Si bien es cierto que el voto es una herramienta muy
fuerte para elegir a nuestros gobernantes y construir las democracias, no es
menos cierto, que en las dictaduras el arma más importante que tenemos los
civiles que anhelamos vivir en democracia es la protesta pacífica y sin armas
como lo estable nuestra Constitución y los tratados internacionales que
garantizan la protesta y la libertad de expresión como un derecho humano.
Hoy saldré a protestar por muchísimas
razones. Primero, para contribuir en la construcción de un sistema democrático;
segundo, para manifestar mi descontento contra esta dictadura que ha dividido
el país, fomenta el hambre, el odio, la destrucción de las empresas generadoras
de empleo y la escasez. Tercero, también manifestaré para que cesen las
persecuciones políticas mediante la aplicación del derecho penal del enemigo,
para que no utilicen las instituciones o los poderes públicos, sea la fiscalía,
la contraloría o el TSJ como verdugos de los disidentes. Protestaré contra la
inseguridad desatada en estos últimos años. Protestaré por el rescate de la
institucionalidad en el país. Protestaré contra la demagogia del régimen haciendo
creer que está haciéndoles un bien a los pobres cuando en realidad lo que hace
es atentar contra la estabilidad económica del país. Protestaré por los
olvidados y perseguidos políticos tanto por quienes están presos como por los
que están en el exilio.
Percibo y lo debemos aupar que se
acerca el momento de las definiciones, ya basta de seguir alargando una agonía
y la mejor manera de motivar es trasmitir la pasión por el valor que sentimos
hacia Venezuela. Que no se trate de la boca para afuera sino expresarla con el
corazón y en la calle. No se trata de retar al régimen, de lo que hablo es de
actuar corajudamente. Es cierto, corremos peligro porque son delincuentes
quienes hoy gobiernan y que no respetan ni las leyes ni nuestros derechos, pero
también es verdad que si nos acostumbramos aceptando las arbitrariedades del régimen,
le entregaremos a nuestros hijos y a nuestros nietos despojos de lo que fue una
gran nación.
El miedo no nos puede paralizar.
Es preferible caer en el intento a que el día de mañana futuras generaciones
nos observen como los cobardes que no tuvimos el coraje de enfrentarnos a las mafias
que hoy detentan el poder.
Amigos hoy protestaré porque
sueño con una patria en que todos tengamos el corazón y la decisión de vivir y
morir por ella.
@pabloaure
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