martes, 29 de enero de 2019

Atención militares, la ayuda humanitaria llegará y entrará

domingo, 20 de enero de 2019

Guaidó, ¿el enmantillado?


¡Hasta cuándo! 
Guaidó, ¿el enmantillado?
@pabloaure
En este momento y vista la masiva asistencia a los cabildos abiertos convocados por la Asamblea Nacional, está demás decir que el apoyo popular que en pocos días ha capitalizado Juan Guaidó es aplastante pero no sorprendente, y voy a explicar por qué:
Desde tiempos de Hugo Chávez, la oposición al régimen ha sido inmensamente superior a los que lo apoyan. La llamada “polarización” terminó hace años. Ahora hay un país unido contra un régimen del mal y a ese país solo lo mueve una cosa: salir de la dictadura, recuperar la democracia y con ella, la posibilidad real de elegir a sus autoridades votando por quien se quiere y no por quien se debe. Se ha instalado una nueva conciencia colectiva que está dispuesta a asumir riesgos para lograr ese objetivo pero a cambio exige claridad, honestidad, firmeza y cero conductas que generen o recuerden traiciones pasadas. Dicho esto, la sociedad motivada responde en las calles y en los escenarios que sean necesarios cuando tiene frente a si, la posibilidad real de cambiar al régimen. En dos palabras, la gente solo se integrará a aquellas rutas que tengan opción real de cumplir ese objetivo como la que hoy nos convoca y que puede finalmente desalojar al dictador y sus secuaces.
La voz de la experiencia.-
Sin embargo, sería un error no escuchar la voz de la experiencia. Existe mucha expectativa sobre lo que pueda ocurrir este 23 de enero, fecha escogida para celebrar una gran concentración en Caracas y en todos los estados del país. La perspectiva señalada desde la Asamblea Nacional al inicio de este nuevo año de sesiones el día 5 de enero, comenzó a generar un clima esperanzador.
Es necesario recordar que también un cinco (5) de enero pero del 2016, cuando Henry Ramos asumió la presidencia de la AN, con aquel discurso en que anunciaba que en los próximos seis meses encontrarían la fórmula para salir del régimen y que, junto al desalojo de los símbolos del chavismo del Palacio legislativo, desataron una efervescencia que llenó de esperanza al pueblo venezolano. Es innegable que la gente se emocionó hasta que aquella infeliz frase de “doblarnos para no partirnos” nos devolvió a una realidad que nos despojó de una mayoría que ya en sus primeros días de vida de la AN había sido desperdiciada injustificadamente por los más “avezados políticos del país”.
Y así pasamos el año escuchando discursos de Ramos Allup por todo el país cual candidato presidencial en campaña, manteniendo en alto la expectativa hacia la Asamblea Nacional con un discurso incendiario que en más de una oportunidad y refiriéndose a la FAN gritaba “los gorilas a sus cuarteles”, “este es un problema político y los políticos lo vamos a resolver”. 
Ante la sola retórica y en ausencia de las acciones prometidas, es la propia sociedad civil la que empuja las movilizaciones de calle en medio de los intentos de la dirigencia por capitalizarlas, hasta que el 1 de septiembre de ese año, una fecha de inmensa expectativa por la tan anunciada toma de Caracas, los asistentes que acudieron a la cita luego de horas de discursos vacíos, fueron despachados a sus casas a las 2 de la tarde porque, había sido la hora pactada por los convocantes con el oficialismo para la protesta, sin haber logrado avanzar ni un paso en el camino hacia el tan ansiado cambio de régimen. 
Igual ocurrió con la famosa ley de Amnistía prometida durante la campaña electoral y que gracias nuevamente a la presión de los ciudadanos y algunos medios de comunicación, logró en diciembre de ese 2016 llegar a su primera discusión, de donde nunca pasó. Una ley que ahora, es aprobada en medio de la urgencia de los hechos que se sobrevinieron luego del término de la presidencia de Maduro.
Así llegamos al 2017, año en que le correspondió a Julio Borges ejercer la presidencia de la AN en medio de la presión que por todos los medios disponibles ejercía la ciudadanía. Comenzaron a tomarse algunas decisiones anunciadas en los meses previos a la elección parlamentaria, como ocurrió el 9 de enero cuando se declaró a Nicolás Maduro en abandonado del cargo, hecho que fue respondido por el TSJ del régimen con el intento de disolver la AN y tomar para sí las atribuciones del Poder Legislativo, secuencia que suscita las intensas protestas de abril y mayo de ese año, en las que más de un centenar de jóvenes perdieron la vida. En un afán por controlar las acciones ciudadanas, es la misma AN la que diseña y convoca el plebiscito del 16 de Julio con los resultados por todos conocidos. De todo este proceso deriva el