El Carabobeño 11/07/11¡Hasta cuándo!
PABLO AURE
Tanto va el cántaro al agua, hasta que se rompe. Así reza el proverbio español. Pues bien, Chávez tiene años diciendo que lo quieren matar; que el imperio o la ultraderecha lo quieren muerto. Los organismos de seguridad supuestamente han descubierto intentos de magnicidios. Una vez detuvieron a un hombre con una escopeta y en otra oportunidad denunciaron que derribarían el avión presidencial con un lanza cohetes. Han sido innumerables las advertencias sobre supuestos intentos de asesinato al máximo líder. Ahora, en esta ocasión, no han descubierto a nadie en particular, porque no fueron los gringos quienes estuvieron a punto de acabar con su vida, sino la mismísima providencia la que le ha picado cerquita. Se la han pasado jugando con la muerte para allá y para acá, y al parecer, la invocación ha sido oída. Ya son varios los prominentes líderes y figuras importantes del partido rojo, los que han sido tocados por la parca. Chávez instituyó el llamado a la muerte entre sus partidarios. Y ahora, que la muerte les está rozando ya ni siquiera quieren pronunciar la proclama "patria, socialismo o muerte" que los agrupa y la han sustituido temerosamente por algo así como "viviremos y venceremos". Pero, siguiendo con el refranero español "tarde piaste pajarito", o también aquél que dice.: "el que sueña que se va a morir, aunque sea fiebre le da".
Venezuela agoniza
Siempre he dudado de la veracidad de los padecimientos que anuncia el presidente. Pero, si es cierto que tiene cáncer, es necesario que tengamos presente -para recordárselo todos los días al presidente- que son miles las personas que hoy agonizan en nuestros hospitales; que han sido miles los venezolanos que no han podido superar sus dolencias porque en los centros hospitalarios del país no hay insumos para ser curados; que no olvide, o al menos se entere, de que los pobres no tienen la oportunidad que ha tenido él de disponer del patrimonio de todo el pueblo para curarse en otro país. Si lo dicho por Chávez es cierto -o sea, que ha superado su enfermedad-, nosotros, los venezolanos, no la hemos podido superar. Todavía existe una Venezuela enferma y en terapia intensiva que padece de algo peor de lo que sufre Hugo Rafael: está infestada con el virus del odio, del resentimiento, de la corrupción, de la injusticia, del atraso y de la desidia.
Un extraño libreto
No crean que hemos dejado de pensar en la posibilidad de que ese cáncer sea el diseño de una estrategia para infundir lástima y acercarse a los que no están ni con el gobierno ni con la oposición. Hay quienes afirman estudiando la historia, que estos regímenes comunistas son capaces de todo. Pero, si esto es así, es de suponer que el show no debe durar mucho tiempo, ya que de prolongarse por un largo período le sería muy difícil ganar las elecciones del próximo año. Si es una falsedad, antes de este diciembre debe presentarse como el hombre fuerte que superó una enfermedad gravísima. O sea, tiene que aparentar que es un súper hombre, a quien ni siquiera el cáncer lo pudo derrotar, por lo tanto, con mayor facilidad derrotará al candidato "majunche" de la oposición. Pero entiéndase bien, Chávez debe presentarse muy pronto con señales plenas de recuperación, por una razón más que elemental: ¿Quién va a votar por un hombre enfermo? Esa parte del pueblo que hoy es NINI, o indeciso, que ronda el 40%, jamás votaría por un hombre que está más allá que de acá. Sólo el chavismo duro votaría por un Chávez agónico. Esa es la parte del libreto que no hemos logrado descifrar ¿para qué decir que está enfermo a un año y medio de las elecciones? Podrá dar lástima, pero hasta allí, la compasión jamás se convertiría en mayor número de votos. Cuidadito si el tiro no les sale por la culata, para seguir con refranes.
Ratificando el desastre
El vicepresidente Elías Jaua hace algunos días anunciaba que se producirían cambios en el gabinete ejecutivo. Por cierto, fue quien anunció el primero de julio que Chávez vendría al país en los próximos 180; y no transcurrieron 72 horas cuando ya el presidente tocaba territorio nacional. Da la impresión de que existe una intención premeditada para que nada de lo que diga Jaua sea creíble. No sabemos cuál es la razón de haber ratificado su tren ministerial, porque con esa actitud se asume que las cosas marchan bien, que no hay nada que reprocharle a los ministros, que no hay un mal servicio de Corpoelec; convalida la masacre de El Rodeo, la inseguridad, el desabastecimiento, etc. Chávez ratificando a sus colaboradores glorifica el desastre en que se encuentra nuestro país.
Temor a los cambios
De la misma manera que nos imaginábamos cambios en el gabinete, también todo indicaba que habría cambios en el estamento militar. Pero nada que ver, todos ratificados. ¿Temor a qué o, a quién? Quizás no quiere pisar callos, para no generar malestar. Es un secreto a voces que Diosdado Cabello tiene mucho poder en el mundo castrense. Lógicamente al sustituir a algunos de sus cuadros en el alto mando es de suponer que de igual forma habría sustituciones en otras instancias que debilitarían la ascendencia de Diosdado sobre los hombres y mujeres de armas. Lo que no sabemos es hasta cuándo Chávez va a poder contener el hervidero que hay en sus huestes.
La transición
Volviendo al tema del cáncer de Hugo Chávez, y suponiendo que sea irreversible tenemos que pensar en una transición. Para lo cual necesitamos a alguien que aunque no sea del todo unificador necesariamente debe ser cercano al causante, no hablo de Adán, ni de Maduro, ni de Jaua, me imagino a un José Vicente Rangel que aunque no sea santo de la devoción de muchísimos opositores, debemos reconocer que es uno de los pocos chavistas que sabe tender puentes con la oposición, quizás es el único político rojo rojito que tiene mano zurda y derecha y en caso de producirse un desenlace fatal antes de las elecciones del año que viene, sería capaz de contener la anarquía que emergerá en ese complicado mundo oficialista, además por su edad no sería obstáculo para las aspiraciones de otros militantes del PSUV.
@pabloaure
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