lunes, 2 de diciembre de 2013

Cobardía

El Carabobeño
¡Hasta cuándo!
Cobardía
(Foto Carlos Andrés Pérez)
 Pablo Aure
@pabloaure

Quienes se escudan detrás de la fuerza militar y dominan los poderes públicos para cometer fechorías o evitar derrotas electorales frente a candidatos democráticos no pueden tener un calificativo distinto al de cobardes, delincuentes o dictadores. En el caso que hoy abordaré, evidentemente los tres calificativos encajarían a la perfección.  
Insistiré en la infame persecución que han desatado desde el alto gobierno en contra del diputado Miguel Cocchiola, que, no hay dudas, es el candidato con mayor aceptación popular para convertirse en el próximo alcalde de Valencia. 
Lo que estamos viendo es algo indescriptible: no por falta de términos sino porque la modestia y los buenos valores nos conminan a no expresar, con plena honestidad, lo que nos hace sentir el bochornoso comportamiento del gobierno. Lo menos que pudiéramos decir es que son acciones descaradas, cínicas e inmorales. En un momento en que necesitan consolidar esa venenosa noción del odio hacia el oponente, curiosamente definido como los llamados “burgueses” dentro de esta ideología importada de Cuba. Les duele y les humilla el saber que es un hombre trabajador, exitoso, y en esencia todo lo que necesitan para demonizar a quien tiene más aceptación popular que ellos. Se enojan y, abusando del poder, silencian o encarcelan a esos candidatos que les son incómodos en sus planes de destrucción. 
Muestra de su frustración fueron todas las mentiras que dijeron cuando Cocchiola tuvo que salir del país. Manifestaban a los cuatro vientos que se había fugado. Nicolás Maduro aseguró que no volvería. Ya vieron que regresó por la puerta grande y con un gran recibimiento del pueblo valenciano, que dicho sea de paso no le fue permitido acercarse al aeropuerto, ya que efectivos militares colocaron varias alcabalas para evitar el ingreso a las adyacencias del mismo. Cuestión que no impidió que Miguel recorriera en caravana la ciudad. 
El gobernador Francisco Ameliach al quedar al descubierto, por haberle mentido primero a Maduro y después al pueblo carabobeño, no tuvo una manera de desquitarse distinta a la de permitir que matones intentaran convertir un acto de alegría popular en tragedia. En efecto, la caravana que encabezó Cocchiola, junto al gobernador del estado Miranda Henrique Capriles, y los alcaldes de San Diego y Naguanagua recorrería varios sectores, pero se modificó la ruta. No por miedo al pueblo, sino todo lo contrario por amor y respeto a los valencianos. 
Los medios de comunicación reflejaron lo que ocurrió en la urbanización La Isabelica, motorizados liderados por dirigentes oficialistas muy cercanos al gobernador, arremetieron contra quienes esperaban a Cocchiola. Más de 15 heridos a cabillazos, pedradas, botellazos y una docena de vehículos destruidos. Por esa razón la caravana desvió su ruta. Ni el gobernador ni los esbirros militares garantizaron el ejercicio de los derechos ciudadanos, ni mucho menos la integridad física de las personas tal como lo ordena el artículo 55 de la Constitución. Pues la banda de matones actuó impunemente. 
¿Miedo a los burgueses?
Diosdado Cabello vino el viernes a Valencia a insultar y a amenazar, lo que no es sorpresa para nadie dado que es lo único que sabe hacer. En eso es un campeón. Dijo “llevaremos a Cocchiola a juicio, no le tenemos miedo a los burgueses”. 
Evidentemente no sabe el significado de la palabra burguesía. Pero bueno, entendamos que él cree que un burgués es una persona de trabajo, que no ejerce el poder, que genera trabajo a cientos de hogares venezolanos, con amor a su familia, y con ganas de transformar en una gran ciudad a Valencia: en esencia todo lo que el chavismo no quiere para el país. La llamada moral burguesa no es otra cosa que la independencia del Estado, la capacidad de la gente para labrar su futuro sin la necesidad de los que detentan el poder, y esta idea por supuesto les da miedo: nunca doblarán la rodilla ante individuos como Cabello, y lo peor, lo que les quita el sueño, es que hombres como Cocchiola inspirarán a otros a ser libres. 
