jueves, 19 de diciembre de 2013

Elecciones en universidades públicas son necesarias


En el marco de la pluralidad, de la alternancia y de los valores democráticos que deben conducir la vida universitaria, es imperioso señalar que existe la urgente necesidad de impulsar el proceso de elecciones en todas las universidades públicas cuyos períodos están vencidos, por lo que la primera acción de la UC en el próximo año debe ser continuar presionando con argumentos jurídicos al Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) para revocar la suspensión de los procesos electorales, pero también, debemos impulsar diálogos permanentes con todos los sectores de esta Casa de Estudios. Ese diálogo, debe ser con la finalidad de escuchar y exponer las razones de la conveniencia de la renovación y la conformación del claustro.

Quiero recordar a los ucistas que la única Ley que está vigente y que rige los destinos universitarios data de 1970, así como también es la Constitución las que nos dice como está conformado el claustro. No tengo dudas que se producirán largos debates en torno a la modificación de la estructura del claustro, donde empleados y obreros aspiran ser incluidos al igual que los estudiantes reclaman el voto uno a uno. Es decir, cada miembro de la comunidad representaría un voto. Eso hay que discutirlo, pero les confieso que no lo veo sencillo, pues de acuerdo a esa eventual conformación, para elegir una autoridad universitaria quizá resultaría hasta más complejo que para elegir a un alcalde o gobernador. De acuerdo a esa tesis, en la UC tenemos más de 140 mil egresados que también tendrían derecho al voto, 58 mil estudiantes y más de 13 mil trabajadores. Todos con derecho a votar. Creo que si aceptamos esa conformación estaríamos conduciendo a nuestras universidades hacia un escenario de ingobernabilidad y de dificultades electorales. Desgraciadamente el país está politizado en su máxima expresión y todo se ve desde un matiz electoral, cuando quizá la transformación menos necesaria en las universidades es la manera de elegir a sus autoridades. Es cierto, hay que transformarlas, pero la transformación electoral -bajo mi óptica- es la menos importante. Es puro populismo, lo cual debemos erradicar de nuestras universidades.

Ojalá aquellas universidades experimentales donde el Presidente de la República designa sus autoridades a dedo comiencen con el ensayo del voto uno a uno para ver cómo les va.Que ni siquiera han tenido elecciones para elegir a su centro de estudiantes y además no permiten la disidencia.

Estoy convencido que la situación socioeconómica de los jubilados es urgente abordarla, desgraciadamente acá en la UC en las gestiones anteriores, los tomaban en cuenta solo para lograr sus votos, pero durante el resto de la gestión los olvidaban. Creo que ese tema también hay que abordarlo sin ambages ni demagogia. Por ejemplo: preocupándonos  y ocupándonos en el pago de sus intereses y prestaciones, desde hace muchos años en la UC existe una institución llamada FOPEDIUC el cual pudieramos convertir en facilitador de sus pagos. Como Secretario propuse ante el Consejo Universitario la manera cómo hacerlo.      

Son muchas las razones que deben impulsarnos en estas acciones de renovación de autoridades, primero; porque somos una institución democrática, segundo; de principios republicanos, siendo necesaria la renovación periódica de sus autoridades, nuevos actores que dirijan la gerencia y política de nuestra Alma Mater. Volver al pasado es retroceder en los avances que reclama el país, sería un mal ejemplo atentar contra la alternancia desde las universidades, y tercero; porque la permanencia en el poder del mismo grupo o persona en un cargo perturba y produce ingobernabilidad. Creo y sostengo el principio republicano de que quien haya sido autoridad no debe volver a asumir el mismo cargo, porque caemos en un círculo vicioso que indefectiblemente destruye la institución.

En definitiva, las instituciones deben renovar a sus líderes periódicamente para no caer en la perniciosa pretensión de la eternización en el poder, la Universidad de Carabobo debe dar ejemplo republicano y de alternancia, tenemos connotados profesionales en las 7 Facultades que integran la UC con juventud, con títulos de cuarto y quinto nivel, lo que implica que poseen suficientes méritos que los hacen merecedores de ejercer cargos rectorales.

Finalmente y fiel a nuestro propósito renovador, ratifico que se requiere sangre nueva, vigor, talentos que emprendan nuevas acciones y roles en la institución. Ya es momento que nuevos actores asuman las riendas de la conducción ucista. Mientras eso ocurre debemos continuar cumpliendo con el compromiso que asumimos cuando fuimos elegidos y juramos  entregar nuestros cargos a las nuevas autoridades electas democráticamente y estas asuman sus responsabilidades. A la UC todos debemos protegerla y la renovación de sus autoridades es urgente y necesaria.

Prof. Pablo Aure
Secretario
@pabloaure

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