lunes, 29 de noviembre de 2010

Acabar con la universidad


El Carabobeño 29/11/2010
¡Hasta cuándo!
Acabar con la universidad
"Lo que mueve al mundo no son los potentes brazos de los héroes, sino la suma de los pequeños empujones de cada trabajador honrado".Hellen Keller

Pablo Aure

Desde hace mucho tiempo se viene hablando del agotamiento de los sistemas universitarios. No solamente en Venezuela, sino también en Latinoamérica e Iberoamérica. Se nos critica constantemente sobre el contenido de lo que enseñamos y para qué lo enseñamos; impartimos conocimientos en lugar de procurar aprendizajes que se adapten a las realidades del país. Repito. Esa crítica no es exclusiva para las universidades venezolanas. Es generalizada. Ahora bien. Situémonos en el contexto de nuestro país: ¿qué hay dentro de nuestras casas de estudio superiores? Esa pregunta debo contestarla de acuerdo con lo que hemos vivido desde hace 30 años, momento desde el cual me incorporé a la Universidad de Carabobo como estudiante de la carrera de Derecho. Creo conocerla suficientemente. Como dirigente estudiantil, luego como profesor, posteriormente como director de Escuela, decano y ahora secretario. Siempre hemos querido nadar contra la corriente. Reconozco que las Universidad de Carabobo ha dado grandes aportes a la región y al país. Pero creo que pudiéramos dar mucho más, muchísimo más. No es fácil procurar cambios. Siempre hay otros intereses que parecen estar por encima de los verdaderos propósitos universitarios, pues, si revisamos los primeros dos artículos de la Ley de Universidades vigente nos daremos cuenta que dentro de nuestras instituciones priman otras cosas distintas a lo que nos dice la Ley; y, desde luego, los gobiernos nacionales anteriores y, en particular, el gobierno inspirado en el "socialismo del siglo XXI", tampoco han entendido qué son y para qué sirven las universidades. Veamos: Artículo 1. La universidad es fundamentalmente una comunidad de intereses espirituales que reúne a profesores y estudiantes en la tarea de buscar la verdad y afianzar los valores trascendentales del hombre. Artículo 2. Las universidades son instituciones al servicio de la nación y a ellas corresponde colaborar en la orientación de la vida del país mediante su contribución doctrinaria en el esclarecimiento de los problemas nacionales.

¿Qué universidades tenemos?

Hoy, si bien es cierto impartimos la docencia y junto a la investigación procuramos buscar la verdad, aportando soluciones a los grandes problemas nacionales, con la mano en el corazón debemos reconocer, en honor a la verdad, que los resultados no han sido lo suficientemente satisfactorios. Hoy percibo una universidad con gran dosis de anarquía, prácticamente convulsionada por el cúmulo de conflictos del país -sumado a los que le son propios a la institución-, que inevitablemente se reflejan en ellas. Vivimos en una constante búsqueda de recursos para subsistir. Nos han convertido en pedigüeños para poder saldar deudas con los gremios y proveedores, para mantener las puertas abiertas. Siento preocupación por el futuro de nuestra universidad. Lamento decir que siento que no todos los universitarios han entendido la monumental dimensión de la grave crisis universitaria. Ojo: no sólo es económica, sino espiritual, moral y de valores, que es la más alarmante. A la universidad pública venezolana pareciera entrarse con un firme propósito: "¿qué consigo de la universidad? ¿Qué cosa le pido a la universidad? Muy pocos son los que entran pensando: ¿cómo construir una mejor institución? ¿Qué le puedo dejar o dar a mi Universidad?". Más bien parece que la universidad, es el medio para tener un pequeño ingreso seguro, para ejercer o tener otro trabajo. Pero: ¿qué pasaría si todos los que formamos parte de la comunidad universitaria invirtiéramos nuestro tiempo y pusiéramos nuestro interés en proyectos para la universidad? Yo pienso que lograríamos beneficios para todos: ser realmente autónomos, no depender del gobierno y, al fin y al cabo, mejores beneficios económicos para todos, lo cual es completamente legítimo. No hay un día en que no vea a nuestra rectora Jessy Divo preocupada por el presupuesto; o al vicerrector académico Ulises Rojas pendiente de las transformaciones que debemos hacerle a los pensa de estudios para hacerlos más modernos y eficientes. Me angustio por José Ángel Ferreira, vicerrector administrativo, cuando lo veo literalmente pegar carreras para Caracas para explicar tal o cual requerimiento presupuestario. Esa no puede ser la universidad de hoy, ni siquiera la de ayer. Sueño con una universidad distinta, donde el asunto presupuestario no sea lo primordial, que no constituya nada del otro mundo, que sea algo meramente operativo, en lugar de lo que es hoy: la esencia de nuestra vida.

