lunes, 2 de mayo de 2011

Elecciones y dictadores de izquierda











El Carabobeño 02/05/2011


¡Hasta cuándo!


Pablo Aure


Ni despertamos ni reaccionamos
Las últimas horas han estado muy movidas por las noticias internacionales. Desde el matrimonio del príncipe Guillermo, pasando por los bombardeos sobre la residencia de Gaddafi; y ayer, la beatificación de Juan Pablo II, el Papa "amigo" que, sin lugar a dudas, dejó profundas huellas en el corazón de millones de personas por todo el mundo. Juan Pablo II nos dijo a los venezolanos que despertemos y reaccionemos. Es el momento: ni hemos despertado, ni mucho menos reaccionado. En los avances de El País de España, al momento de escribir esta columna pude leer: "El gigante que doblegó a Marx ya es beato". Así describió Benedicto XVI durante la ceremonia de la beatificación a Juan Pablo II. También dijo: "Devolvió a la fe la esperanza usurpada por el marxismo". Juan Pablo II tuvo una gran misión, tomar el timón de la barca de San Pedro en tiempos de guerra fría. El "gigante" de la fe estuvo de pie como un verdadero seguidor del Cristo cuyo Reino de Justicia no es de este mundo, en donde la conciencia de clase que trae el comunismo y que sus seguidores lo resuelven con el odio, los cristianos lo resuelven con el amor, así se convirtió en apóstol de la verdad para Europa, acabando el totalitarismo con su presencia y palabras sin cortapisas en Polonia, en Rusia y en América Latina. Hoy, en Venezuela, el comunismo está haciendo estragos, y el pueblo sigue sumido en un largo letargo. No reaccionamos. Nos distraemos con banalidades. Nos apuramos en los asuntos triviales y no nos decidimos a tomar el camino de los grandes cambios. No soportamos esperar que la luz cambie de rojo a verde para arrancar en los semáforos, nos comemos la luz, compramos un número al portero del banco para pasar de primero por la taquilla. Nos desesperamos con tonterías y el desasosiego nos abruma. Pero llevamos 12 años soportando un gobierno mentiroso y usurpador.

¿Comunismo sale con votos?
Mientras sigamos sin entender ni poder reconocer a qué clase de gobierno nos estamos enfrentando, seguiremos equivocándonos en la manera de combatirlo. Se trata del comunismo. Y la Historia nos ha enseñado que de esa pesadilla no se sale fácilmente ni con métodos convencionales. No se puede pensar que lo vamos a enfrentar con acciones espasmódicas, ni con discursitos banales en radio o televisión. Tampoco con las redes sociales ni en las salas de redacción de la prensa escrita. Repito, de algo sirve la Historia. Lo que tenemos arriba es una cruenta bota militar con muchísimo dinero, además. Decididamente el camino para abatir estos modelos dictatoriales no es el lineal ni el convencional. Por lo tanto, una sola medicina no funciona. Hemos sido muy tímidos -para no decir cómodos- no sólo a la hora de emprender iniciativas para combatirlo, sino a la hora de concienciar a nuestra gente, quienes, cual ilusos, pueden caer por inocentes pensando que la cuestión es comiquita. Hay que darles con todo, desde luego, echando mano de los medios permitidos constitucionalmente. No me cansaré de repetirlo: esto no es democracia, ni funciona con apego a los lineamientos de la Carta Magna. No nos engañemos. Luego, mal podemos pensar que utilizando exclusivamente los pañitos convencionales, propios de los sistemas democráticos, en Venezuela estaremos suficientemente aptos para abatir este malévolo modelo de dominación, amparado en la mentira, la mediocridad y el resentimiento para aprovecharse del poder una clase corrupta, que engulle sin perplejidad alguna los recursos de todos los venezolanos. También hay que advertir que la mezcla de militares con narcotráfico, que todo el mundo sabe del peso que ejerce, tratará siempre de mantener incólumes sus intereses. De manera que la cosa no es muy sencilla. Apoyo las primarias, y todo lo que civilizadamente sirva para salir del comunismo. Pero, que conste, eso para mí es solo un paso, y no suficiente. Tenemos que advertírselo a los electores: el comunismo no entiende de alternancia: son ellos o nadie. Y para ello no tienen escrúpulos en usar las armas de la República. Sea quien sea el ganador en las primarias de la Unidad, que quede claro: en la Venezuela de hoy jamás ganará elección alguna, ni se derrotará a un dictador militar comunista comiendo flores, y pelando los dientes en las pantallas de televisión.

1º de mayo
Ayer celebraron su día los trabajadores, más empobrecidos y diezmados que nunca. La otrora clase obrera venezolana, nadie lo duda, está prácticamente desaparecida. Desde un comienzo este gobierno comunista, a pesar de lo mucho que predican a favor del proletariado, supo que sólo una clase obrera sumisa y monocromática era lo que le convenía. Y en alguna medida, los altos ingresos petroleros han servido para lograr ese objetivo. Con las expropiaciones, los sindicatos que antes eran fuertes y representaban la defensa de sus intereses laborales, han tenido que rendirse, y muchos ya han desaparecido. Pues bien, con la restauración de las libertades en Venezuela, una de las instituciones que tendremos que reponer en la escena, tendrán que ser los sindicatos fuertes y multicolores que verdaderamente defiendan a sus afiliados y que no respondan a lineamientos de ningún caudillo o partido. Feliz día a todos los trabajadores.


@pabloaure

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