¡Hasta cuándo!
Dialogando la salida
@pabloaure
Venezuela es mucho más grande y hermosa de lo que nos podemos
imaginar. No lo digo por sus paisajes que, desde luego, son encantadores. Me
refiero a su gente. Entiéndase bien, no hablo de esas personas que muestran en
los medios oficiales, y que cargadas de odio gritan “no volverán”. De la gente a
que me refiero es a esos ciudadanos que sueñan con la libertad y la prosperidad
sin importar el color de su piel, militancia partidista o ideología.
He tenido mis críticas sobre la salida constitucional
escogida, pero desde un primer momento dijimos que cualquiera fuera la
seleccionada, por allí apuntaríamos, como seguro estábamos se sumaría la
inmensa mayoría de los ciudadanos con expectativas de cambio.
Pues bien, comenzado el tortuoso camino para activar el
referéndum revocatorio firmamos, y la semana pasada, a pesar del bochornoso
papel del CNE poniendo trabas de toda calaña para la validación de las firmas,
cientos de miles de venezolanos desde mucho antes del amanecer iban a los centros
de validación para esperar su turno y colocar las cuatro huellas dactilares. Sí,
cuatro, porque la intención era demorar el proceso. Tuvimos la oportunidad de
visitar varios centros en Carabobo, pero finalmente hicimos la cola y validamos
en Montalbán. Junto a María Elisa, mi esposa, salimos hacia ese pueblo mágico
la madrugada del 24 de junio. Cuando llegamos a Montalbán, teníamos
aproximadamente cuatrocientas personas delante de nosotros. La humillación que
pretendía hacernos el CNE se convirtió en una gigantesca expresión de
solidaridad. Emergió lo mejor de los ciudadanos. Era literalmente una fiesta,
la cortesía se desbordaba. Nos atendían con amabilidad. Si, léanlo bien, nos
atendían, porque eso era una fiesta. Repartían agua, naranjas, nos colocaron
sillas y un ambiente musical que deleitaba a los presentes.
Aproximadamente al mediodía ya estábamos listos y de regreso
a Valencia. Cuando veníamos, pensaba en los rostros de los compañeros de cola
que reflejaban alegría y esperanzas. Irradiaban energía positiva que proporcionaban
fortalezas para seguir pensando que en Venezuela pronto habrá un nuevo amanecer.
Este país, nuestro hermoso país, que unos asaltantes en mala hora nos han
intentado arrebatar, se aproxima a un reverdecer democrático.
La fiesta no fue solamente en Montalbán sino en cada rincón
de la patria donde por muy apartado que el CNE dispuso colocar las maquinas, se
respiraba el mismo ambiente optimista.
Presión popular
Pues bien, pasado el proceso de la recolección de firmas y la
validación, ahora corresponde la presión en la calle. Esa acción quizá no
tendrá la misma dirección que la fase que acabamos de cumplir, ya que ahora se
exigirá mayor compromiso y creatividad ciudadana.No basta la dirección
partidista, en este momento, el dibujo libre será vital. Claro: en el marco de
la resistencia con inteligencia.
Sabemos que el CNE es tramposo y que no cumple con las normas
que lo rigen. Demostraciones hay muchas, por ejemplo: no es imparcial, ni
transparente, ni mucho menos se caracteriza por la celeridad en los procesos
que organiza, principios estos taxativamente establecidos en el artículo 295
constitucional. Para muestra un botón: si se supone que ya las maquinas
transmitieron el número efectivo de las personas que validaron, por qué razón
la rectora Tibisay Lucena anuncia que para decirnos ese número se tardará veinte
días hábiles, expresando que será el 26 de julio cuando oficialmente nos
enteremos de lo que ya sabemos, porque la MUD diariamente recibía los reportes.
La fecha que indicó la rectora Lucena casualmente coincide con el día de la
conmemoración del asalto al “Cuartel Moncada” liderado en el año 1953 por Fidel
Castro ¿Se tratará de una mera casualidad o acaso pretenderá celebrarlo en
Venezuela con un zarpazo a la expresión popular? A todo evento los ciudadanos
tenemos que estar muy activos en los próximos días. No nos distraigamos con las
mentiras de Jorge Rodríguez y apuntemos a la salida.
Unión cívico militar
En los últimos meses hemos venido insistiendo en los puentes,
que no tengo duda, debe estar bien adelantada su construcción. Muchos militares
sentirán vergüenza. Otros quizás no, pero seguramente la mayoría están cansados
del desprecio ciudadano. Ellos no son ciegos ni sordos: saben que los rechazan.
Lo he percibido cuando en asambleas de vecinos algunos de los voceros dice
“basta de militares, de esto saldremos sin los militares y… tal y cual” Los
aplausos son a rabiar.
Pienso que en este momento de crispación política, donde la
casta que representa el alto gobierno no respeta los derechos humanos, sería
difícil desalojar a los malhechores del régimen sin el compromiso y
colaboración castrense. No es recomendable repudiar en su totalidad a la Fuerza
Armada. Las necesitaremos y ellos también necesitarán a la sociedad civil para
recomponer este desastre.
Dialogando la
despedida.-
Esta semana en la OEA también se dio un paso muy importante, comenzó
la activación de la Carta Democrática. Luego del informe Almagro, corresponde que la OEA realice gestiones para
restablecer la democracia en Venezuela. En caso de no lograrlo, se convoca a
otra sesión para considerar la aplicación o no, de la Carta Democrática. No es
tan fácil pues se requieren las 2/3 partes de los integrantes. Maduro fue
derrotado por 20 votos de 34, haría
falta conseguir 4 votos más para la aplicación. Por lo pronto, seguramente
habrá un dialogo no oficial. No nos alarmemos. La política es diálogo y
negociación. “Aún con el sonar de los cañones el dialogo no se debe suspender”.
Evidentemente nada de lo que se acuerde en esos diálogos tendrá validez o sería
respetado si obvian la pronta salida de Nicolás Maduro y la libertad de los presos políticos.
Pablo Aure
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