lunes, 22 de octubre de 2012

Radicales y demócratas


¡Hasta cuándo!
Radicales y demócratas
"La verdad se corrompe tanto con la mentira como con el silencio" Marco Tulio Cicerón
 Pablo Aure 
Para derrotar a los tramposos que nos gobiernan no solamente se hace necesario aglutinar el mayor número de voluntades posible, sino que también es menester convencerse de que hacemos frente a una monstruosa organización fraudulenta. 
El tiempo se nos va de elecciones en elecciones: primero las de diputados, después las presidenciales, en diciembre las regionales, y luego las municipales. Percibo una especie de complicidad silenciosa que consiste en tolerar que esto no es una democracia, pero, sin embargo, avalarlo calladamente viviendo la fiesta electoral en paz. 
Ahora, no conformes con ello, se nos pretende calificar de golpistas o radicales a quienes nos atrevemos pronunciar la palabra fraude. Piensan que cuando hablamos de fraude estamos espantando los electores y propiciando la abstención.  Falso de toda falsedad: la gente no se abstendrá porque se denuncien las fallas e iniquidades del sistema electoral. Lo harían si se convencen de que verdaderamente existen esas irregularidades y se les intenta ocultar con una actitud socarrona.  
Es absurdo ocultar lo que la gente siente o palpa. Ese discurso que intenta disfrazar el panorama nacional, es precisamente una de las cosas que criticamos del canal Venezolana de Televisión, que no muestra lo que verdaderamente ocurre en el país. Nunca me he identificado con los que apoyan la idea del pensamiento único. Por tal razón hoy vuelvo a encender las alarmas dentro de la corriente hacia la cual me inclino, es decir la opositora. No podemos empeñarnos en insistir tercamente en los mismos métodos con los cuales hemos fracasado inveteradamente. Albert Einstein decía: “Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo”. 
Admitir arbitrariedades e ilegalidades al régimen, es lo que ha provocado que llevemos 14 años soportando los estragos de un gobierno abiertamente autoritario. Luego del 10 de enero del 2013 supuestamente lo deberíamos soportar por seis años más. Un profesor jubilado amigo me dijo: “...recuerde que seis años no siempre son seis años”. 
Ni abstención ni golpes de estado
Que se entienda bien, la salida no implica dejar de votar, ni emprender intentonas golpistas. Nada de eso. Lo que quiero significar es que hemos sido exageradamente complacientes y  nos han impuesto todo lo que les ha venido en ganas. Hemos sido demasiado “comeflores” y a los ojos de no pocos, han jugado la pelota con nosotros.  
Si queremos salir de esta pesadilla debemos comenzar por hablar con sinceridad. No revisar el sistema electoral por temor a provocar una supuesta abstención es como dejar de ir al médico por temor a que se nos detecte alguna enfermedad. ¡Por Dios! 
Ser acusado de radical -que sí lo soy cuando se trata de defender mis ideas y, sobre todas las cosas, exigir respeto- no significa en lo absoluto que me apartarán del ala opositora. Seguiré en la misma lucha por la construcción de un sistema democrático justo y decente como se lo merece la patria de Bolívar. Que no se conquista haciéndole carantoñas al régimen, sino combatiéndolo de frente como se combaten las dictaduras. Es la triste realidad. 
Elecciones auténticas
¿Fueron auténticas las elecciones del 7 de octubre? Desde luego que no. Las elecciones son auténticas cuando los concursantes se confrontan en un plano de igualdad: cuando no existen ventajas para nadie y menos cuando estas ventajas provienen del empleo de los recursos públicos.   
Lo que vivimos el 7-O fue un ventajismo descomunal del gobierno que en tiempo real, y gracias a la implementación del prechequeo y las capta-huellas, sabía quiénes habían votado para mandar a buscar con militares y comisarios del PSUV, en vehículos del gobierno, a esos humildes ciudadanos que esperanzadamente estaban anotados en una lista de alguna misión aupadora de la miseria y la holgazanería. Todos los vehículos oficiales estaban en la “operación remolque” ¿Es esto ventajismo o no lo es? Díganme si esto no es también fraude. Sin contar la flagrante violación a la prohibición de transmitir cuñas el día de las elecciones. 
Pero además, debemos decir que un fraude electoral no significa que se produzca un escamoteo de votos (de lo cual hay muchos indicios),  basta con transgredir las condiciones mínimas de confiabilidad y equilibrio del sistema electoral para que las elecciones estén contaminadas. 
Hablando de elecciones auténticas, los invito este jueves 25 a las 10 am en el auditorio de El Carabobeño para escuchar a los técnicos en asuntos electorales y estadísticos: Guillermo Salas  y Humberto Villalobos, quienes traerán dos ponencias: “El fin de las elecciones autenticas en Venezuela” y “¿Qué sucedió el 7-O? Análisis de los resultados oficiales” El cupo es limitado por eso deben llegar temprano o buscar el pase el día miércoles en la tarde. 
Silenciar para no distraer 
Veremos cuál será nuestra postura ante el comportamiento dictatorial. Pelearemos contra la creación de los llamados Consejos Educativos, que supuestamente serán los que tomarán las decisiones en los planteles de educación, a través de una asamblea escolar integrada por padres, estudiantes, docentes, trabajadores y obreros, y personas de la comunidad. 
También veremos qué hacer frente a la multa ilegal que le impusieron a los trabajadores de PDVSA obligándolos a pagarle al Estado sumas millonarias, sin que se les haya seguido un debido procedimiento sancionador. ¿Qué diremos de la venta de las 4 toneladas de oro? Y será que ahora si haremos una especie de la “toma de la Bastilla” para exigir la libertad inmediata de todos los presos políticos. ¿Hasta cuándo Dios Mío tanta aceptación de que se burlen de nosotros? 
pabloaure@gmail.com
@pabloaure

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