sábado, 31 de marzo de 2018
jueves, 29 de marzo de 2018
miércoles, 28 de marzo de 2018
domingo, 25 de marzo de 2018
Desalojar al supremo
Desalojar al supremo
@pabloaure
La palabra supremo en Venezuela no es la misma desde que la inefable revolución decidió cambiarle el
significado. Primero Chávez se encargó de destruir la independencia del
tribunal “supremo” de justicia, y ya sabemos en las demandas lo que ha
significado esa maniobra. Luego, el propio Chávez se autodenominó líder “supremo”
de la revolución. Pero, ¿qué se esconde detrás de esa palabra? Veamos.
Si tomamos como ejemplo a Perú,
país que ha estado lleno de historias de corrupción, donde varios de sus
presidentes han sido destituidos, otros encarcelados y/o en el exilio huyendo
de la justicia. El Congreso peruano cumple con sus funciones. Los congresistas
se ponen de acuerdo para dar o quitar gobernabilidad al jefe del Poder Ejecutivo.
No me refiero a si los congresistas son honestos o villanos, nada de
eso, solo quiero significar que ellos saben ejercer la representación popular.
Se ponen de acuerdo para determinados asuntos que definen y deciden el destino
de la nación.
En cualquier parte del mundo el Poder Legislativo es el genuino
representante de los ciudadanos. Hay que recordar que la soberanía reside en el
pueblo y que además ésta es ejercida a través
de sus representantes, pues entonces, es de suponer que es en el Legislativo
donde se amalgama la voluntad popular. Eso es lógico porque allí está la
representación de todos los estados. La composición del Congreso, del
Parlamento o de la Asamblea Nacional debe ser lo más parecido a las corrientes
del pensamiento existentes en el país.
Así funcionan las democracias. El ejecutivo debe estar controlado por
el legislativo. Desgraciadamente aquí en Venezuela, la Constitución lo
establece pero no se cumple, porque quien detenta las funciones de presidente
se ha erigido como el rey o peor aún como el “supremo” tirano no sujeto a ningún
tipo de control.
Allí está la clave, en Venezuela falló el sistema republicano al no
impedir que se concentrara en un solo individuo todo el poder y en peor caso,
sin ningún control. Por lo tanto, merece hacerse una profunda revisión de todo
nuestro ordenamiento jurídico para que esto nunca más tenga lugar.
Las malas intenciones.-
Hay gobiernos malos y gobiernos del mal. El de Maduro pertenece sin
duda a los segundos. Sigamos con Perú de ejemplo. La semana pasada hubo un escándalo
que terminó en la renuncia del presidente Kuczynski, porque supuestamente está involucrado
en un caso de soborno con la empresa Odebrecht.
Cualquier mortal
venezolano diría: ¡vaya puritanismo! porque los socialistas del siglo XXI han
hecho del soborno y de la tracalería su caja chica. Eso en este país ya no
asombra a nadie. Odebrecht ni es tomada en cuenta porque esas comisiones que
suele dar a los facilitadores de los contratos pudieran ser consideradas como
un sencillo pa´los frescos. Eso es un sencillito. Aquí lo que se repartía y se
sigue repartiendo, aunque en estos ultimos meses quizá en menor escala, son
barcos de petróleo, toneladas de oro, minas de diamantes, millones de dólares a
diez bolívares, arcos mineros, yacimientos petroleros, sistemas eléctricos no
adquiridos pero si comprados, ferrocarriles que se han pagado pero en maquetas,
gandolas de gasolina o autopistas en planos.
Estos barbaros han
secado pozos de petróleo y quebrado todas las empresas estatales que estaban en
plena actividad, y sin embargo no ha habido ninguna investigación que inculpe a
los responsables. No hay sanciones para los peces gordos, solo multas e
inhabilitaciones y en algunos casos cárcel para chivos expiatorios o para
quienes se salen del proyecto del patrón rojo malandro.