nombramiento de los magistrados del TSJ que, por cierto, tuvieron que huir para evitar ser encarcelados, y desde el exilio empezaron a sesionar y dictar sentencias. Pudiéramos decir que, durante el período de Borges y por qué no decirlo, muy a regañadientes, se construyó el marco jurídico para lo que vendría después. El desconocimiento de la Asamblea Nacional Constituyente del régimen, el fraude electoral reconocido por Smartmatic, nos va llevando al 2018 año en que ejerce la presidencia de la AN, Omar Barboza, representante de UNT. Quizá fue esta presidencia, la que menos expectativas generó, aunque durante ese tiempo hubo importantes decisiones del TSJ en el exilio que fueron acatadas por el Poder legislativo, una vez más, por la presión ciudadana. La declaratoria con lugar del antejuicio de méritos contra Maduro y luego la sentencia condenatoria por delitos de corrupción, nuevamente conllevaba la falta absoluta del presidente de la república.
De todo esto, y antes de seguir el análisis, es fundamental no perder de vista el episodio del 1 de septiembre de 2016.
Guaidó manía
Llegamos entonces al 5 de enero del 2019, emergió un joven poco conocido, de nombre Juan Guaidó, que ha resultado una especie de enviado de los Dioses, y está logrando capitalizar y canalizar un furor nunca visto. Desde luego, lo que vemos hoy no es otra cosa que la desesperación de un país por acabar con una tiranía que está matando de hambre a sus ciudadanos ante una coyuntura que convierte este momento en una verdadera oportunidad para salir de este régimen de oprobio y maldad.
En efecto, coincidió la asunción del Dip. Juan Guaidó a la presidencia de la AN con la finalización del período presidencial establecido en la Constitución y con el desconocimiento sin precedente en la historia, de la comunidad internacional hacia la figura de Maduro como presidente de Venezuela.  A ello sumamos el reconocimiento del TSJ en el exilio y sus actuaciones, la crisis económica, el triunfo de Iván Duque en Colombia y el de Jair Bolsonaro en Brasil, que entre otras, hacen determinante que el desenlace pudiera darse de un momento a otro y en tal sentido, siendo Juan Guaidó a quien le correspondió estar en el lugar y en el momento indicado, es el responsable de llevar la batuta de las acciones que correspondan y que el país y el mundo esperan.
Creo que, si en algo coincidimos la inmensa mayoría de los venezolanos es en confiar que, en esta ocasión, no debe primar la presión de los partidos políticos que, teniendo la oportunidad, en su momento no hicieron lo que la historia exigía y la ley respaldaba. Que quien, por acuerdos preestablecidos hoy dirige la AN, recuerde que desde el cargo que ostenta, su militancia obligada primero es con el país y después con su partido. Cada paso que dé en la dirección correcta, será acompañado y apoyado por la inmensa mayoría de los venezolanos.
Es en estos momentos cuando las opiniones se dividen entre el vacío o la usurpación y la forma de subsanarlos, hay un hecho incontrovertible y es que Maduro está en Miraflores y un grupo de militares lo respaldan.  Y el ¿qué hacer? es la duda que esperamos despejar todos este 23 de Enero.
El uso de la fuerza.-
Maduro se mantiene en Miraflores por la fuerza, en consecuencia, es la fuerza la que determinará su salida.
Pienso que el 23 de enero será muy importante para demostrar la fuerza de nuestra determinación, no tengo dudas que seremos millones de venezolanos que dentro y fuera de Venezuela gritaremos ¡fuera Maduro!
No sé con qué respuesta nos esté esperando el régimen, porque su silencio es sospechoso. Lo que sí sé es que en el ambiente se percibe un clima que nos da la sensación de que algo grande va a suceder. No será un solo hombre quien nos dé la libertad, sino la decidida acción de quienes se han quedado en el país para conquistarla.
Cuando muchos pensaban que el venezolano se había resignado vivir bajo este yugo opresor, la comunidad internacional nos dijo que no estábamos solos. Pero tal como lo señalé arriba, la construcción de esa fuerza para vencer el mal, pasa por no cometer los errores que hasta ayer cometimos. Que la experiencia no permita que este 23 de enero regresemos a nuestras casas sin el sabor de la victoria. Que regresemos a casa con la convicción de que cada paso que damos acorta los días que le quedan a esta tiranía.
Para finalizar necesario tener presente que si a alguien le debemos el florecimiento de nuestra esperanza libertaria es a don Luis Almagro, quien se ha convertido en nuestra voz ante el mundo y no ha cejado ni un solo instante en denunciar lo que ocurre en Venezuela y en procurar el restablecimiento del orden constitucional en nuestro país.
Pablo Aure               

