¡Hasta cuándo!
Maduro: ¡deroga el hampa!
Pablo Aure
Maduro y sus asesores no desaprovechan ninguna oportunidad para desviar la atención hacia asuntos que nada tienen que ver con la grave crisis en la que estamos sumidos. Sin espabilar le echan la culpa al golpe del 2002, al paro petrolero, a la fulana guerra económica, y ahora más recientemente a la advertencia y sanciones de EE UU. Han llegado a la banalidad de recoger firmas para pedirle a Obama que derogue el decreto, invitando incluso a los escolares a que envíen cartas al presidente de Estados Unidos solicitando lo mismo.
Mientras Maduro pide eso, aquí, los secuestradores y asesinos hacen de las suyas. El hampa venezolana no advierte, sino que ejecuta. El pueblo no le envía cartas a Nicolás exclamando el cese de la violencia ni tampoco exigiéndoles dotación para los hospitales, o aumentos de sueldo a los trabajadores. Si de carta se trata, todos deberíamos escribir a Miraflores para que le hagan caso a las universidades, que han diseñado políticas económicas para Venezuela. Nuestra alma máter carabobeña, por ejemplo, lo ha hecho por intermedio de su Facultad de Ciencias Económicas y Sociales. Hace pocas semanas, el decano Benito Hamidian, acompañado por un grupo de economistas, las anunció. El decano de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas, David Rutman, también ha hecho lo propio en materia de políticas de prevención del delito.
Las cartas que hoy todo el pueblo debería estar escribiendo son las dirigidas a Miraflores y no a EE UU para que reconduzca su pésima política. Nuestra amenaza no son los gringos; ya lo hemos dicho: es el gobierno que tenemos. El decreto Obama afecta a tan solo siete funcionarios venezolanos sindicados de corrupción y violación de los derechos humanos, mientras que el desastre Maduro afecta a treinta millones de venezolanos. Obama no es el culpable de la inseguridad en Venezuela, tampoco de la escasez, mucho menos de la inflación. Maduro y sus erráticas políticas claro que sí lo son.
La Fiscal Y El Decreto Obama
Como quiera que hay una alharaca por el decreto Obama y el gobierno venezolano postula su derogatoria, es menester analizarlo a profundidad e investigar sobre los funcionarios sancionados, y los hechos que se les imputan. Maduro en cadena nacional debería exponer pormenorizadamente los señalamientos que se le hacen a todos los sancionados, y argumentar sobre su defensa. De lo contrario, el que calla otorga.
Esto no lo debemos ver a la ligera. Algo en verdad debe existir para que EE UU reaccione de esa manera contra específicos sujetos. No es contra Venezuela toda como país, como algunos quieren hacer ver, sino puntualmente contra algunos venezolanos con nombre y apellido. Que se entienda bien. Y eso lo saben Maduro y sus ministros, que le seguimos despachando petróleo y ellos nos lo siguen pagando. ¿Qué enemigos hacen esto?
Pues bien, la doctora Luisa Ortega Díaz, desde ya (ha dejado que pase mucho tiempo) debería ordenar que se inicien las investigaciones pertinentes. Se dice que hay funcionarios con grandes fortunas en el exterior. A otros se les señala de estar involucrados en el narcotráfico. Pero en todo caso hay fuertes indicios de que estaríamos en presencia del delito de legitimación de capitales, y otros tantos tipificados en la Ley contra la Corrupción.
La AN Y El Decreto
En lugar de llegar a la irresponsabilidad extrema de otorgar una habilitante con el cursi calificativo de “antiimperialista”, la AN lo que debió fue abrir el debate para que el país supiera de qué se trataban el decreto y las sanciones. Es más, ha debido invitar a alguna representación del Gobierno de EE UU para que hiciera la correspondiente explicación. Pero, que va: por un lado Obama firmó el decreto y por el otro comenzaron las descalificaciones para desviar la atención.
Con Los Vecinos
Cambiando de tema, les informo que la semana pasada formalicé mi inscripción en las primarias. Participaré en el circuito 3 de Carabobo conformado por Valencia norte, Naguanagua y San Diego.
Aunque soy independiente y mi aspiración emerge de las luchas que he librado junto a la sociedad civil, tengo que agradecer infinitamente a los partidos políticos que me respaldan (y a mucha militancia de otros partidos que me lo han expresado personalmente). Copei fue el partido que llevó a cabo mi inscripción ante la MUD. El espíritu socialcristiano tomó decididamente mi nombre para que los represente en esa contienda electoral.
Un diputado es la voz del pueblo en el parlamento. Hay que recuperar el rol de la Asamblea Nacional, que no es otro que legislar y controlar al Poder Ejecutivo.
@pabloaure
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