jueves, 14 de julio de 2016

En respuesta al director del despacho del alcalde de Valencia

Pablo Aure: El director del Despacho de Cocchiola reconoce que la alcaldía carece de valentía para enfrentar a Nicolás Maduro pero castiga a los valencianos

Valencia, 14 de julio de 2016/Especial. Pablo Aure, Abogado y dirigente político independiente se refirió este jueves a las acusaciones hechas en su contra por Santiago Rodríguez en su columna del diario Notitarde, Director del despacho del Alcalde Miguel Cocchiola, por el caso de la demanda de nulidad que interpuso a principios de este año sobre el incremento al impuesto inmobiliario en el municipio Valencia.

“En estricto apego al Estado de Derecho, en ejercicio de mi derecho fundamental a la tutela judicial, decidí demandar la nulidad por inconstitucionalidad de la Ordenanza que permite el incremento en más del 4000% del impuesto inmobiliario en Valencia. Se trata de una Ordenanza hecha con fraude a la Ley y de los  procedimientos previstos para su formación”, dijo.

En este sentido, Aure enfatizó “el Estado de Derecho no puede ser tratado de forma ambivalente: sí lo viola el Gobierno Nacional, formamos un escándalo, pero si lo viola la gerencia municipal nos hacemos la vista gorda. Con esto nos referimos especialmente al caso de la Ordenanza  aprobada por el Concejo municipal de Valencia, que dicho sea de paso está integrado en su mayoría por concejales del PSUV. Quiere decir que, en todo caso, lo que impugné fue una Ordenanza emanada del chavismo”.

Asimismo, recordó que a su juicio, el 30 de diciembre 2015 el Concejo Municipal de Valencia, con nocturnidad, en vísperas de año nuevo, al mejor ejemplo de lo que la vieja AN hizo para nombrar a los magistrados express del TSJ, y sin garantizar la debida participación ciudadana, incrementó en un 4000% un tributo que pecha a los valencianos.

Y se preguntó “¿Cómo fue que los concejales chavistas llegaron extraordinariamente a ponerse de acuerdo con el Alcalde Cocchiola? ¡Y después hablan de posiciones ambiguas! Creo que los valencianos nos merecemos una explicación”.

Pablo Aure aseguró  “jamás he desconocido la necesidad de aumentar los impuestos municipales. Lo que reclamamos, es que una medida de tal importancia debería contar con el apoyo popular, visto el gran deterioro de los ingresos de la gente que no les alcanza ni siquiera para alimentarse. Los aumentos tributarios deben encuadrarse dentro de los parámetros del derecho”
 
Y opinó que “el incremento que acordó el Concejo Municipal de Valencia el 30 de diciembre no puede mirarse en un contexto aislado y de cara a un impuesto en específico. La imposición de cargas tributarias en términos generales requieren que los ajustes fiscales tenga un balance y en el caso de Valencia no lo ha tenido. Por citar un ejemplo que evidencia esa voracidad fiscal municipal, podemos señalar el reciente aumento de las tarifas de aseo urbano y domiciliario”.
De acuerdo al criterio del jurista, hoy día, los ciudadanos del municipio Valencia, estan sometidos a un excesivo abuso de las potestades tributarias, al establecerse cargas desproporcionadas que afectan su capacidad para contribuir con las obligaciones fiscales, y que de manera coercitiva se los imponen pagar en el recibo de electricidad.

“El malestar es colectivo porque ya comienzan a sentir el aumento que se refleja en el recibo de electricidad" agregó.

En palabras de Aure, con esas declaraciones, el director del Despacho del Alcalde de Valencia, reconoce que la alcaldía carece de valentía para enfrentar a Nicolás Maduro, esto es exigirle los recursos que merece el Municipio, pero le sobra arrojo para castigar a los valencianos con impuestos confiscatorios.

“Hablan de populismo, y yo pregunto: ¿Por qué no nos dicen en cuánto se incrementó la partida de publicidad y propaganda para el 2016 de la alcaldía de Valencia? ¿O es qué Valencia, en vez de necesitar calles limpias y asfaltadas o cañerías destapadas, necesita más propaganda? Hay que ser coherente en los discursos. Si por un lado nos mostramos en austeridad, no se puede estar derrochando dinero por otro lado”, reflexionó. 

Por último, puntualizó “yo no soy populista. Populistas son los gobernantes que dan primacía a la emocionalidad antes que a la racionalidad, que dilapidan recursos en publicidad, para proyectarse, y le merman esos recursos a los servicios básicos municipales.”

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