martes, 15 de enero de 2019

Comunicado Secretaria UC ante la situación politica y social de Venezuela



15 de enero de 19

La Secretaría de la Universidad de Carabobo, en el inicio de este año y con el horizonte de la conciencia política y social que ha despertado en el seno de la sociedad nacional y regional, las cuales actúan en consonancia con las iniciativas de la comunidad internacional, desea expresar, luego de enviarles un caluroso saludo institucional a todos los integrantes de la comunidad académica carabobeña, algunos criterios y apreciaciones de esta instancia institucional, sobre el contexto político-social que está en pleno desarrollo en el país.
Ratificamos que la Secretaría UC no está ajena a esta hora de definiciones nacionales, ni mucho menos está lejana de las angustias económicas y sociales, que vive la comunidad, por eso ratificamos nuestro compromiso en acompañar a la sociedad regional y nacional en las decisiones que este nuevo tiempo histórico demanda de nosotros. Lo que está en juego es nuestro derecho a la civilidad, al respeto a la dignidad humana y sobre todo a la conservación del derecho a mantenernos en pleno uso de nuestras libertades individuales, colectivas e institucionales. Nuestra gestión académica auspicia la construcción de un país viable que rescate la esperanza y la convivencia social, capaz de transitar el siglo XXI por caminos alejados de la barbarie propia de las tiranías.
Por eso rechazamos que el país este sometido a permanentes carencias y personalismos promovidos por principios militaristas autocráticos, que se caracterizan en lo social y político por un manejo abusivo del poder. Queremos una sociedad articulada con solidas instituciones internas, capaces de mantener altos niveles de eficiencia operativa y de formular aptos e idóneos proyectos de futuro.
En la Universidad de Carabobo estamos comprometidos a funcionar como lo que somos, una universidad pública, democrática, de justicia, de solidaridad humana, abierta a todas las corrientes del pensamiento universal, autónoma y permanentemente renovada, trabajadora y austera. Nuestra participación parte de tres postulados básicos: creer en el carácter democrático de la sociedad, el reconocimiento y respeto a la condición autonómica de la universidad, y el rechazo a los regímenes que, impulsando una reiterada negación del pensamiento crítico universitario, promueven un irregular y anormal funcionamiento institucional.



