viernes, 6 de noviembre de 2015

Economía Política de la consolidación política y económica/ @SJGuevaraG1

Opinion

POLÍTICA Venezuela

EL NUEVO MODO

Economía XXXIII
Santiago José Guevara García* / 06-11-2015
Santiago José Guevara García

Economía Política de la consolidación política y económica. Juan Linz y Alfred Stepan, reconocidos transitólogos, son los autores de un libro muy citado de Johns Hopkins, institución de larga relación con el campo, llamado “Problems of Democratic Transition and Consolidation”. De necesaria lectura para lo que interesa en esta serie.

Los autores se aproximan al tema de la visión conjunta de transición y consolidación –dicho sea, de poco frecuente referencia en la literatura- por dos vías: 1) lo que llaman “las cinco arenas de una democracia consolidada” y 2) sus planteamientos sobre la Economía Política de la Legitimidad y la Coerción.

De sus “arenas”, la que más nos interesa proponen llamarla “sociedad económica” y la explican con base en el argumento de que “las modernas democracias consolidadas requieren un conjunto de normas, instituciones y regulaciones, sociopolíticamente modeladas y aceptadas (…) que median entre Estado y mercado”. 

En una corta, pero extraordinariamente hilada y documentada explicación, establecen una cadena de derivaciones (implicaciones, vistas en sentido contrario), de acuerdo a la cual una consolidación democrática requiere la institucionalización de un mercado social y políticamente regulado, logrado más efectivamente por un Estado fuerte. 

O sea, hay consolidación democrática si se dan procesos sociales y políticos para la institucionalización del mercado, lo cual se logra, de manera más efectiva, con la existencia de un Estado fuerte. 

Recuerden nuestra insistencia en esta Serie en los que llamamos factores-clave de éxito para la gobernabilidad del tipo de proceso que propugnamos, los cuales incluyen al menos dos vías de reforzamiento de las capacidades sociales y estatales.

De igual forma, los autores destacan que las fallas en la economía, por causa de la incapacidad del estado para impulsar funciones regulatorias, llevan a la necesidad de la reforma económica y la democratización. Acción económica y política conjunta; incluso ciudadana, o de la sociedad civil, tal como hemos venido estableciendo. 

Todo lo anterior es reafirmación de nuestra tesis operativa principal acerca del valor multiplicador múltiple de la Reforma Política e Institucional en los procesos transicionales multidimensionales como el planteado. Distinto a lo conocido convencionalmente en los procesos de transición del comunismo al mercado.

Para terminar, referimos los análisis de los autores sobre lo que llaman la Economía Política de la Legitimidad y la Coerción. Sus preguntas iniciales son orientadoras de lo propuesto: se interesan por saber la relación entre eficacia económica, por un lado, y legitimidad, estabilidad, éxito o fracaso, etc., de una democracia.

Dos de ellas son cruciales en nuestra búsqueda: ¿cómo afecta la economía el futuro de una transición a partir de un régimen no democrático? Y, si una transición ha comenzado, ¿cómo afecta la economía el chance de la consolidación democrática?

Las respuestas van en dos líneas distintas: una, que combina política y economía y pone el énfasis en la legitimidad –tema de mucho interés para nosotros- y, otra, con base en la relación entre prosperidad y consolidación. 

Plantean. “Ciertamente, para la teoría de la transición, las tendencias económicas en sí mismas son menos importantes que la percepción de opciones, la presunción de una sociedad fallida y las creencias de legitimidad de segmentos significativos de la población o los más importantes actores institucionales”.

La otra línea se apoya en el modo de razonamiento de la Economía Política y lleva a los autores a afirmar que “nosotros no podemos absolutamente formular ninguna proposición que tome la forma de “bajo condiciones de gran prosperidad económica no habrá incentivos para una transición de un régimen no democrático a uno democrático”.

Prosperidad (resultados tangibles) y legitimidad (razones para la aceptación) son los factores-clave. O sea, economía y cultura, como medios de la sociedad, para la procura de los medios permanentes (instituciones) que produzcan resultados políticos apreciados (democracia consolidada). Mi opinión (sin dudas, sesgada) es que tenemos en manos la piedra filosofal para el largo plazo deseado. 

Pues, bien, hacemos el balance. Larga y cambiante historia de la democracia, retos aún pendientes (incluso para las experiencias más avanzadas), comprensión de la genética de la democracia y de los factores que ayudan a su evolución, conocimiento denso de los procesos duros para la superación de las economías estatistas o totalitarias, descubrimiento del dispositivo que permite el manejo conjunto de avances políticos y económicos y revisión de cada uno de los cinco tipos de variables necesarias nos facilitan enfrentar en el plano práctico el reto que nos hemos planteado para Venezuela.

Conocida nuestra “sociología”, lo hecho hasta ahora queda para la validación en el plano de las ideas; pero ayuda muy poco a la práctica política. Los motores creadores de historia en Venezuela terminan personalizándose o institucionalizándose. Más lo primero que lo segundo. 

Y a esas personas e instituciones hay que dotarlas de un manual de instrucciones. Si bien aterrizado, mejor. Potente. Direccionado. Coherente. Ordenado. Satisfactoriamente descrito. Manejable. O sea, personas dispuestas y plan detallado de vuelo. A eso vamos en los próximos siete artículos. 

Santiago José Guevara García
(Valencia, Venezuela)
sjguevaragarcia@gmail.com /@SJGuevaraG1

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