domingo, 22 de octubre de 2017

¿Así, o más claro?

¡Hasta cuándo!
¿Así, o más claro?
@pabloaure
“Para lo último que se debe utilizar informática es para unas elecciones” Bill Gates
No sé qué hace falta ver para que todos los venezolanos entendamos dónde estamos parados. No nos llamemos a engaños, la solución frente a un régimen que está dispuesto a todo para evitar salir del poder, no está en las urnas electorales. Lo de urnas es un decir, porque lo que se ha implementado en los últimos años es algo más macabro que la expresión “urna”, me refiero a las “maquinitas” envenenadas con el software que siempre adulterará los resultados de acuerdo a las instrucciones del régimen. Para eso dispone de una data con electores fantasmas quizá encriptada en el registro electoral que solo la conocen ellos.  
Los boletines siempre estarán inflados a su favor dependiendo del número real de votantes. Les da igual que la gente vote o no, ellos manejan el sistema, y créanlo, lo disimulan mucho más cuando hay un mayor número de electores. A mayor participación más fácil manipularán los resultados. Esto no es especulación; expertos en la materia lo han venido explicando desde el año 2004. De hecho, en el 2005 no se participó porque se había denunciado el fraude y una de las condiciones que desde aquella época se exigía para volver a participar fue cambiar los rectores del ente comicial y la depuración del Registro Electoral.
En efecto, las agrupaciones políticas opositoras solicitaban la data para poder verificarla. Esto es, conocer sus direcciones y dejar claro que no se trataba de electores fantasmas. Es indispensable conocerlo, es la única manera que tienen las agrupaciones políticas de hacerle un seguimiento a los inscritos. Recordemos que el registro civil también lo maneja el CNE, y denuncias de múltiples cédulas hay a montón.
Historia triste y ¿sin final?
Pues bien, no ha sido posible el cambio de rectores y ni siquiera examinar el Registro Electoral, sin embargo seguimos participando.
Algunos dirán: “con ese mismo CNE y ese mismo RE hemos participado y ganado algunas gobernaciones, alcaldías y el 6D/2015 ganamos la mayoría en la Asamblea Nacional”. Cierto, pero nada se ha logrado con esos espacios porque en la práctica sigue haciéndose la voluntad del dictador.
Con las gobernaciones y alcaldías se adjudican selectivamente ciertos espacios para aparentar un sistema democrático que no lo hay, y para contrarrestar el efecto de la Asamblea Nacional el régimen se valió del Tribunal Supremo de Justicia. Recordemos que aquel diciembre del 2015 se nombraron los magistrados que se encargarían de anular cualquier decisión de la AN. Y como si eso fuera poco, el 30J manus militare nombraron una supuesta asamblea nacional constituyente y la erigieron como el súper poder. Sin rubor alguno los demás poderes, con la excepción de la AN se subordinaron a esa espuria institución. Si bien es cierto que la Asamblea Nacional no se subordinó, también es verdad que sus facultades ya habían sido castradas por el TSJ de la tiranía.
Maniobra electoral.-
En esta última campaña electoral vimos extrañas actuaciones de algunos candidatos, siendo el más vistoso Rafael Lacava, quien desde la semana pasada ya se encuentra despachando en el Capitolio carabobeño.
Nada fue improvisado, todo obedeció a una campaña propagandística de alto impacto, con claros objetivos motivadores. Motivó al elector opositor para expresar su rechazo pero, también caló en el oficialista. Llegar en un burro a Globovisión le dio el empuje mediático que le faltaba para hacer presencia en aquellos sitios donde todavía no lo conocían. La misma oposición se los presentó.
La verdad sobre los resultados finales será imposible determinar. Lo único que recordaremos fue la estrafalaria campaña del candidato oficialista que lo catapultó a la gobernación.
Es inoficioso seguir insistiendo en el tema de las actas porque las actas reflejarán exactamente lo mismo que imprimió la macabra “maquinita”. Las migraciones 48 horas antes de las votaciones, solo sirvieron para asegurar la estocada. Amigos, repito: el fraude se viene cometiendo desde mucho antes del 2004. Esto quiere decir que salida electoral no habrá mientras no se modifiquen las condiciones. O sea, cambiar el CNE, depurar el RE y la presencia de garantes internacionales confiables en los eventos electorales, de lo contrario, en cada elección estaríamos asistiendo al sacrificio de las esperanzas de cambio.
Elecciones con las mismas condiciones significan un suicidio colectivo.
Mientras del lado opositor democrático representado por la sociedad civil, esa que no milita en partidos políticos y que además es la mayoría, aferrados a la esperanza, digan que una y otra vez asistirían a los procesos electorales que les indiquen sus dirigentes, el régimen seguirá frotándose las manos y haciéndosele agua la boca, porque en ese terreno nadie les ganará. ¿Cómo ganarle al dueño de un casino o a quien apuesta con los dados cargados? Olvídense de elecciones, la agenda tiene que ser otra.
¿Cuál es la agenda?
Preguntarme cuál es la salida ha sido reiterativo en las últimas semanas. ¿Y tú que propones? En honor a la verdad, la respuesta es quizá muy difícil de explicar mientras no entendamos la magnitud de lo que hemos hecho.
Por eso, lo primero que les respondo es manifestándoles cuál sin lugar a dudas no es la ruta: votando no será la salida. De seguidas, apelo a la coherencia que debe existir en las luchas. La estrategia no podemos cambiarla a cada momento. Si el 16J ya habíamos decidido lo que haríamos, nunca pude entender el cambio desacertado. Desde la AN y en las calles se gritaba a todo pulmón: ¡desobediencia, desconocimiento 333 y 350!, pero solo fue necesario la convocatoria a un circo electoral, para que inmediatamente se aceptara ir al matadero de las elecciones de gobernadores. Por eso no participé.
Entiendo la preocupación de quienes preguntan mi propuesta, pero no hay otra que la resistencia y la perseverancia. Los puentes indispensables con sectores civiles y militares, organizaciones nacionales y extranjeras.
No pretendo desalentarlos sino advertirles que todavía faltan otros escenarios por venir.
No será la ruta electoral la que le entregará la carta de despedida al tirano, a Maduro y todo lo que él representa, lo despedirán, aquellos que en su momento hicieron posible que se instaurara en el país esta plaga roja que hoy lo carcome.
Asonada popular
Sonaban a lo lejos cañones de inconformidad popular, hoy retumban en nuestros oídos. La hambruna, la terrible situación inflacionaria que impide no solo a los sectores más vulnerables económicamente sino también a la clase media, acceder a cualquier producto alimenticio o médico, aunado a la aparición de enfermedades que ya habían sido erradicadas mucho tiempo atrás y la frustración colectiva que percibimos en todas partes, desencadenará en la inevitable defunción del Socialismo del Siglo XXI. Siendo esto así, es indispensable orientar ese malestar para que produzca el menor daño posible.
El régimen sabe muy bien que esa asonada o rebelión popular está muy cerca. Aquí el llamado es a la verdadera unidad, no para escoger quién asumirá el poder cuando los ciudadanos enardecidos sacudan las puertas de Miraflores, sino para definir la estrategia de participación en esos convulsivos acontecimientos. ¿Así o más claro?  

Pablo Aure 

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