Entonces, ¿por qué
en Perú el presidente renuncia por un escándalo y aquí no? Para empezar, Maduro
no es presidente, desde el principio ha usurpado el cargo, y como si fuese
poco, la Asamblea Nacional que al parecer está de adorno, declaró el abandono
del cargo a principios del año pasado y no hizo cumplir su decisión. Pero más
allá de eso, esto ocurre porque a pesar de la corrupción que pueda existir en
otros países, la mayoría de los políticos cuando ven acercarse un mal mayor
para su pueblo, deciden hacerse a un lado. Acá en Venezuela ocurre lo
contrario, cuando ven que la situación puede empeorar, se empeñan en hacerla
doblemente peor, por eso insisto, esto que soportamos es un gobierno del mal.
Un pranato
revolucionario.-
Venezuela es un
pranato donde no es que no exista solamente un Poder Legislativo que se haga
respetar, sino que todos los demás poderes tienen una línea de comportamiento
que obedecen a los capos del sistema. Venezuela no es una república, es un país
forajido gobernado por la delincuencia.
No hay tribunales
ni parlamento. Los que existen son solo caricaturas. Venezuela desgraciadamente
está dominada por verdadera bandas criminales con nexos con organizaciones
dedicadas a las más diversas modalidades de delitos, desde el terrorismo hasta
el tráfico de drogas.
Este sombrío
panorama se ha extendido a todas las instituciones que sienten temor por
enderezar la situación. No se atreven a dar el paso necesario para su liberación.
No sé en qué momento de la
historia nos encontremos, sinceramente no me atrevo a decir cuánto falta para
reaccionar. Pero lo que si debo confesarles es que desde hace rato no siento
ninguna confianza en lo que puedan realizar los poderes de papel que están
ocupados por soldaditos de plomo que se desplazan en un tablero que mueve el
alto gobierno, bajo las directrices del tirano del Caribe.
Venezuela no saldrá
de esta macabra tiniebla mientras no entendamos las dimensiones del asunto.
Basta de seguir engañando a la gente vendiéndole salidas electorales. Que se dejen de
zoquetadas aquellos que dicen que solo conocen el método electoral
para quitar o poner gobernantes. ¡Mentirosos! De esta tiranía jamás saldremos vía
electoral porque nos enfrentamos a una banda criminal que asaltó el poder para
nunca más abandonarlo. No es especulación, ellos lo han dicho.
A quienes me
pregunten qué cosa propongo, les contesto: léanse el artículo 333 de la Constitución, luego
piensen de qué manera podemos colaborar en el
restablecimiento de la efectiva vigencia de la Constitución. No se me ocurre
otra distinta a la de la unión Civico-Militar con la indispensable ayuda de
fuerzas internacionales. ¡Por Dios!, la salida no será convencional y tampoco
será por las buenas porque no nos enfrentaremos a una congregación de
hermanitas descalzas. Los que pretenden quedarse a perpetuidad son mafias de la
peor calaña a quienes debemos desalojar como sea. Ese como sea vuela en nuestra
imaginación y siempre debemos tener presente la ayuda de paises aliados y de
organismos internacionales para generarle confianza a esa unión civico-militar
cuyo activación es urgente. Creo que los vientos soplan en esa dirección, en
todas partes se escucha el estrundoso malestar que viene creciendo en cada
rincon del país, ese grito agitado ha penetrado en lo más adentro de los cuarteles.
Hoy, solo a la espera de la indispensable ayuda humanitaria para terminar con
la faena. Ese tirano que hoy se erige como supremo y que tiene su corte de
aduladores, debe ser desalojado lo más pronto posible para volver a tomar el camino de la libertad y
fundar la anhelada república con la que todos soñamos.
Pablo Aure.
domingo, 18 de marzo de 2018
Rebelión militar
¡Hasta cuándo!
Rebelión militar
@pabloaure
Si algo ha quedado claro
en las últimas semanas es el estruendoso ruido que se escucha desde los
cuarteles, el cual, tengan la seguridad no dejará de oírse por el encierro de
más de cien militares. No han metido preso a desertores o a efectivos de baja
jerarquía sino, a los siempre temidos “comacates” (comandantes, capitanes y
tenientes) quienes tienen tropas bajo su mando y disponen de poder de fuego.
