domingo, 25 de febrero de 2018

Largo camino a la libertad


¡Hasta cuándo!
Largo camino a la libertad
@pabloaure
La libertad supone un largo peregrinar. Así estamos en Venezuela. En algunos momentos muy eufóricos y en otros, bastante desesperanzados. Todo depende de los acontecimientos e inclusive del estado de ánimo de la gente.
Se han producido grandes decepciones originadas por los engaños de algunos dirigentes, tanto del oficialismo como de la oposición. No hablan con la verdad y han hecho del engaño su forma habitual de hacer política, es decir, ellos, gobierno y oposición, se amalgaman en la falsedad y ambos se mantienen en sus parcelas, unos ejerciendo el mando y otros recibiendo las dadivas de quienes mandan. Me explico: son caimanes del mismo pozo.
Hoy en Venezuela nadie duda de la mala situación, no porque alguien se lo haya dicho, sino porque a diario sufren las calamidades causadas por el régimen. Solo se salvan los enchufados y los personajes que están en puesto de mando en el alto poder.
El ciudadano común hace de tripas corazón para sobrevivir.
La gran estafa
¿Se han preguntado por qué se nos ha hecho tan largo el camino a la libertad?
En este camino a la libertad que hemos librado los venezolanos desde hace ya varios años, la verdad es que se ha hecho innecesariamente largo, pero tiene una razón que debemos mantener siempre presente: un reconocido sector de la ‘dirigencia opositora’ se ha configurado como unos grandes estafadores y en consecuencia inmediata, grandes cómplices del régimen y sus intenciones.
Mientras esa oscura y maligna dirigencia intenta definir el destino del país (evadiendo la catastrófica situación de la gente),  la inmensa mayoría de los venezolanos peregrina para superar los obstáculos que le coloca la clase política que domina mediáticamente.
Así vemos largas colas en los bancos para sacar una pequeña cantidad de efectivo para pagar el autobús o el camión de estacas que los llevará a alguna parte. Los hospitales se han convertido en sitios de gigantescos lamentos; con el entendido que el personal de la salud que labora en esos centros asistenciales está dispuesto a colaborar pero imposible hacerlo por falta de insumos, desde la anestesia hasta la más insignificante sutura para atender a una parturienta, por citar solo unas pequeñas cosas, no hay en las salas de parto. Bajo el yugo del Socialismo del Siglo XXI, una enfermedad o algo tan maravilloso como lo es un parto se convierten en verdaderas torturas porque el régimen lo ha querido así. En efecto la máxima de estos perversos gobernantes es: que la gente se preocupe y se ocupe por sobrevivir y deje de fastidiar con las protestas callejeras”, por eso también es una constante las supuestas fallas del bombeo de agua, seguramente pensarán: “que el pueblo esté pendiente del agua para que beba, lave y se bañe”, con los alimentos y los medicamentos sucede lo mismo, o sea, todo es una calamidad para mantener al pueblo distraído en lo elemental para sobrevivir.
La gran pregunta
¿Hasta cuándo carrizo aguantaremos esta humillación a la que nos expone el régimen de delincuentes y sus compinches (la oposición dialogante)?
La respuesta no puede ser una distinta a: hasta que todos entendamos que si no nos arriesgamos a luchar para cambiar este sistema siniestro, muy pronto estaremos reducidos a esclavos, porque hasta la condición de ciudadanos la habremos perdido.
