viernes, 15 de mayo de 2015

Mi Candidato/ @peterkalbers

Albersidades

Mi candidato

Peter Alberts (Notitarde/Columnista)

Peter Alberts
Cuando en Venezuela había democracia, el Poder Legislativo era un organismo deliberante dividido en dos cámaras: Senadores, donde todos los estados tenían la misma representación, independientemente de su población y extensión; y Diputados, donde la representación de cada estado era proporcional a esas variables, teniendo mayor poder de decisión los más grandes y poblados. Todas las leyes se discutían primero en Diputados y, si aprobadas en esa instancia, eran luego analizadas en la otra cámara.

Con el advenimiento del régimen pro-cubano, debido al grave error de haber votado la mayoría de los venezolanos por un militar golpista arrepentido y admirador de los Castro, se creó una sola cámara, y se le puso el mismo nombre de la cubana: Asamblea Nacional. Las engañosas promesas y la hipnosis masiva del pueblo, ayudadas por un organismo electoral complaciente y dependiente de la nueva clase dirigente, han mantenido hasta ahora una mayoría de diputados sumisos a los dictámenes del régimen cubano, y quienes han aprobado leyes que han hecho posible el desmadre económico y social que hoy sufrimos.

En el curso de su existencia, la Asamblea Nacional ha sido escenario de actos indignos de la majestad de la institución como poder legislativo y controlador de la gestión del poder ejecutivo. Diputados más acostumbrados a resolver sus asuntos por la fuerza de los golpes (de todo tipo) y no por el discernimiento y el debate de ideas que se supone debe ser el modo de igualar diferencias en cualquier país civilizado, lanzan puñetazos, codazos, patadas y hasta sillas, para imponer su cavernícola manera de ver la política.

Los venezolanos tendremos la oportunidad de deshacernos de esa barbarie que hoy se regodea con los aplausos de las barras llevadas en autobuses y provistas del consabido cotillón que a veces incluye la bebida lupulosa que produce el odiado burgués, votando por candidatos decentes y probadamente demócratas que reemplacen a tanto fanático vociferante y agresivo. Claro que eso será el día que al Sr. Raúl Castro le dé la gana o considere que sus protegidos tienen alguna opción de manipular nuevamente las cifras, para hacerlos aparecer como ganadores habiendo perdido.

Y llegado a este punto, es bueno decir que el debate al son de los puñetazos no se vence con más puñetazos. Si eso fuera así, ya nos podríamos ir buscando unos Paquiaos y Mayweathers venezolanos para hacerlos candidatos. Llenaríamos el respetable hemiciclo de gigantones, con manos de cambures pegadas a gruesas muñecas, y con cerebros enanos. Y es bueno decir que lo que necesitamos en la Asamblea Nacional son hombres de firmes convicciones, de probada lucha por los derechos de los ciudadanos, por el mejoramiento de nuestra calidad de vida, por el derrumbe del sistema atropellador, abusador y corrupto que hoy padecemos. Y conscientes, además que una de nuestras principales (si no la principal) fallas como venezolanos es nuestra falta de cultura y de educación, que nos impide tratar con respeto al vecino, que nos impulsa a agredir a quien no piensa como nosotros, que nos impide dialogar.

Por eso votaré por Pablo Aure en estas primarias, convencido de que es el diputado que mejor defenderá nuestra cultura, nuestra educación, nuestra calidad de vida, nuestros derechos.

Y lo hará con inteligencia, no a puñetazos.

peterkalbers@yahoo.com

@peterkalbers
Nota:
Mil gracias a Peter Albers por la confianza. Fuerte abrazo, ¡No lo defraudaré!  

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