Prof. Pablo Aure 
Secretario Universidad de Carabobo

domingo, 13 de enero de 2019

Tiranía en jaque



¡Hasta cuándo!
Tiranía en jaque
@pabloaure
No sería justo iniciar sin antes reconocer que este momento de oportunidad se ha construido gracias a la presión de una ciudadanía que dejó de ser crédula ante posturas de debilidad. Esa misma gente que votó en 2015 por la actual AN, que salió a protestar en 2017 para defender aquello por lo que habían votado y que tras muchas decepciones con una cúpula de la dirigencia política se abstuvo de votar en procesos electorales ilegales, ilegítimos y fraudulentos y comenzó a exigir actuaciones firmes y coherentes que no convaliden falsos diálogos ni negociaciones cuyos fines no sean la libertad de Venezuela.
Es por eso que hoy, después de muchos capítulos de lucha y desilusión, el respaldo del mundo nos lleva a esta ventana de oportunidad extraordinaria, que debe y merece ser rigurosamente cuidada para evitar que los fantasmas que en ocasiones pasadas traicionaron a los venezolanos lo hagan de nuevo.
Hoy el país se reúne ante la posibilidad real de sacar a la tiranía. Pero a diferencia de antes, cada día somos más claros, firmes y exigentes. Dicho esto, es el momento de apoyar y empujar todo aquello que nos mantenga en la ruta hacia la libertad. Y si en este caso Juan Guaidó es el designado para protagonizar y liderar los eventos presentes y futuros, estaremos todos dispuestos a respaldarlo mientras el país sea la prioridad.
Confusión y sospecha.-
Inevitable en estos momentos la confusión por la forma en que se han desarrollado los eventos y por qué no, hasta un dejo de sospecha. Eventos que fueron desde el pronunciamiento de la AN el día 10 sobre la ilegitimidad del régimen, hasta la manera como ha sido respaldada la legitimidad absoluta de la AN y por ende, el reconocimiento por la comunidad internacional de Juan Guaidó como presidente interino de Venezuela, aun sin que se haya producido el tan necesario juramento ante la AN en pleno para su asunción al cargo.
Desde luego alegra, motiva y debemos agradecer el apoyo de la comunidad internacional a la restauración de la democracia en Venezuela y sus mensajes claros y determinantes que nos inspiran a seguir luchando para encaminar nuestro país hacia la restitución del Estado de derecho.
Hoy preferiré no entrar en las turbulentas aguas de los análisis políticos, y menos aún me aventuraré a predecir lo que pueda suceder tras mi propio análisis de escenarios futuros. No lo sé con precisión, aunque todo indique que hemos entrado oficialmente a transitar esa compleja etapa de la transición. Tal y como se están desarrollando los hechos, no es descabellado pensar que, aunque el socialismo del siglo XXI vaya camino al cementerio de la historia más negra de la política venezolana, quizá no podamos decir lo mismo de sus precursores, esos a quienes ahora llaman originarios.
Muy probablemente estemos en presencia del fin de la etapa de Maduro y sus cercanos colaboradores, pero no así de quienes acompañaron a Chávez y su revolución desde los inicios hasta su desaparición física. Lo que nos lleva a pensar, que este tránsito no será inmediato ni corto, sino que posiblemente nos lleve a lo largo de algunas estaciones, donde ojalá y en cada una de ellas vayan desapareciendo las figuras que representan el lastre rojo de 20 años de “revolución”.
Seriedad sin improvisación.-
Es natural que afloren sentimientos encontrados en una Venezuela llena de ilusiones rotas por tantas traiciones. Eso nos invita a ser cautelosos al momento de emitir opiniones y de expresar nuestros apoyos. Estos momentos exigen seriedad y cero improvisaciones. Son horas que definirán el rumbo de nuestra nación, sin ambages en la palabra y con mucha determinación en nuestras actuaciones.
Hechos como la intercepción a Juan Guaidó por el SEBIN, su detención y minutos después su liberación, nos indican que el régimen no está estático mientras nosotros vamos rumbo a la democracia. Movieron sus fichas, nos pusieron a pensar y más peligroso aun, a especular: “Maduro se asustó y por eso lo liberaron, existe división en el seno del organismo policial y los militares ordenaron su liberación” Y en una demostración del más crudo cinismo, Jorge Rodríguez diciendo que el SEBIN interceptó al presidente Guaidó para evitar un atentado que la misma oposición le tenía preparado, al final también dijo que los funcionarios del SEBIN que lo detuvieron ya fueron despedidos, porque actuaron por cuenta propia. Acciones de esta índole se sucederán en las horas y los días por venir y posiblemente no solo contra el presidente Guaidó.
Recordemos que, esa gente que está enquistada en el poder no da puntadas sin dedal y todos sus movimientos cuentan con la asesoría de un régimen perverso que tiene más de sesenta años maquinando y ejecutando acciones criminales en y desde Cuba.
Momento de lucidez.-
Hoy quiero pedirles a los venezolanos de buena voluntad y que además apuestan a la democracia, mantener la cabeza fría, sin descalificar los silencios de unos o las sanas críticas de otros. Acompañar las acciones que sean convocadas por aquella dirigencia que haya demostrado confiabilidad, perseverancia, consecuencia y consonancia con nuestros objetivos dentro de lo que dicta la norma. Seguir insistiendo con el llamado a la Fuerza Armada Nacional para que inmediatamente después de juramentado el Presidente Interino Juan Guaidó, muestren su subordinación al nuevo Comandante en Jefe de la Institución y comiencen a cumplir con su deber de defender la democracia y las instituciones legítimas de la República. Demostrar suficientemente a la comunidad internacional, no solo que necesitamos de su ayuda para consolidar nuestra libertad, sino que también estamos dispuestos a luchar por ella y a sostenerla a costa de lo que sea.
Más allá de confusiones y sospechas, aunque justificadas todas, si de algo estoy seguro es que para este régimen criminal, comenzó la cuenta regresiva. Todo dependerá en gran parte de como administremos nuestra ciudadanía. En muchas oportunidades he manifestado que Venezuela es solo una pieza dentro del gran tablero de la geopolítica internacional, que el mundo no se detiene solo por nosotros, así que estamos obligados a aprovechar la mano que hoy nos tienden las democracias del planeta, so pena de que esta sea una oportunidad irrepetible. Por tanto, el tan ansiado jaque mate dependerá como nunca antes, del sabio manejo de nuestras emociones y sobre todo de nuestras acciones..
Pablo Aure      