Protesta improductiva

Entiendo a los gremios en el sentido de pretender el bienestar para sus agremiados, que dicho sea de paso, debe redundar a favor de todos los universitarios, indistintamente del gremio al que estén afiliados. Hay que sopesar cómo afecta una acción de suspensión, o de paralización, o simplemente de la reducción de la jornada de trabajo, para el buen desarrollo de la actividad académica. Antes de tomar cualquier acción se debe consultar a los estudiantes que son el alma de cualquier casa de estudios. No debemos olvidar que una reivindicación jamás puede implicar el sacrificio de la institución, en una suerte de: ¿o me pagan lo que me deben o cerramos la universidad?: qué va. Creo que se equivocan los que presionan de esa manera. Ellos deben entender que es el Gobierno Nacional el moroso y que nada ganan con reducir la jornada, dejando de trabajar. Nos estamos haciendo un gran daño nosotros mismos. Todo se atrasa, al punto de poder colapsar de un momento a otro. Me duele al ver que muchos trabajadores abandonan sus puestos de trabajo ante el llamado de cualquier dirigente gremial. Repito: sé que la labor de un dirigente es procurar el beneficio del colectivo, pero creo que se equivocan al no distinguir cuál es el enemigo que no les quiere o no les provoca pagar. El enemigo no está en la universidad. Está en Miraflores. Ojalá que esa misma efectividad o entusiasmo cuando abandonan sus sitios de trabajo lo tengan a la hora de protestar y defender a la universidad y no sólo el salario individual. Son pocos los que marchan o luchan, pero son muchos los que atienden el llamado a paralizar las actividades. Precisamente ésa es una demostración de la crisis de valores a la que me refiero.

Ley Universitaria como lápida

Se habla de la reforma a la Ley de Universidades, pero nadie conoce su contenido. Se dice que con esa reforma las universidades serán más democráticas y más populares. Nada más falso o apartado de la verdad. Estamos conscientes de que la vigente Ley necesita ser reformada para adaptar nuestras universidades a los nuevos tiempos, que no es por el socialismo del siglo XXI sino por las exigencias de la época. Lo que pretende el Gobierno es terminar de enterrar a las universidades porque las quiere sumisas como pelotones castrenses. Si hoy es difícil su gobernancia, no quiero imaginarlas cuando se apruebe una Ley a espaldas de sus miembros. Quienes pretenden reformarla no conocen el mundo universitario, sólo las perciben como una piedra en el zapato para las intenciones hegemónicas del caudillo de turno. Amanecerá y veremos... Confío en los estudiantes y en esa reserva moral de docentes, empleados y obreros que sí saben de lo que les estoy hablando.


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lunes, 22 de noviembre de 2010

Crece el miedo


El Carabobeño 22/11/2010
¡Hasta cuándo!
Crece el miedo

Pablo Aure

"El hombre es mortal por sus temores e inmortal por sus deseos". Pitágoras

A Chávez le produce urticaria que los organismos internacionales reconozcan la labor de Globovisión o de sus directivos. En efecto, cuando esta planta televisiva recibe algún homenaje, como por ejemplo el que acaba de otorgarle la SIP a Guillermo Zuloaga, Chávez monta en cólera.

El comandante presidente no soporta que los directivos de ese canal digan en el exterior que aquí hay persecución política. No lo tolera. Hace todo lo que está a su alcance para silenciar esas voces valientes que saben que se enfrentan a un dictador, pero que siguen denunciando lo que vivimos y padecemos en nuestro país. No es un secreto, no es especulación: el señor Guillermo Zuloaga tuvo que salir del país porque está montado en la olla y le tienen abierto un aberrante juicio. Los folios que integran el expediente no tienen nada de apego a la legalidad. No nos extrañemos que en los próximos días Chávez insista sobre el cierre de Globovisión. Recordemos: las elecciones presidenciales están a la vuelta de la esquina, y ese canal, con su inquebrantable línea editorial, apasionada por los valores y principios de democracia y libertad, puede hacerle mucho daño en su afán de perpetuarse en el poder.

Las huestes del régimen


El socialismo del siglo XXI maneja la justicia como arma letal contra los disidentes. Sólo basta que te opongas a los designios de Chávez para que pongan en movimiento todo el aparato represivo del Estado, incluidos los tribunales de justicia, desgraciadamente al servicio de un proyecto político, y de un hombre.

