No hay peor afrenta contra la
democracia que cuando un gobernante utiliza los tribunales para encarcelar y
silenciar a sus adversarios.
Nadie puede dudar que Enzo
Scarano se encuentre tras las rejas no porque cometió algún delito sino porque
es incómodo para los intereses del oficialismo que pretende gobernar a Carabobo
sin ninguna sombra.
Es importante que los gobernantes
asimilen que jamás lograrán conquistar la confianza de los pueblos a fuerza de
represión y de miedo, al contrario, mientras más represión y más miedo el que
puedan infundir mayor será la desconfianza hacia ellos.
Lo que ocurre con Enzo Scarano y
Salvatore Lucchese es un acto criminal y de venganza política que está reñido
con los valores democráticos.
Todos sabemos cuál fue la
situación que originó la detención y la destitución del alcalde Scarano. No fue
ningún delito contemplado en alguna norma penal: él está preso por un acto
arbitrario acompañado por el abuso y el secuestro de todas las ramas del poder público
que exhiben quienes desempeñan funciones en el alto gobierno. El Tribunal
Supremo de Justicia cumplió la orden (inconstitucional) de encarcelarlo y de destituirlo. Desde el
punto de vista jurídico es imposible que alguien pueda argumentar la razón de
mantener a Enzo y a Salvatore tras las
rejas, y menos aun teniendo una Constitución, así como normas procedimentales y
penales que garantizan fórmulas de
cumplimiento de condenas extra muros. Es decir, que en caso de que en
realidad se haya comprobado la comisión de un hecho punible, dada la entidad de
la pena que le impusieron a Scarano y a Luchesse, indiscutiblemente ellos deberían
estar en libertad; si acaso con algunas limitaciones, bien sea, presentación
ante tribunales, prohibición de salida de algún sitio determinado o apostamiento
policial en su residencia mientras dure la condena.
Hoy quiero elevar mi voz para que
sea escuchada por quien tiene el poder de decretar la libertad de los prisioneros
políticos, para que se reencuentre con el espíritu democrático y ordene la
excarcelación de Enzo, de Salvatore y de todas aquellas personas que se
encuentran en prisión por el solo hecho de mantener posiciones políticas
contrarias a las del gobierno.
No es clemencia para Enzo y
Luchesse la que solicito, sino justicia.
Que los aires navideños sirvan para reflexionar, que ojalá que esos
funcionarios que hoy detentan mucho
poder logren entender que los cargos de gobierno son temporales, y que cuando
estos se asumen debe ser para hacer el bien y jamás para abusar de ellos.
El 2015 será un año muy complicado,
y lo hará mucho más difícil si mantienen en las cárceles a líderes políticos,
no tengo dudas que si el gobierno los libera la presión social bajaría.
Gobernador Francisco Ameliach: yo
no tengo ninguna duda de que usted puede facilitar la liberación de Enzo y de
quienes hoy injustamente están detenidos, en nombre de Carabobo se Respeta y en
el mío propio, pido la liberación de todos los presos políticos.
Nuestras diferencias políticas, las debemos dilucidar
con las herramientas democráticas: el debate y la fuerza de las ideas para
convencer a la gente. Hacer uso de la cárcel y de los tribunales para
atemorizar a los adversarios no se convalida con las funciones de un gobernador
electo con el voto mayoritario del pueblo.
Pablo Aure
Coordinador de “Carabobo se
Respeta”
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