El Carabobeño
¡Hasta cuándo!
Régimen sanguinario
El Nacional 12/01/2014
Pablo Aure
@pabloaure
No es la primera vez que hablamos de la inseguridad. Casi veinticinco
mil personas murieron el año pasado en las mismas circunstancias en las
que murió la exmiss Venezuela. Desde luego, el cruel asesinato de
Mónica Spear y de su esposo causó más revuelo porque se trataba de un
personaje conocido y muy querido, no solo por venezolanos, sino por
gentes de otros países. Algunos gobiernos alertan a sus ciudadanos sobre
el peligro que significa viajar a Venezuela.
Una banda denominada “Los Sanguinarios” que operaba desde hace años
en el sector El Cambur, en la Autopista Valencia-Puerto Cabello, acabó
con la vida de Mónica y de Thomas Berry. Supuestamente ya desarticularon
-en tiempo récord- la banda y lo que lamentablemente todo el mundo
infiere es que se hace necesaria la muerte de un personaje famoso para
que los organismos de seguridad actúen con eficiencia. No me vengan con
cuento: los organismos de seguridad sabían que esto venía ocurriendo y
no hacían nada para evitarlo. Hay cientos de bandas sanguinarias en todo
el país. Culpables por omisión.
Pero le movieron el piso a Maduro
Evidentemente, la tragedia de la muerte de Mónica le ha movido el
piso al régimen. La opinión internacional ha sido contundente en
desnudar la dramática situación que se vive en nuestro país. En quince
años sobrepasan los doscientos mil asesinatos. Nos preguntamos: ¿no es
esto una política de Estado para someter con mayor facilidad a la
población? Estoy convencido de que ciertamente este régimen pretende
acorralarnos y desmovilizarnos. Para ello emplea, sin dudas, a la
delincuencia. No otra cosa son los llamados “colectivos” armados que,
sobre todo, en Caracas operan bajo el ostensible patrocinio del
Gobierno. Encerrarnos en nuestras casas, si logramos llegar a ellas (si
no nos matan en el camino o entrando) es ganancia para un régimen
tiránico que nos quiere adormecidos.
Indiscutiblemente hay impunidad. Pero peor que la impunidad, es que
no se haya diseñado una verdadera política de prevención, que comience
desde la educación inicial. Ni el fallecido presidente, ni ahora su
heredero, dan demostraciones de paz, ni mucho menos muestras de querer
en verdad erradicar o disminuir la violencia.
Niños sanguinarios
La mayoría de los que hoy empuñan armas para atracar y asesinar en
las carreteras y calles de Venezuela son muchachos que crecieron con
este régimen. Tengo fresca aquella frase del difunto presidente cuando
dijo que en su mandato acabaría en menos de un año con los niños de la
calle. Hoy, muchos de aquellos niños de la calle son atracadores,
sicarios y sanguinarios. Es más, de acuerdo a las declaraciones del
director del Cicpc, el homicida que disparó contra Mónica Spear y su
familia tiene 19 años, es decir, tenía 4 años cuando el desaparecido
exmandatario asumió por primera vez el poder.
¿Sanguinarios matraqueros?
En Mariara pasando el túnel de La Cabrera, Autopista Regional del
Centro, también en el estado Carabobo, hace de las suyas otra banda de
sanguinarios, con el mismo modus operandi: colocan objetos contundentes
en la vía para ocasionar destrozos en los vehículos, para luego atracar o
asesinar a los ocupantes. La Guardia Nacional lo sabe ¿Por qué no hace
nada? ¿Es muy difícil combatir a esos malhechores? Claro que no. Lo que
pasa es que ese combate no es lucrativo para ellos, por lo que prefieren
realizar otras actividades menos riesgosas. Por ejemplo, garantizar la
parrilla a sus superiores en búsqueda de un ascenso o contar lo que hay
en el pote recolectado diariamente en la consabida matraca. No tienen
tiempo ni disposición y mucho menos guáramo para patrullar y enfrentarse
a los sanguinarios. Esa es la verdad. El militar que me lea sabe que lo
que digo es realidad. No tengo dudas de que hay guardias honestos en la
institución, pero los que están en puestos de comando hoy en día no lo
son.
¿Cambios o enroques?
Cuando Nicolás Maduro la semana pasada anunció los cambios
ministeriales, pensé que el primero en salir era el ministro del
Interior y Justicia, Rodriguez Torres, por su estruendoso fracaso en
garantizar la seguridad a la población. Pero qué va. Como si no tuviera
nada que ver con la inseguridad reinante en el país, fue ratificado.
Maduro hizo algunos enroques y dio premios de consolación a otros. ¿El
“Potro” ministro? Tampoco dijo nada de los euros que gastó la ministra
sustituida.
Los entendidos de los intríngulis del régimen castro-comunista que
dirige al país, dicen que a Rodríguez Torres no lo sacan porque es quien
le garantiza a Maduro una estabilidad a medias frente a ciertos
peligros que le acechan. Se habla mucho en ese sentido de Diosdado
Cabello. Mientras Nicolás Maduro, por mera necesidad o conveniencia (ya
que sabe que esto está a punto de colapsar) habla de diálogo para
compartir responsabilidades con gobernantes de la oposición, Diosdado no
quiere que dialoguen. Clara evidencia de que Cabello desea la
implosión, para quedarse con el coroto, pensará él.
Cuídate Diosdado
Pienso que Diosdado Cabello -nadie puede dudar de que es uno de los
duros del régimen- es el que tiene línea directa con militares y
colectivos irregulares tipo “La Piedrita”. Dicen que el apartamento
donde vivía la finada Lina Ron era de Cabello y se lo regaló. Dicen que
es quien controla los “colectivos” armados. Debe estar alerta. Él no es
ningún santo. Pero más diablos y con mucho más experiencia son los
Castro. Cuidado no vayan a estar tramando sacarlo del juego de repente
con una investigación o un juicio. A Maduro saben que lo manejan a su
antojo cual marioneta. No se extrañen entonces que le abran un
expediente y pretendan inhabilitarlo.
“Navaja de Ockham”
Conversando con mi amigo, colega, el profesor y extraordinario
abogado Lubín Aguirre sobre todo esto que está ocurriendo en el país, le
pregunto su opinión sobre el fracaso del régimen en todo lo que se
mete. Cómo es posible que el “chavismo”, antes, y el “madurismo” ahora
puedan fracasar en todos los ámbitos (en economía, seguridad, salud,
construcción de obras, etc). Cuál de todas las excusas o explicaciones
tiene sentido. Él me contestó: “Entre tantas excusas rebuscadas y
explicaciones dadas, como intervención de agentes del imperio, o la
guerra económica, etc. tengo que apelar a la idea conocida como la
“Navaja de Ock-ham”. Para mí es el método correcto para encontrar
respuesta a esa duda. Dice que entre todas las opciones la más acertada
ha de ser la más simple y obvia. En este caso, no cabe duda de que la
justificación es la intencionalidad. Es decir, los chavistas -dice-
buscan debilitarnos como pueblo y desmoralizarnos para de esa manera
someternos con más facilidad. Al fin y al cabo viviremos preocupados por
nuestra supervivencia y a la merced del Gobierno, sin fuerzas para
provocar un cambio y construir algo mejor. Cuba y Corea del Norte son
ejemplos”.
@pabloaure
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