lunes, 17 de diciembre de 2012

Desánimo electoral


¡Hasta cuándo!

 Pablo Aure 
Caída y mesa limpia, no hay dudas: el chavismo arrasó, se mantuvieron sólo Lara, Miranda y Amazonas (Bolívar en discusión). Las demás regiones están ahora en manos rojas. Pensamos que con estos resultados se cierra un ciclo y se abre otro en la historia venezolana. Diferentes liderazgos deberán surgir en la oposición con mucho pulso y desprendimiento en el avatar de este nuevo tiempo. 
Mal presagio
A la indiferencia vivida ayer en nuestro país, no le podemos atribuir otro significado: por una parte, la desconfianza en la institución electoral y, por la otra, la  ausencia de verdaderos liderazgos  tanto en la oposición como en el oficialismo. Esto es válido para todo el país. La abstención fue similar en toda Venezuela. 
Desde luego, en cualquier análisis debemos tener claro que el luto del pueblo opositor permanece intacto. Está muy reciente el trauma provocado por los resultados electorales del 7-O. Recordemos que aquel día la gente salió desaforada una mitad a sacar al Presidente, y la otra mitad, a defenderlo. 
Durante varias semanas, inclusive, hasta media hora antes del primer boletín del CNE, la MUD decía que Capriles ganaba el 7-O con una diferencia exactamente igual a la que posteriormente perdió. O sea, evidentemente, muchos venezolanos se sintieron engañados y ayer, de alguna manera, expresaron su resentimiento. 
Todavía nadie puede entender cómo era posible el hecho de que nos decían que estábamos ganando por más de un millón de votos, y luego aparecimos perdiendo por esa cantidad. Y peor aún, reconociendo la MUD esos resultados dudosos casi de manera inmediata. 
Resultados amargos
Los resultados de ayer dejan un amargo sabor. Un desarraigo de la gente con la clase política, en un mensaje claro de abstención. De alta abstención. Una dura dosis de indignados que orientan la construcción de nuevos actores. 
No se trata de apostar a la antipolítica. Lo que intentamos reflejar es lo que percibimos: que no hay credibilidad. Eso se traduce en indiferencia. A muchos les da lo mismo el resultado y por eso se abstienen. 
De esa manera no construimos el país, al contrario, lo estamos enterrando. Dejar de participar es prácticamente decir: ¡agárrense el país y hagan lo que quieran con él! Malo muy malo. 
Elecciones sin Chávez
Primera vez en 14 años que Chávez no estaba de cuerpo presente haciendo campaña electoral. Pero su nombre y su evocación sí estuvieron allí en cada arenga de sus designados. Votar por sus candidatos era supuestamente la mejor medicina para alguien que padece de cáncer; y no es descabellado eso porque está comprobado que la alegría estimula el sistema inmunológico. Ahora, la pregunta es la siguiente: ¿será verdad que está enfermo, o ese supuesto cáncer aparece sólo en épocas electorales para dar lástima y provocar la unión de sus seguidores? Con sinceridad, a veces dudo de la enfermedad. 
Todo lo que rodea al régimen está lleno de incertidumbres, de secretismo, de dudas. Nunca se nos ha informado de manera veraz lo que ocurre con la enfermedad del Presidente (si es que es verdad), y no solamente eso. Es que los que dan la información ni son especialistas, y, en algunos casos, ni siquiera venezolanos. Los ministros, los diputados o presidentes de otras naciones nos hablan de la salud de Chávez. 
Supongamos que es verdad que el hombre está grave. Y si esto es así, la oposición, mejor dicho, el país democrático, debe actuar con seriedad. Apartar los manejos mediáticos y comenzar a pensar en el futuro. Olvidarnos de proyectos personales o grupales. Pensar en Venezuela. Tener claro que vendrá una transición. 
Sin prejuicios
Sin Chávez es poco probable que este país en los próximos meses sea gobernable. Él designó a Maduro. Pero todos sabemos que el vicepresidente pueda que sea buen mandadero y mejor adulador, pero jamás se le percibe con voz de mando. Diosdado Cabello será el verdadero poder detrás del trono. Maduro quedará hipotecado a los designios de Diosdado. Si no lo hace, jamás podrá controlar las protestas que sin lugar a dudas brotarán en el 2013, comenzando con los damnificados que tienen tiempo en los refugios. 
El 2013 será un año exclusivo del chavismo sin Chávez, ellos tendrán que soportar todo el peso de las malas políticas heredadas de Hugo Rafael. La bomba le reventará en la cara y esa explosión ocurrirá después de las elecciones presidenciales ante una eventual falta absoluta del Presidente. Es allí cuando comenzaremos a hablar de la verdadera transición. Y para eso tendrán que incorporarse desde el sector democrático hombres y mujeres con sentido patriótico. Hay que despojarse de los prejuicios y calarse a muchas personas por el bien del país. Pienso que Diosdado Cabello y algún dirigente identificado con la oposición, y quién sabe, si venido de filas chavistas, tendrán un rol primordial. 
@pabloaure

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