lunes, 13 de marzo de 2017

La Universidad no se rinde

¡Hasta cuándo!
La Universidad no se rinde.
@pabloaure
La compleja situación venezolana cada día adquiere una asombrosa apreciación. Parece un cuadro extraño, extraído del surrealismo. Vemos colas para sacar el “carné de la patria”, colas en los supermercados y en las panaderías. Desde hace algunos días, y no obstante denunciar que padecemos una cruenta tiranía, también observamos colas para “validar” algunos partidos políticos. Constantemente circulan por las redes fotografías  de muertes por encargo, o en circunstancias desconocidas. Ya es común observar videos o ser protagonistas pasivos de atracos. A nadie sorprende la gran cantidad de niños en brazos de mujeres que no parecen ser sus madres o familiares pidiendo limosnas en los semáforos, cuidadores de carros en plenas vías públicas con un cartel en el cuello indicando la tarifa de vigilancia. Esa es parte de la Venezuela que hoy tenemos. Pero así como vemos las anteriores miserables escenas, por otra parte nos topamos con inauguraciones de majestuosas obras o entregas de casas. Mientras todas estas contradicciones ocurren -y mucho más- nuestros presos políticos siguen presos. Solo algunas voces en la distancia se escuchan como para enaltecer la figura de alguna organización política, pero no para denunciar la barbarie que está instaurada en el país desde hace casi cuatro lustros.
Es menester la coherencia para lograr los objetivos y no distraernos en lo que nos debería ocupar. Somos muy dispersos en las luchas. Claro, no tengo dudas de que es una estrategia perfectamente diseñada por la dictadura: crear varios focos de distracción mientras sigue avanzando en sus objetivos destructores.
Universidad al servicio de la patria.-
En defensa de nuestra comunidad.-
Sin pretender distraernos, aún más de lo que estamos, debemos retomar un aspecto vital para nuestro país, se trata del asunto universitario. En tal sentido me referiré a varios aspectos. El primero: al secuestro en las mazmorras de una cárcel militar de un catedrático de nuestra centenaria Casa de estudio. En efecto, el doctor en economía Santiago Guevara, permanece de manera arbitraria detenido desde hace más de tres semanas bajo órdenes de un juez militar. Su detención está fundamentada en lo recogido de un expediente fabricado en el basurero de la mentira y de la vergüenza. No puedo calificarlo de otra manera. Decir que Santiago Guevara es traidor a la patria, no solo atenta contra la inteligencia de los ciudadanos, sino que es una afrenta a la Universidad de Carabobo, pues señala a nuestra alma máter como una institución conformada por traidores a la patria, cuando la realidad es todo lo contrario: que somos una institución al servicio de la patria, de donde no solamente egresan excelentes profesionales, sino que sus profesores forman ciudadanos al servicio del país.
No olvidemos nuestras luchas por la libertad de los presos políticos, en este caso por el científico de la economía Santiago Guevara, el silencio de un universitario ante esta monstruosidad “milico-judicial” nos disminuye como universitarios cuya esencia primordial  es la pluralidad y la libertad. La irreverencia y la solidaridad deben acompañar nuestros pasos hasta conquistar la libertad plena del profesor Guevara. Hagámonos respetar, de lo contrario estaremos siempre expuestos a las tropelías gubernamentales.
Por el rescate de la dignidad.-
Compañeros universitarios, de manera sistemática el régimen ha venido horadando la dignidad universitaria. Los sueldos son de hambre y el presupuesto asignado a las instituciones universitarias son simbólicos como para verlas agonizar con el transcurrir del tiempo. Imposible mantenerlas con lo que desde la administración central se les asigna desconociendo desde hace rato su autonomía que claramente establece que el presupuesto lo aprueba el Consejo Universitario, desgraciadamente el régimen se mofa de nuestras peticiones y a cuenta gota nos envía uno que otro recurso luego de largas horas de explicaciones y adulaciones.
La investigación cada día va en retroceso, no puede ser de otra manera, no tenemos los recursos necesarios para adquirir reactivos. No hablaré de la infraestructura que acusa la inclemencia del tiempo y se nos dificulta repararla. A pesar de la escasez permanecemos activos. No puedo ocultarlo, estamos debilitados. El turno nocturno peligra porque la delincuencia está desbordada, y tampoco tenemos las unidades de transporte. No son suficientes para trasladar a nuestros bachilleres. Mientras el Ejecutivo nacional hace alarde de la adquisición de flotas de material de guerra, los universitarios clamamos por unidades de transporte para trasladar y educar a quienes deberán tomar las riendas del país  más temprano que tarde.
Nos quieren ver sumergidos en el mar de la anarquía o en el de la deslegitimación. A Dios gracias,  aquí en la Universidad de Carabobo nuestra rectora Jessy Divo ha sido una estratega para mantener a flote una embarcación que desde hace bastante tiempo han intentado hundir ¡No lo lograrán!
Si queremos hacernos respetar, lógicamente debemos plantarnos como verdaderos universitarios ante un gobierno que apuesta a nuestra destrucción. Cuando digo plantarnos es hacer retroceder al adversario (en este caso al enemigo) hasta deponerlo con la fuerza de la razón y el espíritu que debe florecer en cada uno de nosotros como formadores del presente y del futuro. Tenemos las herramientas necesarias para lograrlo. Somos millones y nos asiste la verdad. Solo nos queda organizarnos y unirnos sin mezquindades.
Fundación transporte UC.-
Para finalizar no puedo dejar de mencionar que en el próximo Consejo Universitario propondré la creación de la Fundación Transporte UC, con la única finalidad que con el aporte que ella reciba poder mantener en la medida de las posibilidades algunas unidades activas para coadyuvar en las reparaciones menores, y evitar ver varados bien sea en la calle Cedeño o en La laguna de Faces a estudiantes que anhelan llegar a la UC y luego devolverse a sus hogares.

Pablo Aure

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