domingo, 6 de enero de 2019

Del abandono del cargo al desconocimiento internacional


¡Hasta cuándo!                                       
Del abandono del cargo al desconocimiento
@pabloaure
Necesario es recordar que en menos de dos años se han producido decisiones tanto del Poder Legislativo como del Poder Judicial que aclararían cualquier duda sobre la inexistencia de presidente de la república constitucional en Venezuela.
En efecto, el 9 de enero de 2017, la Asamblea Nacional acordó que Nicolás Maduro abandonó el cargo y por lo tanto su falta absoluta tenía que ser suplida. Luego, el año pasado por sentencia del Tribunal Supremo de Justicia, el legítimo, o sea, el que está en el exilio, se dejó claro que existe un vacío de poder ya que Nicolás Maduro fue condenado por hechos de corrupción, lo cual acarrea su destitución.
Entonces la respuesta clara es que, mucho antes del 10 de Enero del 2019, la presidencia de Venezuela está vacante. Inexcusable es llenar ese vacío, para lo que sabemos, hace falta aparte de decisiones jurídicas y políticas acertadas, la fuerza necesaria que hagan cumplir las resoluciones que se tomen al respecto que, de acuerdo a lo dicho por el nuevo presidente de la AN, pasan por terminar con la usurpación, formar gobierno de transición y luego las anheladas elecciones libres.
Legitimidad del TSJ no está en entredicho.

El TSJ está en el exilio por una razón. Sus magistrados fueron perseguidos, amenazados y encarcelados por la tiranía, lo que hizo inevitable que salieran del país para proteger sus vidas y poder constituir, contra todo pronósticos y en medio de la civilidad de un verdadero sistema democrático, un despacho que les permitiera ejercer sus funciones, aunque fuese desde otro país. Por lo tanto, su legitimidad es incuestionable, pues ellos fueron nombrados de acuerdo con la Constitución por la actual AN, a raíz de la violación en el nombramiento de los “magistrados exprés” por la anterior Asamblea. Nombramientos que no solo fueron desconocidos por nulidad absoluta debido a la forma en que se realizaron, sino que, en muchos casos, esos magistrados ni siquiera cumplían requisitos fundamentales, como la formación profesional indispensable para ocupar dichos cargos.
Por eso es imperioso resaltar que la legitimidad del TSJ en el exilio deviene en principio porque ellos fueron nombrados y juramentados por la misma Asamblea Nacional que los venezolanos elegimos en diciembre del 2015 y que desde el 5 de enero de este año 2019 preside el joven diputado de Voluntad Popular, Juan Guaidó. Demás está decir que en reiteradas ocasiones las actuaciones de este TSJ en el exilio han sido reconocidas por la misma Asamblea Nacional, aunque sus sentencias no hayan sido cumplidas o ejecutadas.