Sé que al común de los venezolanos le importa un pepino el nombre de quien gobierne, inclusive le da igual si es un civil o un militar, pues lo que en realidad  le interesaría es que el gobierno sea capaz de garantizarle cubrir sus necesidades básicas. Da dolor reconocerlo pero es así. No tenemos cultura política, por eso es común que de buenas a primeras se enamoren y fabriquen en su imaginación mesías que supuestamente resolverán los grandes problemas que nos aquejan.
Que equivocados hemos estado, y es allí donde este tipo de régimen, como el que en la actualidad somete a Venezuela se apoye en esa falta de cultura política para oprimir y someter a los gobernados desviando su exclusiva responsabilidad a un enemigo externo.
Hay que sacarlos de raíz
Lo peor de todo es que así como hay personas que desconocen el verdadero propósito de la casta gobernante, que no es otro que perpetuarse en el poder, hay otro sector, que conoce muy bien que será imposible superar la crisis mientras se mantengan en el poder los opresores que han devastado al país. Los culpables del desastre no son solamente los que hoy gobiernan sino sus compinches (negociadores disfrazados de opositores) y el método que emplean para gobernar. Por esa razón, para salir del profundo hueco en el que estamos metidos es indispensable sacarlos de raíz e implementar un nuevo modelo que procure la prosperidad, y esta, que únicamente es posible, dignificando y garantizando las fuentes de trabajo para reconstruir un sistema socioeconómico civilizado.
Siempre hemos esperado que otros resuelvan nuestros problemas, decimos: es que la gente no sale a protestar” Señores: esa gente somos nosotros y no otros.
¿Y la Universidad?
Para terminar mis reflexiones de hoy, quiero hacer un llamado de atención y elevar un mensaje de viva voz a mis compañeros universitarios, que somos los llamados por solidaridad y responsabilidad a dar el primer paso en esta lucha libertaria.
¿Qué nos pasa? Me incluyo, no hemos estado a la altura de las exigencias ciudadanas.
Hemos soportado sumisamente las inclemencias de un régimen opresor que además de silenciarnos, se ha empeñado en soslayar nuestra dignidad. Las universidades están reducidas a espacios que cada vez están más vacíos. Estudiantes que desertan, se retiran, abandonan sus estudios o se marchan del país. Trabajadores (profesores, empleados y obreros) que se jubilan, renuncian o piden un permiso no remunerado. Los que continúan asistiendo al campus universitatrio es por su abnegada vocación de servicio y el deseo de transmitir esperanza y a la vez negarse a entregar el ´pais a la ignorancia.
Le pido a mis compañeros universitarios rebelarnos ante esta situación, si no despertamos ahora mañana estaremos mendingando una bolsa de comida o un ticket para comernos un mendrugo de pan. Les aseguro que es más peligroso para el presente y el futuro de la universidad nuestra inactividad y/o conformismo, que atrevernos a enfrentar con la razón y la inteligencia a este régimen sembrador de miseria de  hambre y corrupción.
Convirtámonos en los libertadores de Venezuela, mantengamos vivas las esperanzas de construir un mejor país. Los universitarios somos millones que sabemos que este régimen conduce a Venezuela por el camino de la ignorancia y la destrucción. Colegas, profesores, empleados, obreros, hijos académicos nuestros estudiantes animémonos a bajar al chofer y asumamos la conducción de Venezuela. 
Pablo Aure                   

