lunes, 24 de marzo de 2014

Criminalizar la política/ Pablo Aure

El Carabobeño
¡Hasta cuándo!

Criminalizar la política

Desde hace más de cuarenta días el país se debate entre la libertad y la sumisión. Dos tendencias claramente definidas: frente a un régimen que a trocha y mocha pretende imponernos sus enrevesadas y absurdas tesis políticas, representado por el partido socialista unido de Venezuela, se encuentra toda una alianza popular compuesta mayoritariamente por la juventud estudiantil y amas de casa, que estoicamente se resiste a ser subyugada.

Maduro habla de paz, pero al mismo tiempo alimenta el hambre criminal de  pistoleros y matones subvencionados, los llamados “colectivos” para que ataquen a quienes disientan. Propone mesas o conferencias de “paz” pero al que no asista lo tilda de fascista. O “dialogas” o te persigo; o te rindes o te encarcelo.

El régimen intenta manejar la voluntad popular exactamente igual a como lo hacen los ejércitos invasores. No hay discusión: ¡aquí se hace lo que yo decido! Pero se han encontrado un fuerte muro de contención en un pueblo aguerrido que se ha volcado a las calles.

Tribunal del horror.-

Imposible dejar de referirnos a la aberración cometida por el Tribunal Supremo de Justicia en sala Constitucional  contra el alcalde Enzo Scarano.

La historia nacional no tiene un precedente tan atroz como este desaguisado ejecutado el pasado 19 de marzo que burla la soberanía popular y los principios elementales del Derecho. Los Tribunales de la República se han puesto también al servicio de la persecución política.  En efecto, Enzo Scarano acudió al Tribunal Supremo para contestar una demanda de amparo interpuesta por algunas agrupaciones que alegaban la supuesta falta de diligencia del alcalde Scarano para evitar la construcción de barricadas. La sala Constitucional, en juicio sumario “consideró” que estaban dados los supuestos para decretar el desacato del alcalde, y exactamente igual a como ocurre en los juicios de guerra, lo condenó a 10 meses y 15 de días de prisión con una pena accesoria de destitución del cargo para el cual fue electo por voluntad popular con más del 76% de los votos.

Aberración suprema.-

Groso modo y para los legos en materia jurídica, trataremos de explicar algunos de los principios fundamentales del derecho que violó la encargada precisamente de garantizar la constitucionalidad de los actos. Nada más y nada menos fue la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, quien ultrajó el texto de la mismísima Constitución.

Con la sentencia del 19 de marzo, cuyo contenido en extenso aún no ha sido publicada, se quebrantaron los siguientes principios: El del juez natural, me explico, si al alcalde Scarano se le consideró que desacató un amparo, la pena en ningún caso debió imponerla el mismo Tribunal que conoció de la solicitud de amparo. Esto significa que de acuerdo al derecho y a la jurisprudencia se han debido remitir las actuaciones a la jurisdicción penal para que con la presencia de un fiscal y de otro juez se le concediera la oportunidad a Enzo para defenderse del proceso penal, que debemos entender, es otro totalmente diferente al del amparo por el cual fue citado.

Por otra parte, la pena debe imponerla un juez penal. Con esta aberración suprema (aclaratoria: no porque la haya cometido el supremo, sino por la magnitud de la aberración) se soslaya también el derecho a la defensa de Scarano, ya lo advertimos, porque él no pudo defenderse. También se le negó la garantía de la doble instancia; que se traduce en el derecho que tienen los procesados de recurrir a una instancia superior para apelar del fallo.

Pero como si esto fuera poco, y para no cansar al lector, mencionaré tan solo dos artículos uno del Código Orgánico Procesal Penal, y otro de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, que despejarían cualquiera duda para quienes aún la tenga, que argumentan, la imposibilidad para imaginarnos al alcalde cumpliendo una condena de diez meses y 15 días. Veamos: establece el artículo 230 del COPP No se podrá ordenar una medida de coerción personal cuando ésta aparezca desproporcionada en relación con la gravedad del delito, las circunstancias de su comisión y la sanción probable...” Repito: a Enzo lo condenan a prisión y accesoriamente lo destituyen. Al leer el artículo 272 de la CRBV que establece: “… En todo caso las fórmulas de cumplimiento de penas no privativas de la libertad se aplicarán con preferencia a las medidas de naturaleza reclusoria…Cualquier profano en derecho llegaría a la conclusión que en el caso del alcalde Scarano, imposible aceptar que sobre él pueda recaer una medida privativa de libertad porque supuestamente desacató un mandamiento de amparo.

