domingo, 11 de diciembre de 2016

Ni el PSUV pero tampoco la MUD

¡Hasta cuándo!
Ni el PSUV pero tampoco la MUD
@pabloaure
No debemos ver los resultados del diálogo como algo totalmente negativo, para mí la parte buena fue que la MUD se quitó su ropaje de luchadora y dio a conocer su verdadero rostro, que no es otro que recordarnos a los personajes que hicieron posible la llegada de Chávez al poder. Me explico, Chávez llegó por las malas acciones o el desgaste de los gobiernos que formaron parte de lo que se conoce como el puntofijismo. No podemos pensar en retroceder, aunque no hay ninguna duda que frente a esta porquería gubernamental, aquellos corruptos eran unos roba gallinas frente a los asaltantes de banco que nos desgobiernan.
La conclusión a un año de la victoria del 6D es que efectivamente se expresó la inmensa mayoría que anhela un cambio, pero también, que ese cambio no puede estar representado por quienes le dan oxigeno o gobernabilidad a un régimen criminal. Debemos anotarnos en la reconstrucción nacional, a la formación ciudadana y abonar el terreno para que emerja una verdadera organización que promueva la prosperidad sin cortapisas, que no se inspire en el populismo o el cortoplacismo que tanto daño le ha hecho a las naciones, porque fomenta la holgazanería y atornillan a los funestos gobiernos. 
Padres irresponsables.-
A las victorias le sobran padres, pero son pocos los que asumen las derrotas o las consecuencias de las malas decisiones. Ahora vemos que algunos de los “precursores” del diálogo del lado opositor se han desentendido. Ya aquellos que antes decían que “si tenían que hablar con el diablo lo harían” hoy le sacan el cuerpo al triste episodio del diálogo. En contraste debemos recordar cómo se ufanaban de ser artífices indiscutibles del gran triunfo electoral del 6D del 2015.
Hoy podemos sentenciar que la cara visible de los que creen representar a la oposición se ha desvanecido. Se comportaron como aquellos que se ganan un kino millonario pero dilapidan en muy poco tiempo esa gran fortuna. No supieron administrar lo que le deparó la suerte y menos aun lo que podían hacer con el mandato popular, y se creyeron dueños de la verdad o personajes dignos de idolatrar. Lo que está bien lejos de la realidad. Que se entienda bien, la oposición a este miserable régimen sigue estando viva pero totalmente desorganizada. La oposición es inmensamente más grande que la MUD. Aunque les incomode a los negociadores de la MUD, Maduro no solo es que se tambaleaba sino que ya estaba en la lona y el diálogo lo levantó, y no es que ganó respaldo popular ni mucho menos simpatía en los ciudadanos, o que la oposición se volteó,  para apoyarlo, nada de eso, sino que los que ejercen la vocería  en la MUD -eventual esperanza para los cambios en el país-, demostraron que poco o nada les interesa que la situación cambie si ellos no son los candidatos. Esto significa que, al igual que al régimen “madurista”, representan más de lo mismo.
Es necesario hablar o escribir tanto del PSUV como de la MUD, hay que despolarizar las opciones y observar la realidad. Tan cierto es que las encuestas no benefician al PSUV como lo es que los ciudadanos tampoco se identifican con líderes individuales de la MUD. Al PSUV lo ven como el responsable de esta tragedia que vivimos, como la base de la dictadura y, a la MUD como una masa donde se confunden viejos y nuevos liderazgos sin disposición de cambiar las cosas.   
Caimanes del mismo pozo.- 
No hay diferencias de fondo entre el PSUV y la MUD, ambos promueven el populismo causante del atraso. Tanto el uno como el otro son como los antiguos romanos, exponentes del “pan y el circo” para mantener distraída o cautivar a los ciudadanos (en aquella época a la plebe). Maduro ordena robar a los importadores de juguetes para repartirlos, igual como en años anteriores hicieron con la empresa Daka. Le roba a los comerciantes el producto de su trabajo bajo el argumento que son unos especuladores. Con profundo dolor la semana pasada veía como un malandro que representa al SUNDDE llegaba a los establecimientos comerciales  de Sabana Grande obligando rebajar los precios a toda la mercancía, so pena de enviarlos a la cárcel si no acataban lo que él disponía, lo que evidentemente se traduciría en la quiebra de ese mediano comerciante. Y la destrucción moral de esas casas de comercios atendidas por lo general por sus propios dueños. Es una desgracia ese tipo de acciones. Señores, todos los comerciantes en Venezuela anhelan el mes de diciembre para ver el fruto de su trabajo. Pero hay algo que causa más dolor, y es paradójicamente, la alegría de quienes aprovechan esa acción delictiva gubernamental para obtener un juguete producto del robo o unos zapatos con el cincuenta por ciento (50%) de rebaja. ¡Por Dios! ¡Qué clase de personas estamos formando! Me niego a resignarme y seguir tolerando esa conducta infame del régimen. 
Por otra parte, en lo que respecta a la MUD, si bien es cierto no asaltan las jugueterías ni las zapaterías, no es menos cierto que tratan de ganarse la gracia de la gente (para los romanos plebeyos) montando circos y aparentando una situación que dista mucho de la realidad. Por ejemplo, acá en Carabobo, por citar dos municipios cuyos alcaldes pertenecen a la MUD, prefieren gastar cantidades millonarias en anuncios de la Navidad y en otros menesteres como los carnavales, antes que procurar destinar esos recursos en acciones acordes con la crisis nacional. Me refiero específicamente a Naguanagua y San Diego, espectaculares encendidos de sus arbolitos, que desdicen del cable que se está comiendo el venezolano. Se observa incoherencia. El encendido del árbol de Navidad de San Diego fue más pomposo que como lo hacen con el Rockefeller Center en New York o en la Puerta del Sol en Madrid. El atraso del venezolano está en nuestra mente, mientras no cambiemos nuestra manera de pensar, seguiremos teniendo gobernantes como los que tenemos. Y eso,  la única manera de cambiarlo es con educación. Dejar de idolatrar a quien gobierna y verlo como lo que es: un empleado que nos debe rendir cuentas de su gestión periódicamente.

Pablo Aure

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