Cuando no es contra Lorenzo Mendoza o la Polar, el Presidente la agarra con Globovisión. Pues bien, el sábado no sólo mencionó ese disquito rayado de que "me quieren matar", sino que le puso precio a su cabeza: ¡100 millones de dólares! Sólo falta que aparezca otro testigo "estrella" como aquel del caso Danilo Anderson, que jure que a él se los ofrecieron pero que no quiso darle muerte al Jefe de Estado. Zoquetadas, irresponsabilidades presidenciales. Todos sabemos que aquí, en este país, los únicos que tienen mente asesina están precisamente de su lado. Si acaso alguien lo tiene en la mira le sugiero que primero revise la lista de sus "colaboradores" antes de juzgar a la oposición.

Por cierto, no creo que en los actuales momentos esa exagerada suma para pagarla por la cabeza del comandante la tengan los escuálidos. Son los narcotraficantes o los boliburgueses quienes acarician sumas de esa magnitud; y lógicamente ninguno de esos bandos milita en las filas opositoras, porque son "revolucionarios" convictos y confesos.

El objetivo es Globovisión

Chávez expresó: "Hago un llamamiento a la Fiscal General y al Tribunal Supremo de Justicia para que hagan algo. El dueño es un delincuente, anda huyendo y además andan recogiendo plata para pagarle lo que cobre al que me mate". Me imagino que ya la Fiscal estará haciendo de las suyas para cumplir la "orden". El comandante-presidente ordena y los poderes acatan.

El sábado soltó estas perlitas: "Según tengo informaciones muy fidedignas dicen que tienen 100 millones de dólares para dárselos al que me mate". Guillermo Zuloaga supuestamente es el pozo, pues con el mayor descaro también dijo: "Y él (Zuloaga) es uno de ellos. Pido a los órganos correspondientes que lo revisen, porque algo hay que hacer, o el dueño viene a defender sus propiedades y dar la cara, o algo hay que hacer con este canal y las propiedades que tenga este señor aquí".

El desespero presidencial a medida que nos acerquemos al 2012 se agravará más. El sabe que ya no es tan fuerte como antes. Siente que puede ser derrotado. Ya lo experimentó con los resultados de las elecciones de la Asamblea Nacional. Dentro de dos años el deterioro de su imagen será mayor y seguramente habrá cantado también el procesado Makled.

Una lectura adicional que debemos darle a las infames declaraciones del general Rangel Silva, quien desafiando a sus honorables compañeros de armas y sobre todo a la Constitución, es que él también está consciente de que Chávez perderá las elecciones. Si no lo sintiera así, no tendría ningún sentido haber dicho que las FAN estaban casadas con el Presidente y que no aceptarían un gobierno distinto.

Makled: una papa caliente

Juan Manuel Santos, al decir que cumplirá su palabra empeñada al presidente Hugo Chávez y por lo tanto le entregará al gobierno venezolano al señor Walid Makled para que sea juzgado, lo que está haciendo es salvar su responsabilidad política. Nadie sabe qué puede pasar en la Corte Suprema de Justicia colombiana. En estos años que llevan los rojos en el poder nos hemos dado cuenta de que el chavismo juega a la antilógica. Yo estoy seguro de que a Chávez le conviene que a Makled se lo lleven para EEUU. Es más fácil pelearlo. Aquí tienen que resguardarlo como sea. Va a declarar igual. Y el escándalo interno pudiera ser mayor. En EEUU no. ¿Quién sabe si esas declaraciones de Santos no las inventó el mismísimo imperio?

Para corroborar lo que digo, me permito referirme a las declaraciones del embajador colombiano en EEUU, Gabriel Silva, publicadas ayer en El Tiempo de Bogotá, quien aseveró que el presunto narcotraficante Walid Makled estará a disposición de las autoridades estadounidenses mientras es extraditado a Venezuela. "La cooperación judicial y de inteligencia con EEUU lleva muchas décadas. Colombia es el país que más nacionales y extranjeros ha extraditado a Estados Unidos. Todas las personas, incluido este personaje, están a disposición de EEUU". ¿Qué puede haber ocurrido con el caso Makled para que ahora Colombia no siga haciendo lo mismo? Lo que ocurra con Makled no tengan dudas que es en pleno concierto de Colombia y los EEUU.

