parquet por su amado tío
lo que fue un gran honor.

Y cuentan los que allí estaban
y dicen los que lo vieron,
que desde el mismo día de nacido
ave maría Jesús credo¡¡¡¡
quería salir de la cuna
a protestar con el pueblo,
pues los pañales que tenía
por descuido en el reten,
los había ensuciado en el día
y por la noche también.

Ya dando pocos pinitos
observaba a su papá,
cuando salía al trabajo
rumbo a la capital,
pues como senador del congreso
le correspondió firmar,
la Constitución de ese tiempo
que regiría hasta la actual.

Sin duda que esa influencia
causo mella en su interior,
la política cuando se hereda
así resulta mejor,
pues ello le abrió camino
para iniciar su pasión,
y ser ahora un prohombre
dedicado a esa labor.

No quiero saltar el tiempo
no quiero obviar los hechos,
no pretendo hacer lanzamientos
ahora en este momento.
pues quiero contarles cosas
que viví con el sujeto.
Y fueron muchos momentos
de risas y de alegrías,
pero también de tormentos
por cosas que no salían.

No se me olvida aquel día
primer año a la sazón,
estábamos en la vanguardia
en una manifestación,
en medio de los ultrosos
gritando a todo pulmón,
groserías y diretes
al ministro del interior,
en la Casa de la Estrella
en una celebración,
el gobierno de Luis Herrera
reunido en el casón.

Pablo ahí me ayudaba
a saltar la talanquera,
y en medio de la euforia
de gritos y empujadera,
el ministros Motes de Oca
jefe de esa cartera,
volteó amistosamente
al vernos a ambos gritar,
saludó con mano alzada
y de manera muy cordial,
nos dijo muy amistoso
y con tono familiar,
-un saludo por la casa
un abrazo por allá,
pronto les haré una visita
y cuando quieran me pueden llamar-.

En ese momento la cosa
dio un gran vuelco total,
los soldados que nos paraban
ahí mismo nos hicieron entrar,
pero los ultra del caso
al unísono se vieron,
y sin ningún desparpajo
amenazantes dijeron,
aquí hay unos sucios sapos
y a pedradas nos cogieron.

Salimos los dos corriendo
como el diablo pa`l infierno,
-a buena vaina nos hecho el ministro-
me dijo Pablo muy serio,
no somos copeyanos ni adecos
y ahora los ultras nos vieron,
saludando a este gobierno
como unos gobierneros,
pues no nos queda más remedio
que fundar un movimiento,
y eso fue lo que se hizo
como génesis de todo,
fundamos el partido
y luchamos codo a codo.
(CFN) luego el PUI.
Ya Con el paso del tiempo
la universidad fue su hogar,
nos buscaba nos llevaba
en un carro singular,
un impala el catanare
del año 61,
y fue el primer y único aporte
que le hizo al partido,
tenía múltiples usos
hasta cuando fue vendido,
todos lloramos el hecho
no quedaba más remedio
se debían unos afiches
de una campaña en derecho,
que gracias a dios señores
con arrojo y con denuedo,
obtuvimos representantes
de estudiantes en el centro.

Luego como abogados
compartimos profesión,
él era un experto cobrando
como una vez ocurrió,
me dijo no te preocupes
de eso me encargo yo,
así fue pasando el tiempo
y Linda al fin no llegó,
le pregunté lo del caso
y me dijo sin pudor,
no te preocupes hermano
que aunque el cliente no pagó,
yo le cobré bien caro
y con eso me bastó.

No podría resumir
tantas vivencias compartidas,
tantos momentos gratos
tantas responsabilidades asumidas,
tanto apoyo personal,
tanta amistad sentida.

Luego Pablo decantó
por luchar en la política,
dejo a un lado los estrados
para fraguar ideales,
pero inicio su actividad
escribiendo comerciales,
pues tuvo la gran idea
-para vender la mercancía
que su papá tenía en la tienda-
de sacar una mancheta,
donde todos los generales
debían usar pantaletas,
jamás pensó Pablo
que aquella gran idea,
le ocasionaría presidio
y le daría palestra.

