El Carabobeño
¡Hasta cuándo!
Cobardía
@pabloaure
Quienes se escudan detrás de la fuerza militar y dominan los poderes
públicos para cometer fechorías o evitar derrotas electorales frente a
candidatos democráticos no pueden tener un calificativo distinto al de
cobardes, delincuentes o dictadores. En el caso que hoy abordaré,
evidentemente los tres calificativos encajarían a la perfección.
Insistiré en la infame persecución que han desatado desde el alto
gobierno en contra del diputado Miguel Cocchiola, que, no hay dudas, es
el candidato con mayor aceptación popular para convertirse en el próximo
alcalde de Valencia.
Lo que estamos viendo es algo indescriptible: no por falta de
términos sino porque la modestia y los buenos valores nos conminan a no
expresar, con plena honestidad, lo que nos hace sentir el bochornoso
comportamiento del gobierno. Lo menos que pudiéramos decir es que son
acciones descaradas, cínicas e inmorales. En un momento en que necesitan
consolidar esa venenosa noción del odio hacia el oponente, curiosamente
definido como los llamados “burgueses” dentro de esta ideología
importada de Cuba. Les duele y les humilla el saber que es un hombre
trabajador, exitoso, y en esencia todo lo que necesitan para demonizar a
quien tiene más aceptación popular que ellos. Se enojan y, abusando del
poder, silencian o encarcelan a esos candidatos que les son incómodos
en sus planes de destrucción.
Muestra de su frustración fueron todas las mentiras que dijeron
cuando Cocchiola tuvo que salir del país. Manifestaban a los cuatro
vientos que se había fugado. Nicolás Maduro aseguró que no volvería. Ya
vieron que regresó por la puerta grande y con un gran recibimiento del
pueblo valenciano, que dicho sea de paso no le fue permitido acercarse
al aeropuerto, ya que efectivos militares colocaron varias alcabalas
para evitar el ingreso a las adyacencias del mismo. Cuestión que no
impidió que Miguel recorriera en caravana la ciudad.
El gobernador Francisco Ameliach al quedar al descubierto, por
haberle mentido primero a Maduro y después al pueblo carabobeño, no tuvo
una manera de desquitarse distinta a la de permitir que matones
intentaran convertir un acto de alegría popular en tragedia. En efecto,
la caravana que encabezó Cocchiola, junto al gobernador del estado
Miranda Henrique Capriles, y los alcaldes de San Diego y Naguanagua
recorrería varios sectores, pero se modificó la ruta. No por miedo al
pueblo, sino todo lo contrario por amor y respeto a los valencianos.
Los medios de comunicación reflejaron lo que ocurrió en la
urbanización La Isabelica, motorizados liderados por dirigentes
oficialistas muy cercanos al gobernador, arremetieron contra quienes
esperaban a Cocchiola. Más de 15 heridos a cabillazos, pedradas,
botellazos y una docena de vehículos destruidos. Por esa razón la
caravana desvió su ruta. Ni el gobernador ni los esbirros militares
garantizaron el ejercicio de los derechos ciudadanos, ni mucho menos la
integridad física de las personas tal como lo ordena el artículo 55 de
la Constitución. Pues la banda de matones actuó impunemente.
¿Miedo a los burgueses?
Diosdado Cabello vino el viernes a Valencia a insultar y a amenazar,
lo que no es sorpresa para nadie dado que es lo único que sabe hacer. En
eso es un campeón. Dijo “llevaremos a Cocchiola a juicio, no le tenemos
miedo a los burgueses”.
Evidentemente no sabe el significado de la palabra burguesía. Pero
bueno, entendamos que él cree que un burgués es una persona de trabajo,
que no ejerce el poder, que genera trabajo a cientos de hogares
venezolanos, con amor a su familia, y con ganas de transformar en una
gran ciudad a Valencia: en esencia todo lo que el chavismo no quiere
para el país. La llamada moral burguesa no es otra cosa que la
independencia del Estado, la capacidad de la gente para labrar su futuro
sin la necesidad de los que detentan el poder, y esta idea por supuesto
les da miedo: nunca doblarán la rodilla ante individuos como Cabello, y
lo peor, lo que les quita el sueño, es que hombres como Cocchiola
inspirarán a otros a ser libres.
¡Cabello no quiere que se le atraviesen en el camino en su afán
destructor o comercializador! Conozco a Cocchiola y puedo dar fe, de su
honradez y dedicación hacia el trabajo. No se ha metido en la política
para hacer negocios o lucrarse del erario público. Creo que se ha
empeñado en poner en práctica su éxito empresarial en el sector público.