No es una especulación lo que escribo, las
noticias admitidas por el propio régimen así lo dan a entender; inclusive, José
Vicente Rangel en el último programa dominical afirmó que “en estos días el Gobierno
Nacional abortó un golpe de Estado en el que participaba un grupo de oficiales
manipulado por civiles dirigentes de la oposición, y apoyado por organismos
militares y de inteligencia de los Estados Unidos”.
Entonces, al decir esto,
reconoce que la situación dentro de las instalaciones militares no está nada a
favor del régimen pero contrario a lo que muchos creen, no se trataría de un
golpe de Estado.
Aquí es necesario aclarar que el
término que deberíamos emplear es el de la rebelión.
Lo que ocurre, o lo que
ocurriría dentro de las FAN es el desobedecimiento activo a la autoridad y no
un golpe de Estado, porque es imposible dar un golpe a un gobierno de facto. Me
explico. Los golpes de Estado se definen como la ruptura del hilo
constitucional al vulnerarse la legitimidad establecida en un Estado.
Como ya sabemos, este gobierno
perdió su legitimidad hace rato, por lo que resultaría un poco menos que
incorrecto decir que la intención de deponerlo debe considerarse como el
producto de un golpe. ¿Es que acaso se nos ha olvidado lo que establece el artículo
333 de la CRBV? “Esta Constitución no perderá su vigencia si dejare de observarse por
acto de fuerza o porque fuere derogada por cualquier otro medio distinto al
previsto en ella. En tal eventualidad, todo ciudadano investido o ciudadana
investida o no de autoridad, tendrá el deber de colaborar en el
restablecimiento de su efectiva vigencia” (sic)
¿Se
abortó la rebelión?
Todo indica que no. Pues si es cierto que se abortó “un
golpe”, es lógico pensar entonces que, el germen de la rebelión ya ha florecido
en sectores castrenses y jamás podría acabarse con la detención de comandantes
de batallones, por cuanto es de suponer que, quienes estaban bajo sus órdenes,
en cualquier momento demostrarán cuán comprometidos estaban con esa presunta
rebelión que denunció J.V Rangel.
Les
confieso que no creo que esos militares rebeldes estén siendo dirigidos o
manipulados por grupos opositores, porque no hace falta que a un militar lo
manipulen para darse cuenta de la terrible situación nacional. Esos militares
“alzados” tienen familia que también sufren los desmanes que ha provocado esta
plaga denominada “Socialismo del Siglo XXI”. Saben que hay hambre, miseria y
corrupción. Probablemente están cansados de que los sigan metiendo a todos en
el mismo saco pestilente en el que se encuentran los altos jerarcas.
Es muy
posible que esos militares rebeldes no estén dispuestos a seguir pasando la
dentera por la fruta que sus jefes se han comido.
Con el visto bueno de la Casa Blanca
José
Vicente Rangel puede tener razón cuando hace alusión al apoyo de organismos
militares y de inteligencia de los EEUU. Ciertamente, eso tendría mucha lógica.
Solo basta observar los movimientos tácticos del gobierno americano que en
reiteradas ocasiones ha identificado al gobierno de Maduro como un peligro para
sus intereses. De hecho, el miércoles 21 de marzo en la OEA intervendrá el
vicepresidente de EEUU y hablará nuevamente sobre esa preocupación. Esto, si
bien es cierto no significa una complicidad entre EEUU con los sediciosos,
necesariamente debemos percibirlo que en caso de materializarse con éxito lo
que JV Rangel denomina golpe, quizá esa eventual acción gozaría del visto bueno
de la Casa Blanca. Eso sí: siempre y cuando su fin inmediato sea abrirle el paso
a un gobierno de transición.
Los
rebeldes no temerían por eventuales sanciones o persecuciones de la comunidad
internacional, a la que antes pudieron temer. En efecto, las sanciones que hasta
ahora se han concretado solamente afectan a los que ejercen funciones de
gobierno que han sido expresamente señalados de tener vínculos con el
terrorismo y con el narcotráfico.