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martes, 16 de noviembre de 2010

Hasta Cuándo! (27/10/2010) Programa N° 27 segmento 1/9

Hasta Cuándo! (27/10/2010) Programa N° 27 segmento 2/9

Hasta Cuándo! (27/10/2010) Programa N° 27 segmento 3/9

Hasta Cuándo! (27/10/2010) Programa N° 27 segmento 3/9

Hasta Cuándo! (27/10/2010) Programa N° 27 segmento 4/9

Hasta Cuándo! (27/10/2010) Programa N° 27 segmento 5/9

Hasta Cuándo! (27/10/2010) Programa N° 27 segmento 6/9

Hasta Cuándo! (27/10/2010) Programa N° 27 segmento 7/9

Hasta Cuándo! (27/10/2010) Programa N° 27 segmento 8/9

Hasta Cuándo! (27/10/2010) Programa N° 27 segmento 9/9

lunes, 15 de noviembre de 2010

Generales en la mira


El Carabobeño 15/11/10
¡Hasta cuándo!
Generales en la mira
Pablo Aure

Insistir sobre la mugrienta corrupción del régimen rojo rojito pareciera llover sobre mojado. Es cierto que antes, en la IV República, se cometieron desmanes contra el erario público, pero ahora, en la V, el monto de los desfalcos aunado a la tremenda ineficacia y rotación de los mismos bandidos en los puestos de gobierno no tiene nombre. El que antes haya habido corrupción también, desde luego, no puede ser consuelo alguno. Si antes lo condenábamos, hoy no podemos dejar de hacerlo.

Pues bien, aunque es improductivo establecer diferencias entre lo que antes ocurría y lo que hoy pasa con la hacienda pública. Al menos antes se hicieron obras en contraste con estos últimos 11 años en los que Venezuela parece arrasada por un huracán. O sea, roban con las dos manos, y ninguna obra pueden exhibir.

El militar que burló la Constitución y su juramentó en el año 1992 enarboló entonces la bandera de la lucha contra la corrupción, y seis años después, obtuvo buenos resultados. Llegó al poder desgañitándose que encarcelaría a los corruptos y habría justicia. De hecho comenzó con una aparente reforma del estamento judicial. No quiero generalizar etiquetando a todos los de la IV como unos bandoleros, debemos recordar que hubo jueces honorables, y diputados y senadores indiscutiblemente probos, que además brillaban con luz propia. Eran capaces de enfrentarse y controlar (interpelándolos) a los jerarcas del Ejecutivo. Había, sin dudas, una pléyade de hombres y mujeres que con todos sus errores apuntalaban una senda hacia la configuración de una democracia decente y fuerte. Señálenme ustedes al menos uno solo de los rojo rojitos que tenga liderazgo propio y sustentabilidad sin el auxilio del "comandante presidente": no lo busque que no lo hay.

Aplausos y triquiñuelas

Cada vez que me calo un "Aló Presidente" me pregunto: ¿en cuantos negocios sucios estará metido tal o cual general? La misma interrogante al ver aplaudir enfermizamente a ciertas personas riéndole a Chávez órdenes manifiestamente inconstitucionales o exclamaciones impropias de un jefe de Estado. Cuando veo a ministros, empresarios, o altos empleados públicos "lucir" camisas o chaquetas de reconocidas marcas pero con el inconfundible color rojo, no puedo evitar hacerme la siguiente pregunta: ¿A quién estará vacunando o en qué guiso estará metido este o aquel fulanito?

Corrupción premeditada

El presidente ha hecho lo que ha querido con el estamento militar. Ha sido Chávez quien ha contribuido a desacreditar a los uniformados que hoy están en la mira de la justicia. Ha sido él quien ha colocado a militares en puestos claves de gobierno sin importar los méritos y capacidades para realizar determinadas funciones. Es más, mientras menos conozca el militar sobre la materia, mejor. El asunto no es solucionar el problema, sino corromper al sector castrense para controlarlo después, como en efecto ocurre. Ustedes dirán: ¿para qué? "Sencillito": a Chávez no le interesa una Fuerza Armada seria y con credibilidad. Sabe muy bien que teniendo una institución así, decente, responsable, honesta y de prestigio, acecharía un peligro para sus intenciones de perpetuarse en el poder. Por eso insiste en procurar que los militares se corrompan, hagan negocios y declaren cosas inverosímiles. Y pone todo su empeño para que la gente, el pueblo, lo sepa. Chávez empuja a los militares para que se metan en la diatriba política, para encochinarlos y exponerlos. Busca que los señalen e investiguen y descubran sus negocios. No le gusta que estén en los cuarteles. Chávez se siente más seguro de verlos en los medios, porque sabe que de esa manera los minimiza.

