lunes, 30 de enero de 2012

Participar es ganar

El Carabobeño 30/01/12
¡Hasta cuándo!
Participar es ganar
PABLO AURE
pabloaure@gmail.com
No hay forma alguna de que pierdas tu voto el 12 de febrero. Participar ya es ganar. No importa por quién lo hagas, siempre ganarás. Hay cinco opciones: todas son muy buenas. En las primarias escogeremos entre María Corina, Capriles, Pablo Pérez, Diego Arria y Pablo Medina. Pero después de ese día, todos estaremos con el que salga favorecido. Sin complejos y sin facturas, como tiene que ser.
Faltan trece días. Estamos en la recta final de las primarias. Desde luego, a estas alturas ya sabemos cómo se desenvuelve cada precandidato y qué representa.
Dentro del sector democrático pudiéramos decir que hay dos modelos que se disputan la candidatura: uno conservador y moderado, representado por Pablo Pérez y Henrique Capriles; y el otro, más radical y frontal, liderado por María Corina, Diego Arria y Pablo Medina. Son dos estrategias o puntos de vistas tácticos de cómo ganarse la voluntad de los electores. En lo privado, no hay quienes puedan estar en desacuerdo con las posturas de la diputada Machado, pero, lamentablemente, todavía hay ciertos sectores que se preocupan por el qué dirán. Quieren jugar con guante de seda, cuando saben que nuestro adversario juega rudo y sin misericordia contra quienes no comulgamos con sus ideas.
Así como digo que es imposible que perdamos nuestro voto el 12 de febrero, también debo decirles que no podemos guiarnos por lo que supuestamente están reflejando las encuestas. Las primarias son para que expresemos lo que sentimos, lo que quisiéramos hacer, lo que pensamos debe hacer el contrincante de Hugo Chávez. Ya basta de estar apostando a la economía del voto y de inclinarse por una determinada opción porque supuestamente se señala como que está adelante en las encuestas. Nada de eso. Hay que votar por el que nos parezca tiene ventajas a la hora de enfrentar a Chávez, que, como se sabe, no tiene escrúpulos y usa todos los recursos del Estado para su propósito de mantenerse eternamente en el poder.
Dos modelos están en juego en las primarias: el tradicional, el que aspira a hacer lo mismo que viene haciendo Chávez, pero evidentemente, de otra manera, y el que a mí me gusta, con el cual me identifico, el de la confrontación que representa María Corina, precisamente de frente contra Hugo Rafael.
Sabemos qué ha hecho y qué pretende seguir haciendo Chávez. No podemos ser indiferentes a la hora de enfrentarlo. ¿Por qué asustarnos de pronunciar la palabra “capitalismo”? A mí sí me gusta el capitalismo, donde todos podamos surgir y tener oportunidades. Haga una encuesta entre sus allegados y me dará la razón de que el común de los venezolanos es capitalista por naturaleza. A nadie le gusta depender del Estado para tener una casa, un negocio, un carro o un empleo. Creo en la propiedad privada y la defiendo.
Defender el capitalismo no es impedir que los pobres se superen o quitarles sus derechos. Al contrario, es brindarle la posibilidad de superar su pobreza. Con el modelo de Chávez los pobres seguirán siendo pobres.
Facturas de los resentidos
Los que hoy gobiernan se formaron en el capitalismo de la IV República. Y digo capitalismo para referirme a un modelo de libertad de empresa y protección a la iniciativa privada, aunque siempre tentado y algunas veces penetrado por prácticas un tanto intervencionistas. Pero los venezolanos de clase media tuvimos oportunidad de asistir a los liceos y a las universidades públicas y autónomas. Muchos salieron becados para continuar sus estudios en el exterior bajo el programa Gran Mariscal de Ayacucho. Hay que decir que hubo oportunidades sin importar la filiación partidista. Me consta. Es verdad, más oportunidad tenían los vinculados al respectivo partido de gobierno de la época. Pero es que ahora quien no está vinculado al PSUV no tiene ninguna oportunidad. Siempre he dicho que todo lo malo del pasado es lo que este régimen ha potenciado. Nada de lo bueno.
Así es la vida de los ingratos y falsos ultra izquierdosos. Estos ñángaras se están cobrando las oportunidades que les brindaron los anteriores gobiernos.
La política y el diablo
Dicen que los trapos sucios hay que lavarlos en casa y que no hay que hablar de los problemas internos en público.
No pretendo lavar nada. Cada quien dentro de las organizaciones partidistas que conforman el bloque o Mesa de la Unidad Democrática debe tener claro lo que ha venido sucediendo desde que se dio la partida para las primarias.
La semana pasada hubo un gran acontecimiento que estremeció a todos los sectores del país que tienen la vista puesta en el 12 de febrero. Leopoldo declinó a favor de Henrique Capriles. Hay que tener cataratas en los ojos para no darse cuenta de quién ha querido aparecer como el gran beneficiario de ese evento: el único no sorprendido que días antes anunciaba por los medios de comunicación la necesidad de que algunos precandidatos se retiraran de la contienda.
Cada vez me convenzo más de que la política la inventó el diablo. Lo hemos dicho varias veces. La eterna disputa que existe entre Enzo Scarano y los Salas puede dar fe de esta apreciación.
Cuando Leopoldo López comenzó a recorrer el país, Enzo Scarano le organizó un evento muy bueno en el Forum de Valencia. Inclusive criticado hasta más no poder por casi todas las organizaciones partidistas, empezando por Proyecto Venezuela. Luego, al momento de hablarse de los posibles candidatos para las primarias era difícil pensar que Enzo no apoyaría a López, y, por el contrario, imposible imaginarse que Salas lo apoyaría. ¡Oh! sorpresa. Salas apoyó a López y por razones del diablo confundidos con fortalecimiento de liderazgos, Scarano buscó a Capriles para demostrarle a los Salas que tenía más gente y darle un mensaje de que podía ganar la Gobernación de Carabobo.
Hasta aquí todo muy bien, pensábamos hasta ayer en la tarde que el doctor Salas después de esperársele una derrota en Carabobo, con una jugada maestra, la eludió, para obtener una victoria.
Enzo jamás pudo calcular el desplante de Capriles. Quizá de habérsele ocurrido no lo hubiese apoyado. Pero, insisto, el diablo mete sus manos en la política, y Capriles sin aguársele el ojo, sustituyó a Enzo en la jefatura del comando tricolor de Carabobo. Creo que esto vuelve a tambalear el piso político en Carabobo. El doctor Salas se ha debido quedar tranquilo y pasar agachado con esa jefatura, ya había ganado la pelea. Era el benefactor de la Unidad. ¡Pero no! el líder tiene que ser él. Los demás que lo sigan.
Esa decisión de nombrar a su hijo jefe del comando de campaña lo perjudica notablemente en la entidad, puesto que las alianzas ya consolidadas y en funcionamiento de Capriles en Carabobo no se pueden integrar de forma autoritaria. Es lamentable que la vanidad haya hecho nuevamente otro desaguisado político.
Se manejó muy bien la premura de Leopoldo López y su indiferencia con sus votantes naturales. Pero ahora, nuevamente el ego ilustrado de Carabobo evidentemente producirá resultados inesperados y con el tiempo, poco satisfactorios para la Unidad. Crecerán María Corina y Pablo Pérez en los próximos días.
@pabloaure
www.pabloaure.blogspot.com

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