¡Cabello no quiere que se le atraviesen en el camino en su afán destructor o comercializador! Conozco a Cocchiola y puedo dar fe, de su honradez y dedicación hacia el trabajo. No se ha metido en la política para hacer negocios o lucrarse del erario público. Creo que se ha empeñado en poner en práctica su éxito empresarial en el sector público. Eso es lo que no le perdona ni Diosdado, ni Maduro ni mucho menos Ameliach; ninguno de los tres ha generado empleos, al contrario han destruido fuentes de trabajo. 
Diosdado y su combo le temen al pueblo que ya está cansado de sus mentiras. Si no le temiera, por ejemplo, por qué razón no aprovechó para darse un “baño de pueblo” en el juego de  pelota Caracas Magallanes que casualmente se jugaría el mismo día de sus insultos y amenazas. Me hubiese gustado verlos a él y al gobernador entrar al estadio José Bernardo Pérez de Valencia y observar la reacción mayoritaria de los asistentes. ¿Por qué no fueron, o no van a ningún espectáculo público? Me perdona el candidato de Ameliach (a la alcaldía de Valencia) que no lo mencione a él, y no lo hago porque si es él el que va al estadio nadie lo reconocería. 
En cambio esos señores, que Ameliach o Diosdado Cabello dicen temerle al pueblo, Enzo Scarano y Miguel Cocchiola se presentaron esa noche del viernes al estadio, y la ovación no pudo ser mayor. Casi la totalidad de los asistentes de pie, aplaudían al próximo alcalde de Valencia. Repito eso no lo perdonan los dictadores. 
Cayapa contra Miguel
Contra Cocchiola, desde el punto de vista jurídico se vienen cometiendo innumerables delitos. Uno de ellos por ejemplo sería el de simulación de hechos punibles, intentan someterlo a juicio haciendo creer que ha cometido uno o varios  delitos; otro, el de agavillamiento que se da cuando dos o más personas se asocian para delinquir. Ameliach, Diosdado y Maduro no tienen empacho en fraguar cualquier tipo de tramoya con el fin de enjuiciar o encarcelar a sus objetivos políticos, en el caso de marras, a Miguel Cocchiola. 
Además de la cayapa hacia Cocchiola, si logran enjuiciarlo, estaríamos en presencia del delito de prevaricación contemplado en el artículo 252 del Código Penal “Los fiscales o representantes del Ministerio Público que, por colusión con la parte contraria o por cualquier otro motivo fraudulento, pidan indebidamente la absolución o la condena del enjuiciado o el sobreseimiento de la causa, serán castigados con prisión de tres a dieciocho meses” En realidad eso ha venido ocurriendo durante mucho tiempo. 
La Fiscalía General de la República ni el Tribunal Supremo de Justicia cumplen con sus funciones autónomamente o independientemente, sino que se ocupan de ejecutar órdenes caprichosas e indebidas del alto gobierno. ¿Pruebas? Muchísimas. Juicios arbitrarios, condenas sin sentido o absoluciones y sobreseimientos a personas cuya honestidad sí está en tela de juicio. Por ejemplo: después de salir de la gobernación de Miranda, Diosdado Cabello la dejó “pelada” fue denunciado y luego de estar engavetado el expediente por un largo tiempo, la fiscal sobreseyó la causa por malversación que pesaba en su contra. 
El Tribunal Supremo de Justicia en sala plena determinó que el diputado Cabello no ocasionó daño al haber desviado de la gobernación para fines distintos a los presupuestados y sin soportes la cantidad de Bs. 150.000.000. El TSJ, consideró que eso no era delito, y por supuesto para Ameliach y para Maduro, eso estuvo correcto.  Es decir: Diosdado salió limpio de polvo y paja. En cambio a Miguel Cocchiola que no ha administrado dineros del pueblo, le inventan el delito de usura. Vaya descaro y cobardía. En otras palabras: hay que ser canalla para enjuiciarlo al ver que se crece en las encuestas cada día que pasa y con gran aceptación popular. 
Absolución popular
Mi llamado final, es a demostrar que los valencianos no le tememos a los tiranos, demostrándoselo el 8 de diciembre saliendo a votar masivamente para que Valencia cambie. 
El voto popular de Valencia se encargará de sentenciar a Miguel Cocchiola. ¡Tengan la seguridad que será absuelto de todas las infamias artificiosamente tejidas en el lupanar gubernamental! Veremos si los capitostes del régimen tendrán el valor de aceptar la voluntad del soberano.
@pabloaure

1 comentario:

  1. MUY BUENO, VALIENTE Y ACERTADO SU COMENTARIO PROFESOR; GENTE DE VALOR COMO UD NECESITAMOS EN LA SOCIEDAD VENEZOLANA

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