En Venezuela tenemos nuestro propio Mandela.
En Venezuela tenemos nuestro
propio Mandela. Quienes pontifican sobre los derechos humanos y la libertad
deben pasearse por esta cruel realidad. Liberar al mártir Ivan Somonovis.
Nicolas Maduro, cual paladín democrático, designó una comisión que viajará a Sudáfrica a los actos fúnebres de Mandela, sin remordimiento alguno. En efecto, la delegación designada la encabezará el vicepresidente Ejecutivo de la República, Jorge Arreaza, que rendirá honores a Nelson Mandela.
Al mundo debemos recordarle que detrás de las rejas, en la patria de Bolívar El Libertador de América, decenas de venezolanos como Iván Simonovis sufre del apartheid endógeno que puso en ejecución Hugo Chávez.
Al mundo debemos recordarle que detrás de las rejas, en la patria de Bolívar El Libertador de América, decenas de venezolanos como Iván Simonovis sufre del apartheid endógeno que puso en ejecución Hugo Chávez.
No podemos olvidarnos de Simonovis.
Debemos seguir denodadamente luchando para que se haga justicia. Desgraciadamente Simonovis
es preso de un régimen caracterizado por oprimir a sus adversarios. Ha
transcurrido una década de su injusta detención. En estos momentos Simonovis padece
graves trastornos de salud víctima de un Poder Judicial sumiso. Es una
demostración palmaria de que los poderes del Estado en Venezuela no tienen respeto
por la dignidad ciudadana ni mucho menos garantiza los derechos humanos.
La medida humanitaria solicitada
por su representación legal aún no le es concedida.
Es oportuno recordar que con
motivo de los sucesos ocurridos el 11 de abril del año 2002, fueron
detenidos
varios funcionarios de la Policía Metropolitana de Caracas, quienes
cumplian con su deber de brindarle protección a los manifestantes, y el
entonces,
Secretario de Seguridad de la Alcaldía Metropolitana de Caracas, Iván
Simonovis, a quien como ya dije se le ha violentado flagrantemente sus
derechos
humanos, sigue privado del derecho sagrado a la libertad personal desde
hace
más de una década, sufriendo y padeciendo aislamiento de sus seres
queridos.
En este caso particular de
Simonovis, si lo analizamos en el contexto del derecho positivo vigente,
teniendo en cuenta lo consagrado en el título III de la Carta Magna,
específicamente su artículo 19, que prevé la garantía de que conforme al
principio de progresividad, y sin discriminación, debe el Estado asegurar a
toda persona el goce y ejercicio, irrenunciable, indivisible e interdependiente,
de los derechos humanos, siendo el respeto y garantía obligatorios para los
órganos del Poder Público, de conformidad con la Constitución, los Tratados
sobre derechos humanos suscritos y ratificados por la República y con las leyes
que lo desarrollen. Y además concatenarlo con el artículo 272 del mismo texto
constitucional: “Artículo 272. El Estado garantizará un sistema penitenciario
que asegure la rehabilitación del interno o interna y el respeto a sus derechos
humanos. …. En todo caso las fórmulas de cumplimiento de penas no privativas de
la libertad se aplicarán con preferencia a las medidas de naturaleza reclusoria…”
La triste situación que vive Simonovis refleja la indolencia y poco sentido
de humanidad que existe en nuestro país en los estamentos gubernamentales. La
carencia de valores hacia la dignidad humana, hacia el derecho a la salud, la falta de respeto hacia el otro sin
importar las condiciones en que se encuentre. Son muchos los abusos y maltratos
que se cometen contra quienes han decidido adversar el actual régimen. Muestra
de ello son los actuales ataques y burlas que se profesan desde el Gobierno
Nacional contra los recién Alcaldes electos de la Mesa de la Unidad. En
consecuencia, el caso del exfuncionario policial encarcelado a quien le han
negado recurrentemente la petición humanitaria de considerarle su grave estado
de salud, constituye una muestra más del irrespeto que existe a los derechos y
garantías constitucionales en el país. Todas esas negativas de los Tribunales
de Instancias obedecen a un lineamiento, ya que no tienen fundamento jurídico
para mantenerlo tras las rejas pese a las enfermedades que padece. Es el
atropello y la humillación consumada lo que se observa contra el excomisario. Se
le violenta el derecho constitucional que lo ampara al debido proceso y a la
tutela judicial efectiva. Ya es tiempo de que el Gobierno Nacional baje la
carga de odio y del resentimiento contra los ciudadanos venezolanos que les
adversan. Porque somos un solo país que clama por la unión, la reconciliación y
el respeto a los derechos humanos.
@pabloaure
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