lunes, 12 de marzo de 2012

Los tres tenores y Venezuela

El Carabobeño 12/03/2012
¡Hasta cuándo!
(Foto José Felix Lara)
 Pablo Aure
pabloaure@gmail.com
Será porque desde hace más de una década lo que en nuestro país se escucha, se lee, y se ve en los medios no son sino planteamientos producto de la improvisación y revestidos de una ideología estruendosamente fracasada, como lo es el marxismo, que el sábado en la noche, observando el evento organizado por Banesco, denominado “Palabras para Venezuela: visiones de una economía con rostro humano”, percibí un atisbo de esperanza y optimismo en el futuro de nuestro país.
Hace muchos años no había un evento como éste. Los invitados: Fernando Henrique Cardoso, Felipe González y Ricardo Lagos, ex presidentes de Brasil, España y Chile, sociedades con realidades distintas, potencialidades y problemas diferentes, pero con el denominador común de haber contado con gobiernos exitosos en los que estos tres estadistas jugaron el papel fundamental, porque, como bien lo dijo Lagos, “pensaron en las futuras generaciones y no en las próximas elecciones”. Por cierto: los tres son socialistas o socialdemócratas, pero indudablemente no se parecen en nada al falso socialismo que pregona Hugo Rafael.
Metas claras, ahorro de los ingresos fiscales y mucha inversión en educación y en obras sociales y previsión. Sus acciones dieron buenos resultados y nadie lo pone en duda. Ellos recalcaron la necesidad de una democracia sólida y transparente con plena independencia de los poderes. Es decir, un verdadero Estado de derecho con fuertes instituciones públicas. Son las condiciones indispensables para el progreso.
Escuchamos a tres ex mandatarios que conocen bien de economía y de política. Pregonan que los grandes problemas se resuelven con la suma de muchas voluntades. No creen en mesianismos y aceptan como algo digno de protección por el mismo Estado las críticas, provengan de donde provengan. Venezuela justamente parece orientada en diametral sentido opuesto a todas las recomendaciones, sobre todo a las que se refieren a la necesidad de alternancia, transparencia en el manejo de los recursos e independencia de los poderes públicos.
La presidenta del Tribunal Supremo de Justicia ha dicho públicamente que no cree en la separación de poderes, contrariando exactamente lo que en el mundo occidental no tiene reparo alguno, como es la doctrina universalmente aceptada en la Europa continental por Montesquieu hace 300 años.
Es decir, lo que Venezuela vio y escuchó este sábado fue precisamente una clase magistral de todo lo contrario a lo que aquí se vive. Tenemos un Gobierno que maneja a su antojo y clandestinamente todos los recursos financieros, sin importarle lo más mínimo la generación del presente y mucho menos la futura. Un gobierno intolerante ante las críticas; que no acepta la disidencia, que persigue y pone tras las rejas a personas inocentes, y que frena el crecimiento económico hostigando a los sectores productivos del comercio, la industria y el campo.
Nunca es tarde cuando la dicha llega
Haber escuchado a Cardoso, González y Lagos -confieso- me reconfortó, porque fue un mensaje para quienes piensan que todo está perdido. ¡Pues no!: en Venezuela hay gente (y bastante) que puede ayudar a corregir el rumbo. Nunca es tarde para encontrar el camino. Estamos a tiempo. Ya basta de mentiras, de creer o promover ese absurdo discurso de los alabarderos del régimen de que sin Chávez no hay paz en Venezuela. Justamente es lo contrario: el principal foco de pobreza y perturbación nacional es Hugo Chávez, quien ha izado la bandera del odio y resentimiento.
Probablemente cambiando al Presidente nada más no solucionaremos los problemas del país, pero estoy seguro de que cesará la principal causa del atraso en que nos ha sumido esta amalgama anacrónica “cívico-militar”.
¿Transición sin traumas?
A Dios rogando y con el mazo dando. No importa lo difícil que sea la transición, ni lo lejos que la veamos. Debemos hacer lo humanamente posible para que se produzca una transición lo menos traumática posible.
Muchas veces me ha paseado por la mente cuál será el destino de Venezuela después del 7 de octubre, o de la salida del comandante presidente. Insisto: prefiero derrotarlo en las elecciones, antes que muerto. En ambos casos hay que reconocer que no será sencilla la transición. Pero que quede claro: los países no pueden poner su existencia en la vida de un hombre. Hay un refrán español archiconocido: “El muerto al hoyo y el vivo al bollo” o “Muerto el rey, viva el rey”.
Sé que para sus seguidores puede ser doloroso tanto que desaparezca físicamente como que deje el poder al perder las elecciones. Pero insisto: Chávez no es Venezuela. Bien poca autoestima como pueblo tenemos si la falta de un teniente coronel nos va a eclipsar. Venezuela es grande y es tierra de talentos inmensos. Hay un camino y debemos transitarlo para la reconquista de la libertad y el progreso, con optimismo y sin traumas.
Contra la crisis: más y mejor educación
El próximo gobierno debe hacer lo que Chávez no ha querido hacer: invertir en educación más que en gastos militares y dádivas a otros países.
No hay un camino mejor para salir de las crisis que el de formar las generaciones del futuro invirtiendo en ciencia y tecnología. Ricardo Lagos lo explicó muy bien el sábado en el encuentro promovido por Banesco. Los impuestos que genere la explotación de los recursos naturales hay que invertirlos en ciencia y tecnología, y no en gastos corrientes. Y la razón es muy simple: cuando tales recursos ya se hayan agotado, habríamos formado a los profesionales capaces de descubrir otras fuentes de riqueza.
Venezuela lamentablemente ha servido como telón de fondo en esta charla de los ex presidentes, justamente para enseñar al mundo todo lo que no debe hacerse para que una sociedad progrese.
@pabloaure
www.pabloaure.blogspot.com

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