Entrevista en Notitarde
Alfredo Fermín está muy agradecido por el Doctorado Honoris Causa que le conferirá la UC
“Es heroico ejercer hoy el periodismo”
Daniela Chirinos Arrieta
El
año 2014 desde ya luce prometedor para Alfredo Fermín, pues a
principios de esta semana, la rectora de la Universidad de Carabobo,
Jessy Divo de Romero, anunció que por votación unánime de los miembros
del Consejo Universitario le será conferido el Doctorado Honoris Causa a
este respetado periodista, por méritos profesionales y ciudadanos, que
demuestran toda una vida de profesionalismo, ética, moral y de humildad
en el ejercicio de dicha profesión en Carabobo, desde hace más de 40
años.
Alfredo está profundamente agradecido con las autoridades rectorales y los consejeros universitarios; sin embargo, todavía le cuesta asimilar la noticia, pues “nunca tuve pretensiones de ser Doctor en algo, y mucho menos que me confirieran tan honrosa distinción; es más, nunca me acostumbré a que me dijeran ‘Licenciado’, menos me voy a acostumbrar a que me llamen ‘Doctor’. Yo solo soy Alfredo Fermín”.
Y es que, este comunicador social es referencia del buen ejercicio del periodismo en la entidad, lo saben el gremio y sus fieles lectores. De hecho, hay al menos dos premios que llevan su nombre, uno otorgado por la Gobernación de Carabobo y otro por la Alcaldía de San Diego, específicamente en materia cultural.
No obstante, pese a toda celebración, no se aparta de su preocupación por la libertad de expresión y el ejercicio del periodismo, que calcifica como un acto heroico.
Es parte de la primera promoción de Licenciados Comunicadores Sociales de la UCV (1971), antes de ese año, el título era solo Periodismo. Siempre ha estado cerca de la noticia, incluso, cuando iba a recibir su grado, allanaron la universidad.
“No era un estudiante sobresaliente, pero era bueno”, confiesa; gracias a su promedio consiguió instalarse en las residencias universitarias. “En la habitación de al lado vivía un tipo fastidiosísimo. Mañana, tarde, noche y de madrugada se la pasaba cantando, no nos dejaba dormir. Resulta que ese estudiante era Alí Primera, y con él vivía Julio Escalona, famoso guerrillero”, cuenta.
En 1973 consiguió una beca para estudiar en Francia una maestría en el Instituto francés de Prensa; al mismo tiempo, estudió Arte Contemporáneo en la Université Sorbonne Nouvelle y en el Instituto de Arte Moderno de París.
Todo comienzo es difícil
Nació en Porlamar (Nueva Esparta), “cuando Margarita era verdaderamente una isla, los que vivían allá estaban realmente aislados, y quienes se iban era prácticamente para no volver”.
Alfredo intentó regresar después de graduarse para montar una tienda con uno de sus hermanos, pero su madre, Concha Ordaz de Rojas, le dijo: “No señor, por usted se hizo un sacrificio para que se fuera a estudiar, así que se va a ejercer, a ser periodista”.
-En esa época, a los estudiantes de las escuelas no nos aceptaban en los periódicos de Caracas, porque decían que éramos unos comunistas, de manera que hacer pasantías era imposible, nos llevaban a los periódicos a ver todo ‘de lejitos’, y no conseguíamos trabajo en los periódicos, relata Alfredo.
Licenciado sí, pero “muy jojoto”
Llegó a Valencia hace más de 40 años, con una carta que Eleazar Días Rangel, padrino de su promoción, le había entregado en Caracas para que se la diera al periodista Héctor Cristiano Villalobos, y éste a su vez se la entregara a Salvador Castillo, entonces director de El Carabobeño, quien de entrada le dijo: “Estás muy jojoto, pero donde manda capitán no manda marinero, y Don Eladio (Alemán Sucre) dijo que los nuevos ingresos tienen que ser graduados, así que entré, y no porque sabía mucho, sino porque era un egresado de la universidad que se había atrevido a buscar trabajo”, cuenta Alfredo.
