lunes, 23 de agosto de 2010

La inseguridad ahora es de todos


El Carabobeño 23/08/2010
¡Hasta cuándo!
La inseguridad ahora es de todos


No les cuentes a otros tus dolores de parto. Muéstrales al niño.

Indira Gandhi


Pablo Aure

Hablar de muertes sólo es del agrado y desde luego lo permite el régimen siempre y cuando esos decesos sean considerados como el producto del “problema crónico que arrastra nuestro país desde hace décadas” y no de malas políticas criminales del chavismo, pues el dictador insiste en hacer creer que su gobierno es el único que ha abordado las causas profundas de este mal. ¡Vaya manera de abordar el problema: la prohibición de mencionarlos! A pesar de ser la inseguridad un flagelo muy serio y que nos afecta a todos por igual, a funcionarios muy cercanos al Presidente le causa no sólo risas sino verdaderas carcajadas. Bueno, dirían por ahí: cada loco con su tema. Aunque aquí más que locura hay una clara demostración de cinismo gubernamental. Son once años los que Hugo Chávez ha estado gobernando los destinos del país, y no es que no ha sido capaz de siquiera disminuir los índices de homicidios o de delitos en general, sino que los ha elevado a cifras sumamente alarmantes. Gracias a Chávez y su revolución macabra Venezuela lidera el número de muertes violentas. De acuerdo con un trabajo publicado por El Nacional se evidencia que la tasa de homicidios se ubicó en 75 por cada 100.000 habitantes, esto es, tres veces más que la media de Latinoamérica (25 por cada 100000). El año pasado fueron asesinadas 19.133 personas en nuestro país. La información está contenida en un estudio elaborado por el Instituto Nacional de Estadísticas por petición de la Vicepresidencia de la República, entre el 16 de agosto y el 16 de noviembre de 2009, estudio que se presentó al Gobierno en mayo de 2010. Preguntamos: ¿cómo vamos a ocultar lo que está sucediendo si para nadie es un secreto que todos los venezolanos hemos vivido muy de cerca situaciones como éstas? ¿A quién en este país no le han matado un amigo, o ha sido víctima de un atraco en su entorno familiar? Nadie se escapa de la ola de violencia. No diré que el Gobierno tiene las manos metida en esto directamente, pero no vacilaría jamás en imputarle su ineptitud para disminuir estas cifras espeluznantes.

Nadie está seguro

En menos de siete días es mucho de lo que se puede hablar, son demasiados los delitos que se cometen en Venezuela: homicidios, secuestros, robos, hurtos... de todo ocurre; son pocas las cosas buenas de las que podemos hablar. No es porque no lo queramos, es simple y llanamente porque no ocurren. ¿Qué venezolano no se sentiría feliz por las cosas buenas que puedan pasar?, pero lamentablemente lo que está a la vista es macabro... una política destructiva. Mejor no ha podido bautizar Hugo Chávez su campaña: demolición. Es lo que ha venido haciendo. Todo lo acaba. Qué desgracia lo que estamos viviendo. El lunes pasado leí una noticia que nos daba cuentas sobre un hecho en la Ciudad Hospitalaria Enrique Tejeras en Valencia: un paciente fue acribillado a balazos cuando estaba en la sala de recuperación después de haber sido intervenido quirúrgicamente por recibir varios tiros. O sea, después de un fallido intento, los asesinos acudieron al hospital para perpetrar su cometido. Por otro lado, se dijo que a la esposa de Luis Tascón la habían robado mientras era velado su esposo. Asimismo leíamos: “Un mayor del Ejército, de 38 años, fue asesinado aproximadamente a las 9 de la noche de este sábado, cuando se encontraba reunido con su familia en la casa de su madre, ubicada en la urbanización El Naranjal II del municipio Naguanagua”. Atracos, asesinatos, secuestros son el pan nuestro de cada día. No importa en el lugar en que te encuentres. De viaje o estacionado; en tu casa o de compras, en las calles o “fuertes” militares. Seguíamos leyendo: “Asaltado colectivo con 52 pasajeros que se dirigían al oriente del país”. La lista es interminable de sucesos similares.

¿Indisciplina militar?

Algo que dio de qué hablar este fin de semana fue la siguiente información: “soldado le disparó a sus víctimas y huyó. Asesinó a un capitán y a un teniente e hirió a seis militares en Fuerte Tiuna”. De ella se tejieron diversas especulaciones, pero ese acontecimiento, de acuerdo a mi apreciación no constituye algo más que un hecho aislado, propiciado precisamente por la falta de exámenes psiquiátricos que deberían practicarle continuamente a todos los integrantes de la Fuerza Armada Nacional. No es en vano aquella expresión: “fulanito es más peligroso que un loco con un fusil” No tengo conocimiento de los motivos que provocaron este evento, pero lo que causa estupor, y refleja la ineptitud que subyace en toda la gestión, es que el asesino se haya podido escapar de Fuerte Tiuna. Si eso es así, qué podemos esperar. Me hizo acordar de la fuga de Carlos Ortega, que se les fue de una cárcel militar de máxima seguridad supuestamente. Bueno, los ciudadanos de a pie lo que sienten es poco menos que desasosiego. Por ahí, me llegó una información de que el comandante de ese Batallón supuestamente es el Teniente Coronel Chourio Andrade, quien desde el grado de capitán ha estado en el círculo de seguridad más íntimo de Chávez. Dicen que el soldado asesino lo persiguió también a él para matarlo junto a un cubano encargado de proferir los castigos disciplinarios a la tropa.

Jurisdicción militar a la carta

Para los que se preguntan por qué designaron a un fiscal especial de la jurisdicción ordinaria y no a uno militar, les explico: la justicia en este gobierno militarista utiliza la jurisdicción militar a su conveniencia. Muchos son los que han sido condenados por la “justicia” militar o están tras las rejas por orden de un juzgado castrense. Por eso surge la pregunta de por qué aquí se acude a la jurisdicción ordinaria. La respuesta la encontramos en las leyes y en la doctrina. Acá no hay dudas que sí están aplicando bien la norma, pues, si bien es cierto que el delito se produjo en instalaciones militares, y entre militares, al estar contempladas acciones como esas (homicidio y lesiones) en el código penal le corresponderá a la jurisdicción penal ordinaria conocerlo; para que pueda ser juzgado en jurisdicción castrense se requeriría que el delito fuese estrictamente militar, por ejemplo la deserción.


Twitter: @pabloaure

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