La
Venezuela del futuro inmediato: Deseo de año nuevo/ Dimitry Belov
Normalmente en un día como hoy
los seres humanos de la cultura occidental, aquellos quienes nos guiamos por el
calendario Gregoriano, hacemos un recuento, un balance, de lo que fue ese lapso de tiempo que
llamamos año. También, es común que comulguemos con el ejercicio de visualizar
o fijar perspectivas o metas para el año entrante, aquello que nombramos como
“Mi deseo para el nuevo año“.
Hay quienes critican que uno
quiera hacer perspectivas o fijarse metas en una nación como la nuestra, donde
el panorama social, político y económico dependen de las decisiones de un
grupito que sólo hace sus proyecciones en base al miedo de perder el poder,
porque para ellos significaría perder su estabilidad personal y para algunos incluso
el miedo a perder su vida. Tal vez no lo expresen, pero ese miedo siempre les
acompaña. Si, vivimos en una Venezuela, donde las medidas económicas obedecen
al culillo de criminales, que saben que han hecho tanto daño, que no se atreven
a entregar lo que les garantiza su supervivencia.
Por ello, invito a todos y
desecho la opinión de quienes critican el hacer perspectivas, las proyecciones
no son un asunto de poder, sino de querer, el futuro no está escrito, aún no
existe, de hecho para cuando realmente exista se llamará presente. Las podemos
dibujar a nuestro antojo en función de las decisiones y acciones que conjuguemos en el presente creando así
nuestro próximo “presente“. Como dicen por allí, soñar es gratis.
Permitámonos soñar la Venezuela
que queremos; planifiquémosla, sintámosla, visualicémosla. Es nuestro derecho
inalienable. Jamás nos quitarán el derecho a aspirar. Pero, la invitación es a
que no nos quedemos allí, que no nos paralice el exceso de planificación.
Vayamos más allá y demos el paso al frente en la ejecución de ese país que
sabemos que podemos conjugar.
Somos quienes no queremos la
Venezuela del regalado sino la del trabajado. Los que buscan generar un Estado que
fortalezca a las familia para que progresen juntas. Los que queremos construir
un país donde se den las condiciones para volver a los ciudadanos propietarios.
Esa nación donde la política no sea ir a las zona populares con un pan de jamón
bajo el brazo, o a pintarles el rancho para aplaudir la miseria de nuestros
conciudadanos, sino por el contrario ir a colaborar con insertarlos en los
sistemas formales de estudio, ir a promover la preparación, talleres de
emprendimiento o a ayudarlos elaborar un currículo que les permita conseguir un
oficio dignificante. Somos los que quieren la Venezuela del esfuerzo, de lo
ganado, de la competencia, la nación de las aspiraciones. Aquél país donde la
gente se quite de una vez el rancho de la cabeza, se elimine la miseria mental,
olvidemos esa gran mentira del que “somos un país rico“. Hasta la más grande de
las fortunas se despilfarra si no se sabe mantener o hacer crecer. Volvámonos
ese país de ciudadanos respetuosos de las leyes y las instituciones. No
permitamos jamás que nos sigan tratando como pueblo ignorante.
Por eso mi deseo para todos en
la Venezuela del futuro inmediato es que cada quien en lo más privado de sus
mentes, rompa las barreras de sus propias aspiraciones y nos permitamos
visualizar el 2015 que cada quien realmente desea. Permitámonos visualizar el
país que queremos y una vez que lo logremos, hagamos lo que haya que hacer para
alcanzarlo.
¡Venezuela y Carabobo se
Respetan!
@DimitryBelov
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