Para nadie es un secreto que dentro de la misma oposición, existen factores cuyos intereses, que hoy no vamos a evaluar, pasan por la implosión y desaparición de este TSJ en el exilio, pues luego de su nombramiento, que no dudo haya sido para acallar las exigencias de un país que reclamaba el cumplimiento de su voluntad expresada el 16 de Julio de 2017, en un plebiscito sugerido y ejecutado por esta misma AN, nunca imaginaron que el compromiso de estos magistrados para con el país trascendería a los estadios que hoy conocemos.
De la casualidad a la sospecha.

Desde finales del 2018 y vista la preocupación que internacionalmente ha generado la situación venezolana, lo que derivó en el aumento de la presión de la comunidad internacional, entre ellas, el desconocimiento de Nicolás Maduro, comenzaron extraños movimientos emanados de factores identificados con la oposición, pero esta vez, dirigidos a cuestionar la legitimidad del TSJ precisamente a raíz de la sentencia condenatoria contra Maduro, en la que salió a relucir el nombre de Henrique Capriles, no como culpable de nada, ni tampoco como corrupto, sino, para que se investigara el señalamiento ya que, de acuerdo a declaraciones de testigos su nombre es mencionado en relación a los casos de sobornos de la empresa Odebrecht.
Pues bien, si queremos pecar de ingenuos, dejémoslo a la casualidad, pero insisto en remarcar dos hechos que fueron casi simultáneos, la publicación de la sentencia condenatoria a Maduro y el inicio de una campaña que cuestionaba al TSJ con argumentos absurdos como, por ejemplo, señalar la imposibilidad de ejercer el cargo de presidente del TSJ a Miguel Ángel Martin, porque según los cuestionadores, el magistrado tiene doble nacionalidad. Desde luego, de haber sido cierto, sería una causal que lo inhabilitaría, pero resulta que el doctor Martín no tiene dos nacionalidades y eso lo saben los diputados que examinaron sus credenciales y además lo entrevistaron antes de su nombramiento.

El asunto es que esa casualidad nos lleva al plano de la sospecha, a medida que se acerca el día del inicio del nuevo periodo presidencial constitucional, que será el 10 de enero. Son, por demás evidentes, los esfuerzos que desde un sector de la AN se materializan por obviar la existencia y legitimidad del TSJ.
No entendemos una razón distinta a la de suponer, y no sin argumentos que, en caso de que la Asamblea Nacional no llene el vacío de poder, está vez también anunciado por la Comunidad Internacional, le correspondería hacerlo al órgano judicial. En este supuesto, quedaría anulada cualquier pretensión partidista de “negociar” posiciones grupales que a la larga le darían oxígeno al régimen.
Siento que poco a poco se han venido desmontando esas pretensiones ya que, comenzando por el secretario de la OEA Luis Almagro, pasando por la invitación emanada de la presidencia del Consejo de Seguridad de la ONU en septiembre pasado, últimamente en declaraciones del senador estadounidense Marco Rubio, en la invitación extendida por el hoy presidente de Brasil Jair Bolsonaro y recientemente con el pronunciamiento del Grupo de Lima se ha reconocido internacionalmente la legitimidad del TSJ presidido por el magistrado Miguel Ángel Martín.
Nos corresponde entonces a los ciudadanos reforzar ese reconocimiento y defender el potencial que juntos tienen la AN y el actual TSJ en exilio para llevar adelante una transición apegada a la Constitución y que guíe los pasos de aquellas voluntades que dentro y fuera del país, han ofrecido ayudarnos en este proceso.
Basta de trastadas políticas.
Esperemos que en el transcurrir de los días se consolide la imagen de estos dos poderes que, gracias a su legitimidad de origen y desempeño, coordinen esfuerzos en pro de una salida lo más pacífica posible, no nos adelantaremos a los acontecimientos, pero estaremos observando lo que ocurra en el seno de la Asamblea Nacional.
Sería un error constitucional, político y sobre todo estratégico de grandes dimensiones, que la AN insista en desconocer y atacar al actual TSJ en el exilio. Sería como borrar de un golpe todo lo adelantado con la Comunidad Internacional y que tanto esfuerzo nos ha costado.
Para concluir con este punto, y si por fin hacemos las cosas en función de los intereses del país y no de partidos o tendencias políticas, me atrevería a decir que la decisión en el orden internacional de apoyar a Venezuela, está tomada.

