Valencia, 7 de octubre de 2015.
Pablo Aure, Secretario de la Universidad de Carabobo mostró su preocupación por
la crítica situación que vive la universidad venezolana. “El día de hoy quiero
dirigirme a todos los venezolanos, pero especialmente a toda la comunidad
universitaria, la emergencia nacional que padecemos en la actualidad se torna
más oscura, y llega a abarcar aspectos esenciales de la vida diaria”, dijo.
“Fíjense, ya el ceremonial que
caracteriza los actos de grado de la UC se ven en peligro, el Consejo
Universitario tomó la decisión de aumentar los aranceles de grado de 20 a 40 unidades
tributarias, y aun así, los proveedores no garantizan que se mantengan los
precios de las estolas, las marsupias, las medallas, el papel para la
elaboración de títulos, porque son materiales importados, es decir, casi todos
los días hay un nuevo precio, y bajo esta situación no hay garantía de nada”,
expresó.
Aure recordó que la Universidad
es una institución pública, y para poder hacer una compra necesariamente pasa
por un proceso establecido en la Ley de Contrataciones Públicas, sobre lo que
precisó “si la propia casa de la moneda que nos surte del papel para los
títulos no mantiene sus precios, ¿qué podemos esperar del resto de los
proveedores?; y aunado a esto debo
aclarar que la UC, como ninguna Universidad autónoma del país cuenta con
partida para la realización de los actos
de grado, todo se paga con los aranceles, que es el único cobro que se le hace
a los estudiantes en 5 o 6 años de la
carrera”.
El Secretario aseguró estar
sumamente preocupado por el futuro de la Universidad de Carabobo, sobre el cual
agregó “por decir solo un parte del problema, las carreras de Ciencias de la
Salud, Ingeniería, Odontología y Facyt no tienen reactivos para las prácticas,
hay muchos materiales de laboratorios dañados y no se cuenta con el presupuesto
necesario para reponerlos porque son muy costosos. Esto sin mencionar, los
equipos que constantemente se dañan por las fallas del sistema eléctrico, y la
precariedad del presupuesto y el alto costo de su reparación o reposición hace
imposible que se realicen” El gobierno está condenando a la extinción de la
Universidad venezolana.
Y continuó, “pero la crisis no se
detiene allí, la realidad es que los profesores con estos sueldos de hambre no
pueden adquirir un vehículo para asistir a sus labores, tampoco pueden repararlos
si se les dañan e inclusive el sueldo es insuficiente para pagar ni siquiera un
servicio de taxi diario para ir a dar clases, imagínense el drama que viven
aquellos que dan clase en el horario nocturno, sin mencionar que cada día más
autobuses dejan de prestar servicio por falta de cauchos o cualquier otro
repuesto. Es una realidad que socaba la calidad de la educación, me pregunto
¿será eso lo que quiere el gobierno Nacional?, el mismo que “defiende la
gratuidad” de la educación, pero ordena su ocupación mediante una
sobrepoblación estudiantil y al mismo tiempo no aprueba los recursos
suficientes para el funcionamiento y el equipamiento mínimo de la universidad”.
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