Por ejemplo, las recientes declaraciones del general Rangel Silva, y su ascenso posterior a general en jefe, es un claro indicador de lo que digo. Sin pretender exculparlos del todo, se me hace que muchos de esos que ahora terminan sindicados como colaboradores de grandes capos, en principio recibieron órdenes superiores de prodigarles esa protección, sin saber en qué estaban metiéndose. Sólo por la fulana obediencia. Ahora salen como cómplices.

Makled sin uniforme

"Vamos a estar claros. De estas empresas comía mucha gente; así tan sencillito, del alto gobierno. Claro que recibían dinero mío mensualmente. Entre todos ellos como un millón de dólares". Eso lo dijo hace algunas semanas Walid Makled. Y cómo dudar de que eso no sea cierto. Así, "sencillito", es muy difícil que alguien tenga tanto poder sin tener un contacto allá arriba en el más alto gobierno. ¿Es que acaso no recordamos la donación que la fundación Makled hizo al gobierno de Carabobo en tiempos de Acosta Carles? Ayer leí en El Nacional otras declaraciones en las que ese señor asegura que "mientras era solicitado activamente por los organismos de seguridad en Venezuela desde noviembre 2008, (...) estaba oculto en una mansión de La Lagunita, bajo protección militar y desplazándose en vehículos con placas oficiales". Vuelvo con la misma interrogante: ¿no sería en cumplimiento del "deber de obediencia" que muchos de esos generales accedieron a dar esa protección?

¿Chantaje presidencial?

Chávez ayer volvió a referirse a Lorenzo Mendoza, el que, por cierto, ni se inmuta ante las constantes provocaciones. Lo que es la clase, la educación, el coraje, la honestidad. Mendoza sabe que tiene mucho que perder, pero su amor por el país es mucho mayor que el apego que pueda sentir por sus empresas y lo que ello representa. En efecto, haciendo gala de sus dotes dictatoriales, en el "Aló Presidente", Chávez dijo: "No tengo intenciones de expropiar las empresas Polar, a menos que Lorenzo Mendoza insista". Nada que explicar, Chávez utiliza la expropiación, que es una institución de Derecho público para la adquisición forzosa de bienes para hacer obras públicas, como instrumento de retaliación. Así de "sencillito". Es la actividad de la empresa la que debe entenderse de interés social, no la conducta de sus administradores.

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lunes, 8 de noviembre de 2010

Destrucción de la "moral burguesa"


El Carabobeño 08/11/2010
¡Hasta cuándo!
Destrucción de la "moral burguesa"
Pablo Aure

La permanente comunicación del Jefe de Estado cargada de cínica manipulación es la clave, sin duda alguna, de su hasta ahora elevada aceptación popular. Trabaja con encuestas y con un indiscutible conocimiento de nuestra idiosincrasia -y debilidades-, como factores bien ponderados desde su sala situacional.
A pesar de que Chávez ha hecho muy poco, lo poco que ha hecho lo ha sabido explotar. Y de sus muchos desaciertos tiene una explicación para cada uno, sindicando a menudo de dicha responsabilidad a gobiernos anteriores, o a concretos funcionarios suyos, pero exonerándose siempre él. Constantemente consigue un monigote a quien descargarle las culpas. El nunca se equivoca: los ineptos y corruptos son los que lo rodean. Y el noble venezolano todavía cae, diciendo, "pobrecito el Presidente que lo tienen engañado".
Y si a esa intensa y buena comunicación del Jefe de Estado le sumamos que el sector opositor se preocupa más por lo menudo que por lo grueso, olvidando casi siempre los verdaderos problemas de la gente, pues entonces, por desgracia, concluiremos que por mucho tiempo podríamos los venezolanos seguir entrampados, a pesar de lo que hemos recorrido y avanzado. Nadie puede negar que desde hace tiempo se viene denunciando que con la comida y en el sector construcción, sobran los especuladores. En respuesta a esa realidad inocultable, lamentablemente debemos admitir que no hemos sido suficientemente contundentes y comunicativos desde la oposición. No hemos sido eficientes en plantear soluciones que satisfagan la necesidad de la gente. Chávez lo toma como bandera propagandísticamente, porque en el fondo sabemos que en verdad lo que él persigue es destruir el aparato productivo nacional y desmoralizar a la gente, pues en la medida en que todos tengamos un solo jefe, y dependamos económicamente de ese jefe, la perpetuación en el poder se hará más viable.
Ante la escasez y la especulación -en muchos casos provocada precisamente por el gobierno-, Chávez crea los Mercal, que literalmente son pan pa’ hoy y hambre pa’ mañana", pero tiene una respuesta. No sería totalmente desdeñable una política alimentaria como esa, si aparejara una de estímulo y fomento a la iniciativa privada, que es la que genera empleos estables. Pero una visión inmediatista hace ver en las clases populares que se está atendiendo su penuria por los alimentos con los Mercal y poco atiende al profundo deterioro que significa el cierre de empresas privadas del ramo.
Lo dicen las encuestan y lo hemos corroborado en nuestras visitas a los barrios: la gente suele ver un solo lado del asunto. Lo mismo pasa en la construcción. El gobierno también tiene una respuesta que en muchos casos no solamente la aplauden en los barrios, sino en la clase media. Es cierto que muchos venezolanos han sido estafados por bandidos de la cabilla y el cemento, pero, sin un poder judicial llamado a responder, salta el Ejecutivo, cual Chapulín colorado, y emprende las expropiaciones. Muchos estafados, hay que decirlo, se sienten vengados y de alguna forma asistidos. Pero el remedio, sin dudas, es peor que la enfermedad. ¿Cuánto desempleo y fuga de inversión no se producirá en detrimento justamente de esos mismos sectores que ingenuamente apoyan esas medidas? Esto lo palpé personalmente el fin de semana en el municipio Guacara, parroquia Ciudad Alianza, en el urbanismo Agualinda.

