lunes, 22 de abril de 2013

Nicolás, el "mientras tanto"


El Carabobeño 22/04/2013
¡Hasta cuándo!
Nicolás, el “mientras tanto”
(Foto EFE)
 Pablo Aure 
@pabloaure
Desde la noche del 14 de abril, luego del infausto y nada sorpresivo boletín del Consejo Nacional Electoral, ha transcurrido una semana de inquietud para los venezolanos. Protestas con cacerolas y la salsa “Mentira fresca” han retumbado desde los más apartados rincones de la geografía hasta las urbanizaciones de clase media. 
Por un momento se pensó que el país se bañaría en sangre, por la intolerancia y crueldad de los cuerpos represivos del régimen. Algunos han llegado a quejarse de la postura de Capriles en cuanto a la conducción de las masas que protestan, porque, en honor a la verdad, a muchos la indignación los hacía reventar de rabia y pensaban que había que sostener una pelea en las calles hasta llegar a una batalla final. ¡Craso error! Afortunadamente Capriles tiene mando y ha sabido guiarnos con sentido de gran responsabilidad. 
Porque es un derecho humano desconocer regímenes que contraríen los valores democráticos. Si alguien piensa que Nicolás Maduro no es  presidente legítimo por la sarta de irregularidades y manifiestas actitudes fraudulentas y ventajistas del régimen, tiene perfecto derecho a expresarlo y el Estado estaría en la obligación de ampararle esa libertad. Fíjense en lo que dijo Diosdado Cabello al mismísimo estilo hitleriano respecto a negar el derecho de palabras a quienes no reconocieran a Maduro. Lo mismo había expresado Maduro respecto a no enviarles recursos a los gobernadores que lo desconocieran. El puro fascismo. Quizá los chavistas no recuerdan a su comandante supremo cuando en aquellas elecciones en México en que Felipe Calderón le ganó a López Obrador él desconocía el resultado. Aquí lo tienen: http://pabloaure.blogspot.com/2013/04/por-que-se-molestan-si-no-reconocemos.html?spref=tw 
Reeditar el carmonazo
Para nadie es un secreto que el régimen ahora lo que quería era reeditar los sucesos de aquel abril del año 2002 a pesar de que las causas eran totalmente distintas. Por ello no han cejado en su empeño de hacer parecer las protestas de la semana pasada con las protestas de abril del 2002. A Dios gracias no pisamos el peine de la confrontación. Estuvimos muy cerca, pero la madurez de nuestro líder Capriles primó. 
Recordemos que el factor desencadenante de los sucesos del 2002 fue el paquetazo de leyes producto de una habilitante. Ahora, Nicolás habla de intento de golpe de Estado, queriendo parangonar a Capriles con Carmona, cuando lo que en puridad pedimos los venezolanos es que se respeten los resultados electorales. Todos sabemos que ese proceso electoral estuvo plagado de vicios y trampas. Si queremos hablar de Carmona, a quien mejor le viene ese calificativo debe ser a Nicolás Maduro, a quien el CNE proclamó a pesar de haber perdido. 
Derecho a desconocer a Maduro
Capriles dijo que no reconocería a Maduro hasta que no se realizaran las auditorías de Ley. El pueblo lo acompañó y lo seguirá acompañando. Capriles se ha crecido como líder. 
Si el domingo 14-A Henrique Capriles tenía un amplio sector que lo acompañaba, hoy no podemos tener dudas de que su liderazgo se ha multiplicado, y con unas elecciones transparentes la paliza que le daría a cualquiera del régimen sobrepasaría el 10% 
La calle sigue siendo el camino
El pueblo enardecido en la calle le torció el brazo al CNE. Hicimos que en cadena nacional Tibisay Lucena dijera que se auditarían las cajas faltantes, a razón de 400 diarias, hasta completar doce (12) mil cajas. Entre ellos ha habido escaramuzas y han pretendido tergiversar esa afirmación. Capriles lo aceptó porque está seguro de que con esas cajas por auditar se demostrará el monumental fraude del 14 de abril. La trampa saldrá a relucir. Capriles lo calificó como un gobierno de “mientras tanto”. 
El viernes y el sábado las rectoras Tibisay Lucena y Sandra Oblitas buscando recular enviaron mensajes de desaliento para la población. Cuidado señores. Así como no pisamos el peine de la confrontación tampoco podemos dejarnos embobar por esos mensajes absurdos, de sendas fichas del PSUV. 
Mientras se realizan las auditorías, los demás problemas del país seguirán haciendo de las suyas: la inseguridad, la escasez, los apagones y pare usted de contar. La gente no renunciará a la calle como medio de protesta. 
