Mientras se desarrollaba una protesta en la alcaldía de Valencia de
ex contratados que exigían reenganche, el equipo reporteril de El
Carabobeño fue agredido por los manifestantes, quienes los insultaron y
propinaron lesiones físicas.
Una mujer de camisa roja le haló el cabello a la periodista mientras
intentaba acercarse a la puerta de la alcaldía para hablar con el
director de Recursos Humanos del ayuntamiento, Iván López, quien se
había asomado para dar declaraciones. Improperios como “falta de
respeto”, “fascista” y “abusadora” le gritó sin dejarla avanzar.
Sin cesar en sus agresiones, unos 30 minutos después, la manifestante
golpeó en la cara y en el brazo derecho al fotógrafo mientras intentaba
captar las imágenes del rebullicio. En medio del escándalo, el chofer
en el cual se transportaba el equipo recibió de otro agresor una patada
en el estómago, cuando trató de detener la violencia contra el reportero
gráfico.
Cuando el videógrafo filmaba la escena, le fue arrebatado el carnet
que lo identifica como trabajador de este medio por un hombre alto,
moreno y vestido de rojo, que se mantuvo todo el día rondando a los
periodistas, vigilando los hechos y desafiándolos en repetidas
ocasiones.
El equipo de El Carabobeño fue escoltado por cuerpos de seguridad de
la alcaldía hasta el ayuntamiento. Recibieron asistencia médica y se
determinó lesiones menores en la cabeza y codo del fotógrafo, y el
cuello de la periodista.
El grupo de ex contratados estuvo en todo momento con actitudes
agresivas. Rayaron paredes y quebraron algunas ventanas de la alcaldía.
Contaban con cuatro autobuses privados y comida para todos. Se
identificaron como oficialistas y gritaban consignas en contra del
alcalde Miguel Cocchiola. “Somos chavistas ¿y qué?”, “Cocchiola ladrón”,
“Respeto a la ley del trabajo”.
Nota del bloguero
Todavía tengo fresca en la mente las imagenes del excalde Parra cuando un grupo de Valencianos estabamos protestando frente al Acuario de Valencia por muertes de Toninas. Así actuaba él, con guapetones contratados para agredir. Vean solo dos fotos de archivo, una donde aparece la mujer que me agredió en octubre del 2010 y otra donde está el convicto Parra junto a parte de su banda contratada para agredirnos (quizá organizando la acción). Recuerdo muy bien que gracias a la actuación de mi amigo Guillermo Manosalva quien me convenció que me montara en un carro de alguien que iba pasando hoy estoy escribiendo esta nota al pie de la reseña de el Carabobeño donde aparece una mujer fotografiada, y quien sabe si es una de las mujeres que también estaba en la protesta del Acuario en aquel octubre (cuando el exalcalde Parra gozaba de la confianza de sus camaradas) probablemente estuvo allí ese día y quizá también participó en la agresión, pues de su cara poco me acuerdo (por lo general borro de mi mente las caras degente sin corazón). Lo cierto es que en esa oportunidad había malandros, que hicieron de las suyas contra los que manifestabamos bajo la mirada complaciente de la Policia Municipal y la organización del recluso Edgar Parra. Oportuno resaltar que en el carro (una camioneta Jeep) en el cual me desalojaron del sitio, iba una familia con una niña que se aterrorizó al ver como con bates, palos y piedras los malandros contratados y pagados con dinero de la alcaldía arremetían contra el vehículo. Los vidrios rotos pero, más que eso, lo que siento y me aafecta es que estoy seguro que esa niña aún está traumatizada por el peligro que sintió ante la agrasión de esa banda de matones.
Así actuaba Parra, no se, si los que protestaron o "reclaman" y tomaron la alcaldía de Valencia tengan algo que ver con esas cuadrillas de malvivientes utilizada por Parra como bandas armadas para combatir a sus adversarios.
Cosas de la vida, Parra preso por presunta corrupción, su hijo disfrutando en el imperio, y los chicos malos (contratados en bolsas de trabajo) haciendo de las suyas. seguimos preguntándonos: ¿Hasta cuándo? Qué hizo la Policía Municipal ayer para impedir destrozos a la alcaldía que no puede ser ni roja ni azul, sino de los valencianos.
Pablo Aure
¡Valencia se respeta!
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