El
mensaje es claro: el que siga apoyando la dictadura “castro-madurista” correrá
la misma suerte que los sancionados. Eso evidentemente le genera confianza al
bando de los rebeldes.
Injerencia humanitaria
No se debe perder el tiempo en
estudiar escenarios electorales o hablando de candidaturas presidenciales
porque las tiranías no salen por votos. Es menester enfocarse en abrir las
puertas a la comunidad internacional para que se lleve a cabo la ayuda
humanitaria.
No es
momento de alimentar rencillas entre civiles y los militares dispuestos a
rectificar, al contrario, es indispensable el entendimiento de ambos mundos.
Así como necesitamos de la unión cívico-militar también requerimos de la ayuda de
países aliados. Sin complejos debemos aceptar que solos no podemos salir de
estas mafias que están dispuestas a todo para evitar que Venezuela se enrumbe
hacia la democracia.
Muchos
opinadores son escépticos con el asunto militar, pero desde esta trinchera yo
sigo apostando a la reserva moral que debe existir en los cuarteles, también al
propósito de enmienda de aquellos que en algún momento juraron defender la
soberanía nacional pero, sin haber cometido grandes tropelías, en el camino
desvirtuaron sus funciones obedeciendo indebidamente ordenes manifiestamente
contrarias a la Constitución.
Nunca
es tarde para recapacitar. Los violadores de DDHH tendrán que rendir cuenta
ante los tribunales mientras que, los arrepentidos por faltas menores, deberán ser
procesados en sede castrense conforme al reglamento de castigos disciplinarios.
Estamos
en tiempos decisivos, no hay espacio para el guabineo. Venezuela reclama coraje
y dignidad.
Pablo
Aure
sábado, 17 de marzo de 2018
Henri Falcón forma parte de la “simulación electoral”
Candidatura de Henri Falcón forma parte de la “simulación electoral”
Para el profesor universitario, Pablo Aure, la candidatura de Henri Falcón, constituye una “simulación electoral” a favor del Gobierno Nacional, ya que no cuenta con el respaldo de la “verdadera” oposición venezolana.
Señaló que ante un escenario político donde no hay salida por la vía de los votos.
Así como también se cuenta con un CNE viciado, cualquier aspirante “le hace un gran favor” a Nicolás Maduro y a todo lo que él representa.
“Creo que hay que ver la realidad de fondo que nos dice claramente que no hay salida electoral posible en este momento en Venezuela”, destacó.
Asimismo recalcó que hasta la propia empresa Smartmatic creadora del sistema, se fue del país porque no puede dar garantías de transparencia de ningún resultado”.
Henri Falcón no representa la verdadera oposición:
Aure Comentó que es necesario que la oposición venezolana se replantee ante las reiteradas fallas cometidas en el pasado.
Por lo que a su juicio, no han contribuido a mejorar las condiciones de vida del pueblo.
“Considero que toda acción que tenga la genuina intención de recuperar la democracia en Venezuela, debe tener una conducción política inquebrantable y comprometida” agregó Aure.
De igual manera recordó que esas acciones, en su momento no fueron defendidas por la MUD, e incluso, hemos visto como las respuestas que se han debido dar, nunca llegan y si llegan, tardan semanas en pronunciarse”, destacó.
En relación a la conformación del Frente Amplio Nacional Venezuela Libre, Aure afirmó que no basta con aparentar incluir a amplios sectores de la sociedad si al final del día, las decisiones recaen en las mismas personas.
domingo, 11 de marzo de 2018
Desenlace no convencional
¡Hasta cuándo!
Desenlace no convencional
@pabloaure
Así como avanza el 2018, avanza la hiperinflación
devorando todo lo que encuentra a su paso. Lo mismo ocurre con la mala calidad
de los servicios públicos.
Todos sabemos que estamos muy mal, que la situación en
Venezuela cada día es más invivible. Sin embargo, no se puede negar que se
percibe una especie de modorra colectiva, de dejadez, de letargo, de
escepticismo para enfrentar la crisis y tomar la ruta de la prosperidad.
