¡Hasta cuándo!
Patria querida
@pabloaure
Debemos admitirlo con dolor: los venezolanos no somos ni la
sombra de quienes nos independizaron. Muchas veces siento que nuestro himno
está compuesto por estrofas bonitas y valerosas, pero que no se parangonan con
la situación trágica que como pueblo hoy vivimos. Cuando cursaba la primaria en
San Carlos, estado Cojedes, específicamente en el grupo escolar “Eloy Guillermo
González”, y también en Valencia cuando comencé el ciclo básico de la
secundaria en el Instituto de Comercio Carabobo, dirigido por la siempre
responsable Subdelia Páez de Sevilla, y más adelante, el diversificado, en el
Pedro Gual, me llenaba de emoción al escuchar nuestro himno nacional que cantábamos
los estudiantes y que nos hacía querer y respetar a nuestro país. Confieso que internamente
vivía la letra de lo que cantábamos y era capaz de enfundarme de “bravura” a la
hora de defender los intereses de mi patria Venezuela. Me sentía parte de
verdad de un “bravo pueblo”.
Posteriormente, a finales de los setenta y comienzo de los
ochenta, al llegar a la Universidad, muy pocos de los que hacían vida
universitaria eran lo que ahora pudiéramos llamar “comeflores”. Cada quien con
su ideología defendía con coraje sus posiciones. Nada de tolerancia con posturas
entreguistas. Por aquella época asumimos de frente la defensa de la soberanía.
Que nadie nos tocara nuestro Golfo de Venezuela ni ninguna porción del
territorio. Nos sentíamos capaces de cualquier cosa para defender nuestra
soberanía. En la Facultad de Derecho realizábamos foros con expertos. Una vez
trajimos a Lara Peña que expuso su revolucionaria tesis de “las costas secas”,
aquellas que no generan plataforma continental. Nos preocupábamos por nuestras
fronteras, y percibíamos que nuestros gobernantes también ponían celo, así como
los militares de entonces. Todos se ocupaban de defender la patria frente a
cualquier intento de ser violada su soberanía.
Hoy pienso que nos hemos distraído en cuestiones absurdas,
que pensábamos superadas ya. Nos hemos olvidado del “Golfo de Venezuela” y, sin
mayor estupor ya oficialmente pintamos el mapa de nuestro país sin ni siquiera
dibujar la “zona en reclamación”.
Penetrados y humillados
Quién en su sano juicio pudo haberse imaginado que con un
gobierno militar, como el que en mala
hora tenemos desde hace casi 15 años, iba a ocurrir lo que estamos viendo en
materia de soberanía y defensa del territorio. Estimados amigos, estamos
presenciando inermes el mayor despojo que haya sufrido una nación y nos hemos
arrodillado ante los designios de otro país. Venezuela no está siendo gobernada
por un venezolano sino por la dictadura cubana. Y para mayor vergüenza,
nuestros militares son cacheteados por militares o milicianos castrocomunistas,
los mismos que en décadas pasadas asesinaron a nuestros patriotas militares que
lograron derrotar una invasión orquestada por Fidel Castro.
Hemos
aceptado, por otra parte, que la narcoguerrilla colombiana haga lo que le venga
en ganas en nuestras fronteras, y ya, incluso, en el centro del país. El
difunto se atrevió a reconocerles un estatus de beligerancia. Pues bien, si eso fue con el principal
enemigo de nuestros compatriotas que habitan en los estados fronterizos,
imagínense ustedes los acuerdos a los que pudo haber llegado con Guyana. Tan es
así -y ayer Henry Ramos, lo recuerda en entrevista que le concediera a este
mismo diario al acucioso periodista Alfredo Fermin- quien al preguntarle que si
era cierto que teníamos un país invadido, Henry contestó:
“Venezuela es un país invadido en diferentes sitios y con diversas modalidades.
La reclamación histórica pendiente con Guyana, está desestimada, desde 2008,
cuando Chávez dijo, en el Grupo de Río, que ese es un reclamo de un gobierno
adeco instigado por Estados Unidos. Maduro también le dio la razón a Guyana,
siguiendo la línea de Cuba para que, a ese país, no se le reclame el territorio
en disputa…”
Como sabandijas
Los Castro de Cuba son como las sabandijas, ellos intentarán
seguir desangrando nuestro país como hasta ahora lo han hecho. Utilizaron al
finado, que tenía liderazgo en la institución militar y, ahora, con mayor
facilidad procuraran continuar la destrucción nacional dirigiendo a la perfecta
marioneta de dudosa nacionalidad sacada como de una chistera. ¡Por Dios!
¿Maduro presidente? No tiene voz de mando, ni tampoco la preparación suficiente
para estar al frente del gobierno. Por esa razón fue seleccionado por el régimen
cubano. Era necesario un personaje así de gris y dócil para manejar el plan de
invasión. Maduro sin los Castro es un cero a la izquierda, y él lo sabe. Creo,
además, que él se enorgullece de ser manejado por esos asesinos y dictadores.
Probablemente tiene en su carga genética la misma manera de actuar.
Ramírez y la economía.-
Ayer, Rafael Ramírez, en el programa con José Vicente Rangel por
Televen, sin ruborizarse, dijo que la economía venezolana se arreglaría dentro
de 50 años. Estas fueron sus palabras: “El plan de la patria que nos dejó el
Presidente Chávez es nuestro plan. El de la burguesía es el de la antipatria. A
esta revolución le hacen falta por lo menos 50 años más para enderezar todos
los desequilibrios que hemos encontrado acá”. Vaya que el tipo es caradura. Llevan
15 años destrozando la economía venezolana y dice que la culpa es de los
gobiernos anteriores. En aquella Venezuela había cierta autonomía y respeto
institucional. Tan es así que fueron las instituciones “puntofijistas” las que
destituyeron y encarcelaron a un presidente constitucional. Hay que recordarle
a Ramírez que antes no teníamos que hacer cola para encontrar los productos de
primera necesidad y no solíamos pensar a cada rato que nos matarían o
atracarían si salíamos a la calle. Aceite, leche o harina la encontrábamos en
la bodega de la esquina. En cambio los bodegueros de esas esquinas, no es que
no tengan qué vender, sino que corren el peligro de ser saqueados si les llega
lo que cuesta encontrar.
El diputado Ricardo Sanguino ayer admitió que la inflación de
este año llegaría al 50%. Él es oficialista y maquilló los verdaderos
pronósticos que sobrepasan con creces esa cifra.
Vencer el miedo para
avanzar.-
Sigo pensando que la salida jamás puede ser la indiferencia
ante lo que sucede. No pensemos que con solo votar cada cierto tiempo y con un
árbitro tramposo nos zafaremos de esta plaga. La propuesta es activarnos en los
reclamos y hacer sonar nuestras voces donde nos encontremos. Los espacios
educativos son el mejor escenario para plantear crudamente la problemática
nacional. Siempre he considerado que desde las universidades pueden emerger las
mejores propuestas, eso sí, guiándonos no solamente por el sentido común sino
por la imaginación amalgamada con los estudios y experiencias vividas. En el
mundo se ha demostrado que el modelo de gobierno que se ha implantado en
Venezuela es nefasto para el progreso. Desune a los pueblos y se empobrecen
cada vez más. Mi propuesta sigue siendo la protesta, la denuncia y la discusión
(sin dejar de votar). No crean que no tengo miedo. Claro que estoy aterrado. Pero
ese temor que se apodera de mí es el de que mañana sea tarde para reaccionar.
@pabloaure
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