¿"Confiscación": panacea para la clase media?

Con el equipo de ¡Hasta cuándo! asistí a una reunión con los compradores del complejo habitacional Agualinda. Ojo, ninguno tenía consignas rojas rojitas. Es más, en algunos carros noté las consignas: "sí se puede" y "defendamos a la Polar". Me explicaron el vía crucis que venían padeciendo desde el año 2007. La constructora se comprometió en levantar 840 casas, y hasta ayer, ninguna estaba construida. Acudieron a todos los organismos públicos para evitar ser estafados, y nada. Escuché a varios, quizá sin manejar el vocablo en su justa dimensión, y con un dejo de ingenuidad y rabia, deseaban que el gobierno (Chávez) interviniera confiscando o expropiara la urbanización para que se le garantizara su vivienda. Debemos entender que esta dramática situación que estamos viviendo en el país, de estafadores sin temor alguno, es consecuencia precisamente de la falta de Tribunales penales honestos que actúen oportunamente. Desde luego, pagarán justo por pecadores, aquellos industriales serios de la construcción que tendrán que cerrar sus empresas. Recuerden que este Gobierno en 12 años ha construido menos viviendas que separadamente todos los de la cuarta república, lo cual demuestra no sólo ineficacia y corrupción, sino insensibilidad y deseos de desmoralizarnos para que sucumbamos al comunismo, que, como dije, supone un jefe único que lo soluciona todo. Nada ni nadie por encima.

Víctimas: los compradores

Por lo general, los promitentes compradores tienen todas las de perder cuando firman un contrato de opción a compra de una vivienda. Los constructores redactan contratos casi siempre leoninos. Desde luego, ellos no tienen porqué perder. Pero en esas relaciones contractuales quienes jamás tienen la remota posibilidad de salir mejor que el constructor, en caso de modificarse las condiciones, son los compradores.
Insisto en que no se puede generalizar y lanzar al despeñadero a todo un sector que es fuerte generador de riqueza y mano de obra. El Estado ciertamente debe ser diligente en vigilar y proteger a los más débiles. Pero con sumo cuidado.
Claro está, en la Venezuela de hoy, con alta inflación no es fácil emprender en el sector construcción. Se necesita mucho músculo financiero para poder soportar una obra y esperar hasta su culminación para empezar a vender. Y, si a eso le sumamos la falta de seguridad jurídica y las llamadas invasiones, ¿qué constructor se va a arriesgar a edificar casas si no está seguro que ganaría buena cantidad de dinero si sabe de antemano los riegos que conlleva ejecutar una obra civil?

Quiero hacer un paréntesis: no todos los constructores actúan de mala fe. Mejor dicho: es una minoría la que enloda a ese sector que tantos empleos genera; es necesario que la gente también sepa que han sido los constructores privados quienes han dado más respuestas habitacionales. El sector público del socialismo del siglo XXI ha fracasado rotundamente; y se ha montado en la ola de los inescrupulosos y estafadores para presentarse como el Robin Hood de los compradores, cuando en realidad, ha sido el gobierno quien ha secuestrado los tribunales y ha generado un cúmulo de desconfianza que hace más costoso comprar una vivienda, porque son mayores los riesgos que deben asumir los constructores. A mayor riesgo, mayor costo.