Ante todo esto, dar una respuesta urgente se convierte
en una gran necesidad pero sobretodo, en una inmensa responsabilidad. No es
proponer por proponer, o hacer por hacer. Es organizar las acciones que
realmente vayan destinadas a desalojar la dictadura. En los últimos días han surgido algunas
ideas, desde la creación de frentes que pretenden erigirse como la única cara
visible de la oposición, hasta planteamientos de grupos o individualidades
sobre consultas para definir los pasos que se deben seguir para luchar contra
la tiranía.
Ahora bien, sigo sin entender el empeño de los que han
sido -o se han creído- durante bastante tiempo los acreedores
exclusivos de la vocería opositora, en tratar de invisibilizar- o enmudecer-
las caras, voces y acciones de personalidades que han sido aguerridas,
coherentes y perseverantes lidiando contra este régimen. María Corina Machado,
por ejemplo, es una de esas voces a las que me refiero. También puedo mencionar
a la organización “Soy Venezuela” a la cual ella pertenece, que inclusive ha
dado a conocer los pasos que deberían seguirse no solo para salir de la tiranía
sino también para alcanzar “la tierra de gracia” en que se convertirá Venezuela
luego de conquistar la libertad.
Estas pugnas en la oposición se ubican en el peor
momento, pues todo indica que el desenlace no será convencional. Ya veremos la
razón.
¿Falta de unidad o, complicidad con
la dictadura?
Las rivalidades políticas, entre sectores
que se supone persiguen los mismos objetivos, no deberían impedir que puedan
marchar juntos hacia la misma meta.
Desgraciadamente aquí, en Venezuela, no pareciera que
todos los sectores que dicen ser de la oposición tengan los mismos objetivos,
porque seguros estamos que los métodos son diametralmente diferentes. El asunto
en este momento es poder enganchar la propuesta más creíble o más convincente. Pienso
que para poder aproximarnos a esa propuesta, lo primero que tenemos que hacer
es compararlas con propuestas anteriores y preguntarnos si con esos métodos
hemos logrado algo.
También debemos detenernos en analizar cuál
ha sido el comportamiento del régimen frente a situaciones que lo han hecho
tambalear y quiénes son los que de alguna manera le han dado oportunidad para
que vuelva a tomar cierto respiro en la gobernabilidad. Me explico. Sabemos que el régimen no goza de
popularidad, pero al igual que todos los regímenes como el que azota a
Venezuela, poco o nada le importa ser popular, puesto que se sostiene solo si
se le garantiza la gobernabilidad. Y aquí es donde tenemos que reflexionar.
El comportamiento de una oposición frente a un régimen
tiránico debe y necesariamente tiene que enfocarse en erosionar la
gobernabilidad de Nicolás Maduro, quien está desesperado por la realización de
eventos electorales, en los que, también sabemos siempre resultará favorecido,
como sucede en todos aquellos países dominados por tiranos, donde también se realizan
simulaciones electorales. ¿Cómo poder pensar que quienes se alzaron en armas y asesinaron
para intentar llegar al poder (1992) porque no creían en las elecciones, ahora,
que están mandando y desde allí han operado o se han vinculado con grandes
organizaciones criminales, lo van a
entregar mediante el voto?
Hay que hablar con franqueza. De esto no saldremos con
los llamados a elecciones, al contrario, concurrir a esas farsas electorales es
oxigenar al régimen que está jadeando.
Allí la primera pista del porqué la salida no será
convencional.
¿Ruido de sable?
La poca gobernabilidad con la que cuenta, se la ha
venido proporcionando en los últimos meses el sector militar, y en este
momento, y de acuerdo a lo que leemos en las redes, una inmensa cantidad de
militares está descontento con lo que pasa. Además ha quedado constancia de
detenciones arbitrarias a diferentes miembros de las Fuerzas Armadas,
argumentadas en una supuesta conspiración.