El Grupo de Lima sugiere que los cambios debemos generarlos desde dentro del país y estoy de acuerdo, pero será imposible si no comenzamos por alinearnos en criterio y objetivos, la oportunidad la tenemos y hago votos porque no la desperdiciemos como en otras ocasiones.

Por ello, hay que recordarle a quienes se imaginan que pueden seguir manipulando la confianza de la gente, que los venezolanos están cansados de jugarretas políticas a sus espaldas y esta vez velarán porque las cosas se hagan como se deben hacer.
Pablo Aure                                      

viernes, 4 de enero de 2019

Grupo de Lima NO reconocerá gobierno de Maduro


DECLARACION DEL GRUPO DE LIMA
Los Gobiernos de Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Guyana, Honduras, Panamá, Paraguay, Perú y Santa Lucía, frente al inicio el 10 de enero de 2019 del ilegítimo periodo presidencial del régimen de Nicolás Maduro (2019-2025) en Venezuela, expresan lo siguiente:

1.    Reiteran que el proceso electoral llevado a cabo en Venezuela el 20 de mayo de 2018 carece de legitimidad por no haber contado con la participación de todos los actores políticos venezolanos, ni con la presencia de observadores internacionales independientes, ni con las garantías y estándares internacionales necesarios para un proceso libre, justo y transparente. En consecuencia, no reconocen la legitimidad del  nuevo periodo presidencial del régimen de Nicolás Maduro, que se iniciará el 10 de enero de 2019.

2.    Ratifican su pleno respaldo y reconocimiento a la Asamblea Nacional, elegida legítimamente el 06 de diciembre de 2015, como órgano constitucional democráticamente electo en Venezuela.

3.    Instan a Nicolás Maduro a no asumir la presidencia el 10 de enero de 2019 y a que respete las atribuciones de la Asamblea Nacional y le transfiera, en forma provisional, el  poder ejecutivo hasta que se realicen nuevas elecciones presidenciales democráticas.

4.    Subrayan la importancia del respeto a la integridad, la autonomía y la independencia del Tribunal Supremo de Justicia legítimamente conformado, de acuerdo con la Constitución venezolana, para la plena vigencia del Estado de derecho en ese país. 

5.    Reafirman su inequívoca y firme condena a la ruptura del orden constitucional y del Estado de Derecho en Venezuela, resaltando que sólo a través del pleno restablecimiento, lo más pronto posible, de la democracia y el respeto de los derechos humanos, se podrán atender las causas de la crisis política, económica, social y humanitaria que atraviesa ese país.

6.    Manifiestan su convicción de que la solución a la crisis política en Venezuela corresponde a los venezolanos  y, por lo tanto, reiteran su permanente determinación para apoyar las iniciativas políticas y diplomáticas que conduzcan al restablecimiento del orden constitucional, de la democracia y el Estado de derecho en ese país, a través de la celebración de un nuevo proceso electoral  con garantías democráticas.

7.    Expresan su determinación de continuar impulsando iniciativas en foros multilaterales, en particular en la Organización de los Estados Americanos y el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, para coadyuvar al restablecimiento del orden democrático y el respeto de los derechos humanos en Venezuela.

