lunes, 7 de junio de 2010

Apoyemos a Brito


El Carabobeño 07/06/2010
¡Hasta cuándo!

Apoyemos a Brito
Pablo Aure
Aunque con dificultades al extremo, naturales por demás, por fin el sector democrático presentó candidatos unitarios. Desde luego, hubo inconformes, pero se logró el objetivo. No había puestos para tantos aspirantes. Algunos aceptaron la decisión, otros montaron tienda aparte. Por ejemplo, furibundos opositores al ver que no cabían ni en los circuitos ni en las planchas de la unidad, saltaron la talanquera y buscaron refugio en el PPT queriendo hacer ver que son la tercera vía. Aquí están muy claras las cosas, no pueden haber terceras vías ante la marcada polarización: Chávez o democracia. Así, dividir al sector democrático equivale a fortalecer a la barbarie roja rojita.
En Carabobo, y me imagino en el resto del país, a regañadientes, muchos se enrolaron en la línea que dictó la Mesa de la Unidad Democrática. Hubo cambios de última hora, pero los partidos firmantes del pacto unitario lo permitieron. Por ejemplo, las sustituciones de los suplentes en el circuito 5, y la modificación de la lista. El Dr. Salas Römer no la encabezará como se tenía previsto, y su lugar lo ocupó Carlos Berrizbeitia. No lo veo como un acto de desprendimiento, pues los puestos siguen siendo de su organización política. Desprendimiento sería darle chance a un representante de Un Nuevo Tiempo o subir al segundo lugar de la lista a un representante de Acción Democrática. En lo particular pienso que la decisión no fue buena, pues el emblema de Proyecto Venezuela es precisamente Henrique Salas Römer. Con él de primero se garantiza mayor esfuerzo de su organización; aunque Berrizbetia ha sido buen parlamentario, no cohesiona a su partido como lo pudiera hacer el líder fundador.
Tengo mi tesis sobre la decisión del Dr. Salas, y siento decir que más que un acto heroico fue una jugada para evadir cualquier medición. Si gana la lista de la oposición (como estoy seguro será) fue él el artífice de su confección; y si no logramos los resultados esperados, la culpa la tiene otro.
De los circuitos carabobeños podemos asegurar que Miguel Cocchiola ya puede ser visto como el diputado salidor. El fantasma de su inhabilitación sigue rondando, y no nos extrañemos que se produzca ese absurdo jurídico. Mucha es la fuerza que impulsa sacarlo del juego. Ya veremos a ciertos personajes presentarse ante el Consejo Nacional Electoral para impugnar a Cocchiola. Por ahí se inscribió un disidente de Podemos en la fórmula del PPT, para competir en el circuito 3, quizá esperando la inhabilitación para pescar en río revuelto. Esperemos ver qué ocurrirá.
El culillo del varón
Ayer en su “Aló presidente” transmitido desde Lácteos Los Andes en el estado Lara, Hugo Chávez dijo que las últimas actuaciones de la oposición venezolana dan a entender que tienen “miedo”, “detrás de poses y de shows, hay culillo, hay culillito” Eso lo dijo Chávez, y muchísimas cosas más que van desde las travesuras de los próceres de la independencia, Bolívar y Miranda: de sus amoríos. El bárbaro, sin rubor alguno, y en horario para todo público, habló hasta de los vellos púbicos que Miranda guardaba en un sobre pertenecientes a Catalina II La Grande. Sin palabras.
Si hay alguien que ha tenido actuaciones nerviosas en los últimos días, es precisamente él. Amenaza, ocupa, manda a expropiar, insulta, encadena, habla y habla más de lo mismo, destruye lo que toca; atemoriza los capitales extranjeros. No encuentra qué cosa inventar para salirse de la pestilencia de los containers. Culpa a la oligarquía de esa vagabundería “pedevalista” dejar podrir por negligencia toneladas de kilos de alimento.
Si de veras tenemos que hablar de miedo en el ambiente, el único que tiene porqué tenerlo es él, pues por primera vez después de mucho tiempo la oposición ha consolidado esfuerzos para enfrentarlo. Y si hay elecciones el 26 de septiembre, todo parece indicar que recibirá un gran revolcón en la conformación de la próxima Asamblea Nacional. No hay dudas, sus candidatos son unos bates quebrados y no despiertan el menor entusiasmo dentro o fuera del chavismo. Por eso es que a Chávez lo vemos cada día que pasa y nos acercamos al 26-S, arreciar sus alocuciones atormentadoras.