El domingo pasado (11 de marzo) en el editorial de El
Nacional leímos: “Las Fuerzas Armadas se sienten
no solo incómodas sino también prisioneras de un delirio marxista que, en la práctica,
se ha convertido en un gran desprecio hacia las instituciones y, por ende,
hacia las posibilidades de cambiar el rumbo del gobierno en el marco
institucional. Vaya peligro, y vaya aventura la que promueve la negación de la
realidad por parte de la cúpula que estrecha el poder en sus manos y encauza
cualquier crítica hacia el rincón de las deslealtades”
Esta apreciación nos hace presumir que pudiéramos
estar a las puertas de un desenlace, no convencional, y de ocurrir lo que
presumimos, la oposición debe tener muy claro que tendrá que reencontrarse para
constituir un eventual gobierno de transición.
Son posibilidades que están en el tablero nacional.
Si llegare a suceder ese acontecimiento, se iniciaría
una dura etapa de reconstrucción y pacificación, durante la cual
inevitablemente debe involucrarse la comunidad internacional; no solo por el
asunto de la ayuda humanitaria (entrada de medicinas y de alimentos) sino para
combatir los focos desestabilizadores que sin temor a equivocarme intentarán
surgir estimulados por grupos armados del fundamentalismo terrorista que también
le da sustento al régimen castro-madurista.
Por eso, hoy más que nunca urge tener una verdadera
alternativa de poder, y es obvio que el principal trabajo de la falsa oposición
es evitar que ésta se forme. Allí dejo la advertencia.
Pablo Aure
lunes, 5 de marzo de 2018
domingo, 4 de marzo de 2018
¿Elecciones o golpe?
¡Hasta cuándo!
¿Elecciones o golpe?
¡Ni lo uno ni lo otro!
@pabloaure
Elecciones no hay en Venezuela
desde hace muchos años, lo que hemos visto son simulaciones electorales para
aparentar una legitimidad de origen.
Si lo dudan, pregúntenle a
Andrés Velásquez que a pesar de tener actas en mano que lo adjudicaban como
gobernador del estado Bolívar, el CNE, comportándose como el Circo Nacional de la
Estafa que es, falsificó de forma manual actas para impedir asumiera su cargo,
y en ese sentido, mantener a las mafias de la explotación del oro intactas. No
es un caso aislado. Pueden igualmente consultar lo ocurrido en el estado Zulia
y la ‘repetición’ de las elecciones de gobernador porque Guanipa decidió no
juramentarse ante la espuria ANC; o si lo prefieren, pueden revisar lo sucedido
con los diputados del estado Amazonas que siguen “desproclamados”.
Entonces, debatirse entre
elecciones o golpe de Estado es un falso dilema que genera muchísimas
discusiones tanto aquí en el país como más allá de las fronteras.
Quienes piensan que si no hay
elecciones la vía será un golpe de Estado, están pelados de extremo a extremo,
simple y llanamente porque aquí ni habrá elecciones ni tampoco golpe de Estado.
Me explico. Es absurdo pensar que esta tiranía salga mediante el voto. ¿Quién
en su sano juicio puede imaginar que personas que asesinaron para intentar
llegar al poder, por allá en el año 1992 -porque no creían en las elecciones-
ahora que están en Miraflores y dominan todos los poderes van a aceptar
entregarlo vía electoral?
Y en cuanto a pensar que la
vía será el golpe de Estado. En este particular me permito aclarar que, esa
figura solo cabría si aceptamos que en Venezuela estamos bajo un sistema de
gobierno democrático en el cual existe plena independencia, autonomía y
separación de poderes. Recordemos que el golpe solo es posible cuando se
reconoce la legitimidad de un gobierno y la de sus instituciones, pues la doctrina
nos señala que el golpe de Estado consiste en la ruptura del hilo
constitucional. En consecuencia, aquí podrá pasar cualquier cosa menos un golpe
de Estado. En todo caso, de producirse un alzamiento sería con intenciones de
recomponer ese hilo constitucional ya roto desde hace tiempo, por quienes
detentan el poder.
