Riquelme: Con la implementación de la Autoridad Única
Valencia,
enero 8 (Daisy Linares).- La politóloga, Belem Riquelme, profesora de
la cátedra Teoría General de la Organización en la Universidad Central
de Venezuela (UCV), manifestó este miércoles que la sociedad civil debe
apoyar la solicitud de nulidad del decreto 666, el cual establece una
Autoridad Única para las parroquias Santa Rosa, Rafael Urdaneta y Miguel
Peña, en la ciudad de Valencia. En su opinión, “si los ciudadanos
aceptan esa Autoridad Única, impuesta por el Gobierno, estarán cediendo
el derecho constitucional de votar”.
La profesora de la UCV afirmó que las justificaciones administrativas del Gobierno para imponer el discutido decreto, pueden ser múltiples, pero la designación es “nepótica”, ya que -según dijo- se violentan todas las dimensiones de la democracia que son de origen, de acción y de fines. “Esa autoridad no es legítima, porque como todos saben, no fue del resultado de una elección o de una contienda ciudadana abierta, cívica, legal y equitativa, es decir, que no cubrió con el mínimo requisito de sometimiento a un escrutinio de competencia electoral, por lo tanto, no fue designada democráticamente por los ciudadanos a los cuales va a representar o a gobernar”.
No importa la decisión democrática
A juicio de la politóloga Riquelme, la designación de la Autoridad Única envía el mensaje al ciudadano de que su voto no ha sido tomado en cuenta, ya que no importa cuál haya sido la decisión democrática resultado de un proceso electoral, se pasa sobre la decisión ciudadana desde el nivel central, a otra autoridad nombrada y apoyada por el “madurismo”.
-En la historia de Valencia los alcaldes han sido electos por mandato popular a través de un proceso de votación democrático desde el año 1.989. Si los ciudadanos residentes en la ciudad capital del estado Carabobo, aceptamos la designación de una Autoridad Única ajena a todo proceso democrático, estaríamos retrocediendo los logros obtenidos en defensa de la democracia, pero sobre todo, estaríamos cediendo el primer y poderoso derecho democrático constitucional de la fuerza del voto, además de alimentar el ejercicio de la antipolítica conllevando a la pérdida de la identidad como ciudadanos para convertirnos en masa, principio del colectivo del estado totalitario, dijo.
Se divide el territorio
La politóloga Belem Riquelme, cree que la sensación de triunfo del oficialismo, después del 8 de diciembre, cuando se celebraron las elecciones municipales y se escogieron a los nuevos alcaldes y concejales, “no la ha podido contrarrestar mediáticamente el heredero del chavismo, quien por ende ha radicalizado las decisiones”.
-El presidente Nicolás Maduro ha tratado de inmiscuirse no solo en las funciones de la administración pública municipal, sino además seguir el plan que en el año 2008 trató de implementar a través de una reforma el fallecido presidente, Hugo Chávez, de dividir territorialmente los municipios.
“En el caso de Valencia se anunció la designación de esa autoridad para las parroquias más populosas del sur de la importante ciudad, que es como si levantaran un ‘apartheid’ administrativo o un muro de Berlín financiero”.
La profesora de la UCV afirmó que las justificaciones administrativas del Gobierno para imponer el discutido decreto, pueden ser múltiples, pero la designación es “nepótica”, ya que -según dijo- se violentan todas las dimensiones de la democracia que son de origen, de acción y de fines. “Esa autoridad no es legítima, porque como todos saben, no fue del resultado de una elección o de una contienda ciudadana abierta, cívica, legal y equitativa, es decir, que no cubrió con el mínimo requisito de sometimiento a un escrutinio de competencia electoral, por lo tanto, no fue designada democráticamente por los ciudadanos a los cuales va a representar o a gobernar”.
No importa la decisión democrática
A juicio de la politóloga Riquelme, la designación de la Autoridad Única envía el mensaje al ciudadano de que su voto no ha sido tomado en cuenta, ya que no importa cuál haya sido la decisión democrática resultado de un proceso electoral, se pasa sobre la decisión ciudadana desde el nivel central, a otra autoridad nombrada y apoyada por el “madurismo”.
-En la historia de Valencia los alcaldes han sido electos por mandato popular a través de un proceso de votación democrático desde el año 1.989. Si los ciudadanos residentes en la ciudad capital del estado Carabobo, aceptamos la designación de una Autoridad Única ajena a todo proceso democrático, estaríamos retrocediendo los logros obtenidos en defensa de la democracia, pero sobre todo, estaríamos cediendo el primer y poderoso derecho democrático constitucional de la fuerza del voto, además de alimentar el ejercicio de la antipolítica conllevando a la pérdida de la identidad como ciudadanos para convertirnos en masa, principio del colectivo del estado totalitario, dijo.
Se divide el territorio
La politóloga Belem Riquelme, cree que la sensación de triunfo del oficialismo, después del 8 de diciembre, cuando se celebraron las elecciones municipales y se escogieron a los nuevos alcaldes y concejales, “no la ha podido contrarrestar mediáticamente el heredero del chavismo, quien por ende ha radicalizado las decisiones”.
-El presidente Nicolás Maduro ha tratado de inmiscuirse no solo en las funciones de la administración pública municipal, sino además seguir el plan que en el año 2008 trató de implementar a través de una reforma el fallecido presidente, Hugo Chávez, de dividir territorialmente los municipios.
“En el caso de Valencia se anunció la designación de esa autoridad para las parroquias más populosas del sur de la importante ciudad, que es como si levantaran un ‘apartheid’ administrativo o un muro de Berlín financiero”.
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