¡Hasta cuándo!
La Universidad y el
país
@pabloaure
Escribo estas líneas mientras escucho los discursos de los
diputados ante la Asamblea Nacional en la sesión extraordinaria del domingo 23
de octubre. Han expresado el recuento de lo que ha venido ocurriendo en los
últimos diez meses. Me identifiqué con la intervención de Luis Emilio Rondón
cuando expresó la posibilidad de invocar el artículo 233, esto es declarar el
abandono del cargo de Nicolás Maduro, pues ha incumplido con el mandato constitucional.
Apartándome del fragor de los discursos de los
parlamentarios, comencé a imaginar los espacios universitarios, y el papel
fundamental que en esta hora menguada que vive el país debería desempeñar la
comunidad universitaria. Es el momento de exigirnos, de incorporarnos y de
asumir posiciones menos cómodas. De acercarnos a la gente. Esos ciudadanos que
esperan una reacción de los universitarios, no solo con comunicados sino con
acciones de presencia en las comunidades. Ya basta de discutir solamente los presupuestos
de las Casas de estudio superiores. Hemos sido tímidos a la hora de reclamar libertad,
democracia y justicia. Nos están destruyendo como institución, han pretendido
convertirnos en entes exclusivamente pagadores de nómina pero no de
investigadores. El régimen intenta que los docentes, los empleados y los obreros
abandonen sus sitios de trabajo castigándonos vía presupuestaria porque las
condiciones de trabajo no son las adecuadas. Las políticas empleadas por el
régimen tienen un objetivo muy claro: destruir los centros de enseñanza. De
hecho, en buena parte lo han logrado, miles de estudiantes han abandonado
nuestras universidades, cientos de profesores han renunciado. Casos concretos
hay muchos, pero solo pudiera nombrar dos que estamos padeciendo y que esta
misma semana se deben atender en la Universidad de Carabobo, por ejemplo, en nuestra
Facultad de Odontología faltan los insumos para poder llevar a cabo las clínicas,
y otro por el mismo estilo es en la cátedra de parasitología con los
estudiantes de la Facultad de Ciencias de la Salud en La Morita, que no han podido
comenzar sus actividades, por casi las mismas razones. Sin detenernos en
conversar el deterioro de la infraestructura de la planta física y sin posibilidades
a corto plazo de poder repararla porque no nos envían los recursos para tales
fines. Tampoco mencionar el salario indigno con el cual se le retribuye el
trabajo a nuestros trabajadores, o las becas de hambre para nuestros estudiantes. Ni señalar el estropeado transporte cuyas
unidades datan algunas de los años setenta.
Así las cosas, es el momento de que la comunidad universitaria
reaccione, como lo han hecho en otras épocas. Apartarnos del conformismo, esto
es dejar de ocuparnos únicamente de nuestros asuntos individuales e
incorporarnos en la conquista de la democracia y de la libertad. No es mentira
que para poder sobrevivir con los escasos ingresos que recibimos se nos hace difícil,
pues, pasamos el tiempo buscando como lo estiramos al máximo para no hablar las
hazañas que tenemos que hacer para conseguir los alimentos y medicamentos. Es
lamentable a lo que nos han llevado, no contamos con un HCM que verdaderamente
cubra alguna contingencia. De tripas corazones hacen las autoridades ´para
mantener abiertas las Universidades como de tripa corazones hacen los
trabajadores para sortear sus dificultades. Muchos se han quedado en el
intento, pues las clínicas y los medicamentos son inalcanzables para lo poco
que ganan. Solo nos quedará el consuelo de haber rezado por ellos.
Es contigo colega
universitario.-
Amigos, mis colegas y compañeros universitarios la situación
no cambiará para bien mientras no hagamos nada para hacerlo. Al contrario, seguirá
complicándosenos, cada día nos alcanzará menos nuestro sueldo, y cada hora y
día que pase seguirá languideciéndose la institución universitaria. Los
laboratorios, las aulas, el transporte, el comedor se convertirán en espacios
vacíos sino reaccionamos de la mano con los ciudadanos.
¿Qué nos ha faltado para reaccionar? Les contesto: hemos
esperado que otros resuelvan lo que nosotros estamos obligados a hacer. Son las
universidades las que deben aportar soluciones a los grandes problemas del
país, y si el gobierno no nos escucha, que nos escuche el pueblo que es el que
nos interesa. Ha llegado la hora de que los cientos de miles de estudiantes de
la mano de sus profesores y compañeros obreros y empleados se empeñen en
restituir el hilo constitucional.
Las comunidades están esperando mucho de los universitarios,
Venezuela confía en su Universidad llena de presente y de mucho futuro, pero
tenemos que dar el paso. La organización y la acción para conquistar la
libertad.
Saludo a la bandera.-
Ya terminando de escribir vi el final de la sesión de la
Asamblea Nacional. Nada nuevo. Pensé que aprobarían algo en concreto. Por
ejemplo, haber nombrado a los magistrados del Tribunal Supremo de Justicia y
dar inicio al debate sobre el juicio político al ciudadano presidente de la
república, para de ese modo poder declarar
su falta absoluta a tenor de lo dispuesto en el artículo 233 de la Constitución
de la República Bolivariana de Venezuela esto es por abandono del cargo.
Amigos, no busques a ningún líder que te de las pautas, conviértete
en dueño de tu destino y actúa conforme a tus ideales libertarios. Basta de
guachafitas.
Pablo Aure
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