Ni aliñado dura en Miraflores
Maduro no solo tiene sobre sus hombros la pesada carga de tener que lidiar con el pueblo a quien le robó las elecciones, sino que también le corresponderá atender (por ahora) a los que votaron por él, y sinceramente, ya Maduro ha demostrado que ni tiene discurso ni mucho menos capacidad para solucionar ningún problema y enderezar los entuertos por los que atraviesa Venezuela. 
Ya escuchamos apuestas sobre la permanencia de Nicolás en Miraflores. Pienso que este año será larguísimo para Maduro y su pandilla. 
Nicolás caerá bien sea por el fraude electoral o por la presión popular o, por ambas inclusive. Pero ni aliñado llega al 2019. 
Por cierto: le pido al régimen que deje ese tono amenazante que no le queda nada bien, pues, a leguas se le nota que mientras más grita e insulta, más tiembla de miedo. No estoy diciendo que le aterrorizan los militares, que va, ellos no lo asustan. Maduro le tiene temor a dos cosas: a Diosdado Cabello porque lo conoce y sabe de lo que es capaz de hacer; sabe que carece de escrúpulos, exactamente igual a él. 
Y a lo otro que le teme es al pueblo en la calle anarquizado capaz de desbordarse y derribar cualquier barrera.  Eso también puede ocurrir. No hablo de golpe de Estado sino de rebelión popular. 
Señores, sin ser adivino, veo la estancia de Maduro en Miraflores ciertamente breve, muy breve.       
Auditoría es auditoría
La Ley Orgánica de Procesos Electorales, en el artículo 156 nos dice: “La auditoría es la verificación de todos aquellos recursos materiales, tecnológicos y datos utilizados en la ejecución de las distintas fases del proceso electoral, para que éstos garanticen la transparencia y confiabilidad de dicho proceso. Las auditorías podrán aplicarse al conjunto o algunas de las fases del proceso electoral” 
Es decir, eso incluye cajas con papeletas, cuadernos de votación y actas también. Auditar es evaluar objetivamente y con técnicos todas las evidencias sobre las afirmaciones relativas a los actos o el evento electoral y la totalización, con el fin de determinar el grado de correspondencia entre las afirmaciones del CNE y los criterios establecidos, para luego comunicar los resultados a las personas interesadas.  
Esto quiere decir que Lucena y Oblitas podrán decir misa, pero la verificación debe realizarse contrastando los resultados ofrecidos por el CNE con los cuadernos de votación, las papeletas y las actas; y analizando las incidencias denunciadas por el Comando Simón Bolívar. 
Otra de las aberraciones oficialistas fue la que escuchamos de la magistrada presidente del Tribunal Supremo de Justicia, la que, sin rubor alguno, dijo que el “conteo manual no existe”. Sinceramente, lo que pienso no lo puedo escribir. Pero solo le digo que si ella no se respeta, que por favor respete la majestad del cargo. Que me explique cómo verificamos el contenido de las cajas y el contraste con los cuadernos y las actas si no es contando manualmente. Eso es lo que se llama auditoría y evidentemente se hace de forma manual. 
Para que estemos claros: Henrique Capriles pidió: 1.- Abrir todas las cajas de comprobantes de votos, 2.- Contar todas las papeletas de votación, 3.- Comparar el resultado del conteo con el acta de escrutinio del CNE, 4.- Contar todos los votos emitidos según el cuaderno de votación, 5.- Comparar la cantidad de papeletas con el número de electores que sufragaron con los cuadernos de votación, 6.- Verificar la autenticidad de todas las firmas y todas las huellas estampadas en el cuaderno de votación; 7.- Verificar las incidencias registradas por mesa provenientes del SAI, en los siguientes aspectos: Cantidad de electores sin miembros superiores que votaron, cantidad de electores sin huellas dactilares  almacenadas en la máquina que votaron, cantidad de electores que votaron, aun cuando no hubo coincidencia en sus huellas (No-Match), 8.- Revisión de las actas de incidencia en cada mesa y 9.- Realizar cualquier otra verificación que asegure el principio de “un elector un voto” 
Todo ello debe ser satisfecho. Es más, ese material, si la misma Ley Orgánica de Procesos Electorales en el artículo 169 ordena resguardarlo por seis meses, es por algo. Y ese algo es para verificar en caso de una posible impugnación y auditoría. 

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