Editorial
Más de 100 años de historia metidos en un maletín
La semana pasada fuimos sorprendidos por la venta de uno de los medios de comunicación más antiguos de Venezuela, con tradición conservadora, pero acosado como todas las empresas que se dedican a este peligrosísimo oficio de comunicar la verdad
El Universal fue fundado en 1909. Soportó los embates de muchos gobiernos tanto de talante democrático como dictatorial. Sobrevivió a las dictaduras de Gómez y de Pérez Jiménez, y a determinados controles e insinuaciones de los gobiernos llamados del puntofijismo. Pero siempre se mantuvo bajo la misma línea editorial de respeto a las libertades fundamentales. Sus acciones pertenecieron a la familia Mata, que a principios del siglo pasado se atrevió a invertir en nuestro país. El Universal, siempre imponente, reflejó los cambios de aquella nación rural hasta llegar y verla convertida en uno de los más pujantes países de la región.
A todos nos consta la grave crisis venezolana. La sufrimos. Pocos son los negocios rentables. El capital se fuga por falta de seguridad jurídica y de reglas claras por parte del gobierno. Todos los días las cambian impulsados por la improvisación y una impericia despampanante.
Nosotros, desde El Carabobeño, hemos padecido las inclemencias de los controles con el suministro o autorizaciones para la adquisición de divisas para la compra del papel periódico, lo cual contraviene tratados internacionales, pero seguimos batallando porque creemos en Venezuela y en la defensa de la libertad de expresión, que no solamente está amenazada gravemente sino herida de muerte.
Somos víctimas de acusaciones, multas y asedio descarado por parte de los factores de poder, al mismísimo estilo gansteril. Las mafias han logrado la quiebra de muchas industrias, se han expropiado fincas inconstitucionalmente, las mandan a invadir o simplemente permiten su invasión. Lo han hecho con todos los negocios productos del trabajo y dedicación. Pero es que también tienen un estilo muy propio de guapetones que sienten que el poder les será eterno. Como no permiten ser controlados, porque no existe ninguna institución pública dirigida por funcionarios con el valor suficiente para ello, siguen haciendo de las suyas.
Las empresas de maletín, propiedad de la nueva estirpe revolucionaria de los llamados “bolichicos” son las que han emergido en los últimos años, y son precisamente estas empresas las encargadas de comprar industrias que fueron fundadas con el esfuerzo, perseverancia y dedicación de sus antiguos propietarios. Ejemplos muchísimos. El más reciente el de El Universal. Su compra-venta está llena de misterios. Está cubierta por una telaraña de sospechas que hacen ver las manos del gobierno detrás de esa negociación. Como muchos, también nos preguntamos a quién se le ocurriría invertir tanto dinero en un medio de comunicación en esta Venezuela de hoy.
El anuncio se hizo la semana pasada. Una empresa española “se interesó” por el negocio de las comunicaciones en Venezuela. Algo huele mal, ya que si revisamos la trayectoria de los nuevos dueños nos damos cuenta de que esa empresa, la propietaria de las acciones de El Universal, tiene un año de fundada y dos meses de haber cambiado de dueños. Es decir, negocio raro en España, y muy sospechoso en Venezuela. El capital social de la compradora, de acuerdo a los datos del registro mercantil de Madrid, es de 3 mil 500 euros, e inexplicablemente, al menos desde el punto de vista contable, adquiere una propiedad por más de 100 millones de dólares. El tiempo se encargará de revisar y sacar a la luz pública quiénes de verdad están detrás de todo esto. Por ahora solo nos queda pensar en un maletín.
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