domingo, 18 de febrero de 2018

Fractura militar

¡Hasta cuándo!
Fractura militar
@pabloaure
Lo que hoy plasmaré es el resumen de largas tertulias que he sostenido con una amiga que es especialista en temas militares y que se encuentra en el exilio. En estas líneas que escribo con humildad y asumiendo la responsabilidad que cada uno de nosotros debemos asumir en esto, resumiré parte de lo que es nuestra mayor tragedia: el miedo y la falta de unidad de propósito. La unión cívico-militar nunca ha sido el propósito de este gobierno, todo lo contrario, han buscado y logrado que la mayoría de los civiles expresen odio ante la presencia militar.
Ya es un secreto a gritos que dentro del estamento militar existe un gran descontento, pero que no se atreven a exteriorizarlo por temor a ir a parar sin formula de juicio a Ramo Verde.
Los sapos han proliferado en cada cuartel. Detrás de cada uniformado hay un informante que lo persigue como su sombra, constantemente les revisan sus celulares para ver con quienes mantienen contacto vía Whatsapp. Si encuentran un mensaje dudoso inmediatamente encienden las alarmas y los someten a despiadados interrogatorios. Ellos también sufren pero callan.
No solamente los militares de cuadros medios y bajos junto a la tropa pasan hambre, sino que también sus familiares, pero por pavor prefieren guardar silencio. Sienten temor a que les descubran sus sentimientos. Dirán muchos: “pobre fuerza armada”.  Y es verdad, pobre hombres y mujeres uniformados que se encuentran presos en su soledad. Algo debe faltar, que los civiles no hemos podido detectar. Más abajo transcribiré lo que creo es la razón de ese comportamiento, para poderlos comprender. No digamos que ellos son cobardes y los civiles representan la cuna de la valentía, porque eso tampoco es verdad. Hay miedo en el mundo militar como también hay miedo en los civiles. Ha faltado la conexión. Y no se ha logrado por desconfianza entre ambos sectores que en definitiva es el mismo pueblo, pero con roles distintos.
Militares no actuarán sin organización civil.-
A medida que pasan los días, es más difícil no repetir mensaje parecidos de cualquier índole y para cualquier público.
Todo lo hemos dicho. Esta vez quiero unir el mensaje para los civiles y para los militares. En efecto, si partimos de la premisa que todos somos un solo pueblo: civiles y militares y, que ambos estamos padeciendo por igual las consecuencias de esta desgracia llamada revolución, entonces, cada mensaje debe ser dirigido por igual a ambos sectores.
No nos cansamos de pedir de viva voz a los militares que actúen, pero nosotros, la sociedad civil, estamos absolutamente paralizados, como esperando que llegue la superpotencia del planeta y acabe de forma selectiva con los enemigos que nos separan de una vida normal y, esto termina por inhibir a quienes dentro de los cuarteles luchan por sobrevivir no solo a la cruda situación económica, sino a la presión de una persecución descarnada que los catapulta directo a Ramo Verde o a otro penal junto a los peores delincuentes.
Que nadie se equivoque: esa injerencia (ayuda) humanitaria que está en la frontera no entrará a Venezuela mientras estemos tranquilos sin provocar acciones conjuntas y organizadas, tampoco penetrará mientras no exista un canal de comunicación entre los civiles y militares de aquí.
Los extranjeros vendrán y entrarán a Venezuela cuando estemos organizados y sepan con quién entenderse. Cuando no existan mensajes ambiguos, por ejemplo: “estamos soportando una cruenta tiranía pero estamos estudiando la posibilidad de participar en unas eventuales  elecciones para salir de esto”. ¡Por Dios! Si sospechamos que la salida será violenta, entonces necesitaremos la ayuda de otros países. Todo el mundo dice esto en privado pero nadie se atreve a decirlo en público porque el miedo se ha apoderado de todos nosotros.
¡Basta de traición a la patria!
Llegó la hora de las definiciones. Aquí que no vengan con falsos nacionalismos, porque para sacar un ejército de ocupación, de malandros y de extranjeros que se ha apoderado de Venezuela para cometer sus fechorías, necesitaremos de una fuerza muy poderosa que nos ayude a conquistar la libertad y la democracia.
Los traidores a la patria son los que le han entregado las riendas del país a la delincuencia de distintas nacionalidades.
Como ven, miedo y falta de unidad de propósito vuelven a ser nuestros peores enemigos, y a eso debemos sumarle la desorganización. Hay que empezar ya a tender las conexiones (puentes) con el mundo militar. ¿Cómo? Dando el mensaje adecuado. No de repulsión sino de organización y bienvenida cuando decidan actuar para restablecer el orden constitucional, que está roto desde hace bastante tiempo, mucho más del señalado por Luisa Ortega o por la propia Asamblea Nacional.
Ruido en las fronteras.
Todos parecen hacer oídos sordos a los mensajes que, desde esa superpotencia y otros países del planeta que hoy nos ayudan, nos indican que debemos planificar el momento de la tormenta perfecta y aun cuando lo perfecto es enemigo de lo bueno, podríamos hacer el intento de acercarnos.
Me he preguntado tantas veces ¿a qué sector de la oposición darían los militares el control del país si decidieran de forma unilateral desalojar al régimen?
¿Se han preguntado alguna vez si el desmadre que tenemos dentro de la oposición y la absoluta confusión del ciudadano podría suponer una de las razones fundamentales por las que no se llega a un acuerdo entre civiles y militares?
Y si llegara la injerencia humanitaria, se han preguntado ¿de la mano de quién, dentro del país, actuarán esas fuerzas para identificar a buenos y malos, a colectivos de grupos vecinales, y en manos de quién pondrán el control de la nación una vez que hayan sido detenidos o corrido espantados los malos?
Hay tantos cabos sueltos y estamos tan mal acostumbrados a que terceros decidan por nosotros, que perdemos de vista las consecuencias de no tener claro, ni siquiera a quien o a quienes reconocemos como nuestro liderazgo natural. Pues lo mismo pasa dentro de la Fuerza Armada Nacional y quizá debamos preguntarnos también, ¿Por qué si esa ruptura que desde hace tiempo se ha producido dentro de los cuarteles, no se ha materializado en el cambio de régimen tan necesario para el país?  
Esto debería ser suficiente para que todos reflexionemos y tomemos una decisión.
Y de nuevo, miedo y falta de unidad de propósito vuelven a ser dos conceptos claves que retienen el cambio.

