miércoles, 6 de agosto de 2025

La verdad, el poder y la justicia en la UC


En muchos casos, la "verdad" no es más que un acuerdo de voluntades, donde la opinión de la mayoría prevalece. Sin embargo, esto no significa que sea inmutable. La mentira, en cambio, implica falsear los hechos y presentar como cierto lo que no lo es.

En mi experiencia como una de las 4 autoridades de la Universidad de Carabobo, he aprendido que no basta con defender "mi verdad". Quienes desempeñamos esos cargos, debemos esforzarnos por convencer a la comunidad con argumentos sólidos, demostrando que lo que sostenemos es justo y cierto. Esto es especialmente relevante en un contexto donde el poder absoluto puede distorsionar la realidad, y los medios (incluidas las redes sociales)  juegan un papel clave en visibilizar estas distorsiones.

Quien representa una Universidad, a menudo se presenta como inmaculado, dueño de la verdad absoluta. Pero la verdad es que, tanto en la academia como en la política cotidiana extra universitaria, quienes ejercen el liderazgo son humanos, con valores y principios que no siempre coinciden. Cuando la autoridad apoyada por una mayoría circunstancial impone su criterio y descalifica a quienes disentimos, sugieren que atentamos contra la institución y en casos extremos que "se incita al odio". Esto es un error. La Universidad es un espacio sagrado, pero sus dirigentes no somos infalibles.

En la Universidad de Carabobo, he alzado la voz insistentemente para proponer bonos complementarios para los trabajadores, financiados con los ingresos propios de la institución. Los "factores de poder" argumentan que estos recursos son insuficientes o que pagarlos sería ilegal. Ambas afirmaciones son cuestionables. Primero, mientras no se publiquen con transparencia los ingresos provenientes de alquileres, cursos, postgrados y otras actividades, no pueden sostener que los fondos son insuficientes. Yo afirmo que sí hay recursos. Segundo, la supuesta ilegalidad es una excusa formalista. No podemos sacrificar la justicia y la estabilidad de los trabajadores por reglamentos que, en este caso, serían un obstáculo innecesario.

Defiendo la Universidad como un espacio de debate y justicia, y seguiré luchando para que las decisiones reflejen el bienestar de nuestra comunidad, especialmente de sus trabajadores.

Pablo Aure

Secretario UC

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