Su carrera la ha hecho en ese diario, en el que desde hace más de tres décadas cada domingo publica su columna Hoy y Después en Valencia, y cubre las fuentes política, cultura e iglesia.
Y aclara que: Primero, de tantos años de tratar con políticos, aprendió cómo desenvolverse en ese medio: “Hay que ser muy discreto y solidario a la vez, es un fracaso ser ‘lleva y trae’, uno no puede parcializarse, porque la función del periodista es informar a la gente cómo piensa cada uno de los políticos”; segundo, no ha sido monaguillo, pero tuvo la suerte de que le asignaran la fuente eclesiástica cuando a Monseñor Luis Eduardo Enríquez lo nombraron primer Arzobispo de Valencia, quien lo orientó mucho y cuando se retiró le regaló varios libros; tercero, desde niño le ha gustado leer y escuchar música clásica, además, “siempre he estado en contacto con los artistas y tuve la suerte de que me designaran como el primer curador del Salón Arturo Michelena”.
Días de radio
En Valencia también ejerció el periodismo radial. Durante casi 30 años trabajó en Radio Latina, “compartí mucho con la familia de Don Santiago Sánchez González, me trataron con mucha deferencia, siempre con mucha solidaridad”, resalta.
Junto a Miguel Suárez, Pancho Pérez y Pablo Hernández creó Noticias en Radio Latina, que fue el primer noticiero que leía titulares de los periódicos. También hizo el programa de entrevistas Punto de vista junto a Pablo Hernández, por el que pasaron varios presidentes de la República, “hasta Chávez”, dice.
- ¿Por qué sostiene que ejercer el periodismo hoy es un acto heroico?
- Porque hay un ensañamiento en contra de los medios de comunicación que no publican todo lo que dice el Gobierno; a los que no sean afectos a éste les ponen trabas para concederles los dólares necesarios para comprar los insumos. Además, les presionan a algunos de sus anunciantes.
Ante esto, no sé cómo están resistiendo los periódicos, tanto los dueños como los editores, son unos héroes, considero están manteniendo a sus medios por dignidad, y porque tienen una gran consciencia de que si cierran quedarían muchos sin trabajo.
- ¿Considera que hay libertad de expresión?
- Creo que así el Gobierno se jacte de que en Venezuela hay libertad de expresión, ésta es una gran mentira. No puede ser que hoy (miércoles 18 de diciembre) aparezca en la prensa que el Gobierno prohibió a El Universal publicar informaciones de sucesos, eso es contrario a la libertad de expresión, viola la Constitución y la Ley del Ejercicio del Periodismo.
El periodismo está en emergencia. Si es cierto que no tenemos censores en los periódicos con el lápiz rojo como en la época de Pérez Jiménez, pero ahora hay formas más sutiles de imponer la censura, y eso lo sabe el Gobierno.
- ¿Qué opina sobre el conflicto que implica a la Plaza Monumental, el Parque Recreacional Sur y el Teatro Municipal?
- Desde hace mucho tiempo he venido sosteniendo en la columna Hoy y Después en Valencia, que hay una política de Estado para destrozar la ciudad, pues hay muchos antecedentes, como la forma despectiva con que se nos quiso imponer un gobernador como Mario Silva, una persona muy detestada en el país por su manera de conducir el programa La Hojilla.
Ahora, actúan con la “expropiación” del Teatro Municipal, el cual desde 1974 es patrimonio de la nación; antes, en 1894, el Ejecutivo Nacional le otorgó a Valencia esta edificación, así que habría que recordar el dicho que reza: “El que da y quita el diablo lo visita”. De manera que este hecho es un acto de completa ignorancia de la historia.
Al mismo tiempo, hay que recordar que la Plaza Monumental y el Parque Recreacional Sur se construyeron con patrimonio del municipio. En fin, detrás de esto lo que hay es la intención del Gobierno de agarrarse la Zona Industrial de Valencia y la parroquia más poblada del municipio, como lo es Miguel Peña.
