domingo, 4 de agosto de 2013

Las vacaciones de la protesta

Notitarde
A mí no me molesta, sino que ya me hace gracia. Este país es tan tropical, tan tropical, pero tan tropical, que la protesta se toma las vacaciones de agosto, tanto del lado del Gobierno, como de la oposición. Cada bando admite con toda tranquilidad, que la cosa no es para tanto, que se pueden tomar un tiempito más y que todo se resolverá, o no, después de las vacaciones.

La presidenta de la Fapuv, Lourdes Ramírez de Viloria, dice que este mes de agosto, los profesores van a esperar que el Gobierno los llame a negociar para buscarle una solución al conflicto que han mantenido durante todo este año. Si el Gobierno no cede en su posición en el mes de septiembre, el conflicto "se agudizará, pues no van a renunciar a sus derechos".

Según una compañera periodista, avezada en la cobertura de esta fuente, los profes han tenido que presionar antes de vacaciones, para que les paguen lo que les deben porque ya "se enfrió la cosa".

Otros que creen que el toro hay que agarrarlo por los cuernos, pero en septiembre, son los médicos, que a pesar de la gravedad del conflicto que empuja a las clínicas privadas a la quiebra y a ellos al desempleo, no se ven quedándose en Caracas en vacaciones, ni de casualidad. Esos serán los enfermeros, que no tienen con qué pagar un pasaje de avión ni le dan dólares por Cadivi o por Sicad.

Por ejemplo, la doctora y política Dianela Parra, que es vicepresidenta de la Federación Médica, dice que de no tener respuesta por parte del ministerio de la Salud para los llamados al diálogo, anunciarán (óigase bien, no declararán, anunciarán) un gran conflicto médico nacional, el 24 de agosto. En casi un mes.

Me acuerdo que hace tiempo cuando había encapuchados que quemaban cauchos en la UCV, dirigidos por algunos que son ministros ahora, la protesta y la quemadera era un asunto de los jueves hasta las 2 p.m. Los viernes no, Y los días feriados, tampoco. Entonces llamaban al grupo "Los doce del patíbulo", porque eran los únicos que quedaban protestando en la universidad, herencia de una época en donde el conflicto era masivo y no se tomaban vacaciones en las luchas ni se cuadraban las protestas con el Gobierno.

Reflexionando la cosa, lo que no se toma vacaciones es el desastre ciudadano: La sobrecarga de maleantes, ladrones, secuestradores, asesinos, violentos de toda laya, el alza de la comida y la escasez.

El almuerzo en la calle, aún el más barato, está al doble y las funerarias no están en la misma onda de los profesores ni de los médicos. Trabajan día y noche recibiendo al muerterío de los fines de semana en las cinco grandes ciudades de Venezuela y en las pequeñas también.

Y los ladrones, pues están educados en una lógica de ganar-ganar, así que trabajan a toda hora, todos los días imaginándose cada vez que nos ven, que allí va su dinero y que hay que agarrarlo, mientras más rápido, mejor. Y no sólo se trata de los rateros.

Por allí anda el exembajador de Estados Unidos, Otto Reich, demandando a tres empresarios venezolanos porque obtuvieron contratos quitándoselos a su empresa, entre 2009 y 2012, por más de mil millones de dólares, pagando sobornos por supuesto en Venezuela. Bueno, ¿y no y que las plantas de generación eléctrica se la estábamos comprando a los cubanos? Ya ni en el chavismo se puede creer. Y aquí uno pasando penurias, mientras según el exembajador Reich, estos hábiles empresarios con sede en Estados Unidos, le quitaron de la boca contratos superjugosísimos.

Así que insisto, mientras al país lo chupan por un lado y los que se supone que lo deben defender, andan de vacaciones los demás andamos rebuscando leche, azúcar, harina, aceite, dólares y paz, aunque sea mental.

(*) Periodista; editora jefe de la corresponsalía de Notitarde en Caracas.

E-mail: nuevatoledo@gmail.com

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