¡Hasta
cuándo!
La Universidad no se
rinde.
@pabloaure
La compleja situación venezolana cada día adquiere una
asombrosa apreciación. Parece un cuadro extraño, extraído del surrealismo.
Vemos colas para sacar el “carné de la patria”, colas en los supermercados y en
las panaderías. Desde hace algunos días, y no obstante denunciar que padecemos
una cruenta tiranía, también observamos colas para “validar” algunos partidos
políticos. Constantemente circulan por las redes fotografías de muertes por encargo, o en circunstancias
desconocidas. Ya es común observar videos o ser protagonistas pasivos de
atracos. A nadie sorprende la gran cantidad de niños en brazos de mujeres que
no parecen ser sus madres o familiares pidiendo limosnas en los semáforos, cuidadores
de carros en plenas vías públicas con un cartel en el cuello indicando la
tarifa de vigilancia. Esa es parte de la Venezuela que hoy tenemos. Pero así
como vemos las anteriores miserables escenas, por otra parte nos topamos con
inauguraciones de majestuosas obras o entregas de casas. Mientras todas estas
contradicciones ocurren -y mucho más- nuestros presos políticos siguen presos.
Solo algunas voces en la distancia se escuchan como para enaltecer la figura de
alguna organización política, pero no para denunciar la barbarie que está
instaurada en el país desde hace casi cuatro lustros.
Es menester la coherencia para lograr los objetivos y no
distraernos en lo que nos debería ocupar. Somos muy dispersos en las luchas.
Claro, no tengo dudas de que es una estrategia perfectamente diseñada por la
dictadura: crear varios focos de distracción mientras sigue avanzando en sus
objetivos destructores.
Universidad al servicio
de la patria.-
En defensa de nuestra comunidad.-
Sin pretender distraernos, aún más de lo que estamos, debemos
retomar un aspecto vital para nuestro país, se trata del asunto universitario.
En tal sentido me referiré a varios aspectos. El primero: al secuestro en las
mazmorras de una cárcel militar de un catedrático de nuestra centenaria Casa de
estudio. En efecto, el doctor en economía Santiago Guevara, permanece de manera
arbitraria detenido desde hace más de tres semanas bajo órdenes de un juez
militar. Su detención está fundamentada en lo recogido de un expediente
fabricado en el basurero de la mentira y de la vergüenza. No puedo calificarlo
de otra manera. Decir que Santiago Guevara es traidor a la patria, no solo
atenta contra la inteligencia de los ciudadanos, sino que es una afrenta a la
Universidad de Carabobo, pues señala a nuestra alma máter como una institución
conformada por traidores a la patria, cuando la realidad es todo lo contrario:
que somos una institución al servicio de la patria, de donde no solamente
egresan excelentes profesionales, sino que sus profesores forman ciudadanos al
servicio del país.
No olvidemos nuestras luchas por la libertad de los presos
políticos, en este caso por el científico de la economía Santiago Guevara, el
silencio de un universitario ante esta monstruosidad “milico-judicial” nos
disminuye como universitarios cuya esencia primordial es la pluralidad y la libertad. La
irreverencia y la solidaridad deben acompañar nuestros pasos hasta conquistar
la libertad plena del profesor Guevara. Hagámonos respetar, de lo contrario
estaremos siempre expuestos a las tropelías gubernamentales.
Por el rescate de la dignidad.-
Compañeros universitarios, de manera sistemática el régimen
ha venido horadando la dignidad universitaria. Los sueldos son de hambre y el
presupuesto asignado a las instituciones universitarias son simbólicos como
para verlas agonizar con el transcurrir del tiempo. Imposible mantenerlas con
lo que desde la administración central se les asigna desconociendo desde hace
rato su autonomía que claramente establece que el presupuesto lo aprueba el
Consejo Universitario, desgraciadamente el régimen se mofa de nuestras
peticiones y a cuenta gota nos envía uno que otro recurso luego de largas horas
de explicaciones y adulaciones.
La investigación cada día va en retroceso, no puede ser de
otra manera, no tenemos los recursos necesarios para adquirir reactivos. No
hablaré de la infraestructura que acusa la inclemencia del tiempo y se nos
dificulta repararla. A pesar de la escasez permanecemos activos. No puedo
ocultarlo, estamos debilitados. El turno nocturno peligra porque la
delincuencia está desbordada, y tampoco tenemos las unidades de transporte. No
son suficientes para trasladar a nuestros bachilleres. Mientras el Ejecutivo
nacional hace alarde de la adquisición de flotas de material de guerra, los universitarios
clamamos por unidades de transporte para trasladar y educar a quienes deberán
tomar las riendas del país más temprano
que tarde.
Nos quieren ver sumergidos en el mar de la anarquía o en el
de la deslegitimación. A Dios gracias,
aquí en la Universidad de Carabobo nuestra rectora Jessy Divo ha sido
una estratega para mantener a flote una embarcación que desde hace bastante
tiempo han intentado hundir ¡No lo lograrán!
Si queremos hacernos respetar, lógicamente debemos plantarnos
como verdaderos universitarios ante un gobierno que apuesta a nuestra
destrucción. Cuando digo plantarnos es hacer retroceder al adversario (en este
caso al enemigo) hasta deponerlo con la fuerza de la razón y el espíritu que
debe florecer en cada uno de nosotros como formadores del presente y del
futuro. Tenemos las herramientas necesarias para lograrlo. Somos millones y nos
asiste la verdad. Solo nos queda organizarnos y unirnos sin mezquindades.
Fundación transporte UC.-
Para finalizar no puedo dejar de mencionar que en el próximo
Consejo Universitario propondré la creación de la Fundación Transporte UC, con
la única finalidad que con el aporte que ella reciba poder mantener en la
medida de las posibilidades algunas unidades activas para coadyuvar en las
reparaciones menores, y evitar ver varados bien sea en la calle Cedeño o en La
laguna de Faces a estudiantes que anhelan llegar a la UC y luego devolverse a
sus hogares.
Pablo Aure
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