jueves, 21 de abril de 2016

LA MARCHA Y LA CONTRA MARCHA/ @lfcr81

Es bien sabido que la política es un gran negocio en donde la mercancía a negociar es el ciudadano de a pie. Este 19 de abril que acaba de pasar, donde se celebró la Independencia de Venezuela, ahora qué está muy en duda su independencia, se dieron muchas muestras de dicho negocio.


Foto cortesia de Reporteconfidencial.info

Surgieron otra vez las marchas y contra marchas las cuales ya llevan más de una década viéndose entre las calles de Caracas.

Cada una de ella convocadas por sus respectivos lideres, tanto del oficialismo como de la oposición. Empiezan en ellas los discursos frente a los ciudadanos adeptos de cada una de las partes, todos llenos de inquietudes, ilusiones y esperanzados que una de las parte le solucione sus problemas y la otra con posiciones más severas y llenas de cambios.

Pero esto no es más que un juego de poderes entre líderes, en donde su único fin es mantener el poder o cierta cuota de él.

Para que la cosa salga bien se necesita de discursos algo subidos de tono, con calificativos incendiarios para poner a su contrincante al escarnio público, para que a las pasiones de los espectadores les lleguen a tranquilizar sus deseos y penurias.

Marchas que utilizan ambas partes para que el ciudadano estresado libere su carga en ella y, como se dice por ahí, hay que lograr abrir la válvula de alivio para que la olla de presión deje de pitar. Mucho se habla de una oposición colaboracionista al régimen, pero no es más que un negocio cuadrado entre las dos partes.

¿Cuáles son los logros significativos después de cada acto en el que participan masivamente los ciudadanos que solo buscan mejorar su calidad de vida?

El juego está cerrado para la sociedad, la mayoría vuelven de dichas marchas con sus ollas vacías y tratando de recuperar energías para madrugar al otro día y, regresar a la cola donde venden; no sé qué.

Stalin estaba muy claro cuando decía que había que crear una oposición a su medida antes de que se creara la verdadera oposición ¿Será este el caso de Venezuela? Porque pasan los años y la situación solo empeora, mientras uno sigue viendo los líderes de ambas bandos más cómodos y con más propiedades y, propiedades no curativas precisamente.

Que le falta a los venezolanos para terminar de entender que si no asume la responsabilidad de su enfermedad, nunca lograran la cura.

La guerra entre “poderes” solo trae atraso para el ciudadano y bienestar para los negociadores, que dicen estar luchando por sacar el país hacia adelante.

Si esto sigue así, preocupa mucho que las próximas concentraciones en las calles no sean para asistir a una marcha o contra marcha.

@flcr81 Luis F. Córdoba R.
Para atracoalpueblo.com

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