Pablo Aure

domingo, 11 de febrero de 2018

Padrino López Vs Kurt Tidd/ @pabloaure

¡Hasta cuándo!
Padrino López Vs Kurt Tidd
@pabloaure
Desde la llegada de Donald Trump a la presidencia de los EEUU el tema Venezuela nunca ha estado fuera de su agenda. Ha enviado a Sur América a sus principales diplomáticos para ir abonando y ablandando el terreno para ejecutar acciones que muy probablemente se llevarán a cabo en las próximas semanas y, cuya finalidad, será recuperar la libertad en nuestro país.
Lo primero que debe implementarse es la ayuda humanitaria, la cual esperemos se materialice con la alianza de países vecinos. Colombia y Brasil desempeñarían un rol fundamental.
Desde el año 2015 se viene hablando de “la operación libertad Venezuela”. En efecto, el general John Kelly ex jefe del Comando Sur de EEUU lo expuso ante el Comité Senatorial del Congreso norteamericano; y ahora, su sucesor, el almirante Kurt Tidd continuará la misión, por cierto, este fin de semana estuvo en Colombia definiendo estrategias con el ministro de la defensa del hermano país. Antes, el Secretario de Estado de los EEUU Red Tillerson había emprendido un recorrido por la región precisando los términos de la liberación de Venezuela, lo mismo hizo el vicepresidente de los EEUU Mike Pence un poco antes.
No es el prefecto de Patanemo el que está de visita en Colombia, se trata nada menos y nada más que del jefe del Comando Sur de los EEUU que tiene bajo su responsabilidad cubrir 31 países, abarcando una extensión geográfica de 24.900.000 kilómetros. El jefe de ese Comando es un veterano de guerra que no exhibe sus estrellas por haberlas obtenido lanzándole bombas lacrimógenas a un pueblo hambriento, ni metiéndole metras o tuercas a las escopetas para asesinar a los muchachos que protestan en las calles de su país; tampoco por haberse comportado como adulador a tirano alguno. Su ascenso se lo ganó por representar en varias misiones a la primera potencia mundial. No es un inexperto. Tanto en el campo de batalla como en el mundo de la asesoría militar ha tenido importantes tareas. A principios de los 2000 fue asesor militar del Secretario de Estado de EEUU. En el 2004, Kurt Tidd encabezó la presencia de la flota estadounidense en el Estrecho de Ormuz, el cual se encuentra ubicado en la costa sureña de Irán, conecta el Golfo Pérsico al Golfo de Omán y constituye la zona estratégica más importante de la región. Casi el 20% del petróleo del mundo pasa por ese estrecho.
Al momento de contestar algunas preguntas que le hiciera la cámara del Senado de los EEUU para defender su postulación como Jefe del Comando Sur, Kurt Tidd dijo lo siguiente: “He servido en varias asignaturas de la Marina de los EE.UU. conjuntamente a otras instituciones, que incluyen tareas de operaciones y de dirección del personal en el Pentágono y el Consejo de Seguridad Nacional, así como recorridos de mando y apoyo a las fuerzas de coalición en las operaciones Iraqi Freedom (Libertad Iraquí) y Enduring Freedom (Libertad Duradera)”,    
No hay que ser un sesudo analista para entender lo que sucede en la región: el régimen que somete a Venezuela se ha convertido en una amenaza no solo para los venezolanos sino para todo el continente, por eso los EEUU tienen especial interés en reducir a los tiranos.