Posponer una farsa.-
La jugada dictatorial,
primero de ordenarle a la fraudulenta asamblea nacional constituyente fijar las
“elecciones” presidenciales para el 22 de abril y luego haberlas pospuesto para
realizarlas el 20 de mayo y de manera conjunta con los parlamentos regionales y
municipales, puede tener dos lecturas.
La primera: una especie de
reacomodo e intentar estimular a la gente por el tema electoral, con el
entendido que no solamente es que nadie cree en el CNE, sino que por los
momentos, en el común de los ciudadanos no hay interés en votar, saben que
mediante el sufragio jamás superaremos la crisis, ni aparecerá el efectivo, ni
el transporte, ni las medicinas, no se generarán fuentes de empleos ni tampoco
se surtirán las bodegas o abastos de alimentos.
La segunda lectura
consistiría en que, el régimen a sabiendas de que está caído y presume que
pudiera llegar el 22 de abril sin que se produzca el estallido social que está
a la vuelta de la esquina y del que todo el mundo habla, decidió por
recomendaciones de la sala situacional postergarlas para involucrar a otros
actores en la defensa de su nefasto modelo político. Me sigo explicando, ahora
entrarán en acción candidatos de los 335 Concejos Municipales y de 23 Consejos
Legislativos.
El relato de lo absurdo.-
Sin duda en Venezuela hay muchas cosas
absurdas, pero nada se compara con hablar de elecciones. Ese relato de ir
masivamente a votar debió quedar enterrado el pasado 30 de julio cuando se
consumó el fraude electoral más escandaloso de la historia contemporánea de
nuestro país: La ANC. Fraude donde hasta la misma empresa proveedora del servicio
electrónico de máquinas, denunció abultamiento de la cifra de sufragios por
encima del millón de votos, cosa que sabemos se queda corta. Sin olvidar que
hubo municipios donde eliminaron el 95% de los centros de votación, y como si
eso fuese poco, en pleno poliedro de Caracas, habilitaron el sainete electoral
más grande e inauditable de la propia historia chavista, al llenar de máquinas
ese espacio y fomentar que el que quisiese podía ir a ‘votar’ sin ningún tipo
de control. Esa foto quedará para la historia.
Hablar de elecciones es absurdo ya que la
solución no será ni electoral ni mediante la figura del golpe de Estado, por
las razones ya expuestas.
Aquí en Venezuela lo que sucederá, pero eso
sí, cuando todos nos decidamos, es una sustitución de gobierno por vías
democráticas y constitucionales aunque no sean
electorales o tradicionales. La protesta organizada y planificada será
la vía, por lo tanto, es menester activarla. Reclamando no solo comida o
medicinas, sino que se cumplan con los tratados internacionales, esto es, que
la ayuda humanitaria provenga de los países aliados, que dicho sea de paso ya se
encuentran en las fronteras.
Que conste, las condiciones están dadas para
que los organismos internacionales actúen en Venezuela. La autodeterminación es
de los pueblos y no de los tiranos. ¡En Venezuela hay hambre y el mundo lo
sabe!
Tenemos derecho a tener un gobierno decente y
responsable. Estamos claros que el régimen trata de confundir a los ciudadanos,
pero tenemos que repetir mil veces que la injerencia humanitaria es un derecho
de los pueblos oprimidos. También tenemos que estrujarle en la cara a los
militares, que su misión es defender la soberanía y la de cumplir su juramento.
Desgraciadamente hasta ahora son muy pocos los integrantes de la FAN que lo han
hecho, y les ha costado la baja, la cárcel o el exilio. Eso ha ocurrido porque
no ha habido cohesión en la FAN.
Hoy es oportuno reflexionar sobre ese tema,
los civiles los necesitamos y los militares nos necesitan para
reeinstitucionalizar a Venezuela. Otra cosa, los civiles y militares de talante
democrático necesitamos la colaboración de fuerzas aliadas que están a la
espera de nuestra iniciativa. Cuando de manera contundente demos esa señal,
desde ese mismo momento comenzará la liberación del país. Manos a la obra,
organización y decisión.
Pablo Aure
Suscribirse a:
Entradas (Atom)