viernes, 3 de enero de 2014

A trece años de los "Generales en pantaletas"



Hace, 13 años, precisamente el 03 de enero del año 2001, salió publicada una carta en en un diario de circulación nacional y 5 días después una Juez Militar, acompañada de una "Defensora" Militar, y una Fiscal Militar junto a un pelotón de la Dirección de Inteligencia Militar se presentaron en mi casa con orden de allanamiento (y captura) por haber escrito esa carta intitulada Generales en pantaletas., la cual fue publicada  por el diario El Nacional. (Todo sucedió porque el mismo presidente, manifestó que militares en los cuarteles estaban recibiendo pantaletas, y a manera de satira escribí esa carta, que me llevó a la cárcel, pues ellos, los militares, les preocupa o les preocupaba más que les llamaran mujercitas a que los tildaran de corruptos)
El 8 de enero me trasladaron a los calabozos ubicados en el sótano de la DIM en Boletita en la ciudad de Caracas, al día siguiente, en la audiencia de presentación el juez militar acordó mi reclusión en la cárcel de Ramo Verde, en Los Teques.
Hoy a trece años de aquel aciago momento para mi familia, con dolor tengo que decir que la situación dentro y fuera de la institución castrense lejos de haber mejorado, no tengo dudas está en su peor momento. Una institución que se ha deteriorado al mismo ritmo, o quiza a un ritmo mayor, al deterioro del país. Una Fuerza Armada desmoralizada por la presencia de agentes distintos a ella y caracterizada por la corrupción y subordinación a agentes cubanos. Espero que los hombres y mujeres que hacen vida dentro de ella, algún día entiendan el papel que deben desempeñar en defensa de la Constitución. Tengo esperanzas que el bien triunfe sobre el mal, el honor y la gloria sean nuevamente sus insignias.
Hoy digo y sin temor a equivocarme: ojalá usaran pantaletas, pues las mujeres venezolanas son las que han demostrado más coraje para enfrentar este régimen oprobioso.
Pablo Aure
*Generales en pantaletas
En lugar de fuerzas castrenses deberíamos hablar de fuerzas castradas, pues en estos últimos meses han demostrado que le falta mucho de lo que le sobraba a nuestros ejércitos libertadores.
Vemos cómo militares de alto rango aparecen en actitudes poco menos que serviles sonriendo ante los discursos "graciosos" de su comandante en jefe. Quizás por esa razón al parecer muchos generales están recibiendo como regalos, delicadas prendas íntimas de vestir, femeninas.
Esa imagen de valientes, que algún día teníamos de los generales venezolanos, se nos ha desaparecido, y simplemente nos los imaginamos desfilando en Miraflores o en La Casona pantaletas multicolores.
Qué pena y qué desilusión siento como venezolano al pensar que esos señores son los encargados de defender nuestra soberanía.
Hoy se nos habla de que esta es una revolución pacifica. Yo diría que más que pacifica es timorata, indigna y oprobiosa. Lo que vivimos es una involución en lugar de una revolución. Pero lo que resulta peor aún, es que si algún venezolano dice algo en contra de lo que nuestro flamante Presidente hace, se nos tilda de enquistado en las cúpulas podridas del puntofijismo y con eso se nos estigmatiza; se nos dice que no entendemos el proyecto o que no es posible cambiar en dos años lo que ha venido corrompiéndose durante 40.
*Carta publicada el 3 de enero del año 2001 en El Nacional.

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