No me imagino qué cosa estará pensando el ministro de la defensa de Venezuela general en Jefe Padrino López ante la tormenta que se le aproxima.
Ayuda humanitaria.-
Nadie en Venezuela podrá negarse a recibir la ayuda de otros países. Mientras el régimen  insiste en matar de hambre a los venezolanos, hay gente que desde el exterior hace todo lo posible para proporcionar alimentos y medicinas que salvaguarden la vida de millones de compatriotas. La fuerza Armada Nacional tiene que entender que no podrá oponerse a la búsqueda de los alimentos. Los militares también padecen del hambre provocada por la tiranía. En los cuarteles no se come bien, solo los que están en la rosca de la corrupción son los que pueden comer a cuerpo de reyes.  Los cuadros medios de la oficialidad y la tropa ya no aguantan tanta desfachatez y por eso en las últimas semanas se han producido muchas deserciones. No lo duden, la ayuda humanitaria tendrá el pleno respaldo de la mayoría castrense y, el régimen lo sabe.
Intervención de extracción.-
Me late que todo comenzará con la ayuda humanitaria, pero simultáneamente se irán adelantando los juicios que por lesa humanidad se le sigue a varios altos funcionarios civiles y militares en la Corte Penal Internacional, también se reforzarán las investigaciones contra los narcotraficantes que eventualmente hayan utilizado el gobierno de Venezuela como guarida para cometer sus crímenes de tráfico de droga, a ellos también les llegará el brazo de la justicia internacional.
No nos extrañemos si observamos operaciones de extracción, esto es, que se lleven a los delincuentes ante el silencio y complicidad de las autoridades venezolanas. En ese momento muchos bandidos y enchufados identificados con el régimen pondrán sus bardas en remojo.
Durante las próximas semanas habrá “muñequeos” y  negociaciones de alto nivel. Olvídense de aquellas negociaciones amateur protagonizadas en República Dominicana. Ahora  se sentarán representantes de EEUU y Cuba (que no estuvieron en Santo Domingo) para negociar los términos de la salida -o de la entrega- de Maduro y sus partidarios.
Que nadie venga con falsos nacionalismos porque lo que en este momento reclamamos es el fin de la tiranía. Bienvenida la ayuda de los países aliados de la democracia para dar al traste con este régimen de oprobio y de vergüenza que hemos tenido que padecer en nuestro país. Vendrá la transición, y será más rápido de lo que muchos piensan.
Civiles y militares: un solo pueblo.-
Entre el grueso de la Fuerza Armada Nacional y la sociedad civil existe un obstáculo que le impide actuar de manera conjunta. Ese obstáculo es el alto mando militar, el ministro de la defensa y un grupete de cubanos que creyeron que esta era su casa y por eso actúan como si fueran dueños del país. El mensaje debe y tiene que ser de unificación para lograr la libertad. Pero también, el llamado es a la organización. Esto implica que, hay que construir todos los canales de comunicación necesarios para coordinar cualquier movilización. No depender de las redes sociales ni tampoco de aparatos electrónicos, pues en cualquier momento el régimen los desconectaría. Por último, es menester que estemos claros que esa ayuda humanitaria no nos llegará a nuestras casas si no demostramos que estamos urgidos de ella. Tenemos que salir a buscarla y a exigirla. Esto quiere decir que en la calle se debe escuchar el grito ¡Viva Venezuela libre!