La pestilencia de los negocios
Si bien es cierto hubo negligencia en el asunto de los alimentos podridos, no podemos dejar de un lado el negocio redondo que hicieron muchos de los involucrados, recomendados desde las altas esferas gubernamentales. Se fabricaron pujantes empresarios del transporte gracias a los alimentos piches. Amigos compraron flotillas de gandolas para trasladar de un lado a otro esa carga putrefacta. ¿Qué otra explicación puede tener que hubiesen aparecido en distintos sitios del país y en lugares que nada tienen que ver con patios destinados al almacén o depósito?
Me atrevo a asegurar que ha sido mayor la pérdida por la mora y traslado de la mercancía que el valor mismo de los alimentos, que ya era bastante.
Son miles de contenedores los que se utilizaron, que pertenecen a las navieras y que de acuerdo a la mayoría de los contratos tales containers deben devolverse a los 15 ó 20 días luego de la importación del producto porque de lo contrario debe pagarse por concepto de mora la cantidad de 100 $ diarios por cada uno de esos containers y 200 $ por los que son refrigerados. Eso lo debe el gobierno y lo tiene que pagar a las compañías navieras que no son nacionales. Me imagino que el transporte dentro del territorio nacional ya se pagó, allí si están involucrados los “boliburgueses” que abundan en esta revolución de la putrefacción alimentaria.
Dengue, Chagas y Tuberculosis
Hace sesenta años en Venezuela éramos ejemplo en el combate contra las enfermedades más comunes del trópico. El paludismo, que mataba cada dos horas a un venezolano -quizá la misma cantidad que hoy cobra el dengue, el chagas y la tuberculosis- se erradicó gracias a las acciones coordinadas y estudiadas, no improvisadas, dirigidas al auxilio de los ciudadanos. Eran trabajadores venezolanos de Malariología los que iban casa por casa a fumigarlas y colocar en las puertas las letras “DDT” como señal de la visita.
Hoy en una supuesta revolución, enfermedades ya desaparecidas y controladas en el continente han vuelto a aparecer en este país lleno de petróleo pero dirigido por ignaros, indolentes y corruptos. En efecto, el Chagas que hace 50 años lo veíamos exclusivamente en zonas rurales y en ranchos de paja hoy lo tenemos en las urbes de bloques y de platabandas. No es el Chagas crónico el que hoy tenemos en nuestro país, sino el agudo, ese que es producido por un chipo que nace y se alimenta de la suciedad. La falta de recolección de basura, el mal tratamiento para las aguas de consumo humano, el mal manejo de las aguas servidas, el hacinamiento, entre otras causas, han hecho posible que proliferen enfermedades que habían sido controladas. Lo mismo podemos decir de la tuberculosis y del dengue; la cifras son alarmantes, estamos en niveles epidémicos.
Dignidad y valentía
Franklin Brito está entregando su vida en defensa de todos los venezolanos. En diciembre del año pasado suspendió la primera huelga, pero promesas gubernamentales incumplidas lo hicieron retomar esa medida extrema. En aquella oportunidad Brito había pedido “que emitan una copia certificada” de la anulación de la expropiación, “que inicien el proceso de indemnización y que desmientan las versiones aparecidas en la prensa” sobre supuestas deudas que mantendría con el Inti. El gobierno no cumplió, y hoy Brito prácticamente está agonizante, pues sus riñones no funcionan y el sábado presentó un cuadro de hipotermia. El gobierno violando los más elementales derechos humanos del productor agropecuario y de manera despiadada, no permite que a Brito lo asista una comisión de la Cruz Roja. A Brito tenemos que acompañarlo. No podemos esperar que muera. Así como se han convocado grandes movilizaciones, hoy su familia necesita de los sectores democráticos para evitar que Franklin muera. ¿Qué está pasando? La vida de un hombre resteado con lo que significan sus derechos está muriendo por nosotros.
pabloaure@gmail.com
pabloaure@hastacuando.com
Twitter: @pabloaure

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