lunes, 20 de junio de 2011

Gobierno de "pranes"


El Carabobeño 20/06/2011

Gobierno de "pranes"

PABLO AURE


Cuando me senté a escribir estas líneas lo único que me venía a la mente eran las imágenes de El Rodeo. Pensaba en las madres que tienen a sus hijos o esposos allá adentro. Bueno, en realidad nuestras cárceles no son cárceles, son establecimientos donde depositan a hombres o a mujeres hasta el día que salen vivos o muertos. Los establecimientos carcelarios son una especie de islas malditas, verdaderos infiernos. Lo que pasa en ellas no le interesa a este gobierno. La Guardia Nacional Bolivariana, o los agentes de custodia del Ministerio de Relaciones Interiores y Justicia, no entran porque saben que no serán bien recibidos. Los presos no los quieren porque ellos no se han sabido ganar el respeto; es un secreto a voces que muchos de dichos funcionarios se lucran con el chantaje y con el negocio del tráfico de armas y drogas. No tenemos por qué dudar que los responsables de que existan armas dentro de las cárceles sean, paradójicamente, los mismos encargados de vigilarlas.

Sigamos con el infierno carcelario

El sábado, el ministro El Aissami, para justificar lo injustificable, responsabilizó de todo lo que hoy ocurre en las cárceles a la Cuarta República. Dijo que "Masacres penitenciarias ocurrieron durante la 4ta República" Cierto. Pero, además, confesó algo que no ocurría antes, y es que el control dentro las cárceles no lo tiene el Gobierno, sino los propios presos. En efecto, en el caso de El Rodeo II, dijo el ministro que la actitud negativa de los 2 "pranes" del penal mantenía en jaque a 1.150 internos. O sea, son ellos quienes tienen el control y no las autoridades carcelarias. Es más, dijo que El Yofre y El Oriente -remoquetes de los "pranes"- tenían un nivel de "trastorno" y de "conductas violentas". Esa simple confesión es suficiente para que renuncie, pues, reconoce que dentro de la cárcel no hay una clasificación para ubicar a los internos dependiendo a su comportamiento previo y durante su reclusión, sino que la jerarquía está en manos de procesados.

Tarek: "mariscal de la derrota"

El problema penitenciario de El Rodeo y de otras cárceles, no es nada nuevo en Venezuela. Lo que ha ocurrido es que desde hace más de diez años se sabe que existe un control interno en esos establecimientos al margen de la ley. Los "pranes" son los titulares de la autoridad y la ejercen sin miramientos al margen de la dirección de los penales. Esto es en toda Venezuela. Resulta imperdonable que esa organización se haya venido fortaleciendo con conocimiento del Estado. Las armas en poder de los presos existen porque les han sido vendidas por quienes ejercen su custodia. Ahora, en una pose satánica, se apela a la solución final con las armas de un gobierno inmoral y fracasado, que en tres días lleva perdida la batalla emprendida contra "los pranes". El otrora digno y ejemplar Ejército venezolano pierde una batalla en un escenario donde en el arte de la guerra cuenta con todas las ventajas. La crueldad de la intervención donde aún no se sabe nada de sus resultados, ha sido respondida con una fuerza interna que no midieron. Están perdiendo la guerra con minusválidos, privados de libertad y encerrados. Ese no era el camino. La solución penitenciaria no es la militar. Se volvieron a equivocar y ahora existe, de acuerdo con los informes de familiares, decenas de muertos. Fue un ataque brutal sin ninguna justificación y sin precaver las condiciones del enemigo interno. Quien ha impuesto el desorden y el caos no puede venir ahora a derrotarlo.

Basta de mentiras

Echarle la culpa a la 4ta no sólo es irresponsable, sino que se ve como un acto de cinismo, de maldad o, en el mejor de los casos, de burla, que desde luego es detestable. Quizá ya no esté dentro de las cárceles, ninguno de los presos que estaban hace 13 años. Pero es que si este gobierno se comportara con seriedad y estuviera decidido a resolver el problema carcelario, hace mucho tiempo estuviera resuelto; pero le ha faltado voluntad porque dinero ha tenido de sobras. En el año 1999 se aprobó una Constitución que supuestamente iba a acabar con todas esas injusticias y maltratos que ocurrían en los establecimientos penitenciarios. De eso se llenaban la boca los constituyentistas. El artículo 272 es claro: "El Estado garantizará un sistema penitenciario que asegure la rehabilitación del interno o interna y el respeto a sus derechos humanos. Para ello, los establecimientos penitenciarios contarán con espacios para el trabajo, el estudio, el deporte y la recreación, funcionarán bajo la dirección de penitenciaristas profesionales con credenciales académicas universitarias, y se regirán por una administración descentralizada, a cargo de los gobiernos estadales o municipales, pudiendo ser sometidos a modalidades de privatización. En general, deberá preferirse en ellos el régimen abierto y el carácter de colonias agrícolas penitenciarias. ..." Nada más alejado de la realidad.

Bomba de tiempo

Después del "asalto" a El Rodeo II, se procedió a trasladar a cientos de internos hacia otros internados judiciales. Desde ya deben emprender una verdadera política carcelaria comenzando con clasificar a los procesados y penados tomando en cuenta la edad, naturaleza y tipo del delito, grado cultural, profesión u oficio, estado de salud, características de su personalidad y la naturaleza y duración de la pena. Si no lo hacen, más temprano que tarde veremos brotes parecidos a los que sucedieron la semana pasada en El Rodeo. No puede ser que se incumpla algo tan elemental en el tratamiento carcelario como lo es establecer un régimen de observación desde el mismo momento que el procesado ingrese a un establecimiento carcelario para determinar su sitio y grupo de reclusión. Lamentablemente, hay que decirlo, no sólo no hemos avanzado nada en materia penitenciaria, ni judicial (y que lo diga el diputado Escarrá, para quien éste es el poder judicial más corrupto que ha conocido) y por el contrario nos dan a conocer que ahora en las cárceles gobiernan los "pranes".



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