Pablo Aure      

domingo, 4 de febrero de 2018

Estado de necesidad

¡Hasta cuándo!
Estado de necesidad
@pabloaure
Ha llegado el momento de hablar sobre el estado de necesidad que estamos presenciando y que se acentuará en los próximos meses como una dimensión más oscura del ya sombrío panorama.
Regresamos a la ley de la selva donde el más fuerte sobrevive. En eso han convertido a nuestra amada Venezuela.
La doctrina nos dice que el estado de necesidad se da cuando los intereses legítimos de un sujeto se encuentran en un estado de peligro, y solo pueden ser salvados mediante la lesión de los intereses legítimos de otra persona.
¿Qué significa esto para los venezolanos en la actualidad? En primer lugar, debido a que el interés y al mismo tiempo derecho natural y legítimo de toda la población de alimentarse, se está viendo seriamente amenazado, llegará un terrible momento donde muchos (más de lo que ya hemos visto) tratarán de conseguir alimentos como sea, sin importar que lesionen los derechos de otras personas.
Y no hay ninguna institución que ponga orden, pues los poderes públicos desaparecieron y se transformaron en cuevas o escondites concebidos para planificar cualquier tipo de aberración inimaginable en un mundo civilizado.
Convocar o planificar protestas contra este régimen salvaje no tiene ninguna acogida en este momento. La gente manifiesta su descontento de manera espontánea, por desgracia hemos llegado a esta situación. Cada quien actúa de acuerdo a sus necesidades. Claro que creo en las protestas, pero también sé que lo que veremos en las próximas semanas no serán de la misma naturaleza a las que hemos participado en el pasado.
Veremos saqueos más intensos, algo que es incompatible con la conducta de los demócratas, pero ese debate de lo que está bien y lo que está mal, pasa a un segundo o tercer plano cuando el ciudadano de a pie ve en peligro su vida por hambre. Por eso es imposible que podamos evitarlos. No debe llamarse revolución, sino canibalismo del siglo XXI aupado por la plaga roja.
Si medianamente alguien tiene resueltas sus necesidades básicas estará tranquilo y evita salir a la calle para no correr un peligro adicional al que corre sin protestar. En estos tiempos ser protagonista en una actividad en contra del régimen representa casi un suicidio. Es exponerse a muchas cosas: juicio, cárcel y hasta a la muerte. Lo veo de esa manera. Venezuela está dominada por una especie de pranato” dividido en espacios o regiones, en los cuales los gobernantes” se reparten -y respetan- el dominio, si alguien distinto a ellos se le ocurre invadírselos o quitárselos vienen los enfrentamientos.   
Vendrán momentos más difíciles.-
Decir esto no es sencillo, especialmente después del año 2017, donde vimos cosas inimaginables. Hemos llegado a lo peor y si tenemos intenciones de ser solidarios con el necesitado, pues entonces, seamos inteligentes, pensemos en ellos y en nosotros. Es momento de hacer lo que está en nuestras manos, planificar para hoy y para el mañana.
Unámonos a las iglesias, a las casas de ayuda y de beneficencia. Vendrán momentos más difíciles que los que padecemos, todo seguirá complicándose y descomponiéndose.
Basta de continuar con la jugarreta electoral. Quien no quiera ver la realidad que no la vea, pero la decisión o el poder de imponer el orden no está en los civiles porque estamos apuntados por criminales. No es fácil aceptar lo que escribo, pero es como lo siento. Sin reacción militar -porque son ellos quienes tienen el monopolio de las armas- es imposible sospechar en restituir el orden constitucional.
Es más, también se requeriría la ayuda de fuerzas extranjeras que entiendan la situación. Que conste: jamás apostaría por un ejército de ocupación, aunque sí con la humanitaria e indispensable colaboración.
El capítulo final.-
Este es el último capítulo de esta trágica y tenebrosa película cuyo guión está basado en la doctrina del Socialismo del Siglo XXI” y ese final puede ser triste o muy alegre, todo dependerá de nuestra comprensión e inteligencia.
Lo primero que tenemos que tener claro es que no podemos hacer algo para lo cual no estamos preparados. En esos asuntos de emplear la fuerza bruta, no tenemos nada que buscar. Absurdo y demencial seguir repitiendo lo mismo que hemos realizado durante casi dos décadas para tratar de salir de esta tiranía. La estrategia debe ser otra. Organización, inteligencia y coherencia.
Los que hasta ahora nos hemos quedado en el país, sobrevivimos y nos resistimos a darnos por vencidos. Por eso el trabajador sigue yendo a su trabajo a sabiendas que el sueldo no le alcanza para nada, el comerciante sigue abriendo su negocio entendiendo el peligro al que se somete. Los estudiantes con dificultades y con muchas deserciones van a las universidades a pesar del oscuro panorama que se vislumbra en los campus. Vivimos en una preocupación permanente, nos preguntamos ¿hasta cuándo aguantaremos?
Estas líneas no deben ser entendidas como un lamento sino como una fotografía de la situación nacional.
Tampoco es un llamado a la resignación, mi intención es transmitir una preocupación, pero a la vez, también es un grito sobre la advertencia de que aquí debe pasar algo. Eso sí, nada pasará si no se provoca. Pongan a correr su imaginación para que ese algo se materialice y recuerden, cada quien a lo suyo, infórmenle a los militares cuál es el rol que deben cumplir cuando el hilo constitucional se rompe y la delincuencia se desborda.

Pablo Aure