Fiel cumplimiento en la construcción

El gobierno, en lugar de estar confiscando o expropiando complejos habitacionales, debería más bien facilitar la construcción, generando confianza tanto para el constructor como para el que compra. Por ejemplo, que se garantice el suministro de cemento y la cabilla en el tiempo que dure la obra. Inclusive que exista una medida gubernamental que establezca el precio de los insumos requeridos. Al fin y al cabo las empresas que los producen son del Estado. Y, por otra parte, se pudiera implementar que los organismos competentes nacionales o municipales para dar permiso de construcción de complejos habitacionales le exijan a las empresas una fianza de fiel cumplimiento otorgada por una compañía de seguros reconocida. Que se comprometa a devolver el dinero indexado o, a construir la obra en caso de incumplimiento de la empresa vendedora. Esa fianza no creo que sea muy costosa si el constructor es una empresa responsable. Con este requisito se acabaría los estafadores disfrazados de constructores.
¿Quién expropia al gobierno?

Una de las explicaciones que el Ejecutivo da para justificar las expropiaciones ha sido la de improductividad de las empresas expropiadas. Pues entonces, la pregunta lógica que deberíamos hacernos es la siguiente: ¿qué hacemos cuando el gobierno es el ineficiente? ¿Qué hacemos, por ejemplo, con el Metro de Valencia? Qué respuesta nos daría el gobierno ante la situación calamitosa de las autopistas (por no mencionar las calles); recordemos que antes cuando las administraban los gobiernos regionales estaban en mejores condiciones. Las centralizaron y se llenaron de huecos. Entonces ahora pensando como piensa el comandante presidente: ¿cómo hacemos para confiscarle al Gobierno Nacional la administración de las autopistas?


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lunes, 1 de noviembre de 2010

Promo de Hasta Cuándo!

Valencia: huecos y basura


El Carabobeño 01/11/2010
¡Hasta cuándo!
Valencia: huecos y basura

Pablo Aure

Valencia se hunde cada día más. Los huecos brotan por todas partes. El Metro, paralizado desde hace más de un año, ha convertido la avenida Bolívar en un caos total. Ya no existe esa importante arteria vial. Los comerciantes, los transeúntes, todo el mundo está desesperado por las condiciones en que se encuentran la Av. Bolívar y toda Valencia. No hay dudas: la suprema responsabilidad recae en el burgomaestre, que ha mostrado la mayor incompetencia en el cargo. Nunca antes habíamos estado así. Prácticamente se está haciendo indispensable conducir un rústico para poder sortear el calamitoso estado de nuestras calles. Las intenciones del alcalde y de su equipo deben ser otras muy distintas a las de gobernar y embellecer una ciudad. De paso, es hipersensible y monta en cólera cuando le cantan las verdades. Se convierte en acusador cuando denuncian los negocios que se tejen en sus narices, pero no se inmuta cuando ve destruirse lo que fue una ciudad modelo. Desde luego, parece ser una constante de los gobiernos que abrazan la ideología comunista: suciedad y deterioro. Un pavosísimo estigma que prácticamente imponen los que tienen esa visión personalista y autocrática de gobernar. Si no, veámonos en el espejo de La Habana.

Su emblema es la ineficiencia.-

La ineficiencia del alcalde ha hecho que ni en el norte ni en el sur tengan buen concepto de su gestión. Paradójicamente dice ser un alcalde revolucionario y practicar el socialismo con eficiencia, pero las críticas se escuchan mucho más fuertes, precisamente en los sectores populares, o sea, los que supuestamente son revolucionarios.

El cuadro de calamidades que ahogan a los valencianos ha provocado que muchos se planteen la posibilidad de revocarle el mandato al alcalde Edgardo Parra. Antonio Ecarri lo expresó públicamente, también Rafael García Marvez; lo analizó Edgar Núñez y lo hemos hablado con Fernando Facchin. Muchos columnistas, políticos y estudiosos del Derecho han considerado el tema. El diputado Miguel Cocchiola hace varios meses le pidió la renuncia para evitar que siguiera destruyendo a Valencia. No le falta razón, pues por el camino que vamos Valencia será convertida en el barrio más grande de Venezuela. ¡Qué desgracia! el alcalde de Valencia no conoce el verbo construir; su verbo rector es destruir.

