La
Venezuela de los Capaces/ Dimitry Belov
Leer la ley orgánica de la
administración pública en Venezuela, produce la misma nostalgia que leer
cualquier otra ley, se siente uno despechado ver la brecha tan grande que
existe entre lo que puede ser nuestro país y simplemente no es.
Si bien es cierto que los narco
jerarcas se empeñaron de manera exitosa en prostituir todas y cada una de las
instituciones que tocaron en el país, también es cierto que prostituyeron las
carreras en la administración pública. Basta hacer un paneo de la oferta del
circo electoral a las primarias oficialista para observar, más que con
preocupación con desasosiego, el desprecio que sienten por construir un país de
valores. La oferta en algunos casos incluyó criminales, vedettes y mafiosos convictos.
Sin embargo cuando vemos para
este lado de la acera, tampoco es que tenemos el día soleado y el viento en
popa. Admitamos que algunos de “nuestros candidatos“ lo que les falta son el
parche y el lorito en el hombro. Algunos candidatos a alcaldes eternos ni
tienen idea de que significa un plan de desarrollo urbano. Algunos de los
“elegidos“ para concursar por la MUD a la asamblea, tampoco tienen idea de
cuales son las funciones de un legislador.
Con este panorama, es deber de
los ciudadanos exigir, apenas recuperemos las instituciones, una profunda
modificación de la ley orgánica de la administración pública. Donde se le
anexen requisitos bastante específicos de cual deben ser los logros académicos
de aquellos que concursen para los diferentes cargos en los diversos niveles de
gobiernos. La propuesta es que en las diferentes universidades públicas,
existan de manera obligatoria, programas de preparación completos y formales
para aquellos que manifiesten su intención de formar parte de los diferentes cargos,
sean o no de elección popular. Llegando incluso a exigir un nivel académico
acorde a aquellos que quieran lanzarse a los diferentes centros de estudiantes.
De esa forma pues, jamás
tendríamos que escuchar de nuevo a un ministro de interior y justicia, como
Gustavo González López, hablando
estupideces acerca de un método cualitativo y cuantitativo del modelo
matemático aritmético para el registro de los crímenes que ocurren en el país y
que no quieren mostrar. El planteamiento es simple, un individuo así no tendría
cabida en la Venezuela de los Capaces a menos que estudie, se prepare y apruebe
los programas.
El tema de llevar a cabo los
programas formales de preparación a través de las universidades públicas es
vital para que los defensores de la incapacidad no puedan alegar discriminación
alguna. Aquel que muestre su intención en prepararse, que así lo haga, de
manera gratuita, eso si, que demuestre con resultados que es capaz completar
los requisitos antes de ni siquiera optar. Si no lo hace, se le da la
oportunidad a otro.
Les confieso que veo con mucha
esperanza el hacer posible esta propuesta. Aplaudo los esfuerzos que hacen
diferentes organizaciones en generar programas de preparación para que nuestra
juventud pueda afrontar los retos que nos depara el futuro como nación. Ver a
los sectores académicos uniéndose para generar propuestas a la población, saber
que concejales activos se preparan en especializaciones en gestión municipal y
tributaria, y presenciar como cientos de jóvenes, algunos menores de 20 años, acuden
a toda jornada donde se les de la oportunidad de prepararse a formar su
liderazgo por el país, simplemente es algo de agua entre tanta sequía. Aún en
la hora más oscura siempre hay alguna estrella que brilla. Muy pronto dejaremos
de elegir entre el malo y menos malo. La hora del amanecer de la conciencia se
acerca. El día en que elijamos entre los más preparados es cuestión de pocos
años. Faltan todavía un gran parto que atender, no me refiero al electoral,
posiblemente deje una herida, pero cuando ese bebé nazca estoy seguro que
habrán manos capaces para atenderle hasta que se fortalezca y logre su
independencia.
@dimitrybelov
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