8.    Hacen un llamado a todos los países miembros de la OEA a reafirmar su apoyo a la Carta de la OEA y a la Carta Democrática Interamericana, a fin de contribuir al restablecimiento del orden democrático en Venezuela.

9.    Condenan cualquier provocación o despliegue militar que amenace la paz y la seguridad en la región. Hacen un llamado al régimen de Nicolás Maduro y a las Fuerzas Armadas de Venezuela para que desistan de acciones que violen los derechos soberanos de sus vecinos. En ese sentido, manifiestan su profunda preocupación por la interceptación realizada el día 22 de diciembre de 2018 de una nave de investigación sísmica, por parte de la marina venezolana dentro de la zona económica exclusiva de la República Cooperativa de Guyana.
10.  Reiteran su profunda preocupación por la grave crisis política y humanitaria en Venezuela, que ha generado el éxodo masivo de migrantes y solicitantes de refugio provenientes de ese país, producto de los actos y políticas antidemocráticas, opresoras y dictatoriales practicados por el régimen de Nicolás Maduro, la que sólo podrá resolverse mediante el pleno restablecimiento del orden democrático y el respeto de los derechos humanos. Igualmente, renuevan su compromiso, en la medida de sus posibilidades, de continuar brindando asistencia a los migrantes procedentes de Venezuela, así como de promover y desarrollar iniciativas de coordinación regional en respuesta a esta crisis. En este sentido, saludan la inclusión por primera vez de la crisis de migrantes y refugiados procedentes de Venezuela en el Llamamiento Humanitario Global de la ONU para 2019, así como la designación del representante conjunto de la OIM y ACNUR.

11.  Expresan su preocupación por el impacto causado en la economía y en la seguridad de  países de la región por la crisis política en Venezuela

12.  Exhortan al régimen venezolano a permitir el inmediato ingreso de asistencia humanitaria para el pueblo de Venezuela, a fin de prevenir el agravamiento de la crisis humanitaria y de salud pública en ese país y de sus efectos transnacionales.

13.  Acuerdan las siguientes medidas:

A.    Reevaluar el estado o nivel de sus relaciones diplomáticas con Venezuela, en función del restablecimiento de la democracia y el orden constitucional en ese país, y la necesidad de proteger a sus nacionales e intereses.

B.    Según lo permitan sus legislaciones internas, impedir a los altos funcionarios del régimen venezolano la entrada al territorio de los países del Grupo de Lima; elaborar listas de personas naturales y jurídicas con las que entidades financieras y bancarias de sus países no deberán operar o deberán tener una especial debida diligencia,  prevenir su acceso al sistema financiero y, de ser necesario, congelar sus fondos y otros activos o recursos económicos.
C.   Evaluar con criterio restrictivo el otorgamiento de préstamos al régimen de Nicolás Maduro en los organismos financieros internacionales y regionales de los que son parte.

D.   Suspender la cooperación militar con el régimen de Nicolás Maduro, incluyendo la transferencia de armas a la luz de los artículos 6 y 7 del Tratado sobre el Comercio de Armas, así como evaluar los permisos de sobrevuelo de aviones militares venezolanos en casos de asistencia humanitaria.

E.    Intensificar contactos con países no miembros del Grupo de Lima a fin de mantenerlos informados de las acciones del Grupo, de la gravedad de la situación en Venezuela y de la necesidad de trabajar unidos para el restablecimiento de la democracia en dicho país.
F.    En relación con la solicitud presentada por Argentina, Canadá, Colombia, Chile, Paraguay y el Perú a la Corte Penal Internacional para que se investigue la comisión de posibles crímenes de lesa humanidad en Venezuela, instar a otros países a apoyarla y a la Oficina de la Fiscal de la Corte Penal Internacional a avanzar con celeridad en los procedimientos correspondientes.

G.   Urgir a otros miembros de la comunidad internacional a que adopten medidas semejantes a las acordadas por el Grupo de Lima contra el régimen de Nicolás Maduro en pro del restablecimiento de la democracia.