Los revolucionarios se guindan con pasión.-

El año pasado, cuando se discutía el presupuesto de Valencia para este año 2010, quien en mala hora es nuestro alcalde no tuvo una mejor idea sino la de proponer una disminución que denominó "ajuste" de 5% por la vía Fides, lo que equivalía a 8 millones 500 mil bolívares fuertes; y otra reducción de 12%, representados en 10 millones 800 mil bolívares fuertes, por LAEE, para adjudicárselos a otros municipios del estado Carabobo. O sea, pidió que a Valencia se le redujera en un 17% su presupuesto. Me imagino que sus asesores le recomendaron que ese monto recortado no sería necesario para actuar con su característica "eficiencia" revolucionaria.

Es muy probable que lo que el alcalde quiso hacer fue darle un mensaje a su comandante presidente que en ese momento hablaba con insistencia de ajustar los gastos y obligar a las instituciones a disminuir su presupuesto. Así fue como a todas las instituciones del Estado se les obligó a reducir el presupuesto.

Hoy los valencianos sufrimos parte de las consecuencias de aquella guindada revolucionaria.

Lo positivo y lo negativo del revocatorio.-


Lo positivo es sacar de la alcaldía a alguien que no ha sabido hacerlo bien en beneficio de los valencianos. Muchos pensarán: "muerto el perro se acaba la rabia". Pero en el caso de nuestra Constitución y las leyes la figura del revocatorio no necesariamente es así. Tal y como lo consagra el ordenamiento jurídico, la revocatoria de Parra en lo particular sería una lección en contra de su ineficiencia, pero, en lugar de provocar una salida positiva para los valencianos, podría ser igual o peor. Me explico: al revocársele el mandato asumiría el cargo un concejal designado por la cámara municipal. El pueblo no elegirá al sustituto. Serán los concejales quienes se encarguen de la sucesión. No creo que, a decir verdad, el remedio sea peor que la enfermedad. Pero en todo caso, pienso que ese no es el remedio que los valencianos estaríamos esperando.

Quizá a los concejales, por razones obvias, les entusiasme la idea de revocarle el mandato al peor alcalde que ha tenido Valencia, pero, repito, nada garantiza que las cosas irían a mejorar con el sustituto que nombre el Concejo Municipal.

Inmunidad parlamentaria

Se habla y se habla de la inmunidad de la cual gozan los diputados a la Asamblea Nacional. En el pasado, durante la desacreditada IV República, funcionaba la garantía de la inmunidad, que se respetaba sin importar el prontuario de la persona electa. Sin revisar qué clase de delito hubiera cometido. No importaba si había sido un secuestrador o un homicida, un ladrón o estafador. En aquella época se respetaban los alcances de la figura de inmunidad. De hecho, muchos de los que hoy ocupan altos cargos se beneficiaron de la seriedad institucional del puntofijismo. Ladrones, homicidas y secuestradores salieron de sus celdas a ocupar una curul en el Congreso Nacional. A los que ayer delinquían y hoy son flamantes funcionarios públicos de cuello rojo sí se les respetaban sus derechos constitucionales.

No hablo de protestas, de tropezones con policías, o de expedientes elaborados por el gobierno para simular delitos -que es lo que padecen en la actualidad los diputados electos pero presos en sus casas y a la espera del 5 de enero para que puedan salir en libertad y "gozar" de su inmunidad parlamentaria consagrada en el artículo 200 constitucional-.

Si bien es cierto que la CRBV establece que "Los diputados o diputadas a la Asamblea Nacional gozarán de inmunidad en el ejercicio de sus funciones desde su proclamación hasta la conclusión de su mandato o la renuncia del mismo", al sumiso Tribunal Supremo de Justicia se le ocurrió interpretar que como todavía no estaban en sus funciones, no tienen inmunidad. Ese no es el espíritu de la norma ya que el constituyente lo que quiso fue ratificar un principio universal de proteger a los parlamentarios para no ser coaccionados a la hora de hacer denuncias y enfrentarse a los monstruos que algunas veces pueden representar los factores de poder, bien sea político, económico o militar; y máxime que esos monstruos en la Venezuela de hoy tienen la misma chaqueta y gorra rojas rojitas.

Sería un absurdo siquiera suponer que los diputados electos el 26-S tienen que esperar hasta el 5 de enero para denunciar corrupción sin temor a represalias. Es más, de acuerdo a ese estrecho y revolucionario criterio del TSJ nos imaginamos entonces que una patrulla de la policía del Estado, o del Ejército, el día 5 de enero trasladará a los diputados privados de su libertad hasta la Asamblea Nacional, y los depositarán allá; y una vez se sienten en sus curules, pues entonces, a partir de allí, tendrán inmunidad. Vaya mediocridad y maldad revolucionaria disfrazada de justicia.

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