Por eso dijo un poeta:
“Es flaca sobre manera
Toda humana previsión,
Porque en más de una ocasión
Sale lo que no se espera”.
Apareció en todos los diarios
globovisión lo entrevistó,
estuvo muy ocupado
atendiendo invitación,
de todos los medios del mundo
y habló sin limitación.
pobre María Elisa señores
ah gobierno inmisericorde,
ya se veía con una bolsita
haciendo cola en el helicoide.
-Pero gracias a todos los santos
especialmente a San Pablo y a San Pedro,
al Ánima de Taguapire
y a San Carlos Borromeo,
pudo salir de ese agite
que fue un tremendo peo,
a pesar de que Pablo preso
a San Lucas ofreció,
morir de hambre compañero
por el tiempo que así quiera,
para no perder de aquello
cuando ya estuviera afuera.

Finalmente la providencia
iluminó su sino electoral,
la academia le otorgó
por mayoría abrumadora,
el cargo de Secretario
en el seno rectoral,
y ser hoy autoridad
de nuestra sagrada Alma Mater
para enrumbar su destino
con autonomía y amplitud,
luchando a brazo partido
con toda esa juventud,
que son nuestros estudiantes
profetas de un cielo azul,
que verán nuestros hijos pronto
en alborada de plena luz.

Hoy día de la Candelaria
a medio siglo de tu nacimiento,
recemos una plegaria
por este bello reencuentro,
unidos con la familia
que coronó nuestros esfuerzos,
sembremos hoy la semilla
que dieron nuestro ancestros,
Don Antonio desde los cielos
observa con lucimiento,
e intercede con esmero
ante Dios nuestro señor,
para que sigas la lucha
esa que un día empezó,
por allá por “Boca Toma”
y siguió por el Trigal,
proseguiste en derecho
en su vieja facultad,
ejerciendo en los estrados
y en tu clase magistral,
y continúas en academia
como una autoridad,
para llevarla hasta lo alto
y verla coronar.

Valencia 02 de febrero de 2011

Lubin Labrador
* La noche de la celebración de mis 50 años



Consenso o muerte universitaria






El Carabobeño 07/02/2011
¡Hasta cuándo!
Consenso o muerte

universitaria
Pablo Aure


El mundo universitario es excesivamente complejo, sobre todo en lo que se refiere a la gerencia de las universidades públicas. En los últimos años ha venido creciendo una inmensa bola que trata de llevárselo todo por delante: hay descontento por el paupérrimo salario que perciben los trabajadores, lo que influye determinantemente en la motivación de sus labores habituales; y en una suerte de desesperación y desilusión han "decretado" reducir la jornada laboral imponiéndose un "horario crítico" que se traduce en sacrificio y estrangulamiento para la universidad, y que, lejos de presionar al Gobierno nacional para que en definitiva fije salarios decentes, perjudica a los estudiantes y a toda la comunidad. Aunado a los salarios de hambre que perciben los trabajadores universitarios, también vemos los lamentables índices de delitos que se perpetran dentro del campus universitario. Es sorprendente: estamos en una universidad, y todavía hay gente de buena fe que piensa que las autoridades somos responsables tanto de los bajos sueldos como de la inseguridad. Otros que, de mala fe, a sabiendas de que las autoridades ponemos el mayor empeño en obtener los mejores beneficios salariales, y en procurar la protección de la comunidad universitaria, mantienen demagógicamente la infamia de responsabilizarnos de todo, pero no logran lo que persiguen gracias a la cada vez mayor compenetración y solidaridad que existe en nuestro sector que hace primar la comprensión y la sensatez.



