lunes, 6 de diciembre de 2010

Parra muy devaluado


El Carabobeño 06/12/10
¡Hasta cuándo!
Parra muy devaluado
Pablo Aure

Cada día se nota más que al Alcalde de Valencia se le está volteando el santo. La semana pasada su poder de censor se desvaneció, y ya tenemos a nuestro vecino "Pancho" Pérez escribiendo nuevamente. Sin bozales ni ataduras, sin miedo, y a sabiendas de que su palabra impresa puede molestar a los déspotas, desde hoy tenemos al valiente periodista develando verdades que dejan a la vista de todos lo putrefacto que es por dentro esta revolución de pacotilla que hoy nos atormenta. Celebro que Pancho esté nuevamente en el terreno donde él sabe lidiar, el de la escritura y el periodismo objetivo y veraz. Desde luego, a los tiranos no les gusta ese ambiente porque buscan siempre imponerse a como dé lugar, y si es mediante el atropello y la represión, lo hacen sin despeinarse. Siento expresar que, a pesar de conocer a hombres y mujeres de bien dentro del Poder Judicial venezolano -y en especial del carabobeño-, sabemos que aquí no hay justicia, al menos en los casos que mueven intereses políticos. Me da la impresión de que al Alcalde Parra no le han dado apoyo en Caracas, pues sin dudas que si él estuviera en la cresta de la ola, o en las buenas con las alturas del poder, la sentencia no hubiera sido la misma. No porque Pancho haya difamado o injuriado al burgomaestre valenciano sino porque aquí no hay separación de poderes, y para vergüenza de la justicia, se sentencia como lo ordena el caudillo comandante y su sala situacional. Hoy no felicito a Pancho Pérez por la sentencia sino por su vocación de luchador al servicio de sus asiduos lectores que, nuevamente, y por ahora, tienen la oportunidad de leer "En Secreto" después de un largo castigo que les impidió leerlo. Creo que cuando a un periodista lo condenan por cumplir su trabajo de informar, la peor parte la recibe la comunidad a quienes les impiden poder saber qué hacen sus gobernantes.

La historia se repite

Hace 11 años, Venezuela vivió una situación similar a la que hoy nos aflige. En el año 99 el deslave de Vargas dejó decenas de miles de muertos y damnificados. Pareciera que este régimen está signado por la tragedia. La Constitución emblema de Hugo Rafael nació justamente el mismo día en que morían miles de venezolanos arrastrados por las aguas. Recuerdo que por aquella época se hablaba de grandes proyectos para reconstruir al estado Vargas. El presidente prometió casas dignas para los damnificados. Vayan a ver dónde están esos damnificados de ayer: o viven arrimados, o en ranchos, o en las mismas viviendas averiadas que tuvieron que abandonar hace 11 años. La razón, muy sencilla: corrupción y mentiras presidenciales. Ojalá puedan leer los periódicos que reflejan la tragedia de Vargas, y observen lo que Chávez decía (cuando tardíamente apareció) para que se den cuenta de que son las mismas mentiras que hoy repite. Promesas. El bla, bla, bla, con el que hoy emboba -yo diría, envenena- a la gente necesitada. Chávez critica hasta más no poder a EEUU, pero qué envidia me embarga cuando veo las autopistas y calles sin huecos, por cierto, quizás construidas o reparadas con petróleo venezolano. Chávez insulta al gobierno estadounidense con el mismo ímpetu con que denigra a los empresarios venezolanos. No encuentro una razón distinta a la que brota de su carga de resentimientos, y de odiar la eficiencia y la prosperidad de los demás. En agosto del 2005, el huracán Katrina acabó prácticamente con Nueva Orleáns, y hoy, a 5 años y medio de ese desastre natural, los invito a que observen y comparen con el estado Vargas a 11 años de la tragedia, para que noten la diferencia entre la ineptitud del socialismo del siglo XXI para atender y resolver los problemas, y la eficiencia de los gobernantes que utilizan los impuestos de la gente para dar respuestas prontas y sin demagogia. Mientras escribo estas líneas pienso: cuál hubiera sido la diferencia si en lugar de Chávez hubiésemos tenido a un Lorenzo Mendoza en la Presidencia de la República en estos 11 años de tragedia roja rojita. Insisto, qué avances tendríamos en materia de servicios públicos, vialidad, salud o empleo, con tantos miles de millones de dólares que hemos obtenido por la exorbitante renta petrolera. He allí la diferencia entre los que gobiernan para construir pueblos y los que gobiernan para destruir o arruinar naciones pensando únicamente en eternizarse en el poder. O sea, esa es la diferencia entre un sistema de gobierno como el de EEUU y uno como el de Hugo Rafael.

Universidades en aprietos

Desde hace rato hemos venido alertando de los peligros que acechan a nuestras casas de estudio superiores. Ya no es el estrangulamiento presupuestario o el auspicio de sindicatos o asociaciones estudiantiles gobierneras. No es solamente eso, que bastante daño han causado. Pero como no han podido imponer su funesto modelo vía electoral, lo hacen a través de los Poderes constituidos, entiéndase, la Asamblea Nacional, o el mismísimo Presidente mediante decretos leyes. Se cocina una Ley que pretende regir los destinos de las Universidades, pero por cosas propias de esta locura que se han empeñado en llamar revolución, los universitarios no la conocemos. Con un argumento falaz de supuesta democracia "participativa", alardean de que aquí se le consulta al pueblo, cuando la realidad es que el pueblo a este gobierno le importa un rábano. Nos dicen que participemos en las discusiones, pero al mismo tiempo nos ocultan lo que se traen entre manos. Por ejemplo: es un secreto a gritos que antes de que se juramenten los nuevos diputados, esta moribunda Asamblea Nacional, cumpliendo órdenes del "comandante presidente" (que es la manera cursi como le gusta ser mencionado) sancionará varias leyes, entre ellas la Ley de Universidades. Pues bien, lo menos que deberíamos hacer los universitarios a quienes nos preocupa el futuro del país y en especial de las Universidades, es ir a la Asamblea Nacional para solicitar que nos enseñen el proyecto que ellos están -y que- discutiendo. Para ello, el Consejo Universitario de la UC, acordó realizar esa visita al Palacio Legislativo este jueves 9 de diciembre; también los Núcleos de Secretarios y Vicerrectores Académicos aprobaron acudir a ese llamado. Señores, no permitamos que sigan legislando a espaldas del pueblo. La cita es el jueves 9 a las 6 de la mañana en el Rectorado o en Bárbula donde se encontrarán unidades para transportar a quienes quieran asistir a Caracas, con el único objetivo de exigir respeto para las Universidades.


Twitter: @pabloaure


No hay comentarios:

Publicar un comentario