- ¿Qué se siente estar en el lado de los entrevistados?
- Cuando me entrevistan compruebo lo crueles que podemos ser con el entrevistado, porque lo ponemos en situaciones difíciles, y mientras más titubea, le ponemos preguntas más complicadas.
Alfredo está profundamente agradecido con las autoridades rectorales y los consejeros universitarios; sin embargo, todavía le cuesta asimilar la noticia, pues “nunca tuve pretensiones de ser Doctor en algo, y mucho menos que me confirieran tan honrosa distinción; es más, nunca me acostumbré a que me dijeran ‘Licenciado’, menos me voy a acostumbrar a que me llamen ‘Doctor’. Yo solo soy Alfredo Fermín”.
Y es que, este comunicador social es referencia del buen ejercicio del periodismo en la entidad, lo saben el gremio y sus fieles lectores. De hecho, hay al menos dos premios que llevan su nombre, uno otorgado por la Gobernación de Carabobo y otro por la Alcaldía de San Diego, específicamente en materia cultural.
No obstante, pese a toda celebración, no se aparta de su preocupación por la libertad de expresión y el ejercicio del periodismo, que calcifica como un acto heroico.
Es parte de la primera promoción de Licenciados Comunicadores Sociales de la UCV (1971), antes de ese año, el título era solo Periodismo. Siempre ha estado cerca de la noticia, incluso, cuando iba a recibir su grado, allanaron la universidad.
“No era un estudiante sobresaliente, pero era bueno”, confiesa; gracias a su promedio consiguió instalarse en las residencias universitarias. “En la habitación de al lado vivía un tipo fastidiosísimo. Mañana, tarde, noche y de madrugada se la pasaba cantando, no nos dejaba dormir. Resulta que ese estudiante era Alí Primera, y con él vivía Julio Escalona, famoso guerrillero”, cuenta.
En 1973 consiguió una beca para estudiar en Francia una maestría en el Instituto francés de Prensa; al mismo tiempo, estudió Arte Contemporáneo en la Université Sorbonne Nouvelle y en el Instituto de Arte Moderno de París.
Todo comienzo es difícil
Nació en Porlamar (Nueva Esparta), “cuando Margarita era verdaderamente una isla, los que vivían allá estaban realmente aislados, y quienes se iban era prácticamente para no volver”.
Alfredo intentó regresar después de graduarse para montar una tienda con uno de sus hermanos, pero su madre, Concha Ordaz de Rojas, le dijo: “No señor, por usted se hizo un sacrificio para que se fuera a estudiar, así que se va a ejercer, a ser periodista”.
-En esa época, a los estudiantes de las escuelas no nos aceptaban en los periódicos de Caracas, porque decían que éramos unos comunistas, de manera que hacer pasantías era imposible, nos llevaban a los periódicos a ver todo ‘de lejitos’, y no conseguíamos trabajo en los periódicos, relata Alfredo.
Licenciado sí, pero “muy jojoto”
Llegó a Valencia hace más de 40 años, con una carta que Eleazar Días Rangel, padrino de su promoción, le había entregado en Caracas para que se la diera al periodista Héctor Cristiano Villalobos, y éste a su vez se la entregara a Salvador Castillo, entonces director de El Carabobeño, quien de entrada le dijo: “Estás muy jojoto, pero donde manda capitán no manda marinero, y Don Eladio (Alemán Sucre) dijo que los nuevos ingresos tienen que ser graduados, así que entré, y no porque sabía mucho, sino porque era un egresado de la universidad que se había atrevido a buscar trabajo”, cuenta Alfredo.
Su carrera la ha hecho en ese diario, en el que desde hace más de tres décadas cada domingo publica su columna Hoy y Después en Valencia, y cubre las fuentes política, cultura e iglesia.