Semilla roja de la destrucción



Dentro de las universidades, hay que decirlo, como reflejo de la descomposición generalizada de nuestra sociedad, hay de todo: desde estudiantes malos, que no cumplen sus deberes a cabalidad -y, frente a los cuales, en verdad no existe un mecanismo disciplinario para poner correctivos-, hasta profesores y personal de apoyo en la misma situación. Esto no es del todo producto de Chávez (aunque todo lo malo, con él, se ha multiplicado), sino que es un fenómeno con origen antes del chavismo, pero, ¿qué hacer? Lo que hay que hacer es tarea de todos, pero indudablemente debemos comenzar los que hoy tenemos cargos directivos y responsabilidades concretas. No es nada fácil la empresa, pues el resultado trasciende el aspecto económico. En este caso el éxito se mide en la excelencia del profesional que egresa de nuestra UC, de los avances en la investigación, de las transformaciones que logremos en la comunidad a través del trabajo comunitario, y para eso se requiere consenso. En esa dirección debemos remar: convocar a un gran acuerdo de transformación de nuestra institución, pensando en el futuro y en el bien de todos, indistintamente de su posición política o ideológica. Ahora acabamos de ver en España la celebración de un gran acuerdo entre gobierno, trabajadores y empresarios para emprender reformas sociales y de pensiones. ¿No es posible entre nosotros los universitarios que también hagamos a un lado las diferencias para emprender un rumbo común en beneficio del país? Lo cierto es que la cuestión se torna urgente. Tenemos que acelerar porque se nos está muriendo la universidad. No es retórica, lo siento de corazón. Siempre hemos pregonado que la mejor manera de lograr corregir los errores o evitar las faltas, no es precisamente mediante el castigo: más conseguimos premiando el esfuerzo que castigando la falla. No podemos rendirnos porque sabemos que en la universidad se perfila el futuro de Venezuela. Consenso o destrucción total, es el asunto.



Dictador de la miseria



Que quede bien claro: el salario de los trabajadores universitarios depende del Gobierno nacional y lamentablemente en Venezuela, por vivir bajo un régimen totalitario, es el Presidente de la República quien determina el salario de los trabajadores públicos. Quiero advertirle a los que luchan por un mejor salario que Hugo Chávez sólo responde cuando se le presiona directamente, como, por ejemplo, realizando una gran protesta en Caracas y en las cercanías de Miraflores. Nada conseguimos tomando el Rectorado o dejando de trabajar. A él le daría igual. Si no, pregúntenle a los trabajadores de la Coca-Cola, quienes ante una protesta contra la empresa y portando pancartas en el mitin de Chávez aquí en Valencia el viernes pasado, les dijo: "Si la Cola-Cola no quiere cumplir con la Constitución y las leyes, uno puede vivir sin Coca-Cola". ¡Vaya! No tengo dudas de que podamos vivir sin tomar Coca-Cola, pero sin trabajar no. Si se va la Coca-Cola ¿cuántos quedan sin trabajo? La Coca-Cola es una empresa privada que genera miles de empleos. Si sus obreros no trabajan, quizás no les haga falta tomar Coca-Cola, pero con el cierre de la empresa quedarán en la calle y no sé si, además, podrán comer otras cosas. Con ese mensaje Chávez ratifica que no le importa fomentar fuentes de trabajo. Al contrario, pareciera procurar su destrucción, para que cada día el pueblo dependa en mayor escala de las limosnas gubernamentales. Probablemente, la desgracia no sería tan grande, si el Presidente dejara de encontrarse en el camino sindicatos que le hacen el juego, llevando hacia al barranco a sus agremiados. El pueblo debe y tiene que reaccionar y abrir los ojos, rebelándose ante la demagogia y la mentira; de lo contrario, Venezuela no tendrá instituciones públicas ni privadas, como en Cuba.



Interpelación o lectura de respuestas



El diputado Soto Rojas, presidente de la Asamblea Nacional, la semana pasada dijo con su particular estilo, que en la semana que comienza se "debatirán temas muy puntuales", y refiriéndose a la interpelación de algunos ministros agregó que los parlamentarios tendrán hasta 5 minutos para realizar preguntas y obtener respuestas. En efecto, se espera que la AN interpele al vicepresidente Elías Jaua, al ministro de Exteriores, Nicolás Maduro, y al ministro de Interiores y Justicia, Tareck El Aissami, mañana 8 de febrero a partir de las 2:00 pm. Supuestamente todos los ministros serán interpelados. Una sociedad libre y democrática moderna quiere interpelaciones sin ataduras de ninguna especie. Eso de preguntas por escrito y con antelación, es verdaderamente el reflejo del miedo que este régimen tiene por todo lo que significa rendir cuentas. Muchas veces las repreguntas que puedan surgir son más esclarecedoras que las que se formulan inicialmente. Así como restringen a los medios independientes para que reporten desde la AN, también quieren limitar a los diputados de oposición. ¿Qué democracia es esa?






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