Lo que es igual no es trampa.-

Hagamos un ejercicio sobre cómo funcionaría la justicia, si el Tribunal Supremo de Justicia en realidad actuara de manera autónoma e independiente. Veamos: un grupo de ciudadanos, supongamos la Federación Médica Venezolana acude a la Sala Constitucional del TSJ para solicitar, por ejemplo, que el presidente de la república garantice la salud del pueblo venezolano, contemplado en los artículo 83 y siguientes del texto constitucional, esto es, que los hospitales estén dotados de todos los insumos necesarios para que el puebla tenga protección a la hora de acudir a los centros hospitalarios; que los hospitales tengan en perfecto estado de funcionamiento todos los equipos, y existan medicamentos; lo cual es obligación del Estado, y con el entendido que el presidente de la república es quien debe velar para que sea una realidad. Pues bien, pensemos: ¿qué pasaría si la Sala Constitucional ordena dotar los hospitales y Maduro no ejecuta de manera inmediata el mandamiento? ¿Alguien pudiera imaginarse que el TSJ lo condenaría a 10 meses y 15 días, y además de eso lo destituya? ¡Claro que no!

¿Elecciones en San Diego?

A Enzo, mediante un juicio de guerra, la Sala Constitucional le ha dado un golpe de Estado, como ya lo hemos dicho: lo sancionó a prisión pero además lo destituyó. La jugada es tan burda como tan perversa fue la orden. Me explico. No podía acordar el desacato y dejarlo en libertad, ya que no habría razón para destituirlo, con un zarpazo al derecho y a la justicia, ordenan su reclusión para poder declarar la falta absoluta y de esa manera, absurdamente justificar el llamado a un proceso electoral en el municipio. Es más, ha sido tan orquestado por todos los poderes que al día siguiente de la decisión, la rectora del CNE Sandra Oblitas anunció que se estaba trabajando en el cronograma del referido proceso electoral, sin ni siquiera conocer el extenso de la decisión que todavía no ha sido publicada.

Dijera el fallecido Oscar Yanez: ¡así son las cosas! Y podemos complementar esa frase diciendo: … en dictadura. 

El día de la verdad.--

No podemos apartar la mirada a las luchas del pueblo que decidió salir a las calles para protestar. Lo que hoy vive Venezuela es algo inédito. No es de manera convencional como la gente se está expresando. La duración y pluralidad de participantes en las protestas implica que debemos respetar a todos los actores, cualquiera que sea su intensidad en el debate.

Tenemos que estar conscientes que cuando llegue el día de la verdad, hay que contar con todos, incluso buscar inventar cómo traer a los de aquel lado para acá, para despolarizar el asunto, y que se advierta una mayoría aplastante del país. Ese es el encuentro a propiciar. Por supuesto, estarán fuera de consideración las agendas ocultas de lado y lado, que ya se vienen descubriendo gracias al poco sentido de solidaridad que se nota ante el agravio y la injusticia. Los presos de Ramo Verde no serán olvidados, ni olvidaremos a aquellos que no  han abierto la boca en relación con algunos de ellos, en connivencia con los verdugos del régimen. No es el momento, con la calle ardiendo y la muerte mordiendo la espalda, para pensar en secreto, para callar ante el dolor del adversario interno, para mordernos de egoísmo y retomar la factura que siempre cargamos en la mano. Las derrotas en Carabobo, son producto de políticas equivocadas que la gente no acepta y parece que el tiempo no ayuda a nadie a pensar distinto. Cambian los tiempos, cambian los actores, los estudiantes hacen temblar al enemigo paramilitar, cambiarán también las caras, vendrán otros días de frescura, donde el sacrificio de los jóvenes sin vicio no quedará en vano. Gloria y honor a los caídos, y votos por un mañana preñado de ilusiones, con dirigentes que representen el porvenir, que trabajen por su comunidad. Un recuerdo de Carabobo a Enzo Scarano, a quien salió a defender toda la intelectual  jurídica del país. Un recuerdo a su familia de viejos inmigrantes que desde otros lugares del cosmos estarán pendientes de su suerte. Gloria a la calle, porque ha permitido demostrar que este régimen inepto no merece ni el miedo de sus fusiles, ni las armas de sus gendarmes.

@pabloaure

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