Eso es lo que no le perdona ni Diosdado, ni Maduro ni mucho menos
Ameliach; ninguno de los tres ha generado empleos, al contrario han
destruido fuentes de trabajo.
Diosdado y su combo le temen al pueblo que ya está cansado de sus
mentiras. Si no le temiera, por ejemplo, por qué razón no aprovechó para
darse un “baño de pueblo” en el juego de pelota Caracas Magallanes que
casualmente se jugaría el mismo día de sus insultos y amenazas. Me
hubiese gustado verlos a él y al gobernador entrar al estadio José
Bernardo Pérez de Valencia y observar la reacción mayoritaria de los
asistentes. ¿Por qué no fueron, o no van a ningún espectáculo público?
Me perdona el candidato de Ameliach (a la alcaldía de Valencia) que no
lo mencione a él, y no lo hago porque si es él el que va al estadio
nadie lo reconocería.
En cambio esos señores, que Ameliach o Diosdado Cabello dicen temerle
al pueblo, Enzo Scarano y Miguel Cocchiola se presentaron esa noche del
viernes al estadio, y la ovación no pudo ser mayor. Casi la totalidad
de los asistentes de pie, aplaudían al próximo alcalde de Valencia.
Repito eso no lo perdonan los dictadores.
Cayapa contra Miguel
Contra Cocchiola, desde el punto de vista jurídico se vienen
cometiendo innumerables delitos. Uno de ellos por ejemplo sería el de
simulación de hechos punibles, intentan someterlo a juicio haciendo
creer que ha cometido uno o varios delitos; otro, el de agavillamiento
que se da cuando dos o más personas se asocian para delinquir. Ameliach,
Diosdado y Maduro no tienen empacho en fraguar cualquier tipo de
tramoya con el fin de enjuiciar o encarcelar a sus objetivos políticos,
en el caso de marras, a Miguel Cocchiola.
Además de la cayapa hacia Cocchiola, si logran enjuiciarlo,
estaríamos en presencia del delito de prevaricación contemplado en el
artículo 252 del Código Penal “Los fiscales o representantes del
Ministerio Público que, por colusión con la parte contraria o por
cualquier otro motivo fraudulento, pidan indebidamente la absolución o
la condena del enjuiciado o el sobreseimiento de la causa, serán
castigados con prisión de tres a dieciocho meses” En realidad eso ha
venido ocurriendo durante mucho tiempo.
La Fiscalía General de la República ni el Tribunal Supremo de
Justicia cumplen con sus funciones autónomamente o independientemente,
sino que se ocupan de ejecutar órdenes caprichosas e indebidas del alto
gobierno. ¿Pruebas? Muchísimas. Juicios arbitrarios, condenas sin
sentido o absoluciones y sobreseimientos a personas cuya honestidad sí
está en tela de juicio. Por ejemplo: después de salir de la gobernación
de Miranda, Diosdado Cabello la dejó “pelada” fue denunciado y luego de
estar engavetado el expediente por un largo tiempo, la fiscal sobreseyó
la causa por malversación que pesaba en su contra.
El Tribunal Supremo de Justicia en sala plena determinó que el
diputado Cabello no ocasionó daño al haber desviado de la gobernación
para fines distintos a los presupuestados y sin soportes la cantidad de
Bs. 150.000.000. El TSJ, consideró que eso no era delito, y por supuesto
para Ameliach y para Maduro, eso estuvo correcto. Es decir: Diosdado
salió limpio de polvo y paja. En cambio a Miguel Cocchiola que no ha
administrado dineros del pueblo, le inventan el delito de usura. Vaya
descaro y cobardía. En otras palabras: hay que ser canalla para
enjuiciarlo al ver que se crece en las encuestas cada día que pasa y con
gran aceptación popular.
Absolución popular
Mi llamado final, es a demostrar que los valencianos no le tememos a
los tiranos, demostrándoselo el 8 de diciembre saliendo a votar
masivamente para que Valencia cambie.
El voto popular de Valencia se encargará de sentenciar a Miguel
Cocchiola. ¡Tengan la seguridad que será absuelto de todas las infamias
artificiosamente tejidas en el lupanar gubernamental! Veremos si los
capitostes del régimen tendrán el valor de aceptar la voluntad del
soberano.
@pabloaure
MUY BUENO, VALIENTE Y ACERTADO SU COMENTARIO PROFESOR; GENTE DE VALOR COMO UD NECESITAMOS EN LA SOCIEDAD VENEZOLANA
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