El hampa
legal y la protesta criminal/ Dimitry Belov
Le propongo un
ejercicio al amigo lector: haga una encuesta, de esas boca a boca, de radio
bemba, realícele tres preguntas a su
entorno más cercano. La primera sería, ¿Cómo califica la situación del país actualmente?
La segunda, ¿Cree usted que el régimen de Nicolás Maduro sea capaz de sacarnos
de la crisis actual? La tercera, ¿Cree usted que un gobierno de coalición
opositor pueda sacarnos de la actual crisis? Me atrevo a vaticinar que sus
respuestas en el mismo orden de las preguntas serán en un 70%: Mala, No,
No. Ajá, ¿Y entonces, cómo salimos de la
actual crisis?
Que quede algo
claro, cada día que pasa, las opciones son cada vez menores y el viraje, si es
que lo hay, será más brusco y traumático. El régimen, que cada momento que se
siente en peligro, negocia por debajo de la mesa, buscó en el diálogo con el
empresariado, y con algunos sectores políticos, tiempo para poder agarrar
oxígeno y continuar radicalizando su modelo de control total. ¿Y de este lado
qué hace la mayoría de las organizaciones políticas? Solo organizan actividades
para mejorar su padrón y caudal electoral, de cara a unas elecciones
parlamentarias, que aparte de bien lejos, no sabemos si se darán. Bien lo decía
un médico en un reunión a la que asistí “Cuando al régimen le da cáncer, la
oposición contrae HIV”.
Hace una semana,
en Valencia, en el sector la pastora, cercano al centro de la ciudad, mataron
de manera brutal y sanguinaria a una señora odontólogo, madre y esposa, con una
gran trayectoria profesional importante en esta ciudad, mientras pasaba su consulta.
La respuesta de los cuerpos de seguridad del estado Carabobo, cuya cabeza es
Francisco Ameliach, fue tomar los distribuidores de las primeras arterias
viales del estado, pero no para resguardarnos del hampa, sino para mantener en
una posición preventiva, a la guardia “del pueblo” y a la policía, por una
convocatoria de protestas que estaba rodando en el internet. Queda demostrado
que es prioridad para el régimen nacional y regional evitar a toda costa que la
gente manifieste su descontento antes que solucionar las causas que generan la
mala calidad de vida y la inseguridad.
Mientras todos
los sectores no entendamos que a este régimen no hay que ganarle sino sacarlo,
lamentablemente se van cerrando las opciones, quedando ya casi de última pero
como opción al fin, facilitarle las condiciones al sector institucional
castrense para que invocando los artículos 333 y 350 de la CRBV le devuelvan la legalidad a
las instituciones del Estado, pudiendo constituir una junta de transición que
dé paso a una Asamblea Nacional Constituyente reformulando y replanteando el
nuevo pacto social de la nación.
Solo espero que,
mientras eso sucede no siga recibiendo llamadas de familiares y amigos, para
despedirse pues se van del país, para dar la
lamentable noticia que alguien cercano fue robado o muerto a manos del
hampa, para avisar que se encuentran en el palacio de justicia o una clínica
pues las fuerzas de represión agarraron a su hijo(a) en una protesta por los cortes
de agua o electricidad, para ofrecer su negocio o bienes porque es insostenible
la situación económica y necesitan resolver algo de liquidez, o simplemente
desesperados buscando medicamentos que no se consiguen.
Bienvenidos a la
Venezuela del “madurismo”, donde los hampones están libres y quienes protestan
por ello los encarcelan. Lo bueno de las peores tormentas es que aunque causan
mucho daño, duran muy corto tiempo.
@dimitrybelov
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