Y aclara que: Primero, de tantos años de tratar con políticos, aprendió cómo desenvolverse en ese medio: “Hay que ser muy discreto y solidario a la vez, es un fracaso ser ‘lleva y trae’, uno no puede parcializarse, porque la función del periodista es informar a la gente cómo piensa cada uno de los políticos”; segundo, no ha sido monaguillo, pero tuvo la suerte de que le asignaran la fuente eclesiástica cuando a Monseñor Luis Eduardo Enríquez lo nombraron primer Arzobispo de Valencia, quien lo orientó mucho y cuando se retiró le regaló varios libros; tercero, desde niño le ha gustado leer y escuchar música clásica, además, “siempre he estado en contacto con los artistas y tuve la suerte de que me designaran como el primer curador del Salón Arturo Michelena”.
Días de radio
En Valencia también ejerció el periodismo radial. Durante casi 30 años trabajó en Radio Latina, “compartí mucho con la familia de Don Santiago Sánchez González, me trataron con mucha deferencia, siempre con mucha solidaridad”, resalta.
Junto a Miguel Suárez, Pancho Pérez y Pablo Hernández creó Noticias en Radio Latina, que fue el primer noticiero que leía titulares de los periódicos. También hizo el programa de entrevistas Punto de vista junto a Pablo Hernández, por el que pasaron varios presidentes de la República, “hasta Chávez”, dice.
- ¿Por qué sostiene que ejercer el periodismo hoy es un acto heroico?
- Porque hay un ensañamiento en contra de los medios de comunicación que no publican todo lo que dice el Gobierno; a los que no sean afectos a éste les ponen trabas para concederles los dólares necesarios para comprar los insumos. Además, les presionan a algunos de sus anunciantes.
Ante esto, no sé cómo están resistiendo los periódicos, tanto los dueños como los editores, son unos héroes, considero están manteniendo a sus medios por dignidad, y porque tienen una gran consciencia de que si cierran quedarían muchos sin trabajo.
- ¿Considera que hay libertad de expresión?
- Creo que así el Gobierno se jacte de que en Venezuela hay libertad de expresión, ésta es una gran mentira. No puede ser que hoy (miércoles 18 de diciembre) aparezca en la prensa que el Gobierno prohibió a El Universal publicar informaciones de sucesos, eso es contrario a la libertad de expresión, viola la Constitución y la Ley del Ejercicio del Periodismo.
El periodismo está en emergencia. Si es cierto que no tenemos censores en los periódicos con el lápiz rojo como en la época de Pérez Jiménez, pero ahora hay formas más sutiles de imponer la censura, y eso lo sabe el Gobierno.
- ¿Qué opina sobre el conflicto que implica a la Plaza Monumental, el Parque Recreacional Sur y el Teatro Municipal?
- Desde hace mucho tiempo he venido sosteniendo en la columna Hoy y Después en Valencia, que hay una política de Estado para destrozar la ciudad, pues hay muchos antecedentes, como la forma despectiva con que se nos quiso imponer un gobernador como Mario Silva, una persona muy detestada en el país por su manera de conducir el programa La Hojilla.
Ahora, actúan con la “expropiación” del Teatro Municipal, el cual desde 1974 es patrimonio de la nación; antes, en 1894, el Ejecutivo Nacional le otorgó a Valencia esta edificación, así que habría que recordar el dicho que reza: “El que da y quita el diablo lo visita”. De manera que este hecho es un acto de completa ignorancia de la historia.
Al mismo tiempo, hay que recordar que la Plaza Monumental y el Parque Recreacional Sur se construyeron con patrimonio del municipio. En fin, detrás de esto lo que hay es la intención del Gobierno de agarrarse la Zona Industrial de Valencia y la parroquia más poblada del municipio, como lo es Miguel Peña.
- ¿Qué se siente estar en el lado de los entrevistados?
- Cuando me entrevistan compruebo lo crueles que podemos ser con el entrevistado, porque lo ponemos en situaciones difíciles, y mientras más titubea, le ponemos preguntas más complicadas.
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